11
Min YoonGi se dirigía a paso despreocupado por el extenso pasillo de la universidad, disfrutando de beber su leche de soja y jugo de manzana, agradecido de haber descubierto que su intolerancia a la lactosa podía ser controlada en una forma en que su cuerpo podía digerir los alimentos y él simplemente era feliz de poder de poder disfrutar de sus comidas sin que fuera una tortura para su psiquis.
Continuó con su andar, dirigiéndose hacia la biblioteca en donde había quedado en reunirse con el mocoso que Jin le había encargado, confiado de que no encontraría a nadie allí y que eso le daría pie suficiente para quejarse con el mayor así como por los siguientes seis meses, sin sentir culpa alguna.
Ya estaba ensayando en su mente el drama que le haría al Kim...
Seguro comenzaría con decirle que había estado durante horas esperando al rubio a que llegara, que incluso YoonGi había tenido que buscarle en sus prácticas y que el niño se había negado rotundamente.
“—Mira que yo lo intenté, hyung…—Se excusó— Pero los jóvenes de hoy en día solo piensan en sexo, drogas y”
Sus pensamientos se vieron frustrados cuando reconoció a cierto joven en una de las mesas de los espacios comunes.
YoonGi fue incapaz de procesar lo que sus ojos estaban mostrándole.
Park JiMin se encontraba con un equipo deportivo liviano y una gorra que ocultaba sus rubios cabellos y aun así se veía exquisitamente guapo.
Apretó sus puños y mordió la pajita de su leche antes de apretar el envase y tirarlo en un cesto.
“Bien”, pensó, entrecerrando sus ojos.
Si JiMin no quería irse por las buenas, él haría que se fuera por las malas.
No era nada personal contra el capitán del equipo, pero no podía perder su preciado tiempo en enseñar a un niño que le dedicaba más tiempo a los músculos de su bien proporcionado cuerpo, como había podido notar el día en que lo conoció en los vestidores, en vez de ejercitar su cerebro.
El pelinegro se cruzó de brazos al llegar en frente del joven, quien parecía enfrascado en un libro, y carraspeó suavemente para llamar su atención.
JiMin levantó su cabeza al notar la presencia del mayor, para luego levantarse rápidamente y dedicarle una leve reverencia que hizo que el contrario arqueara una ceja.
—¡Muchas gracias por tomarse el tiempo de ayudarme! — Habló con formalidad, mientras que YoonGi en todo lo que pudo pensar era en lo melodiosa que sonaba su voz— ¡Le traje esto en señal de agradecimiento! — El menor le extendió una pequeña caja perfectamente cuidada al levantar su mirada.
YoonGi admiró la ofrenda que el menor le estaba realizando y no pudo evitar que algo en su estómago comenzara a moverse, sin poder echarle la culpa a su alimentación, ya que desde que había iniciado su nueva dieta, no había vuelto a tener vómitos y mareos. Sin saber que decir, tomó el paquete que el rubio le estaba entregando, para luego asentir en su lugar.
—Lamento mucho que terminara teniendo que darme tutorías — Se disculpó — Me dio mucha vergüenza que alguien más lo pidiera por mi, ¡Juro que no sabía nada al respecto! — JiMin recordó la pequeña discusión que había tenido con TaeHyung cuando este le había confesado que le había solicitado a su tío SeokJin que le impartiera tutorías de apoyo, y que por ende, Min YoonGi ahora estuviera dedicándole horas de su vida. Park estuvo a punto de negarse de no ser que el pelinegro le resultaba sumamente enigmante y que, después de todo, efectivamente necesitaba de esas tutorías para pasar su clase y poder recibirse eventualmente— Le prometo que sí no fuera que realmente necesito de su ayuda, no estaría molestándole sunbaenim — Agregó de forma respetuosa.
YoonGi abrió sus ojos en señal de sorpresa ante lo respetuoso que era aquel chiquillo, sintiéndose repentinamente mal de haber llegado a las santas horas cuando le había citado a un horario en específico sin preocuparse sí el menor tenía algún otro plan o cosas pendientes.
—Pondré lo mejor de mi para explicarte, pero ya será tu problema el tener que estudiarlo, niño — Respondió de manera desinteresada mientras observaba la caja que el rubio le había obsequiado.
Al parecer, había unas pequeñas galletas con chips y sí su olfato no le engañaba, eran de avena, banana y miel.
YoonGi tragó grueso, pensando en lo deliciosas que se veían, pero que seguramente tendrían algún ingrediente que el no podría consumir, como la mayoría de cosas en general para un intolerante a la lactosa.
JiMin pareció notar aquello, por lo que se apresuró a aclarar— Sunbae, puede probar esas galletas tranquilamente— Min le miró con curiosidad— Me tomé el atrevimiento de hablar con el profesor Kim y preguntarle que podía regalarle por su amabilidad y me dijo que estás galletas eran sus favoritas— Explicó— Y son a base de leche de avena— Finalizó.
“Tonto SeokJin”, pensó, mientras tomaba una de las galletas y se deleitaba con su sabor.
—Delicioso...— Murmuró inconscientemente.
El rubio le dedicó una gran sonrisa, feliz de que le había gustado su preparación especial—¿Verdad que si? — YoonGi asintió para tomar otra más en sus manos— Cuando quiera más, solo tiene que pedirlas y yo se las traeré, sunbae.
Min tomó asiento sobre una de las sillas libres, contiguas al futbolista, absorbiendo inconscientemente su perfume de madera, roble y solo Dios sabía que otra cosa más, reconociendo que parecía el tipo de aroma de los comerciales en la tele, como esos que promocionaban sujetos inalcanzables como Johnny Deep.
Le miró nuevamente y comprobó que JiMin fácilmente podría ser tomado por un modelo de Dior.
—Bien… — se rascó la nuca pensando como comenzar la clase… A decir verdad, YoonGi no había preparado nada porque no había contado con la presencia del Park desde un principio— Err…
JiMin se adelantó, colocando el libro abierto en frente del mayor—Mi problema principal son las variables múltiples…—comenzó— Por más que intento comprender la dinámica, me cuesta integrar todos los datos en una planilla de resultados.
Min asintió a sus palabras, sorprendido nuevamente de que el joven no fuera un extraño en el tema, sino que al parecer había estado estudiando sin lograr entender la lógica detrás del funcionamiento de la estadística.
—Una función multivariable es simplemente una función cuya entrada o salida consiste en varios números—Comenzó a explicar bajo la atenta mirada del rubio— En contraste, una función con entradas de un solo número y salidas de un solo número se llama función de una variable.
YoonGi podía no saber de relaciones interpersonales o de deportes físicos, algo demasiado obvio sí tenía en cuenta el contraste de su flacuchento cuerpo con el voluminoso del Park, y ni hablar de los abdominales que había visto que el menor tenía la vez que se habían conocido, pero el área de las operaciones matemáticas, eso sí era algo en lo que era bueno. ¡Que va! Se atrevería a decir que era un maldito genio en general!
Salvo cuando se distraía en sus pensamientos y comenzaba a divagar, como hacía unos momentos en donde se había quedado con la vista fija en el rubio y su atractivo singular.
¡Cristo! ¿Por qué su mente estaba pensando como un niño hormonal? ¿No era que ya había atravesado esa etapa en su vida? ¡Min YoonGi ya había dejado atrás a un pelinegro con problemas de acné y erecciones involuntarias como para que este volviera a su vida!
Pero no podía evitar pensar que desde que se había cruzado con el tonto capitán de futbol, no podía dejar de mirar en su dirección y escudriñar cada movimiento que este hacía.
¡Siquiera podía disimular mirarle hasta cuando tomaba agua de su botella!
YoonGi nunca creyó que podía ser tan sexy la nuez de adán de un hombre, ni ver como pequeñas gotas se escurrían de sus labios para terminar dispersas sobre su cuello, hasta que conoció a Park alborotador de hormonas JiMin.
“Detente ahí, vaquero “Negó internamente el hilo de sus pensamientos.
Nunca nada bueno había salido de estar detrás de un hetero, ¡Porque estaba tan seguro de que Park JiMin era un hetero sin retorno así como él estaba seguro de que a él no le gustaban las mujeres en un plano sexual ni romántico desde que tenía uso de razón!
Tan solo hacía falta mirar su porte para comprobar que exudaba “masculinidad” por todos los poros.
¿Qué sí le estaba volviendo a pre juzgar sin conocerlo? ¡Absolutamente sí! Pero el pelinegro prefería adelantarse a los hechos, confiando en sus instintos que volver a terminar con el corazón roto.
—Sunbaenim— Le habló con suavidad, tratando de llamar su atención, sin tener suerte alguna.
Así como decía su abuela, “Ojo de loca, no se equivoca”, algo que nada tenía que ver con la ansiedad que la psicóloga le había dicho que tenían que trabajar.
Además, el rubio era el prototipo de “fuck boy” del que YoonGi había aprendido a huir luego de una pésima experiencia con su, ¡¿Ex?! ¡¿Podía considerar un intento de relación por parte del Min, con idas y venidas en un círculo infinito de no lograr nada más que encuentros sexuales que no alcanzaban a compensar el dolor de su pecho luego de tener intimidad con HoSeok?!
—Sunbaenim— Insistió el menor, pasando una mano por sus ojos.
YoonGi ya no era un crio que confiaba en las palabras de los hombres de su estirpe, es decir, atléticos, parte del equipo de futbol, sonrisa de infarto y cuerpos devastadores.
Es decir, ¡Sí! ¡HoSeok podía ser un rey en la cama, pero luego dejaba mucho que desear de su comportamiento por fuera de ella!
Min YoonGi había decidido seguir sus propios consejos y además de quejarse del problema había decidido dejar de coger con “el problema”, lo que le tenía caminando por las paredes ante la falta de sexo pero confiaba en que el cosmos le proveería un hombre que fuera para él.
Y ese tipo de problemas de relaciones interpersonales con heteros curiosos que elegían mantener sus verdaderos gustos en la oscuridad, ¡Oh! ¡¿Todo tenía que hacerle pensar en el Jung?!
YoonGi quiso golpearse por volver a rondar el tema de su corazón roto y su mala suerte para las elecciones de compañeros de cama.
Uno no elige de quien enamorarse, pero sí con quien acostarse…
“No confundir piel con amor”, era un lema que había llevado como estandarte durante demasiados años. El pelinegro había sido implacable en no confundir sexo con algo más, hasta que cierto joven con sonrisa y hoyuelos encantadores había llegado a su vida para convertirla en una tormenta.
“Lo que no te mata, te fortalece” …
Era cierto, puede que hubiera quedado devastado luego de decidir romper con el Jung, pero Min YoonGi era fuerte y estaba decidido a salir adelante, pero no podía dejar de pensar en que quien realmente te ama, no te lastima…
Mucho menos como HoSeok lo había hecho.
Eso de fingir ser mejores amigos ante su familia, ¡Uf! Se había llevado demasiado de la cordura del mayor, más cuando tenía que fingir apoyarle cuando hablaba de todas las hermosas bellezas hegemónicas que habían pasado por su cama en frente de sus verdaderos amigos.
“—Tengo una reputación que mantener, Yoonie— Repetía una y otra vez —Pero sabes que solo tengo ojos para ti”.
¡Si claro!
Casi que podría haber intentado seguir engañándose sí no fuera por el hecho de que no solo eran palabras, sino que también lo había encontrado en situaciones más que comprometedoras.
La primera vez que su corazón se rompió, fue a causa de HoSeok y de su infidelidad, pero ya las demás veces en que su alma siguió resquebrajándose, era culpa del Min por quedarse al lado de alguien que juraba amarle a pesar de rebotar de cama en cama, cual trabajador sexual ad honorem.
¿Será que tenía algún tipo de maldición en la que estaba destinado a la eterna soltería?
Sin ir más allá, no hacía falta pensar mucho para que la imagen de su pobre primo le viniera a la mente.
Tal vez sí, y JungKookie y él eran la personificación de la canción “Yo no nací para amar”, y terminarían viviendo juntos, acompañados de una docena de gatos.
Mientras más vueltas le daba a esa idea, no sonaba tan mal… Además, todavía estaba a tiempo de salvar a su primo de la tiranía de ese tal Teijun con el que había escuchado que salía.
—¡¿Min?! — Le llamó preocupado el rubio, parándose de su asiento y acercándose hacía su rostro, mientras que el mayor continuaba perdido en el mundo de su mente— ¡¿Min YoonGi?! — JiMin le tomó del brazo con suavidad para llamar su atención.
Lo siguiente que el pelinegro supo fue que su alumno se encontraba a pocos centímetros de sus labios. Su inminente ataque de nervios fue lo suficientemente fuerte como para levantarse de golpe y en el proceso, enredar sus pies con la silla y casi caer al suelo.
YoonGi se preparó para sentir el impacto del suelo sobre su cuerpo, sin contar el par de brazos fuertes que le sostuvieron contra el bien formado pecho del menor.
—Hyung, ¿Te encuentras bien?
Min se quedó estático, observando lo largas que eran las pestañas del contrario, y lo lindas que se veían esas pequeñas y casi imperceptibles pecas que surcaban el puente de su nariz y mejillas.
YoonGi tragó grueso y asintió. — Y-Ya puedes soltarme, mocoso— Esbozó, desviando la mirada y rezando para que no se notara el sonrojo ante la cercanía.
Park no pudo evitar reír suavemente ante la irónica situación, ¿Quién habría dicho que el avasallante joven que había interrumpido en el baño del equipo para indicarle que sería su nuevo profesor, sería el mismo que estaría con sus mofletes rosas de la vergüenza por estar a poca distancia?
Estuvo tentado a soltarle, pero extrañamente le gustaba la forma en la que el cuerpo del mayor se amoldaba al suyo, y ni hablar de el gusto que le daba poder sentir lo fina que era su cintura detrás de esas ropas tan holgadas que llevaba.
—Lo sé…— Respondió aun aferrado a su silueta.
El pelinegro estuvo a punto de replicar sobre su cercanía cuando, esa mágica situación se vio interrumpida por un suave carraspeo por parte de un recién llegado.
—YoonGi-hyung, ¿Interrumpo? — Preguntó JungKook, sorprendiendo al Min con su presencia.
Ambos miraron hacía el joven que se encontraba tratando de disimular una sonrisa mientras levantaba sus cejas de manera sugestiva.
—¿Q-Qué estás haciendo aquí? — Esbozó dirigiéndose hacia su primo, mientras que, en contra de la voluntad del Park, YoonGi se zafó del agarre como sí quemara, para luego alisar las inexistentes arrugas en su ropa.
—Hyung, habíamos quedado que te encontraría aquí para regresar a casa— Se cruzó de brazos— Pero sí estas ocupado, puedo volver solo…— Ofreció, mientras notaba como el rubio que había estado apresando a su primo, comenzaba a fruncir el ceño, a la par que el pelinegro estaba completamente sonrojado.
JungKook se mordió el labio, tratando con todas sus fuerzas de no reírse de la situación, ¿Por qué Min YoonGi estaba rojo como un tomate? ¿Qué había estado a punto de evitar? ¿Y quién era ese chico que se tomaba tantas confianzas con su cuasi hermano?
Por su parte, JiMin conocía a la gran población de la universidad sin reconocer al intruso, sorprendido al sentir que su imagen le resonaba levemente, sin recordar de donde provenía esa sensación, además de sentirse incomodo sobre él, y la relación que este tenía con su profesor.
—Bien— Habló, tratando de que su nerviosismo no fuera notado por su primo— Terminamos por hoy, Park— carraspeó con suavidad—Escríbeme para coordinar otra cita —Min tomó una birome que estaba sobre la mesa, tomó la mano del menor y escribió su número de contacto. Una vez que le dejó sus datos, levantó su rostro para notar la sonrisa formada en el menor, cayendo en cuenta de la presencia del Jeon y de sus palabras—D-de estudio— Agregó más para él que para JungKook.
JiMin asintió a sus palabras para luego hacer una pequeña reverencia en respuesta —Muchas gracias por haberse tomado el tiempo de explicarme, hyungnim— El rubio aprovechó que YoonGi todavía estaba tomando de su mano para acariciarlo suavemente.
Min tardó en reaccionar a ese gesto del rubio, cuando lo tomó en cuenta, se retiró a toda prisa, bajo los cuchicheos de JungKook, dejando a un Park encandilado de su nuevo profesor.
JiMin suspiró por lo bajo, pensando que después de todo, sí le debía una a su amigo TaeHyung por haber intervenido en su persona.
Tal vez, con esfuerzo y dedicación, podría llegar a conocer aun más a cierto pelinegro que le había llamado la atención desde la primera vez que le había cruzado.
—¡Ni una sola palabra al respecto, JungKook! — Mencionó el Min, mientras caminaba a paso apresurado.
—¡P-pero hyung! — Se quejó, apurando su paso para igualarle. Jeon notó rápidamente que el mayor se encontraba molesto. Min YoonGi que detestaba andar apurado, solo lo hacía cuando estaba molesto—¡Yo no dije nada! —Se excusó.
—¡Pero lo pensaste, Jeon! — el pelinegro mayor se giró para observarlo— ¡Y desde ya puedo ir diciéndote que no te hagas ideas equivocadas!
Ambos se quedaron en silencio durante unos momentos hasta que JungKook habló por lo bajo— Debes admitir que es lindo.
YoonGi contó infinitamente en sus pensamientos, tratando de ordenar su mente y no dar indicios de todo el nerviosismo que le había generado su clase anterior, ni de tampoco demostrárselo a su primo.
—Lo que tiene de lindo, lo tiene de peligroso, JungKook — Anunció — Ese es el tipo de chico del que te enamoras en la ficción, pero no en la vida real— Continúo — Un chico así solo romperá tu corazón, sino mira nada más cómo estás tu con ese MinSung— Al momento en que sus palabras salieron de su boca, YoonGi no pudo evitar arrepentirse de ellas— Yo… ¡Lo siento JungKookie!
Jeon negó— Auch— Fingió que su pecho le dolía, para luego sonreírle —Descuida hyung— El menor le abrazó — Sé que sólo lo dices para protegerme y no porque seas un amargado — YoonGi le dio un ligero pellizco en las costillas, que le arranco una sonrisa mayor a su primo— Pero yo estoy seguro de que mi Tae me quiere…
—Por su bien, espero que te quiera para bien o verá — Murmuró por lo bajo el Min.
—Hyung, ya hablamos de que no puedes ir mandando a maleantes a cortarle la cara a la gente que no te cae bien— Le recordó, sin embargo, YoonGi le ignoró por completo.
JungKook estuvo a punto de continuar con su discurso sobre la inmoralidad de contratar matones cuando su teléfono vibró.
Estuvo a punto de guardarlo en su lugar cuando notó el nombre del contacto y su corazón se aceleró.
Tae Tae❤️
Lo siento por haber sido un imbécil. ¿Podrías perdonarme? :(
Te extraño, Koo.
Y tan solo con ese mensaje, JungKook se dio cuenta que no habría nada que Kim TaeHyung pudiera hacer para alejarle.
Holii, por fin pude actualizar está historia! Perdonen que no sea solo KookTae, pero
1. Es necesario.
2. Es mi historia.
3. La continuación será un JimSu 🙈💁🏻♀️
4. A partir de ahora vuelvo a romper todo aquí 😈
5. Hobi es un desgraciado 😭
6. Gigi es como un gato arisco pero ya sabemos porqué 🥲
7. ¿Mimi le demostrará que vale la pena arriesgarse a creer en el amor o será un patán? 😶🌫️
8. Cómo es uno cuando está enamorado... Uno en el fondo sabe que le están dejando el corazón como colador, y sin embargo uno sigue con la esperanza de que va a cambiar... Nooo mis amores, ¡Ustedes se merecen que les den todo el universo! Si no es así, les mandan a la chingada.
Aquí en mi país tenemos un dicho que dice, “Siempre, después de un Julián Serrano, viene un Dybala” 💁🏻♀️
Así que ya saben reinis, no agachen la cabeza que se les cae la corona ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro