10
—Mocoso, ¿Terminaste de entrar las cajas? — Preguntó el mayor sin verle. Preocupado al notar que no recibía respuesta, dejó lo que traía en manos y se acercó a su primo. — ¿Qué sucede pequeño? — Su tono de voz cambió ampliamente al notar la mirada de tristeza del Jeon. YoonGi simplemente tuvo que mirar su mano para encontrarse con el móvil y comprender todo— ¿Volviste a llamar a ese granuja? — Suspiró al ver como asentía. — Ains. — Se quejó. — Te lo dije...—Comenzó.
—Hyung...— Murmuró cansado, tratando de evitarse el sermón de su familiar. — Por favor, no...
—Lamento tener que volver a repetirlo, pero, te lo dije. — Aseveró. — No conozco a ese niño pero desde ya te aseguro algo, y eso es que es poco hombre para ti.
—TaeHyung no... Él no... — Se agarró de sus cabellos. — Tae no me ha dicho ni una palabra desde que...
—Desde que se la metiste y el salió huyendo cual amante cuando el marido está a punto de llegar. — Finalizó la oración.
— ¡No seas así, hyung! —Negó sistemáticamente. — ¿Qué sí fui demasiado lejos para él?—Su preocupación se notaba en el tono de su voz. — ¿Qué sí lo dañé?
—Mocoso, mírame a los ojos. — Pidió. —Nadie que realmente se preocupe por cómo puede encontrarse alguien a quien otra persona le ignora completamente, puede ser culpable de nada. — Revolvió sus cabellos en señal de cariño. — Además, te conozco como sí te hubiera parido, sé lo que crie— Se cruzó de brazos. —Y de lo único que creo que seas culpable, además de ser un pendejo por darle tantas oportunidades a alguien que no se lo merece, —
— ¡Oye! — Se quejó, a lo que el Min ni se inmutó.
—Es que debes haberle dados unos orgasmos de puta madre que el muy imbécil todavía no debe terminar de procesar.
— ¡HYUNG! — Mencionó al borde de morir de un ataque de vergüenza.
— ¿Qué? — Miró la inexistente mugre de sus uñas. —Sé que tengo la razón, siempre la tengo.
—Esta vez no fue él, —Murmuró desconcertado.
— ¿Y quién entonces? — Colocó sus manos en su cintura. — Además, ¿Qué te asegura que no jugó contigo, mocoso?
—Somos novios. — Explicó como si fuera lo más obvio del mundo. —TaeHyung me quiere.
—Pero tú lo quieres más. — El Kim lo quería y Jeon estaba seguro de que amaba al castaño profundamente. —Discúlpame tener que encarnar el papel de malvado, pero lo único que trato de lograr es salvar tu pobre corazón. — JungKook asintió a las palabras del mayor. Él lo entendía perfectamente.
—Lo que quiero decirte hyung, es que no fue TaeHyung quien me mandó al demonio. — Explicó por fin.
— ¿Ya tiene un nuevo amante? — YoonGi se asustó ligeramente al escuchar un gruñido por parte del menor. ¿Desde cuándo su pequeño tenía una fibra tan celosa?
—Tae no sería capaz de hacerlo. —Aseguró. —Creo en él. — Señaló con un sabor amargo en su boca.
El Min casi llora ante la inocencia de su pobre primo, — ¿Y eso desde cuando certifica que no tendrás un bonito par de cuernos en tu cabeza? — YoonGi se sintió culpable por como las cosas estaban sucediendo para JungKook y negó. — Sea como sea, ese niño sigue demostrándome que no es para ti, pero diga lo que diga, seguirás queriéndole y seguirás insistiendo, ¿Verdad?
—Así es. — Sí TaeHyung realmente no quería nada con él, lo aceptaría.
Pero necesitaba que el castaño se lo dijera de frente para poder continuar con su vida.
O al menos intentarlo, porque estaba seguro que nada en él volvería a ser igual luego de haberle conocido.
—Bien. — El mayor suspiró. — Ahora que este asunto está medianamente aclarado, continuemos acomodando tus cosas, — Min volvió a tomar la caja que antes había estado cargando. — A menos de que prefieras que tan solo me siente a comer frituras mientras te veo trabajar, porque créeme que nada me haría más feliz que eso.
— ¡Hyung! —Se quejó con un adorable puchero. — ¡No es justo!
—La vida no es justa, JungKookie. — Bromeó. — Pero está bien, por el cariño que te tengo, te ayudaré pero luego tendrás que alimentarme.
Jeon rio ante las ocurrencias del menor, pero realmente agradecía el tenerle a su lado.
YoonGi siempre era un consuelo en su vida, además que siempre sabía aconsejarle de la mejor manera posible.
Antes de continuar, miró el atardecer, nuevamente teniendo la imagen del Kim en su mente.
Sí todo salía según lo planeado, mañana comenzaría sus clases, y por ende, sí tenía suerte, también se encontraría con Tae.
Sólo esperaba que todo fuera una broma de mal gusto por parte del destino.
Unos leves golpes en su puerta distrajeron al hermoso joven que se encontraba preparando los detalles para su próxima clase.
— Adelante. — Esbozó mientras mantenía la vista en sus notas.
—Hyung... — El mayor ni siquiera tuvo que levantar su vista para saber de quién se trataba.
—No. — Se negó mientras verificaba sus planillas de notas.
— ¡Pero! — Un castaño se adentró en la oficina sin permiso alguno, cerrando la puerta tras de sí.
—No. — Volvió a negarse con una muñeca en su rostro. ¿Otra vez se habían vuelto a equivocar en lo mismo? ¿Cuántas veces tendría que explicarles lo mismo para que lo entendieran?
Tomó nota de repetir ese incidente en la próxima clase.
— ¡PERO SEOKJIN HYUNG! — Se quejó nuevamente el menor, — Ni siquiera te dije que quería como para que te andes negando nuevamente — Indicó de brazos cruzados, llamando por fin la atención del pelinegro.
— ¡Por todo lo santo, TaeHyung! — Se tomó del puente de la nariz, tratando de evitar tener un ataque de migraña. — ¿Qué demonios necesitas?
El castaño infló sus cachetes, en señal de que estaba ofendido con la falta de atención del mayor. — Nada. — Respondió evitando su mirada.
Una vena se formó en el cuello del pelinegro. — Bien, — Aceptó. — Entonces sí no quieres nada, puedes retirarte por la misma puerta que entraste.
La indignación del Kim no se hizo esperar, mientras que SeokJin se reprochaba por qué le había dado pie sí ya sabía cómo se ponía.
Generalmente era mucho más sabio, pero últimamente estaba muy estresado con sus clases y no tenía tiempo para nada.
— ¡No puedes tratarme así! — Se quejó. — ¡Soy tu sobrino favorito, hyung!
— Y también eres el único. —Continuo— Gracias al cielo. — Murmuró.
— ¡Con más razón! — Dio una fuerte pisada. — Se supone que debe de interesarte lo que me pase.
Un largo suspiro se hizo presente. — Bien, — Jin se quitó sus lentes durante unos momentos, así su vista podía descansar. — ¿Qué es lo suficientemente grave como para que vengas a molestarme en mi trabajo?
La mueca de su sobrino cambio en un instante, para mostrar una sonrisa ganadora.
—Necesito pedirte un favor. — SeokJin rodó sus ojos. Sabía que el Kim menor venía con esas intenciones y por eso se había negado desde un comienzo. —
—Pequeño mocoso malcriado, lo supuse desde un principio... Nunca me llamas ni me visitas salvo cuando necesitas algo. — TaeHyung le sacó la lengua. — Ahora dime qué deseas así vuelvo a negarme y puedo continuar con mis tareas... — Se quejó. — Ser un adulto independiente, apesta.
—No hace falta ni decirlo, hyung. — Asintió. — Además, ¿Qué es eso? — Señaló el oscuro cabello del mayor. — ¿Ya tienes canas? — TaeHyung trató de evitar la risa con todas sus fuerzas, ya que sí se pasaba de raya con su adorado tío, le mandaría a volar de verdad.
—TaeHyung... — La amenaza sonó en el aire.
¡Bien!
¡SeokJin lo admitía!
¡Podía ser que tuviera una que otra cana, pero eran cuestiones de genética y no por su edad!
¡Ni hablar del estrés que estaba atravesando en este último momento!
Y eso que todavía le quedaba organizar las tutorías de los alumnos que estaban próximos a recibirse.
— ¡Lo siento! — Se disculpó sin sentirlo realmente. — Lo que necesito en realidad, no es para mí.
— Entonces menos oportunidades tendrás, ya que la moral familiar no me podrá reclamar nada. — Señaló contento.
— ¡Eso no quita que sí es para alguien de la familia! — Se adelantó a escuchar.
— Realmente no vas a dejarme en paz hasta que obtengas lo que quieres, ¿Verdad?
—Hyung, ¿De verdad tenías alguna duda de eso?
—Por todo lo santo, ¿Quién demonios me mandó a tener una familia? — Se preguntó en voz alta— ¿Por qué no podía nacer de un repollo en vez de haber sido producto de la "menopausia"? — Se lamentó.
El Kim menor no pudo evitar reír al haber escuchado esa última frase.
A pesar de los aproximadamente 10 años de diferencia que se llevaban, SeokJin y él se habían criado más como hermanos que otra cosa.
Adoraba molestar a su hyung, y seguramente lo haría por el resto de su vida, así como el mayor también se las traía consigo, como las mil y una forma en las que le había gastado diversas bromas a lo largo de su infancia.
Como, por ejemplo, en la adolescencia de SeokJin, éste se ofrecía a llevar a TaeHyung al cine. ¡Sólo para que sus padres le dieran el dinero suficiente para ver las películas que él quería!
Y ni hablar de la vergüenza que le hacía pasar al menor cuando le obligaba a ir a pedir descuentos en estacionamientos en los que no habían dejado ni una bici guardada, ya que o los traían los padres de Tae o viajaban en bus.
"—Vergüenza es robar y no llevar nada a la casa, TaeHyung, recuérdalo." —Murmuraba el Kim mayor mientras se aguantaba la risa al ver como el niño iba a buscar sus anhelados 2x1.
Más de una vez, el castaño se lo había reclamado cuando fue creciendo, a lo que el mayor se había encogido de hombros al indicar que tenía una carrera la cual pagarse, así que no se arrepentía de sus tretas.
"—Un ninja nunca duerme, pequeño. —", Era otra de las frases que el pelinegro mayor solía utilizar para escapar de sus culpas.
— Sea como sea, necesito que hagas algo por JiMin. — Pidió. — Se encuentra en tu clase de Análisis matemático II. — Y allí era donde todo comenzaba a tener sentido para el Kim.
Después de todo, TaeHyung estudiaba una carrera completamente diferente, pero recordaba haber visto al rubio en una que otra de sus clases.
—Pues para aprobar, ese niño necesitaría asistir a sus lecciones. — Se rascó la nuca. — Sabes que no puedo hacer favoritismos, por más bien que me caiga el otro mequetrefe que traes de amigo.
—¡Hyung! — Hizo un puchero. — ¡No te estoy pidiendo que hagas favoritismos ni que le regales nota! — SeokJin enarcó una ceja. — Simplemente que necesita ayuda, con que pudieras darle unas tutorías extras, ¡Estoy seguro de que JiMin aprobaría!
—Lo que no entiendo es, ¿Por qué estás aquí cuándo el interesado es otro? — SeokJin detestaba a las personas cómodas que no se esforzaban en lograr sus metas, y que Park no estuviera presente, no le daba buena espina.
TaeHyung se cruzó de brazos ante la mirada de reproche del mayor. — Quita esa cara, hyung. — Pidió. —JiMinnie se encuentra estudiando, y no sabe que estoy aquí pidiéndote esto. — Esbozó. —Es lo suficientemente cabeza dura y orgulloso como para no aceptar nada sí sabe que te lo pedí personalmente. —Hizo una pausa— La última temporada hemos tenido demasiada presión con los exámenes y entrenamientos, JiMin es un capitán excelente que se sobre esfuerza para llegar a todas las metas como grupo, pero suele dejarse de lado. — Se lamentó. — Cuando noté tu nombre en la curricula de las materias en las que había bajado su promedio, decidí venir por mi propia cuenta.
SeokJin lo pensó durante unos momentos antes de suspirar. —Bien. — Aceptó. — De todas formas, estaba elaborando un proyecto de tutorías para alumnos que no estaban teniendo un buen desempeño académico en este ultimo tiempo. — Explicó. — Así que de acuerdo TaeHyung, le asignaré a un buen profesor, pero ese niño deberá responder en sus próximos exámenes o—
—¡SI! — Le interrumpió. — ¡Eres el mejor, hyung! — El castaño dio un par de saltos en su lugar.
—Sí, sí. — Le restó importancia. —Lo que tu digas, ¿Necesitas algo más?
TaeHyung se mordió el labio de forma nerviosa. ¿Estaría bien sí?
—Hyung... ¿Tú— ¿Se trabó— Es decir, alguna vez... — SeokJin le miraba de forma atenta, mientras pensaba en donde terminarían las palabras del menor.
Su charla se vio interrumpida por unos toques en la puerta, para luego vieran como un joven de piel pálida ingresaba en la habitación.
—Jin, necesito qu— El recién llegado notó al castaño, dejando su oración en el aire. —Lo siento, pensé que no había nadie en la oficina. —Se disculpó a medias. —Esperaré afuera. — Hizo el ademán de retirarse cuando el Kim menor se adelantó.
—¡N-No se preocupe! — Murmuró nervioso. —¡Nos vemos hyung! — Procedió a despedirse rápidamente, dejando a SeokJin con la palabra en la boca.
—Ni se te ocurra decir una palabra, Min. — Se atajó.
—No sé de que hablas. —Fingió inocencia.
—Es mi sobrino. — Explicó. — Antes de que te hagas algún tipo de idea equivocada, sea conmigo o que lo mires de más también.
Fue momento del pálido de levantar una ceja. —Bien, primero...— Se adentró a la oficina y cerró la puerta tras de sí. —Que sea gay no significa que esté desesperado ni que me guste cualquier persona pene portante. — Comentó indignado. — Segundo, ese tipo no es “mi tipo”, — Hizo señas hacía donde antes había estado TaeHyung. — Pasivo con pasivo, nunca es una buena opción.
—¡No necesitaba saber tanta información, Min! —Se quejó, mientras acomodaba unos papeles en su escritorio. — Además, estamos hablando de la intimidad de mi sobrino. ¡Es la primera vez que le ves! —Señaló. —¿Cómo puedes inferir una preferencia sexual?
YoonGi le mostró una sonrisa gatuna mientras señalaba su nariz. —Mi gaydar, —Explicó como sí fuera lo más obvio del universo. —¡Jamás me ha fallado!
—¿Es cómo una especie de sentido arácnido? — El mayor rio. — ¿Puedes saber su comida favorita también?
—Ríete lo que quieras, pero ya sabes como dicen, —Hizo una pausa— Ojo de loca, no se equivoca.
—¿Ahora eres loca? — Volvió a reír. — Sabes, creo que tanto tiempo trabajando en tu tesis, te está traumando, amigo.
—¿Recién te das cuenta? — Se quejó. — ¡Necesito una pausa! — Pidió al universo. — El estúpido que tiene que mandarme las correcciones, jamás responde ni uno de mis correos con mis consultas y luego resulta que arbitrariamente decide que tengo que cambiar casi todos los capítulos con los que estuve trabajando durante meses.
SeokJin asintió, conocía al tipo que estaba como director de tesis de YoonGi y era de lo peor, especialmente con los homosexuales.
Todavía no entendía como demonios era que todavía un dinosaurio así continuaba enseñando en una universidad de tanto renombre.
Sabía cuánto venía esforzándose su amigo, y cuantas veces había fallado culpa de ese imbécil.
—Bien, ya que lo dices... — Carraspeó suavemente. — Tal vez pueda hablar con algunos contactos y pedir que cambien a tu director de tesis. — La realidad era que venía pensando ese tema durante mucho tiempo, pero desgraciadamente, los tiempos administrativos muchas veces no podían evitarse. —Pero-
Ante esto, la mirada del Min se iluminó. —¡Si! — Le interrumpió.
—Pero ni siquiera sabes lo que iba a decirte...
—¡Cualquier cosa será mejor que estar a la merced de ese viejo hipócrita! — Golpeó el escritorio con emoción. — ¡Sea lo que sea, cuenta conmigo, Jin!
"—Cuenta conmigo, Jin—"
Esas fueron sus palabras.
YoonGi quiso golpearse.
¿Por qué demonios no terminó de escuchar? ¿Por qué tenía que ser tan impaciente?
El apuesto joven continuó caminando mientras se dirigía al vestidor del equipo de fútbol de la universidad.
"—Jodida mierda.", pensó.
Durante tantos años había tratado de evitar volver a este tipo de lugares y sólo se había puesto la soga al cuello.
Recuerdos de vivencias pasadas, en donde más de una vez se había escabullido por estos mismos pasillos con su ex HoSeok. Momentos en donde creyó que nunca podría ser más feliz al tener un amor completamente correspondido. ¡Ja!
Lastimosamente se tardó demasiado en comprender que en realidad, podía ser que el Jung le quisiera, pero no le adoraba lo suficiente como para que el capitán del equipo de fútbol admitiera que prefería enterrar su pene en el culo del Min en vez de una vagina y un par de tetas.
YoonGi había vivido engañado durante tanto tiempo, de hecho, todavía le costaba superar la gran desilusión que había vivido.
Parecía ser una cruel burla del destino el que su camino volviera hacía estos vestidores, pero sí la vida era una perra que osaba darle la espalda, él no se quedaría atrás y le respondería con una nalgada.
Min apresuró su paso, sin importarle las miradas sorprendidas de los jóvenes que se encontraban tan sólo con una toalla envuelta protegiendo sus partes privadas, mientras se dirigía hacía su objetivo.
YoonGi no tuvo que avanzar mucho para descubrir a un apuesto joven que sonreía entre un grupo de otros jugadores. Los demás se turnaban para felicitarlo por la excelente practica mientras que el rubio sólo asentía y les agradecía.
El pálido evitó que el latir de su corazón y el inminente nerviosismo se apoderara de sí, necesitaba terminar lo más pronto posible con esa tarea para poder volver a su vida normal.
—¿Park JiMin? — Le llamó la atención. — En el momento en que ambos cruzaron miradas, YoonGi pudo notar como la del contrario se le quedaba profundamente grabada, cómo sí el rubio pudiera ver en su interior algo que el Min deseaba esconder.
—¿Sí? — Preguntó con una armoniosa voz.
YoonGi saboreó el melódico sonido, mientras todas las alertas se disparaban en su mente. ¡Necesitaba correr!
—Tienes tutorías para Análisis matemático II, mañana a las 2 de la tarde en la cafetería. — JiMin abrió la boca pero el mayor fue más rápido. —No me interesa sí estas de acuerdo o no, tampoco sí habías solicitado la ayuda o qué tipo de contactos tengas, sí no estás allí a esa hora, no te ayudaré sin importar quien me ruegue. —Se encogió de hombros para luego retirarse, dejándoles con la intriga de su presencia, especialmente al rubio quien tardó unos momentos en procesar todo lo ocurrido, mientras YoonGi trataba de controlar el alboroto en su pecho, atribuyendo su nerviosismo al lugar y sus recuerdos, y no a cierto rubio.
Ahora sí, Porfi que me lleve la que me trajo 🥺
Estoy contenta porque pude avanzar mucho la historia, espero que ustedes también estén contentxs ❤️
Les adoro, pero no más de lo que amo a Gigi en esta historia ay
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