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— ¡P-pero m-mamá! — replicó.
— ¡Sin objeciones, jovencito! — aseveró — La abuela ya está muy vieja como para viajar, y luego de los 80 uno ya empieza a vivir de prestado, hijo. — la mujer dobló otra prenda — ¡No seas tacaño con tu tiempo, TaeHyung! Solo serán unas semanas y luego ya está. Nadie más puede cuidarla, solo nos tiene a nosotros. — su hijo refunfuñó, — Además, solía encantarte visitar la granja, ¿Qué es lo que cambió ahora TaeTae? — preguntó con curiosidad.
TaeHyung suspiró. Sí, de niño le encantaba visitar a sus abuelos y jugar con todos los animales de los alrededores, le encantaba cabalgar por horas en los ponys. Pero ya había crecido y sus intereses iban por otro lado.
Su posición como mariscal de campo y su popularidad dependía de mantener una imagen.
¡Todos sus amigos se irían de vacaciones juntos a un lujoso hotel en El Cairo!
Y él... Él con suerte estaría acompañado de pollos y vacas.
Definitivamente serían las peores vacaciones de su vida.
— ¡Diablos, amigo! — silbó.— Lo siento por ti TaeTae, mi pésame. — mencionó divertido.
— Aún no estoy muerto JiMin. — TaeHyung sonaba cansado.
— Lo sé, pero si tu reputación — su amigo dejó de aguantar la risa que estaba conteniendo para explotar en carcajadas.
— ¡Ya! No hace falta que me lo recuerdes... — tomó su rostro con preocupación.
El rubio hizo una mueca, — No quiero recordarte lo trágica que es actualmente tu vida, pero... ¡Mirá quién viene ahí!
TaeHyung levantó su mirada para encontrarse con la diosa de sus sueños, la guardiana de su corazón, aquella quien sería la madre de sus hijos algún día, caminando en su dirección.
El castaño se enderezó y comprobó disimuladamente su aliento, mientras JiMin lo aprobaba en silencio.
Lisa Manoban era la epítome de la belleza, y TaeHyung era un simple esclavo a sus pies.
— Pss, — JiMin le codeó — ¡Tienes algo ahí!
El castaño le miró curioso, mientras le señalaba la comisura de sus labios.
Oh sí... Baba...
Lisa se dirigía con bastante prisa hasta la biblioteca de la Universidad, sin poder creer que se le hubiera escapado nuevamente.
¿Por qué alguien huiría de ella?
Infló sus cachetes. Estaba ofuscada. ¿Por qué esa persona parecía ser inmune a sus encantos?
¿Acaso había perdido su magia?
— L-lisa... — la joven de negros cabellos miró hacía el desconocido. — ¿C-cómo estás? — una mueca se formó en su rostro. ¿Quién era ese sujeto que parecía conocerla? — Soy Tae...— la duda seguía en sus facciones — ¿Mariscal de campo? — Tae no podía evitar sentir nervios al estar hablando con ella — Fuimos juntos a la escuela... Así como... Toda la escuela — JiMin se dió un golpe en la frente ante lo tonto que podía ser su amigo. ¿De dónde lo había sacado? — También fuimos vecinos... Bueno, estábamos como a 50 cuadras de distancia pero tu casa me quedaba de pasada siempre qu— Okay, eso había sido demasiado para cualquiera. Lisa asintió siguiéndole la corriente al recién descubierto acosador.
— Ahh... Si...¡Tim!
— Soy Tae — una sonrisa nerviosa se poso en él.
— ¡Tae, sí! Claro que te conozco — El castaño asintió enérgicamente. Un incómodo silencio se formó entre ellos — Emm, bueno. Ya me voy, justo estaba de pasada pero te me cuidas y tomas mucha agua, ¿Sí? — Lisa prácticamente corrió para escapar del lugar. Solo Dios sabía los locos que andaban sueltos por ahí.
En fin, todavía debía de encontrar a alguien.
— Tae, amigo. ¿Qué fue eso?
— Yo, hablándole al amor de mi vida, ¿Qué más? —respondió como si fuera lo más obvio del mundo — Hasta recordó mi nombre. ¡Ah!Lo próximo será discutir el nombre de nuestros hijos. — la ilusión se transmitía en su voz.
— ¿De verdad estás bien, TaeHyung? — murmuró vencido el rubio. Claramente su amigo no estaba bien, dudaba de cuántos jugadores le faltaban en el partido que era su cabeza pero le quería. Lo conocía desde que tenía uso de razón y no podía evitar sentir algo de pena al ver que su amigo era un pobre iluso si creía tener chances con aquella chica. Estaba muy por fuera de su liga, y había tratado de decírselo muchas veces a Tae pero, él no escuchaba razones.
— ¿Necesita algo más señora, Kim?
— ¡Ya te dije muchas veces que me llames JiWoo, cariño. ¡Haces que me sienta una anciana! Además, si tuviera unos 40 años menos, tu y yo no estaríamos simplemente hablando, pero bueno. — suspiró — supongo que debo resignarme a qué mi tiempo aquí ya se está terminando.
— ¡Tonterías señora Kim! Además, si no fuera que no me interesan las mujeres, usted sería mi tipo ideal. — mencionó divertido.
— ¡Tú sí que sabes cómo tratar a una dama, JungKookie! Y te agradezco por haber traído mi pedido, mis rodillas ya no son las de antes como para caminar hasta el pueblo, y ni hablar de usar el coche. ¡Estúpidos municipales que tomaron mi licencia! Yo no veo bien desde que nací, mi edad no tiene nada que ver en eso.
JungKook hizo un gran esfuerzo para no morir de la risa ante aquello.
¡Esa abuela tenía una y mil ocurrencias!
Si así era de anciana, no quería saber lo que fue en su juventud.
— Por cierto, ¿Cómo está tu hermano?
— Bien, YoonGi hyung está bastante bien. Últimamente no hablamos mucho porque sus clases lo tienen ocupado — se encogió de hombros — de todas maneras lo veré cuando termine el verano.
— ¡Oh! Tienes razón, lo había olvidado... ¡Disculpa a esta pobre anciana! ¿Qué ibas a estudiar?
— Literatura y letras— mencionó con una gran sonrisa.
— ¡Cierto! ¿Sabes? Tengo a un nieto bastante bobo por cierto, antes solía ser un chico tan listo y luego no sé que le sucedió... Pero da igual, mi pequeño quería ser un gran artista. ¡Es una lástima que se uniera a ese estúpido grupo de fútbol! Quizás te lo cruces en tus clases...
JungKook asintió, sin embargo las universidades eran lugares muy grandes como para coincidir justamente. Además él no quería tener nada que ver con futbolistas. Había visto demasiadas películas para saber que esas cosas no terminaban bien.
— ¡Claro!
— Eres demasiado lindo Kookie, gracias nuevamente y no te preocupes que esta vieja no volverá a molestarte en un tiempo, ya que el ingrato de mi hijo se acordó que tiene una madre y vendrán de vacaciones. — la anciana le hizo señas para que se acercara — les dejaré creer que no tengo internet durante unos días, ¡Mi nieto se volverá loco! — JungKook negó divertido. Sinceramente la señora Kim no tenía destino alguno.
— ¡Le va a salir humo al teclado! — mencionó su padre.
— Es táctil. — respondió indiferente TaeHyung.
— Tks. ¡Malditos adolescentes! — bramó.
— Relájate, cariño — murmuró entre dientes su esposa.
Kim TaeYang miró a su esposa la cual se encontraba plácidamente acomodada en el asiento de al lado y resopló.
— Tú porque dormiste todo el viaje, pero yo estuve manejando por 6 horas. ¡Y mi propio hijo ni me habla!
— Mmmjum... — respondió la mujer. TaeYang suspiró. Su familia iba a matarle, y lo peor de todo es que aún faltaba su madre.
Luego de lo que había parecido una eternidad en dónde había tenido que luchar para conseguir señal en la ruta, Tae se lamentaba no poder estar con JiMin y con el resto del equipo de vacaciones.
Solo le quedaba rogar por una muerte más rápida o que esta tortura se terminara pronto, lo que sucediera primero.
Al cabo de unas horas, su madre le había despertado para avisarle que habían llegado. Ya era entrada la tarde y su abuela les esperaba con la comida preparada.
No pudo ocultar su preocupación al escuchar que allí no llegaba el servicio de internet y sus datos móviles estaban muertos.
— Pero en el pueblo tenemos lugares para eso, solo tienes que caminar 3 kilómetros... O puedes ir en la bici, ya que vendí al auto al saber que ya no me dejarían manejar. — ¿3 KILÓMETROS? Sí, el castaño estaba acostumbrado a hacer ejercicio por su equipo, pero una cosa eran los entrenamientos obligatorios y otro era tener que recorrer 3 putos kilómetros para conseguir algo de civilización.
Tampoco quería quedar tan irrespetuoso con su abuela, por lo que solo asintió a sus dichos.
— De paso podrías ir a retirar unas cosas para mí, olvidé pedir unas verduras para la cena. ¿Podrías ir TaeTae? — intervino su madre. Tae miro a su papá buscando ayuda, o por lo menos que lo llevara en el auto pero solo recibió su indiferencia.
Karma
—Está bien, — después de todo podría conseguir algo de internet en el camino y podría hablar algo con su amigo.
— ¡Que buen chico eres TaeTae!
— ¡QuibuinchicoirisTaeTae! — ironizó.
Su mamá, aquella mujer que se suponía que le amaba más que a nada en el mundo no le había pedido que se trajera la tienda completa no más porque no tendría como pagarla.
TaeHyung se sentía como esa chica que vio en un anime de pequeño, la joven cargaba con una mochila amarilla 3 veces mayor a su tamaño. El problema era que él no tenía a su "chico mitad bestia" para que le cargara las cosas, además se suponía que el como hombre de la relación debía de hacer esas cosas.
El castaño suspiró. A sus 25 años las únicas aspiraciones actuales que tenía era poder jubilarse a temprana edad, pero desgraciadamente todavía le quedaban como 40 años para llegar a eso.
Continuó pedaleando en aquella bicicleta que parecía sacada de un basurero. Esa chatarra parecía tener más años que su abuela, y eso era decir mucho.
— ¿Por qué no saqué mi licencia antes? — se lamentó.
Y la realidad es que nunca antes la había necesitado, siempre JiMin estaba para llevarlo a donde necesitara. ¡Esto era culpa de su maldita pereza!
Lo único bueno de todo esto era que había logrado cargar crédito en su línea para poder comprar internet. Le había costado gran parte de sus ahorros actuales, ya que al parecer, tener datos móviles en esa zona era como comprar un terreno o algo así.
Continuó pedaleando hasta que una rama se enredó en medio de una de sus ruedas haciendo que perdiera el control y terminara volando por los aires.
— ¡DEMONIOS! — escupió la tierra que tenía en la boca y trató de quitarse el resto del rostro. TaeHyung se levantó del lugar, bastante dolorido por el golpe y quiso llorar ante el desastre ocasionado. Todos los víveres que había comprado estaban tirados por doquier y la bicicleta parecía estar muerta.
Como por arte de magia, una camioneta venía en su dirección y supo que era su oportunidad.
Kim se tiró como si su vida dependiera de ello, y pensándolo bien, estaba oscureciendo y no sabía como demonios volver. No estaba en juego siquiera la opción de pasar la noche a la deriva, así que si. Su vida dependía de aquel extraño que iba en el auto.
JungKook venía distraído por la carretera cuando tuvo que frenar de golpe al notar como un cuerpo prácticamente se abalanzaba sobre su coche.
Agudizó la mirada, tratando de detectar de quien o de qué se trataba. Se reprendió a sí mismo. ¡Eso le pasaba por estar haciendo un maratón de the Walking Dead con YuGyeom! Y es que si, no era muy normal ser mejor amigo de tu ex pero en un pueblito había pocas cosas divertidas para hacer, además que el hecho de ser ex's no significaba que no se quisieran, solo que... Sus caminos no estaban destinados a estar en un plano romántico.
El Zomb— sujeto se asomó por su ventana y el pelinegro bajó el vidrio para encontrarse a un joven lleno de— JungKook se tapó la nariz. Era demasiado sensible a los olores, y más al olor a mierda.
— D-disculpa... Yo... Tuve un accidente. ¿Podrías acercarme a la granja de mi abuela? — preguntó con un ligero tic en su sonrisa. JungKook asintió inseguro.
Quién diría que todo comenzaría con levantar a un extraño bañado en excremento.
Las mejores historias comienzan de formas extrañas, solo que ambos lo descubrirían luego.
Esta historia está completamente dedicada a _jmhpestxmxmxdisimo
Steph bu, te amodoro hermosa! Estoy encantada de haberte conocido. Espero que hayas pasado un hermoso cumpleaños cielo ❤️😍
Raza, quiero hacerle un altar a iThaiGraph por la hermosa portada y separador que me hizo! La amo mucho mucho 🤧 muchas gracias preciosa!!!!
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