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06- One with the drunk guy.

Poco a poco, los ojos de John comenzaban a abrirse, soltó un leve quejido al sentir como si un brazo, estuviera sobre su pecho, dirigió su mirada hacía ahí, y afirmó él hecho de que una pelirroja lo estaba abrazando.
Sonrió enternecido al observar como la chica tenía sus labios entre abiertos y de ellos salía una gota de saliva, pero un carraspeo se escuchó a sus espaldas. Giró su cabeza en la dirección de donde provenía aquel ruido y pudo notar como un altísimo Brian May y un enfurecido Roger Taylor, lo observaban con el entrecejo fruncido.

Se sobresaltó inmediatamente, ocasionando que Maggie despertará de su profundo sueño.
 La pelirroja sin percatarse de los chicos que la observaban, limpió la saliva que escurría de su mentón, con él dorso de su mano.

—¿Maggie? — preguntó Roger, impresionado ante la desfachatez de su amiga, y es que para él era sumamente descarado él hecho de que aquel par, hayan dormido juntos.

—¿Mmh? — preguntó una aún adormilada Maggie — ¿Que sucede Johnny? ¿Tomaremos esa ducha ahora? — los tres hombres que se encontraban en la sala, se sorprendieron simultáneamente.

— ¡Margaret Emilia Evangeline! — Gritó un enfurecido Taylor, con las manos hechas puños.

Maggie inmediatamente se sobresalto, poniéndose de pie rápidamente, observo a él par de hombres de pie detrás del sofá, donde hace unos momentos se encontraba dormida sobre el pecho de Deacon.

— Roger ¿Que haces aquí? — Brian May sonrió incrédulo ante las palabras de la chica.

—¿Que, que hago aquí? Mierda Margaret, eso te lo debo de preguntar yo a ti. Y tú, Deacon — señaló a su amigo — ¿No se supone que la llevarías sana y salva a casa?

— Estoy sana y salva — contestó la chica, evitando que Deacon respondiera.

— Ah pero anoche — la reprendió el rubio, Maggie dejo salir un quejido de frustración.

— Anoche — se cruzó de brazos, dispuesta a explicar todo — anoche, John y yo nos quedamos profundamente dormidos mientras él me tocaba el bajo.

Brian May soltó una leve risita, Maggie fruncio él entrecejo en su dirección.

— Ah mira, una jirafa esta en tú casa, Johnny.

Deacon no pudo evitar reír fuertemente debido a las ocurrencias de la chica.

— Esta jirafa tiene nombre — Brian se señaló a si mismo — y es Brian May.

— Oh — la pelirroja se colocó las manos sobre sus labios, un tanto apenada — tú eres él famoso puddle del que tanto me ah hablado Taylor. Un gusto — extendió su mano hacia el rizado, este la observó dudoso, pero al final estrecho la suya con la de la pelirroja — Soy Maggie Evangeline, en serio es un placer conocerte, Brian.

Este sonrió, un poco más relajado.

— Y para mi es un gusto conocer a la loca que habló mierda sobre su jefe — Deacon se puso de pie y río victorioso, recordando lo que le había dicho a Maggie cuando la conoció.

— Ex — recalcó Maggie, torciendo los ojos.

— Si bueno ¿Quien tiene hambre? — preguntó John, fingiendo inocencia delante de sus amigos.

— Yo tengo — habló Taylor — pero no vas a esquivar esa platica que tenemos pendiente, Deacon.



*****





— ¿Y entonces? — preguntó Freddie, ansioso por que su vestuario estuviera listo — ¿Te falta mucho? — Maggie negó mientras torcía los ojos.

Habían pasado un par de semanas desde que comenzó a trabajar con Mercury, le agradaba bastante la estrecha relación que habían formado en cuestión de días; y todo gracias a la extrovertida personalidad de ambos.

— No Freddie, y te juró que si lo preguntas una vez más, te tomaré de ese perfecto cabello que tienes y te sacaré arrastrándote de aquí, si es necesario.

Él moreno levantó sus manos en son de paz.

— Ya, esta bien. Te dejó trabajar en paz, adiós querida. — Freddie se dirigía a la salida mientras alzaba las manos como si fuera la reina de Inglaterra, despidiéndose de sus pupilos — Te pierdes de una excelente compañía — Maggie lo miró con una sonrisa en él rostro — Bruja.

Dicho esto, salió disparado de la pequeña habitación que le habían asignado en la casa de Brian para que pudiera realizar su trabajo.

Después de un par de horas sumergida en su trabajo, logró escuchar unos torpes pasos, subir por las escaleras. Le pareció sumamente extraño que alguien estuviera en casa, se suponía que los chicos se encontraban analizando los últimos detalles de su última gira.

De pronto los pasos dejaron de resonar por el lugar, le pareció algo inquietante, así que se dio media vuelta para analizar la situación, sin embargo no contó con que John Deacon, quien no le había dirigido la palabra por días, se encontraba recargado en él marco de la puerta.
Él castaño la había ignorado por completo después de aquella noche que pasaron juntos, la evitaba todo el tiempo, y aunque compartían muchos momentos con la banda, Deacon estaba bastante concentrado en ni siquiera dirigirle la palabra, cosa que afectó un poco a Maggie.

— ¿John? — preguntó la pelirroja algo extrañada, pero en ese mismo instante él olor a alcohol inundó sus fosas nasales — ¿Estas ebrio?

John asintió fervientemente, acercándose poco a poco a Maggie, esta retrocedió levemente, pero se golpeó la espalda con la mesa donde tenia su material de trabajo.

— Maggie ¿Porque eres tan hermosa?  — levantó su mano y con su pulgar, acarició cuidadosamente la mejilla de la chica. La pelirroja suspiró profundamente.

— Estas ebrio Deacy — Maggie acarició él brazo del castaño — No estas siendo consciente ahora mismo, además, de no estar ebrio no me habrías dirigido la palabra. Como lo has hecho desde hace días.

John negó efusivamente.

—Por eso mismo estoy ebrio, sobrio no habría tenido las agallas de hablarte de nuevo. Ignorando las amenazas de Roger.

Maggie negó un poco frustrada.

— ¿Taylor eh? — él castaño asintió — Me va a escuchar, te lo aseguró.

— Mag, tus labios son hermosos — los acarició con su tembloroso pulgar — ¿Puedo?

La pelirroja quedó sorprendida ante lo que John le estaba pidiendo, un beso.
Mordió su labio inferior, estaba meramente consiente de que Deacon se encontraba ebrio, y que era bastante seguro que al día siguiente no recordaría nada de lo que había ocurrido. Así que no dudo ni un segundo en asentir fervientemente.
Deacon sonrió victorioso y estampó sus labios con los de la chica.

Su plan de fingir estar ebrio para poder besar a la chica había funcionado.

















Ahre, actualize otra vez alv.
Las jamonconqueso.

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