05- One with the milk.
La lluvia comenzaba a desatarse sutilmente, ocasionando que John regulara la velocidad de su auto.
Maggie se sintió un poco triste repentinamente, las gotas de agua golpeando contra las ventanas del auto le obsequiaron un poco de nostalgia debido a su olvidada familia.
Deacon pudo notar él repentino cambio de humor de la pelirroja, pero no dijo nada; realmente no quería molestarla.
La observaba disimuladamente cada tantos minutos, la chica sonrió al percatarse de ese hecho.
—¿Es que soy tan hermosa que no puedes dejar de mirarme? — preguntó burlonamente.
— ¿Que no se supone que deje a Roger en aquel recinto hace un rato? — ambos rieron simultáneamente.
El hecho de que Maggie fuera igual que Roger le causaba algo de gracia.
—¿Porque te has puesto triste? — preguntó él castaño sin poder evitarlo. La pelirroja lo miró algo sorprendida ante el hecho de que el chico se atreviera a preguntar.
— No es nada, solo... — jugueteó un poco con sus dedos, un fuerte suspiró salio de sus labios — recordé a mi madre y a mi hermano.
— ¿Recordaste? — Maggie asintió — ¿Donde están ellos ahora? — una sonrisa amarga se extendió por el rostro de la chica.
— Me mandaron al carajo hace mucho tiempo — John se sorprendió ante las palabras de la chica. — es una larga historia de la cuál no me gustaría hablar, no por ahora Johnny. — Deacon asintió, tratando de ser comprensivo.
— Esperó que algún día me puedas contar, solo si tu quieres; claro está.
Maggie asintió euforicamente.
— Lo haré John, lo prometo.
Un extraño pero cómodo silencio se apodero de ambos, el ambiente se tornaba algo aburrido, así que Maggie optó por poner algo de música.
— ¿Pasaste la prueba? — preguntó repentinamente él castaño. Maggie, quien no entendió lo que quería decir, hizo una mueca de confusión. — La de Freddie — aclaró él chico.
— Si, será un verdadero desafío para mi vestir a Fred. Es sumamente espectacular.
— Lo sé, es una diva exagerada.
Maggie golpeó levemente el hombro del castaño, quien despego una mano del volante para colocarla en la parte afectada. Él auto se desvío un poco, ocasionando que Maggie gritará.
—¡Deacon! — John río un tanto aliviado — Aún no nos casamos y ya quieres matarme.
Él inesperado comentario de la pelirroja hizo que John sintiera sus mejillas arder, se las tocó un poco confirmando él hecho de que se había puesto rojo.
De pronto recordó que Maggie no le estaba indicando él camino desde hace unos metros atrás.
— ¡Maggie! ¿Donde diablos esta tu casa? — la pelirroja río fuertemente mientras posaba su mano sobre sus labios.
— ¡No veo una mierda, John! — en efecto, la lluvia habia comenzado a caer con más fuerza, ocasionando que John detuviera el auto lentamente.
— Estamos a unas cuantas calles de mi casa, si quieres podemos ir ahí mientras baja la lluvia. — dijo John mientras observaba con un severo escrutinio a través de la ventana.
— Me parece bien, John. Esto se esta poniendo medio feo.
Dicho esto, Deacon puso en marcha el auto nuevamente, arribando a su casa en sólo un par de minutos. Salió rápidamente del auto y le abrió la puerta a la pelirroja. Se deshizo de su abrigo y lo colocó por encima de los dos, Maggie pegó su cuerpo al de él y corrieron juntos a la entrada.
John se apresuró a abrir la puerta mientras Maggie golpeaba su pie contra él suelo, esperando impacientemente.
— Pasa — dijo John cediéndole él paso — ponte cómoda, iré por unas toallas.
Salió disparado escaleras arriba sin darle oportunidad a la joven de decir palabra alguna.
Maggie observó un poco donde se encontraba, una sala bastante acogedora, digna de una típica familia inglesa.
Observó la chimenea por un momento y sonrió, como le gustaría tener una chimenea para poder calentarse cuando hace demasiado frío.
Tocó delicadamente las molduras de esta, llenando de polvo sus dedos. Unas cuantas fotografías adornaban una parte de la habitación. Un feliz John Deacon con quien suponía eran sus padres.
Pero no le dio tiempo de observar más allá, porque Deacon llego con un par de toallas en las manos.
— ¿Te apetece una ducha? — preguntó él castaño
La pelirroja arqueó una ceja, divertida. John comprendió lo que acababa de decir y sus mejillas ardieron por segunda vez desde que estaba con Maggie.
— Me refiero a que te duches tu sola, sin mi — los nervios comenzaban a aparecer de nuevo — no es que no me gustaría ducharme contigo, porque digo mirate — señaló a la pelirroja — ¿Quien no querría hacerlo? Todos queremos, creeme.
Maggie río fuertemente, sin poder evitarlo, mientras tanto John soltaba un pequeño grito de frustración.
— Soy un idiota, en serio lo siento. — la chica negó, repetidas veces, ella palmeó la mejilla de Deacon un par de veces.
— No lo sientas, lo estas haciendo bien. — la pelirroja le guiño un ojo —¿Donde esta el baño? — John señaló la segunda planta de la casa.
— Es en la última puerta de la derecha — simultáneamente, Maggie avanzaba hacia las escaleras.— Que tengas bonita ducha — él castaño alzó su mano y la movió de un lado a otro, despidiéndose de la chica.
Maggie no pudo evitar reír de nuevo, y es que John Deacon era un completo tierno cuando se encontraba nervioso.
— Si quieres hacerme compañía, te estaré esperando.
Dicho esto, se marchó inmediatamente al baño, mientras se despojaba de su ropa su rostro formó una divertida sonrisa. Y es que sabía perfectamente que Deacon no se atrevería a acompañarla; pero se le hacia divertido él hecho de e que sus incontrolables nervios lo albergarán de aquella manera.
******
Mientras se colocaba la bata de baño encima, pudo escuchar como unas leves notas musicales provenientes de la planta baja, aterrizaban en sus oídos.
Sonrió sin saber el porque, tal vez el sonido del bajo le parecía relajante, quien sabe.
Con una toalla en mano, mientras se secaba el cabello, bajó.
Observo a John recostado en él cómodo sofá, tocando un par de notas, seguido de eso las anotaba en un cuaderno.
Se acercó delicadamente, John estaba tan sumido en sus acciones que no se percató de la presencia de Maggie.
— Realmente tocas muy bien — él castaño dirigió su mirada hacia la pelirroja.
— Me asustaste — dijo colocando su mano en el pecho.
— Creí que estaba hermosa y por eso te gustaba observarme — caminó hacia el sofá y tomó asiento, pudo notar inmediatamente él par de tazas colocadas en la mesilla.
— Si lo éstas, pero eso no te da el derecho de asustarme rojita.
Maggie no podía apartar la mirada de las tazas, al notarlo, John río.
— Adelante — las señalo John — una es tuya.
Maggie no dudó ni un segundo y tomó la que contenía un líquido blanco, la probó y confirmó que era leche. John al observar la acción de la chica, formó una mueca algo indignado.
— Esa leche era mía, a ti te hize un té — señalo la taza mientras Maggie hacia una mueca de asco.
— Prefiero la leche, gracias.
John suspiró, sería una larga noche.
— ¿Y bien? — él castaño alzó las cejas — ¿Como estuvo tu ducha? — Maggie asintió en respuesta, aún con la taza en sus labios.
— Estuvo perfecta, muchas gracias Johnny.
— Los chicos me llaman Deacy — le contó John — si deseas, puedes llamarme así también.
— Esta bien, Deacy — la chica codeó un poco al castaño. — Muero de sueño.
— Puedes dormir en mi habitación, si gustas — se puso de pie inmediatamente, pero Maggie lo retuvo, tomándolo de la manga de su suéter.
— Quiero quedarme aquí, contigo. — John tragó saliva fuertemente — Tocame algo ¿si?
Él castaño la observó un poco, y al observar el tierno puchero que la pelirroja hacia, no pudo evitar sonreír.
— Iré por un par de mantas, ahora vuelvo.
Maggie asintió victoriosa, mientras John iba por las mantas, tomó su bajo y comenzó a tocar un poco las cuerdas; dejando salir una melodía no tan agradable para la mayoría de las personas.
Él castaño apareció rápidamente y colocó una manta sobre la chica, después tomó asiento y se colocó una encima.
— Esta bien Maggie, es hora de dormir.
Comenzó a tocar algo suave y calmado.
A los pocos minutos observó a la pelirroja, había recostado la cabeza en las piernas de Deacon, este dejó su bajo a un lado y acarició un poco el cabello rojizo de la joven, para después sonreír y caer también en un profundo sueño.
Ahre, ya actualizeeee. Las jamonconqueso, ya lo saben <3
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