Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[06]

—Tengo pareja. Se llama Haeun y tiene una hija tres años menor que tú. Me gustaría que os conocierais.

Namjoon no supo cómo reaccionar. Hacía once años de la muerte de su madre y en todo ese tiempo jamás había mencionado a ninguna otra mujer. Si su padre tenía encuentros sexuales o relaciones sentimentales, nunca fue consciente de ello. Y aunque era natural que buscase rehacer su vida, no pudo evitar tener sentimientos encontrados al respecto.

—Entiendo— el menor bajó la vista hacia su libro de derecho —¿Lleváis mucho tiempo juntos?

—Seis meses— el hombre notó que su hijo estaba dudando —Sé que estos últimos años solo hemos sido tú y yo. Puedo entender que te preocupe, pero Haeun no va a reemplazar a tu madre. Esa no es su intención.

—Lo sé, papá— Namjoon dejó el libro sobre la mesa del salón —Es solo que... No me lo esperaba.

Namkyu contempló la fotografía de Minyoung y Minjun que colgaba de la pared.

—Si soy sincero contigo, nunca pensé que podría enamorarme de otra persona. Tu madre era el amor de mi vida, hijo. La sigo queriendo y nunca la olvidaré, pero necesito seguir adelante. ¿Lo comprendes?

—Tienes derecho a ser feliz, papá. Siento haber reaccionado con reticencia.

—No pasa nada— el hombre sintió que se le caía un peso de encima—¿Puedo organizar una cena para este sábado? ¿Te vendría bien?

Namjoon aceptó por el bien de su padre. Aunque comprendía sus necesidades, había algo en todo aquello que no le convencía. Cuando vio a Eunha por primera vez en el restaurante tailandés, con un vestido blanco de encaje, el pelo recogido y un pasador en el cabello, entendió a qué se debía. 

Namjoon no quería tener una hermana y la sola idea de que fuera a reemplazar a Minjun le revolvía el estómago.

El joven siguió a su padre sin mostrar su descontento.

—Hola, Namjoon. Soy Haeun y ella es mi hija, Eunha— la mujer de cabello negro lo recibió con una cálida sonrisa. Haeun vestía un traje de pantalón y blusa, que le proporcionaba un aspecto muy elegante —Tenía muchas ganas de conocerte. Tu padre solo habla maravillas de ti.

El chico hizo una profunda reverencia. Eunha respondió con otra antes de tomar asiento enfrente de Namjoon. Namkyu y Haeun compartieron una mirada nerviosa; luego se sentaron junto a sus hijos.

Namjoon sacó el móvil de su bolsillo y vio que tenía un mensaje.

Hobi~ 😇☀️❤

-SÉ AMABLE Y EDUCADO. SONRÍE MUCHO, LO HARÁS BIEN. TÚ PUEDES, JOONIE. ESTOY CONTIGO EN ESPÍRITU. ¿NOTAS ESE CALOR?  SOY YO. MI ENERGÍA TE ACOMPAÑA. FIGHTING.
19:07 

El mensaje le robó una cálida sonrisa.

—¿Cómo te va en la universidad? Tu padre me ha dicho que estás estudiando derecho.

—Llevo dos años de carrera y me va muy bien— Namjoon guardó el móvil —Mi meta es sacarme la licenciatura y luego convertirme en juez.

—Su profesor cree que si sigue esforzándose como hasta ahora, podría conseguirlo en un tiempo récord.

—¿De verdad?— Haeun se quedó fascinada —Eso es impresionante.

Eunha sonrió amigable pero por dentro se sintió fuera de lugar. Lo único que quería era irse a casa, ponerse algo más cómodo y meterse en la cama.

—Tengo entendido que estás trabajando en la floristería con tu madre— Namkyu se dirigió a la muchacha, que asintió inmediatamente con la cabeza —¿Vas a seguir sus pasos o tienes pensado estudiar algo diferente?

—Todavía no lo sé— contestó cohibida —Espero averiguarlo pronto...

—No te preocupes, seguro que encontrarás tu camino. Es cuestión de tiempo, ya verás.

La sonrisa de Namkyu logró rebajar la tensión en Eunha. Por un instante sintió vergüenza, dado que Namjoon era un estudiante modélico que sabía claramente lo que quería hacer con su vida, mientras que ella no tenía ni idea de qué dirección tomar. Pero en lugar de mirarla con pena o desprecio, la mirada de Namkyu parecía llena de comprensión. Ese detalle agradó mucho a la muchacha.

La cena transcurrió de forma tranquila. Namkyu y Haeun se esforzaron en sacar temas de conversación ligeros, en los que podían incluir fácilmente a sus hijos. Al principio se mostraron reticentes a conversar, especialmente Eunha, pero en cuanto se rompió el hielo mejoró la comunicación notablemente.

Antes de pedir el café, la pareja se ausentó con la excusa de que Namkyu debía hacer una llamada de trabajo y Haeun necesitaba ir al baño, pero en realidad solo querían dejar a sus hijos para que pudieran entablar una conversación a solas.

Namjoon lo supo por la mala actuación de su padre, no obstante decidió seguirle el rollo para no dejarlo en evidencia. Eunha no se percató porque estaba leyendo los mensajes que le había enviado una de sus amigas.

—¿Qué opinas de esto?— preguntó Namjoon.

—¿Sinceramente?— Eunha dejó el móvil sobre la mesa —Es la primera relación que ha tenido mi madre desde que falleció mi padre y viendo que nos han traído a este restaurante tan pijo, deduzco que los dos van muy en serio.

El mayor guardó silencio al saber que Haeun era viuda. La similitud entre ella y su padre le sorprendió un poco.

—Me parece bien que mi madre salga con tu padre. El Señor Kim es una persona agradable, pero eso no quiere decir que vayamos a ser una familia, ¿comprendes?

—Por supuesto. No tengo intención de ser tu hermano mayor. Su relación no tiene nada que ver con nosotros.

—Estoy de acuerdo— Eunha tomó un poco de agua —Me gusta ser hija única y quiero seguir siéndolo. No necesito a alguien que se inmiscuya en mis cosas.

—Tranquila, a mí me da completamente igual cómo vivas tu vida— soltó con cierta brusquedad —Mientras te mantengas lejos de la mía, como si sales a nadar con tiburones.

Ambos se dedicaron una mirada afilada.

—No me acercaría a ti ni aunque me lo pidieras— «pedante sabelotodo, maleducado y engreído»

—Cuento con ello— «niñata arrogante, presuntuosa y soberbia»

Namjoon agradeció cuando la velada llegó a su fin. Haeun le había caído bien, era una mujer agradable, trabajadora, guapa y muy interesante. Después de hablar con ella detenidamente comprendió por qué su padre se había fijado en ella. Eunha en cambio le pareció todo lo contrario. 

Una vez en casa, se dejó caer sobre la cama y le envió un mensaje a Hoseok. No pasaron ni treinta segundos cuando su mejor amigo le llamó al móvil.

—¿Cómo te ha ido? ¿Lo has pasado bien? ¿Te han caído bien? ¿Cómo son?

—El gai pad med mamuang estaba rico.

—¡Al diablo con eso! ¡Háblame de ellas!

—Vale, pero no me grites— el joven apartó el móvil —La madre es muy agradable, me ha caído bien. La hija no tanto.

—¿Y eso?

—Es una creída. Me dijo que no quería que me inmiscuyera en sus cosas, ¿te lo puedes creer? ¿Quién habla así?

—Tú— soltó entre risas —¿Te cae mal porque se parece a ti?

—¿Qué dices? No nos parecemos en nada. Me cae mal porque es insufrible.

—Ahora tengo mucha curiosidad. Quiero conocerla.

—A veces te odio, Hobi.

—Y yo te amo— Hoseok se tapó la boca en cuanto salió de sus labios. ¿Qué cojones le había dicho? —Tienes suerte de tener un mejor amigo tan genial como yo— matizó con la mayor naturalidad posible —¿Verdad?

—Tengo mucha suerte...

Durante unos segundos se prolongó un extraño silencio entre ellos. 

—En fin, tengo que preparar algunas cosas para mañana— Hoseok intentó mostrarse como siempre, aunque estaba temblando como un flan —Tengo prácticas en el hospital y quiero hacerlas bien.

—Lo harás perfecto, no te preocupes— aseguró convencido —Serás el mejor enfermero del mundo.

—¿Del mundo? No te pases— se sonrojó —Pero gracias, Joonie... Buenas noches.

—Buenas noches.

Namjoon se quedó observando la fotografía del fondo de pantalla de su móvil. 

—Yo sí que te amo, Hobi... No de la misma forma que tú pero te amo muchísimo... Y a veces me gustaría decírtelo... Pero no puedo...

Dos semanas más tarde, Haeun y Eunha visitaron el domicilio de los Kim por primera vez. El apartamento al que se habían mudado poco después del suicidio de Minjun no era muy grande, pero sí era muy acogedor.

Hoseok, que también se encontraba allí, se levantó del sofá y se acercó a Eunha.

—Hola, me llamo Jung Hoseok— se presentó lleno de energía —Soy el mejor amigo de Joonie. Encantado de conocerte.

A la joven le sorprendió su entusiasmo. La enorme sonrisa del muchacho hizo que se sintiera bienvenida.

—Yo soy Jung Eunha. Es un placer.

Namjoon se percató de la mirada de Eunha. La expresión que vio en su rostro no le gustó en lo más mínimo. El chico titubeó pero después de un intenso debate consigo mismo, decidió acercarse a ellos.

—Perdona— Namjoon agarró a su amigo del brazo —¿Puedes venir a la cocina?

Hoseok se sorprendió por la repentina interrupción pero accedió a ir con él de todas formas.

—Ella no— soltó tras cerrar la puerta.

—¿Ella no, qué?

—Puedes liarte con quien quieras menos con ella.

—¿Estás borracho?— a Hoseok le dio la risa —¿Lo dices en serio?— el mayor le puso la mano sobre la frente —No tienes fiebre pero creo que te ha picado el mosquito de la estupidez.

—No estoy de broma, Hobi. He visto cómo te ha mirado y no me ha gustado.

—¿Eso que sale de tu boca son celos?

—Por supuesto que no.

Hoseok se sintió herido tras recibir una respuesta tan contundente. El chico esbozó una media sonrisa tratando de disimular su malestar.

—Me iré en un rato, así que no te preocupes.

—¿No te vas a quedar a dormir?— se extrañó —Pensé que pasarías la noche conmigo.

—No, solo tenía curiosidad por conocer a Eunha.

Namjoon notó que se había molestado, aunque en realidad no estaba molesto, sino dolido consigo mismo. Hoseok charló un rato más con Eunha y luego regresó a su domicilio. No tenía planes, de hecho pretendía quedarse a dormir en casa de los Kim, pero esa respuesta le hizo ver una vez más que solo vivía en una fantasía.

El menor le quería pero no como él deseaba y a pesar de saberlo, Hoseok continuó con la esperanza de que quizá algún día le correspondería.

En marzo, Namjoon se acercó al centro comercial con la intención de comprar varias cosas para la universidad. Mientras recorría los pasillos del recinto, se topó con uno de los violadores de su hermano.

Era Im Jaegeun, lo recordaba del juicio. Aquel muchacho se había mostrado como una víctima ante el juez, pero en los pasillos se reía y conversaba con sus amigos como si todo se tratase de un simple juego. Namjoon nunca olvidaría su expresión despreocupada y su altanería al hablar del caso.

Y ahora lo tenía enfrente, justo al lado de una tienda de accesorios, acompañado de una joven de sonrisa superficial.

A Namjoon se le cayó la bolsa de la impresión. Todas las emociones negativas que había logrado dejar atrás se volvieron a proyectar en un abrir y cerrar de ojos. La gente que paseaba por el recinto dejó de importar, incluso el ruido que causaban dejó de llegar a sus oídos. Namjoon solo escuchó la risa de Jaegeun, que tonteaba con su novia con total libertad.

Libertad. La libertad que Minjun ya no tenía. 

Namjoon no pudo controlar la rabia que lo invadió. El joven los persiguió durante horas, observando cómo reían, comían, gastaban dinero y vivían como cualquier otra pareja de su edad.

«¿Por qué ese monstruo tiene una vida y mi hermano no?»

Namjoon no dejó de repetirse esas mismas palabras; ni en ese momento, ni cuando llegó a casa. Tampoco logró olvidarse de ellos durante su turno de trabajo y menos en clase, donde escribió una y otra vez el número de la matrícula del coche del violador de su hermano.

Con el paso de los días, las ganas de hacer justicia fueron aumentando. Namjoon comenzó a buscar información por internet y pronto se encontró a sí mismo persiguiéndole después de clase, estudiando sus rutinas, averiguando con quién quedaba e imaginando cómo llevaría su venganza a cabo.

Por las noches se quedaba despierto, fantaseando con su asesinato. Lo único que lo alejaba de realizar dicha fantasía era Hoseok; pensar en su mejor amigo era como sentir un rayo de sol en medio de una tormenta.

Hoseok actuaba en su mente como una conciencia, advirtiéndole de las consecuencias que le esperaban si tomaba el camino equivocado.

Y eso era lo único que hacía dudar a Namjoon, hasta que conoció a Mark Tuan.

—Te presento a mi novio.

Namjoon no se lo esperó. Había quedado con Hoseok para cenar y en lugar de un menú nutritivo, se había encontrado con esa desagradable sorpresa.

El menor sabía de sus relaciones, pero nunca llegó a conocer a ninguna de sus parejas, lo que le hizo pensar que con Mark iba en serio.

El joven nacido en Los Ángeles se mostró muy simpático. Namjoon comprobó rápidamente que era inteligente, educado, atractivo y que se llevaba muy bien con su mejor amigo.

—¿Y qué vas a hacer en el futuro?— preguntó Mark sin soltar la mano de Hoseok —Sé que estudias derecho, ¿pero qué planes tienes? ¿Quieres tener tu propio bufete de abogados?

—No, no, yo...— Namjoon titubeó antes de responder. ¿Qué era lo que quería? —Quiero ser juez— afirmó, y por primera vez, no se creyó lo que decía.

—Eso es fantástico— contestó Mark entre otros elogios que Namjoon no fue capaz de oír. Lo único que veía con claridad, era la forma en la que Hoseok le miraba, cómo jugaban con sus manos entrelazadas y lo mucho que le dolía.

Y esa sensación se mezcló con las risas de Jaegeun en el centro comercial y las lágrimas de Minjun cuando lo vio por primera vez en la cama del hospital.

Namjoon regresó a casa sabiendo que Mark Tuan cuidaría bien de su mejor amigo. Era enfermero de vocación, tocaba la guitarra en su tiempo libre y ayudaba en un refugio de animales de forma voluntaria.

Hoseok encajaba bien con él. Ambos tenían una actitud positiva ante la vida y aunque Mark parecía un poco más tranquilo, se veía mucha complicidad entre ellos.

Aquella noche, Namjoon se derrumbó como no lo había hecho en años. Le dolía que Hoseok quisiera a otro hombre, ¿pero qué podía hacer? Él estaba roto, estaba defectuoso. No importaba lo mucho que se esforzara en recuperarse porque nunca lo lograría.

El pasado lo había vuelto a alcanzar, como si esperase de él que hiciera justicia. Y eso era justo lo que iba a hacer. Ahora que sabía que Hoseok tenía a Mark, Namjoon decidió tomarse la justicia por su mano.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro