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[04]

El funeral de Kim Minjun fue un acto privado con la presencia de sus seres queridos y amigos más allegados. Los Jung acompañaron a la familia en todo momento, brindándoles su apoyo incondicional como habían estado haciendo los últimos años.

También acudieron algunos compañeros de trabajo de Namkyu, de los que estuvieron a su lado en los momentos más críticos. Al igual que la novia de su hijo, que se presentó a primera hora de la mañana para poder arropar a su chico durante todo el proceso.

La ceremonia fue sencilla y estuvo cargada de muchas emociones.

A Namjoon le hubiera gustado ver a los amigos de su hermano acompañándoles ese día, pero ninguno se presentó ni envió sus condolencias. El chico no les guardaba rencor dado que sabía que solo seguían las exigencias de sus padres y aun así no pudo evitar sentirse mal por Minjun, sobre todo porque eran sus amigos de toda la vida y si la situación hubiese sido a la inversa, Minjun habría movido cielo, mar y tierra para estar en el funeral de sus amigos.

Namjoon buscó a Hoseok repetidas veces durante el acto y el mayor respondió a cada una de sus miradas. A veces le sonreía, a pesar del dolor que transmitía su propia mirada, hacía el esfuerzo para regalarle una sonrisa y hacerle sentir mejor.

Namjoon agradecía cada gesto que tenía con él, no solo ese día, sino desde que comenzó el infierno de su hermano. Hoseok siempre le daba apoyo sin exigirle nada a cambio y también había sido un gran amigo para Minjun, lo que en cierta forma aliviaba su corazón.

La mente del joven divagó al contemplar la fotografía de su hermano rodeada de múltiples flores blancas. El vacío que albergaba en lo más profundo de su ser se extendía cada vez que imaginaba cómo podría haber sido su vida.

Namjoon se lo imaginó yendo a la universidad, convirtiéndose en entomólogo y casándose con una bióloga de fuerte personalidad. Se imaginó a Minjun como padre, viviendo en una casa con jardín donde empleaba horas jugando con sus hijos e hijas, explicándoles la belleza de la naturaleza y lo maravillosos que eran los animales.

Ese futuro feliz perduró hasta que la imagen del cuerpo sin vida de Minjun apareció ante sus ojos y lo transportó abruptamente de vuelta a la realidad.

Hoseok notó que algo le sucedía y se acercó con disimulo hasta poder tomarlo del brazo. Namjoon sintió ganas de llorar pero la presencia del mayor logró calmar su horrible agitación.

Heo Yoori regresó del baño y los vio hablando en una esquina. La chica no estimaba a Hoseok desde que sabía que deseaba a Namjoon tanto como ella.

—Hoseok— la muchacha se acercó y le tocó el hombro suavemente —¿Podrías ir a por un poco de agua?

El joven percibió la indirecta y se alejó con sentimientos encontrados. Para Hoseok no era ningún secreto que Yoori lo detestaba. No había sido siempre así, no hasta tres meses atrás, cuando lo encontró besando la mejilla de Namjoon mientras dormía en el sofá. No fue solo por el beso, sino por la expresión que vio en su rostro. Desde ese día, Yoori le había puesto la cruz y cuando estaban a solas se lo hacía notar.

Hoseok pasó el resto del día pendiente de su mejor amigo pero tomando cierta distancia. Aun así, Namjoon lo buscaba constantemente y cuando se alejaba, aunque fuese para ir al baño, lo seguía sin rechistar. Lo que menos quería era estar solo, a pesar de que había mucha gente a su alrededor, la única persona que lograba calmar su ansiedad era Hoseok.

Entrada la noche, Namkyu se acercó a su hijo, que se encontraba con Hoseok y Yoori en el jardín del recinto.

—Chicos, ya es tarde— los tres parecían agotados, lo que no pasó desapercibido para el militar —Deberíais iros a casa.

Los jóvenes se miraron dubitativos ante sus palabras.

—Mi padre tiene razón— Namjoon se levantó del suelo —Es mejor que os vayáis.

—¿Seguro?— Yoori se alzó y lo abrazó con cariño —¿Estarás bien?

—No te preocupes por mí, ve a descansar.

La muchacha no se atrevió a besarle en la boca delante de su padre, así que le dio un beso en la mejilla. Hoseok se limitó a mirarlos en silencio, como hacía siempre.

—Tu familia te está esperando— Namkyu tocó el hombro de Hoseok —Ve con ellos.

El mayor quiso despedirse de Namjoon pero Yoori seguía abrazada a él, por lo que no le quedó más remedio que decirle adiós con la mano.

—Te amo— le susurró la joven al oído —Si necesitas cualquier cosa, llámame. No importa la hora que sea, vendré enseguida.

—Lo haré— Namjoon observó cómo su amigo se dirigía hacia el interior del recinto —Descansa— le besó la mejilla —Buenas noches.

—Ven Yoori, te pediré un taxi.

Namjoon tomó asiento en el suelo con cierta apatía. El día había sido emocionalmente agotador pero también sabía que la noche sería incluso peor.

—Te echo de menos— susurró con el corazón roto —Añoro tu voz, tu sonrisa, tu entusiasmo por los insectos, que me despiertes de madrugada para ir al bosque y buscar escarabajos, pero sobre todo añoro tus abrazos— Namjoon notó un fuerte nudo en la garganta y cómo las lágrimas que no había soltado en todo el día le traicionaban ahora, en la más profunda y oscura soledad.

El chico sintió que alguien lo apretaba contra su pecho. Al alzar la mirada vio que se trataba de Hoseok.

—He hablado con mis padres y dicen que puedo quedarme contigo. ¿Quieres que me quede contigo, Joonie?

Namjoon no logró pronunciar palabra por culpa de las lágrimas. El menor escondió el rostro entre su cuerpo mientras sentía los brazos del mayor cálidamente sobre su piel. Hoseok supo a instante que había tomado la decisión correcta al regresar con él.

Namkyu se asomó con la intención de hablar con su hijo pero se detuvo al encontrarlo entre los brazos de Hoseok. La pareja estaba bajo un roble, cubierto por la luz de la luna llena y aquella imagen tan íntima le encogió el corazón.

Lo que en un principio iba a ser una noche se convirtió en una semana. Hoseok se quedó a vivir con los Kim para alivio de Namjoon y disgusto de Yoori. La muchacha llamó todos los días e incluso se presentó sin avisar; por suerte para Hoseok no podía ir a menudo, dado que sus padres eran muy estrictos y tenía que atender sus clases de danza clásica, violín y francés.

La actitud de Namjoon cambió mucho a raíz de la muerte de Minjun. Durante los primeros meses estuvo muy decaído, pero con el paso del tiempo se volvió más serio y reservado.

El chico se fue alejando de sus amigos y también decidió ponerle fin a su relación con Yoori. Namjoon cortó con ella no solo porque sus sentimientos se habían desvanecido, la presión que ejercía la muchacha sobre él le terminó cansando.

Ella buscaba algo que ya no era. Quería que fuera el Namjoon que conoció; el joven alegre, inteligente y soñador, con un futuro prometedor por delante, pero ese chico ya no existía.

Yoori insistió en retomarlo, incluso fue a su domicilio a pedirle una segunda oportunidad, pero fue en vano. Namjoon había levantado un muro entre él y el mundo, y al único que dejaba entrar era a Hoseok. La única persona a la que quería mantener a su lado era a su mejor amigo.

Hoseok no buscaba cambiarlo, al contrario, trataba de darle apoyo, cariño e incluso intentaba motivarlo. Cuando le contó a Yoori que había decidido estudiar derecho, la muchacha se disgustó porque lo consideraba una carrera inadecuada para su potencial; Hoseok en cambio sonrió con tanta dicha que Namjoon supo inmediatamente que había acertado.

En los tres años que siguieron, Namjoon estudió arduamente para lograr su objetivo de ingresar en la universidad de Seúl. Aunque no había vuelto a salir con nadie formalmente, Hoseok estaba al tanto de sus rollos de una noche.

El mayor era consciente de que la muerte de Minjun había sido el detonante de aquel cambio. Y precisamente por eso, porque sabía que Namjoon necesitaba tiempo, decidió salir con otras personas e intentar pasar página.

Hoseok estuvo con una estudiante de bellas artes durante dos meses y luego salió con un informático con el que rompió a las seis semanas. El chico quería enamorarse pero no podía; estaba pillado por su mejor amigo y no importaba lo mucho que se esforzaba en conectar con otras personas, ninguna de ellas le hacían sentir como Namjoon.

Después de otra cita fallida, Hoseok se arrastró hasta la cocina en un estado que sorprendió a su madre.

—¿Por qué estás tan deprimido?— preguntó la mujer —¿Ha pasado algo?

—Ayer tuve una cita pero no fue bien...

—¿Y por eso tienes esa cara?— Yewon arqueó una ceja —Tienes dieciocho años, no setenta. A tu edad es normal tener citas horribles.

—No he dicho que haya sido horrible...

—No hace falta. Eres un libro abierto, mi amor.

Hoseok apoyó la mejilla sobre la mesa y suspiró dramáticamente.

—¿Por qué no le pides una cita a Namjoonie?

—¿Qué?— el chico se alzó inmediatamente —¿P-Por qué dices eso?

—¿No estás enamorado de él?

Su rostro pasó de un color apagado a un rojo intenso en cuestión de segundos. Hoseok se sintió tan sorprendido como avergonzado.

—Buenos días— Hosung entró en la cocina y le dio un beso a su mujer —¿Pasa algo?— la cara desencajada de su hijo le llamó la atención —¿Te encuentras bien?

—N-No... Yo, digo sí, sí— balbuceó nervioso —Estoy bien...

—A tu hijo le falta valor para pedirle una cita a Namjoonie.

—¡Mamá!— Hoseok no daba crédito ante la traición de su madre —¡P-P-Pero...!

—¿Por qué?— Hosung tomó asiento enfrente del menor —¿Te da miedo preguntárselo?

El chico se quedó de piedra. Su padre no se veía disgustado ni decepcionado, solo parecía preocupado.

—No... Eh... ¿No os importa que también me gusten los chicos?

—¿Acaso es una novedad?— sonrió Yewon —A los cinco años estabas jugando con varias niñas y una de ellas afirmó que de mayor se casaría contigo, pero tú contestaste que no, que te casarías con Joonie.

—Aunque a los ocho años también querías casarte con Son Goku porque su colita te parecía muy mona— rememoró su padre —Siempre querías casarte con chicos.

Hoseok se sintió muy cohibido, sobre todo cuando sus padres comenzaron a reírse.

—No tienes que avergonzarte, Hoseokie. Ser bisexual es algo natural— la mujer les sirvió una taza de té a cada uno —Tu padre también lo es.

—Gracias, cariño— Hosung tomó un sorbo. El toque que le daba su esposa al té lo convertía en el mejor del mundo —Riquísimo.

—¿En serio?— el menor abrió los ojos como platos —¿Eres bisexual?

—Sí.

—¿Por qué? Digo, pero... A ver— Hoseok quería saber más detalles pero no sabía cómo preguntar —Es decir...

—Conocí a tu madre cuando me mudé al campo. Por aquel entonces tenía unos quince años. Después de pasar tanto tiempo en la ciudad, estar rodeado de granjas me pareció el peor de los castigos— contó entre risas —Mis padres insistieron en que hiciera amigos y como tu madre era mi vecina, la invitaron a pasar una tarde con nosotros.

—Yo le presenté a todo el grupo, éramos siete amigos en total— añadió Yewon —Seojun, mi novio por aquel entonces, tu padre y yo, conectamos enseguida y nos volvimos inseparables.

—Siempre estábamos juntos. Lo compartíamos casi todo, hasta que un día de intensas lluvias, nos metimos en el granero de Seojun y los tres decidimos compartir algo más.

Hoseok arqueó una ceja. ¿No estaría hablando de un trío? La sonrisa pícara que intercambió Hosung con su esposa le confirmó esa teoría.

—V-Vale, papá, t-tampoco necesito tantos detalles— se levantó de su asiento —T-Tengo que limpiar mi habitación...

—Me había enamorado de tu madre y de ese chico intrépido y cautivador. Por suerte mis sentimientos eran recíprocos— le señaló la silla y Hoseok se volvió a sentar —Naturalmente lo mantuvimos en secreto, mis padres me habrían matado si hubieran sabido que tenía algo con los dos, pero afortunadamente nunca salió a la luz.

Hoseok no sabía qué decir. Si hubiera tenido una mandíbula floja, como en los dibujos animados, ahora estaría cubriendo el suelo de lo pasmado que se hallaba.

—Por desgracia, Seojun nos dejó a los diecisiete años, tras caer del tejado de su casa— desveló Yewon entristecida —Estaba ayudando a su padre a arreglar unas tejas y se resbaló con la mala fortuna de caer sobre una piedra.

—No puede ser— esa revelación le impactó —Lo siento mucho...

—Nosotros seguimos juntos— el hombre tomó la mano de su esposa —Pero perderle fue un golpe muy duro para los dos.

—¿Por eso os mudasteis a Seúl?

—Nos mudamos a Seúl para ir a la universidad y después decidimos quedarnos— respondió su madre —Vivir en el campo nos recordaba a Seojun y allí no conseguíamos sanar nuestras heridas.

—Seojun fue quien insistió en quedar más a menudo. Sin él no hubiéramos conectado de la misma forma. Él nos juntó, ¿verdad?

—Sí— Yewon miró a su marido con cariño —Nosotros éramos demasiado tímidos. Él vio a través del miedo y de la inseguridad.

Hoseok no supo qué decir. Siempre creyó que sus padres se habían conocido de una forma más común y corriente. Aunque le impactó saber de la existencia de alguien como Seojun, su relación con él no le desagradó del todo.

—Deberías pedirle una cita a Namie— le animó su padre —Es normal que tengas miedo pero nunca se sabe, hijo. Quizá siente lo mismo por ti.

—Gracias por ser como sois— Hoseok alzó la mirada conmovido —De verdad tengo los mejores padres del mundo.

Hosung y Yewon sonrieron emocionados.

—Por cierto, ¿ya has tenido relaciones sexuales?

—¡Papá!— se levantó de la silla —¡No me preguntes eso!

—Solo me aseguro de que estás bien preparado. El sexo entre hombres...

—¡Cállate!— Hoseok se tapó los oídos y huyó de la cocina —¡Lalalalalalalalalalala!

Ambos se echaron a reír por su actitud.

—Crece tan rápido— suspiró Yewon —Pronto comenzará a estudiar en la universidad, se casará, tendrá hijos... Mi bebé se ha convertido en todo un hombre.

—Hemos hecho un gran trabajo, cariño— Hosung le besó la mejilla —Independientemente del camino que tome nuestro hijo, lo más importante es que hemos criado a un chico con un gran corazón.

Hoseok irrumpió en su dormitorio completamente avergonzado. ¿Por qué tenía que mencionar el sexo? Sí, lo había hecho con sus ex parejas pero eso no se lo iba a decir a ellos.

El chico se tumbó en la cama con el corazón bombeando a mil por hora. El sonido de su móvil le sacó bruscamente de sus pensamientos.

Joonie 🥺❤✨

-¿Te vienes mañana conmigo a Incheon?
9:57

Hoseok se quedó mirando el texto durante varios segundos. ¿Y si se declaraba? ¿Y si le decía lo que sentía? Ahora Namjoon ya no tenía pareja; ahora ya no había nadie que se lo impidiera.

El joven respiró profundamente antes de contestar.

—Mañana se lo diré— aseguró confiado —Pase lo que pase, mañana le diré lo que siento.

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