6.-Hippies
《Parte 6》
-¿Dormir contigo?-me observa.
-Si, dormir conmigo.
-Estás mal, medícate.
-Obvio que estoy mal, ¿crees que en mis cabales te diría que duermas conmigo?. ¿En serio te lo creíste?
-Creí que me estabas coqueteando-se levanta de la cama.
-Yo no coqueteo, solo existo, y se enamoran.
- Y...¿Tienes alguna noticia de mi amiga?
-No, pero al menos no creo que esté muerta.
-¿Podría estarlo?.
-No conoces a mi padre.
-¿ Y tú si?.
-Te acabo de decir, que es mi padre.
-Y según tu conocimiento hacia él, qué podrías deducir.
-Tu amiga está viva, caso contrario, ya nos hubiésemos enterado.
-¿Me ayudarás a buscarla?.
-¿Por qué debería hacer eso?-me burlo.
-Porque tenemos varios días conviviendo.
-Puedo contarlos de hecho. Y eso no nos convierte en amigos. Por qué confiarías en mi ayuda, te recuerdo te ofrecí mi ayuda para que escapes cuando nos conocimos.
-Y eso no terminó bien, pero, podría preguntarle a tu hermano.
-Créeme, pierdes tu tiempo, él es el que menos está al tanto de todo esto.
-¿Tú sabes quién se llevó a Anne?
-Te aseguro que si supiera tampoco te lo diría. Ahora, déjame dormir-acomodo una almohada debajo de mi cabeza.
-Voy a gritar toda la noche para que no duermas-empezó a gritar pero de inmediato puse una mano en su boca.
-Lo de que grites toda la noche me está tentando, pero no de esta manera.
Rápidamente me doy cuenta de que va a decir algo, pero su rostro enrojeció y se limitó a responder
-Entonces, ¿me dejarás dormir?, mira, yo entiendo que mi hermano te haya dado somníferos y no tengas sueño, pero desde que te trajimos no sé lo qué es descansar los ojos a gusto.
-Si, descansa.
se aproxima a un sofá para recostarse y mis ganas de decirle que se devuelva a la cama conmigo me superan, pero finalmente no lo hago y me doy vuelta trayendo una manta hacia mí.
*******
me levanté y me dirigía a el baño y ahí estaba ella, acurrucada en el sillón dormida, como si no sintiera los rayos de sol que entraban por la ventana.
-Menos mal no tenías sueño-sonrío ampliamente
-Creo que los somníferos que me dio tu hermano ya habían expirado-su nariz se arrugó.
-No me pareció anoche, pues dijiste que gritarí...-no me dejó terminar.
-Pero yo no me refería a eso, vale-pone los ojos en blanco.
-Como sea, iré a bañarme.
-Yo no me he bañado desde ayer.
-¿Es una indirecta para bañarte conmigo?.
-No, es una para que me dejes salir de tu cuarto de una vez por todas.
-No le faltes el respeto a tus mayores, sólo iré a bañarme y te puedes ir.
-¿Es necesario que esté aquí mientras lo haces?
-No, pero si me disculpas.
Me metí a ducharme y vi como ella caminaba de un lado a otro, impaciente, sujetando su nuca suspirando. Pasado de unos diez minutos salí de la ducha solo en una toalla de baño que rodeaba mi cintura.
-¿Puedo irme?-me miró de arriba a abajo y tragó grueso.
-Si, ya puedes irte-saco las llaves que estaban en mi chaqueta, justo en el sofá donde ella durmió.
-¿Estuvieron ahí todo este tiempo?-pregunta incrédula.
-No, es que soy mago y ¡ pum ! aparecieron allá-bufo divertido.
-Me estás diciendo que tuve las llaves muy cerca mío y pude haberme ido anoche mismo- frunció el ceño.
- A lo mejor estabas lo suficientemente distraída como para no notarlo.
-Debió ser el sueño.
- Me parece que dijiste que no tenías sueño, y que gritarías toda la noche-paso una mano por mi cabello retirando el exceso de agua.
-¿Por qué tienes que verle el doble sentido a todo?-prolifera estresada.
-Tú eres quien le ve el doble sentido, por mi parte, yo sólo repito lo que tú dijiste.
-No, no es así- se aproxima a mi quedando a cm-. Y quiero que sepas que estoy harta de que seas tan confianzudo, esto ni si quiera parece un secuestro, sólo estoy viviendo con dos desconocidos que me tienen encerrada en su casa.
-Y qué esperabas-me acerco más a ella haciendo que vaya dando pasos hacia atrás, retrocediendo hasta que su espalda chocó con la pared y pude estar completamente cerca de ella-. ¿Esperabas que te amarre y te trate mal?-pongo mis dos brazos a sus costados en la pared, haciendo que ella quede en medio-. O, ¿esperabas que te haga gritar?-hago que nuestras narices choquen y nuestras respiraciones se mezclen.
-Yo...No...Así está bien-sus ojos se volvieron brillantes.
-Podría asegurar que ahora estás nerviosa.
Bajo una de mis manos a su cintura, y ella no hace nada por quitarla, es como si haya entrado en trance y no hace más que mirar mis labios.
-¿Quieres?-pregunto pícaro dando masajes con mis dedos por su cintura.
-Yo...- Se acercaba a mis labios como si fuéramos a besarnos.
-Hola, ¿acaso se están reproduciendo?-Nina golpeaba la puerta fuertemente-. Ya es tarde y deben bajar a desayunar.
-Eh, no, ya vamos-responde Daia quitándose de mi agarre, tragando saliva y acomodándose el cabello.
-Si quieres podrías quedarte a ver como me pongo la ropa.
-No, gracias. No necesito un tutorial, yo sé vestirme.
-Que bueno que sepas, porque yo sólo sé desvestir-le guiño un ojo.
-Son ideas mías o andas muy coqueto hoy, ¿dónde está el Ian que me odia?.
-Pero si te sigo odiando. Anda, ve a desayunar-pongo las llaves en la perilla de la puerta y la abro.
-Qué gentil.
-Cuando quieras-cerré la puerta.
Me estaba poniendo la ropa cuando me fijé en que ella había dormido encima de una de mis camisetas deportivas, la había usado como almohada, y al ponérmela olía a ella.
Bajé las escaleras y allí estaban todos desayunando.
-¿Se apareaban anoche?-pregunta Nina quien llevaba ropa Hippie
-¿De dónde sacaste esa ropa?
-Ese no es tu asunto, pero al no responder mi pregunta haces que saque mi propia deducción.
-No, esa es la respuesta-saco un jugo de la nevera.
-Y dónde está Daia, la iba a invitar a hacer galletas hoy.
-Debe de estar en la ducha-doy un mordizco a mi manzana.
-Ambos se bañaron, eso ya es sospechoso.
-Nina, la gente normal se baña, no seas enferma.
-Vale, pero es que tú nunca dejas entrar a nadie a tu habitación y peor a una chica. Lo que me lleva a deducir que te la cogiste.
-Y yo sólo puedo deducir que eres una enferma.
-Mira, ahí viene Daia, se lo preguntaré a ella, ¡Oye, Daia! -llama su atención mientras esta baja las escaleras.
-No, nadie se cogió a nadie, podía oírte, y te aseguro que si tuviésemos vecinos, ellos también te hubiesen oído.
-Me sorprende de Ian, estando encerrado en un cuarto, con una chica como tú, vaya que hasta yo dudaría de si me gustan los hombres.
-¿Qué tiene que esté encerrado conmigo?
-Pues, qué no te has visto, eres preciosa por donde sea que te miren, así que ahora reafirmo mi hipótesis.
-¿Hipótesis de qué?, me tienes perdida-me siento al lado de ella.
-Ian es gay.
-Te aseguro que de gay nada-burlona- sólo es un amargado.
-Daia, por qué crees que no soy Gay, según tú.
-Por...-su rostro estaba rojo.
-Es la abuela-interrumpe Jasper.
-¿Está bien?-pregunto.
-No, quiere vernos-deja su celular a un lado.
-Pero eso no es malo, hace mucho que no la vemos.
-Quiere visitarnos en esta casa.
-Ese sí es un problema.
-llega mañana.
-¿Amordazamos a Daia en una habitación hasta que la abuela se vaya?
-No, hermano, creo que no me has entendido, viene por tiempo indefinido.
-Eso es extraño viniendo de ella.
-Dijo que tenía que decirnos algo, muy importante.
-Y, ¿no pudo decírtelo por el celular?-comenta Nina.
-Ustedes dos no deberían estar opinando en nuestros temas familiares-las señalo.
-Hey, pero si yo no he opinado y eso que soy a quien quieren dejar encerrada y sin comida.
-No exageres.
-O sea, encerrada si estás, pero sin comida, eso sí nunca.
-O podría irme a la ciudad con Nina y ustedes reciben a su abuela.
-Ja ja ja, muy buena idea, claro, dime te llevo ropa o algo para que te vayas.
-Ian, ¿en serio dejarás que se vaya con Nina?
-No notaste mi sarcasmo Jasper.
-Podría quedarme quieta y callada si me dan algo a cambio.
-Chantajista, me encanta-los ojos de Nina revoletean.
-Y bien, ¿qué deseas?
-Que me ayuden a encontrar a Anne.
-Ni de coña.
-Entonces jodete.
-No voy a arriesgarme con papá y sus matones sólo por ti.
-¿Quién es Anne?.
-Nina, no hagas preguntas.
-La mejor amiga de Daia.
-Creí que yo era su mejor amiga-lleva una mano a su pecho.
-Iré arriba, suerte con sus problemas, espero que no los solucionen-sanja Daia enojada.
-Esper...-la agarré del bazo pero la solté de inmediato.
-¿Que pasó Máster?- me observaba.
-No es tu asunto Nina.
-Me voy a poner sentimental, pero la quisiste detener.
-Claro que no.
-Claro que sí.
-Que no.
-Que sí.
-¡Ya deténgase!, hay que pensar que hacer.
-Es la primera vez que te vemos serio Jasper, por lo general ese soy yo.
-No estoy serio, estoy preocupado. Nina ve con Daia arriba por favor, necesito hablar con Ian.
-Sipiri-se dirige marchando como militar escaleras arriba.
-A veces te veo a ti y a Nina y me dan ganas de no tener novia nunca-me tiro a su costado del sofá.
-Pero ves a Daia y se te pasa.
paso una mano por mi cabello y sonrío negando con la cabeza.
-Y bien. Espero que tengas alguna idea
-No, pero, por qué la abuela quiere venir justo ahora, nuestra relación no era muy, emmmm, tú me entiendes.
-Pues habrá sido contigo, yo tengo muy buenos recuerdos de ella. Fue como una madre para mí.
-Vamos Ian, mamá acababa de morir, era lo menos que podía hacer por ti al ser el más pequeño.
-Ella me daba comida. Y me llevaba a la escuela, odio que cuando el abuelo se fue me hayan separado de ella.
-A todos nos daba comida-pongo los ojos en blanco.
-Cuando estuve enfermo el abuelo le dijo que cuidara de mí, y ella lo hizo toda la noche.
-Cierto, tienes razón, un punto a su favor.
-¿A veces no extrañas al abuelo?-pregunto cabizbajo-sepa Dios en qué asilo lo habrá puesto papá.
-Esto debe ser una broma, cómo voy a extrañar a ese viejo cascarrabias-frunce el ceño-. Creo que enviarlo lejos de aquí fue una de las mejores cosas que papá pudo hacer.
-¿Y si murió?
-Mejor.
-Te desconozco Jasper, y eso que dicen que el indolente soy yo.
-¿Nunca has pensado en dejar todo esto?
-¿El qué?-pregunto curioso.
-Ya sabes, hacer trabajos sucios para papá mientras él está limpio.
-Sólo quiero que siga cumpliendo con su parte de trato, y yo podría morir por él.
-Que extremista-abre los ojos como platos- Y, ¿cuál es su trato?.
-Cuando sepa si ha sido real, y él ha cumplido, te lo diré.
-Dame una pista, me lo merezco.
-Es por la abuela, y por nosotros.
-Un chico dedicado a su familia, eh.
-Bueno, ya veremos que se hace mañana, mientras intentemos calmar a Daia.
-Según tú intentarás calmar a esa loca.
-Voy a tratar de llegar a algún acuerdo con ella.
-No me digas que ya son amigos.
-No.
- Esperemos la abuela sólo se quede unas semanas.
-¿La abuela sabe cómo llegar aquí?
-En su momento fue la casa del abuelo, ella sabe como llegar.
-Pero...No se vaya a caer camino acá.
-La abuela no está senil -me codea- sólo tiene 58 años y se conserva mejor que nosotros juntos.
-Debe seguir haciendo crossfit.
-Mañana lo sabremos.
-¿Te emociona la idea de volver a ver a la abuela, Ian? Dime la verdad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro