AVISO: Contiene escenas un tanto explícitas. 

Tu vida no había sido fácil. El país donde naciste no era precisamente un remanso de paz, pero nunca imaginaste un escenario tan negro. Cuando apenas tenías trece años toda tu familia había muerto a tiros a manos de unos narcotraficantes en una refriega entre bandas y su líder prácticamente te reclamó como suya.

Durante toda tu vida habías vivido amedrentada, esos hombres te trataban como su sirvienta, eso cuando no era necesario llevar a cabo tareas mucho más cuestionables. Aquello duró diez años hasta que supiste que no podías seguir así, ya no eras una niña y tenías tus recursos, una noche en la que celebraron una fiesta y todos estaban demasiado borrachos para percatarse de nada escapaste, corriendo como no lo habías hecho en toda tu existencia.

Fuiste a parar a una especie de taller de coches y te encontraste con un hombre llamado Bob que te trató de forma amable, te escuchó pacientemente a través de las lágrimas y la hiperventilación que en ese momento te afectaba. Dejó que te escondieras unos días en una habitación destartalada encima del taller para que te ducharas, comieras y durmieras, pero insinuó que aquello no podía durar mucho hasta que ellos llegaran buscándote. Un día el mecánico te habló de un hombre que odiaba a los narcotraficantes tanto como tú y que podría ayudarte.

Dicho hombre, que según te habían dicho respondía al nombre de Peña, vino para hablar contigo e insistió en que estarías más segura con él. Te mencionó además que era policía y que tenía un sitio donde podías quedarte. Una vez te despediste de Bob os marchasteis de ahí. El lugar mencionado fue un pequeño apartamento que resultó ser de su propiedad.

Aquella casa sirvió los meses siguientes como base de operaciones mientras tú proporcionabas toda la información que estaba en tu mano para acabar con esa gente. Pasado un año los esfuerzos dieron sus frutos y el hombre que te hizo pasar por ese infierno fue capturado y abatido, pensaste que nunca habías tenido una mayor sensación de alivio y realización.

Durante ese tiempo además te habías recompuesto poco a poco e incluso comenzaste a estudiar, pero no eras ingenua y sabías que quedaba un camino muy largo, aún no tenías las fuerzas suficientes para abandonar la que había sido tu casa durante meses, donde eras libre por primera vez en mucho tiempo. También te dio margen para conocer a tu protector, Javier resultaba ser un hombre con una actitud hosca al principio pero según se abría comprendiste que tenía una personalidad interesante y compleja, no podías negar que fue realmente paciente contigo.

Una noche, después de que él regresara de un día francamente duro comenzó a hablar contigo mientras ambos estaban recostados en el sofá, tú te apoyaste en su hombro mientras notabas como él se relajaba debajo de ti. Según narraba no te habías percatado de que tu mirada había bajado de sus ojos para descansar en sus labios, tu error solo fue notorio cuando él emitió una tos leve para llamar tu atención. Eso estaba mal, ¿Cómo iba a interesarse por ti así? Era mayor que tú y al fin de al cabo todo había sido cuestión de trabajo.

Tu corriente de pensamiento se anuló cuando él cerró la distancia entre ustedes y comenzó a besarte, intentaste seguirle con dificultad ya que era la primera vez que realmente hacías esto sin estar coaccionada para ello, aunque se sentía bien.

El ambiente se hizo cada vez más cargado hasta que Javier te levantó del sofá para dirigiros a la habitación, tirando varios objetos en el proceso, cuando estabais cerca él te arrinconó contra la pared mientras acariciaba tus caderas, una oleada de pánico te embargó por la rudeza de la acción así que rompiste el beso para recuperar el aliento mientras te apoyabas en el hueco de su cuello, él se percató y te dejó tiempo para recomponerte. No ibas a parar esto, necesitabas algo que te anclara a la realidad, querías que te tocara, por una vez necesitabas controlar algo, así que volviste a reclamar sus labios en un beso hambriento. 

Una vez en la habitación él se recostó, tirando de ti hacia la cama, pasados unos segundos comenzó a tirar de tu ropa de forma dubitativa, procuraste aclarar sus dudas bajando tu mano despacio para acariciarlo por encima de la tela. Eso te valió un suave gemido de su parte mientras os desnudaba a ambos hasta dejaros en ropa interior. Peña se incorporó despacio hasta que estuviste a horcajadas encima del hombre, procurando que tú marcaras el ritmo, poco a poco empezaste a moverte, moliendo contra él buscando la fricción.

Javier buscó por debajo de la delgada camiseta de tirantes que aún llevabas para alcanzar tu pecho, fue un suave pero decidido contacto que hizo que inclinaras la cabeza hacia atrás cerrando los ojos, pronto notaste una sensación cálida en la parte baja de tu vientre, de forma inconsciente te moviste más deprisa hasta que la humedad se extendió por tu ropa interior. Paraste un segundo, algo avergonzada por tu reacción, Peña acarició tu nariz con la suya haciendo que abrieras los ojos, solo para descubrir una sonrisa arrogante en su rostro, él empujó contra tu centro vestido, ahora aún más sensible hasta encontrar su liberación con un gruñido. Os quedasteis así unos segundos, impregnados por la sensación del otro hasta que te apartaste para tumbarte en el colchón.

Él se acercó depositando un suave beso en tu frente "ahora mismo vuelvo, traeré algo para que te limpies" dijo para acto seguido levantarse despojándose de lo que le quedada de ropa para dirigirse completamente desnudo hacia el baño.

"Podré salir adelante después de todo" pensaste con una sonrisa. 

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¡Hola! pues hasta aquí el especial, la verdad es que llevaba tiempo queriendo ver Narcos cuando Alli Walli me hizo un pedido sobre Peña así que fue toda la motivación que necesitaba para comenzar la serie y me enganche enseguida. Además os podéis imaginar mi cara cuando vi ESA escena, es decir, es Pedro desnudo, con el pelo revuelto y hablando español con ese acento latino, lo peor fue que eso sucedió como a la mitad  y no pude concentrarme en el argumento en lo que restaba de capítulo 😂