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VENGANZA


-Hola Estrellita.

-Hola Víctor- una malvada sonrisa se dibujó en su tierno rostro.

-¿Qué haces por allí solita mi amor?

-Un mandado al pueblo, pero ya vuelvo a  mi casa.

-Sigues saliendo sola.- le dijo acercándose a su rostro, quedando su asquerosa boca muy cerca de la de ella- andas buscando lo que no se te ha perdido.

-Te buscaba a ti- le dijo con una sonrisa.

-Mmmm. Ya me creo que te gustó lo del otro día- Estrella, tembló internamente. Hubiera querido matarlo allí mismo, el miedo quería abrirse paso en su vida, pero se negó a ceder.

-Me gustó mucho- le dijo- he estado buscándote, quisiera. . . ya sabes, vernos de nuevo- colocó una mano en su pecho.

-Ya sabía yo palomita- dijo en medio de carcajadas- eres igual a todas las demás. Basta con conocer a un macho, para que les dé calentura.

-Así me siento- le dijo- calentita- <<ardiendo en odio, así me siento>> pensó Estrella- quiero un encuentro más. . . de mutuo acuerdo.

-Faltaba más mi reina- le respondió acercándola a él- ya mismo.

-No- tembló- no ahora, ¿podemos vernos mañana en el jacal?

-¿Y por qué no ahora?-preguntó.

-Es que debo volver a casa pronto. Pero mañana podemos pasar todo el día juntos. Te veré en el jacal a las nueve.

-Está bien palomita, será como tú digas. Solo no faltes o te iré a buscar.

-No faltaré- le sonrió- allí estaré puntual, no tardes, te estaré esperando- Víctor depositó un beso en sus labios y luego la dejó marchar.

Aquella noche, en medio de la oscuridad, preparó todo lo necesario para cumplir con su propósito. Se libraría de ese infeliz y ya nunca más podría lastimar a otra mujer. Entregarlo a la justicia sería inútil, pues la justicia en ese pueblo era justamente su padre, pero Estrella haría su propia justicia.

Tomó un pequeño trenzado y guardo algunos vestidos, unas prendas de ropa interior, un poco de dinero que había ahorrado para su boda con Ben, también guardó la pistola, una manta y el odio que la ocupaba.

Al día siguiente se levantó muy temprano, desayunó con sus padre y guardó en el bolso unos bocadillos que servirían para su largo viaje. Se despidió de su padre que se marchaba a la faena, y besó a su madre que ordeñaba a la vaca. Luego se fue al jacal.

Se vengaría y luego escaparía de aquel maldito pueblo.

Llegó al jacal, mucho antes de las nueve. Lo preparó, colocó una manta en el piso, y algunas frutas. Nada más estar allí los recuerdos la atormentaban, pero no iría a ningún lado, aquel lugar era el adecuado, el perfecto para consumar su venganza.

-Ya llegué palomita- le dijo con su maldita voz.

-Te estaba esperando- lo recibió con una sonrisa.

-Te has esforzado ¿no?

-Así es- él la tomó en sus brazos y la besó. Estrella, se dejó hacer, al menos esta vez el final sería el que ella ya tenía pensado para él, esta vez sería ella quien decidía como culminaría todo. Su cuerpo rechazaba sus besos, y las sucias caricias que él le dedicaba, pero no se echaría atrás.

Lo dejó besarla y acariciarla por largo rato. Luego se sentaron sobre la manta.

-¿Me extrañaste>?- preguntó él.

-Sí. Mucho, ya quería que llegara este momento- sonrió fríamente.

-Nunca pensé verte tan macita palomita.

-Ya ves. Todo es posible- lo besó y de a poco lo recostó sobre la manta- Víctor, quiero que esta vez sea muy especial.

-Lo será- aseguró- tu solo di lo que quieras palomita.- ella sonrió. Qué fácil era manejar a aquel tonto.

-¿Puedo atarte?- él la miró como si estaba loca.

-¿Qué?, ¿atarme?

-Si- sonrió dulcemente- desde aquella vez, sueño contigo todas las noches, me imagino a ti atado y yo besando todo tu cuerpo.

-Qué tremendita me saliste Estrellita- rió- está bien. Todo será como tú quieras.

Ella sonrió y tomó unas cuerdas, se sentó a horcajadas sobre él y lo instó a recostarse en el tronco que era pilar del jacal, ese mismo donde él la había atado. Con su cuerpo lo empujó y quedó semi acostada sobre él. Le tomó los brazos y los elevó, luego los ató con fuerza.

-¡Hey!- le dijo él- ¡No tan fuerte palomita, me haces daño!

-Lo siento- se disculpó con una sonrisa dulce y apretó más la cuerda.

-Te encanta jugar rudo ¿eh?- ella se levantó y lo miró desde la ventaja que le otorgaba estar de pie- vamos palomita, ven y bésame- le dijo- estoy ansioso por repetir lo de la otra vez.

Estrella, se acercó a su bolso y sacó la pistola, afortunadamente sabía usarla, todos en el campo sabían usar armas. Víctor, la miró con ojos enormes, que se llenaron de angustia.

-¿Qué sucede Víctor, estás asustado?

-¿Qué demonios estás tramando Estrella?- su voz estaba llena de terror- suéltame.

-No. Eso no sucederá, no te soltaré.

-Estrella, por favor. . .

-¿Recuerdas cómo yo también supliqué y tú te negaste a escucharme?, ahora soy yo la sorda.

-Estrella, por favor. . . – se removió inquieto- si me matas te descubrirán, mi padre es el jefe civil y. . .

-Y es un corrupto que nunca metería preso a su hijito consentido. Pero seré yo quién te dé tu castigo, por bestia, porque te comportaste conmigo como un animal.

-¡Maldita bruja!, me engañaste, me hiciste creer que estaríamos juntos.

-Fue muy fácil, más de lo que hubiese imaginado, y conseguirte ayer solo adelantó mis planes, tú mismo sellaste tu destino. Te mataré como lo que eres. . . una bestia del campo.

-¡Estrella. . .Estrella suéltame!- se removió nuevamente, tirando de las cuerdas pero lo único que lograba era lastimarse.

-Yo tenía un gran futuro junto al hombre que amo, me esperaba una vida en la ciudad, rodeada de amor y cosas buenas, pero tú me lastimaste, tú dañaste todo eso, tú me lo arrebataste. Lastimaste mi cuerpo, me mancillaste de una manera vil y despiadada, mataste el alma que había en mí.

-Perdóname, perdóname Estrella, pero. . . no me mates por favor.

-No pareces tan fuerte después de todo. Solo eres un animal asustadizo.

-Suéltame, ten piedad.

-¿La tuviste tú de mí?, ¿de mi cuerpo, de mi alma? No. ¿Entonces por qué creer que tendría que compadecerte?

-Porque eres buena Estrella.

-"Era buena", hasta que me desgraciaste la vida, ahora exijo una satisfacción. Solo tu sangre borrará tus culpas, solo dejando de respirar me traerás algo de paz, maldito infeliz- quitó el seguro a la pistola y lo vio temblar, sus ojos se abrieron enormes y él comenzó a sollozar, suplicando por su vida.

Suplicando clemencia, misericordia y perdón, pero el corazón de Estrella carecía de todo aquello y precisamente gracias a él.

-Mírame a la cara desgraciado, porque mi rostro será lo último que veas cuando respires por última vez- lo apuntó.

-¡NOOOOO!- gritó- ¡NO LO HAGAS!

-Grita cariño, estamos lejos y nadie te escuchará.

-Maldita bruja infeliz. Desgraciada.

-Vete al infierno- y dicho aquello disparó no una, ni dos, sino tres veces. Tres disparos que impactaron en el cuerpo de aquel hombre.

Observó como sus ojos se abrieron enormes, y la miraron fijamente mientras que se les escapaba la vida.

Estrella guardó la pistola en el bolso, tomó todo lo que le pertenecía de aquel lugar y lo guardó también.

Se marchó sin mirar atrás, sintiendo que ponía punto final a aquel amargo capítulo de su vida. De ahora en a delante escribiría un futuro brillante, iría a la ciudad, sería feliz y jamás volvería a aquel maldito pueblo, de ahora en adelante pensaría en ella misma. Lamentaba dejar atrás a su madre y a Ben, pero nada podía hacer. Con Ben, ya no sería feliz, y su madre jamás entendería su necesidad de irse del pueblo, y jamás comprendería que le hubiese arrancado la vida a alguien, ni siquiera a ese infeliz. Pero ella se sentía satisfecha, se había cobrado el dolor, la humillación y la vergüenza.

El jefe civil, se desmayaría cuando encontrara el cuerpo de su hijo, pero era su culpa. Él lo había consentido, le había permitido hacer lo que quería sin medir las consecuencias, él lo había convertido en un monstruo. Victor había cometido malas acciones, y en esta vida todo genera consecuencias, aquí se paga todo lo que se hace.

Estrella se subió al transporte que la llevaría a la ciudad y a su nueva vida. una vida en la que no arrastraría la vergüenza de que todos supieran lo que le había pasado. Había sido mancillada, pero había cobrado su virtud de la mejor manera, con la vida de aquel miserable.

Ahora sería feliz y cumpliría sus sueños, lejos de aquel lugar.

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BUEHH. NO SÉ  SI  ES LO  QUE  ESPERABAN, PERO ESTE  SI  SERÁ  EL  FINAL. DE  ALGUNA  MANERA  ESTRELLA SE  VENGÓ, NO DE  LA FORMA  MÁS  CONVENCIONAL  PERO SÍ DE  LA  ÚNICA  QUE  VIO  POSIBLE. LES  DEJO UN BESAZO ENORME. LOS QUIERO.

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