04| Abrumada
Miró su teléfono, viendo la llamada entrante de Jaebum, pero no contestó.
Sabía que estaba haciendo mal, lo estaba preocupando demás, pero necesitaba estar sola y pensar, pensar en cómo contar lo que le pasaba, cómo explicarle a su novio que se levanta en las noches sin poder respirar y siente que todo se le viene encima.
Nunca logró entender con claridad lo que le pasaba y tampoco lo habló con nadie, ni siquiera sabía en qué momento comenzó todo o porqué surgió. Ella pensó que ya lo estaba superando, que ya no volvería a perder el control y que por fin iba a poder dominar esa debilidad que tanto daño le ha hecho.
Jennie nunca tuvo el espacio para hablar de sus sentimientos o de lo que le pasaba, de alguna forma, siempre llegaba a la conclusión de que sus problemas en realidad no eran tan importantes, que debía mantenerse fuerte y no mostrar algún grado de debilidad, ella tenía que aprender a controlar lo que sentía y saber cómo llevarlo. Pero nunca aprendió a hacerlo, solo reprimía sus sentimientos o los ignoraba.
Debido a ello, le costaba tanto expresarse, le era tan difícil tener que explicar algo que ni ella misma entendía, le abrumaba tener emociones tan fuertes y no poder controlarlas, pero no quería seguir ahogándolas en un vaso con agua, incluso si solo podía decir dos palabras, quería intentarlo, ella confiaba en Jaebum y solo esperaba que la entendiera.
Suspiró, y pasó sus manos por su rostro.
Su respiración empezaba a ponerse irregular. Sus piernas comenzaban a temblar y su mente se perdía.
Sus manos fueron hacia sus piernas y empezó a rasguñarlas, sintiendo cómo su aire se iba en cada respiro.
En estos momentos, la única forma de regular su respiración y volver a tener el control era golpeándose, aunque no le gustaba hacerlo.
En estos momentos, lo único que importaba era recuperar el control, y golpeando su cuerpo lo obtenía, el control se mantenía en sus manos.
Tenía muchas cosas en la mente, miles de pensamientos que la llevaban a pensar lo peor, pero en el fondo solo deseaba que Jaebum la entendiera.
Su respiración poco a poco se fue estabilizando y cuando volvió a la normalidad comenzó a caminar hacia el departamento, con miedo, y varias dudas.
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