Epílogo
5 años después
Durante parte de su infancia y de su adolescencia, cuando Nina hacía alguna trastada su tío siempre decía:
-Si algún día tienes hijos espero que sean igualitos que tú, niña. Eso me hará reír allá donde esté.
Bien, Nina está segura de que su tío se está riendo a carcajada limpia en estos momentos. Porque ante ella está su pequeña hija de cinco años, la cual ha sido expulsada temporalmente del colegio. Expulsada. Con cinco años.
-Rebecca, tienes que decirnos qué ha pasado. ¿Por qué has pegado a esos niños?
Su voz es firme mientras está acuclillada delante de la pequeña, sentada en el sofá de su hogar. Paul y Sam están detrás de ella, uno a cada lado, pilares firmes pero padres más bien blandos. Aunque los tres están de acuerdo que una expulsión es algo grave.
Los ojos de Becca, igual de azules que los de su madre, se mantienen firmes ante su mirada. La pequeña no ha dicho nada en el despacho del director ni en el camino a casa.
-Vamos, enana, no nos vamos a creer que les has pegado porque sí. –la voz de Paul es suave.
-Eres más lista que eso. –confirma Sam, con ambas cejas alzadas.
-¿Se metieron contigo? ¿Es eso? –cuestiona Nina, aunque los niños han asegurado que no ha ocurrido tal cosa, justo antes de ser llevados a la enfermería.
La niña suspira, sus pequeños hombros caen un poco mientras su mirada se mueve entre sus padres.
-No. Se metieron con el primo Harry. –el hijo de Leah y Claire, un año menor, es el ojito derecho de Becca. Es un pequeño tímido y algo inseguro y su prima se nombró su protectora desde el primer minuto en el que lo vio. –Le rompieron su camión de juguete. Y ama ese camión. Y le dijeron zanahoria. ¡Las zanahorias saben mal!
Nina casi puede escuchar la risa contenida de sus lobos justo detrás pero ella se mantiene firme, con su mirada clavada en Becca.
-Cariño, deberías haber avisado a la profesora de que eso estaba pasando. No puedes tomarte la justicia por tu mano.
La pequeña parpadea hacia su madre, sin entender bien sus palabras.
-¿Por qué no? –pregunta con inocencia mientras se aparta un rizo oscuro del rostro. –Tú siempre dices que si me siento en peligro tengo que actuar. Papá me dijo que tenía que distraer a mi enemigo, por eso les tiré arena a la cara y papi siempre dice que el punto débil de los niños está entre las piernas por eso los pateé ahí. Es lo que hice.
Nina suspira y mira sobre su hombro sólo para ver a Sam sonriendo con orgullo y a Paul alzando los pulgares hacia su hija. Ante su mirada fulminante ellos vuelven a poner un rostro serio en menos de un segundo.
La rubia pone los ojos en blanco antes de volver a dirigir la atención hacia su hija
-Esos consejos son sólo para cuando no haya ningún adulto responsable cerca. –apoya las manos sobre las de su hija, más morenas y algo más cálidas que las suyas. –Amor, está bien defender a la familia pero no pegar a otros niños cuando hay más opciones, ¿está bien?
La pequeña acaba asintiendo y hace un mohín con los labios.
-Lo siento, mami. –y sus palabras son sinceras porque su hija puede ser algo traviesa pero nunca, nunca miente.
Nina suspira con un asentimiento y besa la frente de su hija antes de que se levante del sofá, escenario del improvisado interrogatorio.
-Puedes jugar en tu habitación pero hoy te quedas sin postre. –le avisa a lo que la pequeña asiente, resignada, antes de correr a su habitación para jugar.
-¿En serio? ¿Sin postre? –la voz de Paul le hace girarse, el lobo tiene ambas cejas alzadas. –Eso es excesivo.
-Eres demasiado dura. –lo apoya Sam con los brazos cruzados.
Nina se pone las manos sobre las caderas, fulminándolos con la mirada.
-Vosotros dos sois demasiado blandos. No puede ir pegando a los niños.
-Sólo defendía a Harry, estoy seguro de que Leah le hará cosas peores a esos niños cuando se entere. –replica Paul.
-Estoy seguro de que Claire quemará la escuela con esos niños dentro. –en los ojos de Sam brilla la diversión mientras habla.
Nina resopla aunque no puede evitar que las comisuras de sus labios se alcen ante la probabilidad de que eso pase.
-Mañana iré a hablar con el director para ver si le levantan la suspensión. –sus ojos se dirigen a Sam. -¿Vendrás conmigo?
El alfa asiente.
-Ey, ¿por qué yo no? –se queja Paul.
-Porque la última vez que viniste hiciste llorar a un crío. –le recuerda Sam que se ha dejado caer en el sofá. Nina lo imita y Paul lo hace unos segundos después con un bufido ante las palabras de su amigo.
-Dijo que las trenzas de Becca eran feas. A nuestra cachorrita todo le queda bien. Además, se las hice yo.
-Les gruñiste, Paul. –le recuerda Nina, acurrucándose entre sus lobos, dejando que la tensión del día se disipe un poco. Ser madre de Rebecca suele ser fácil, es una niña adorable e inteligente, salvo estos pequeños momentos.
-Les gruñimos a Becca y Harry constantemente y ellos se ríen. No es mi culpa que el resto de críos sean unos blanditos.
Sam no puede evitar soltar una carcajada y Nina apenas la contiene.
-Aún así, iremos Sam y yo. Y a ver si con suerte, Becca aprende a resolver los problemas sin darle una paliza a otros niños.
El alfa resopla.
-Ha heredado tu carácter.
-¿Y eso qué quiere decir, Sam Uley?
El lobo alza las manos con una sonrisa beatífica en sus labios que hace reír a Paul.
-Que te amamos tal y como eres.
-Eso ya me gusta más.
Sam vuelve a reír antes de besar a su impronta.
-Y eres la mejor madre del mundo. –le asegura Paul cuando son sus labios los que están sobre los de la chica. –La mejor
Puede que quizás no se sienta la mejor madre del mundo en los días difíciles pero con ellos a su lado está segura de algo: son el mejor equipo parental del mundo.
Y, al final del día, lo importante es con quién afrontas las dificultades. Y ellos las afrontan juntos. Siempre juntos.
Hemos llegado al final de esta historia. Como casi todas mis historias, nación de una idea loca y de un deseo de explorar cómo sería una relación poliamorosa. Nunca había escrito nada parecido, siendo honesta, nunca había escrito nada hasta que me abrí esta cuenta.🙈
He amado escribirla y espero que vosotros os los hayáis pasado bien leyéndola.
Muchísimas gracias por todo el apoyo, por las personitas que usan un minutito para comentar y para dar me gusta. Y a las personitas fantasma, no seáis timides, aquí todes sois bienvenidos.
Espero veros en el resto de mis ideas locas, os quiero mil❤️❤️
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