17. Parte 2.
En el claro hay varias hogueras humeando, las llamas son de un tono azulado característico al quemar a vampiros. Los Cullen están reuniendo los cuerpos dispersos en otro montón nuevo y la manada, casi todos en su forma humana de nuevo, está ayudando.
Nina se baja del lomo de Seth de un salto y prácticamente corre hacia Sam y Paul pero ellos son más rápidos y en apenas un segundo está envuelta entre los dos pares de brazos.
La chica sisea de dolor cuando la fuerza del abrazo hace que mueva la mano herida y sus lobos se apartan casi como si se hubieran quemado. Los ojos oscuros de ambos la recorren mientras el horror toma el lugar del alivio en sus rostros.
-Estás herida...-murmura Paul con verdadero pánico en su tono.
-¡Carlisle! –la voz de Sam es autoritaria pero nota el miedo en sus ojos cuando se fija en su cuello donde las huellas de unas dedos son perfectamente visibles y en su muñeca, que está empezando a inflamarse.
El patriarca de los Cullen aparece en menos de un parpadeo. Alguna parte de su ropa está rasgada y su pelo que siempre va perfectamente peinado hacia atrás ya no lo está tanto.
-¿Me dejas verlo? –pregunta con educación y Nina asiente. Las manos frías del doctor son un alivio pero aún así la ráfaga de dolor al mover la muñeca le hace apretar los dientes. Sus lobos se mueven inquietos a su lado. –Tendrás que ir al hospital para que te hagan una radiografía y así ver el alcance de la fractura.
Antes de que alguno de los tres pueda contestar un alboroto los hace girarse. Un neófito ha aparecido de la nada y Leah lo ha interceptado pero antes de que pueda acabar con él, Jake se lanza al ataque. La refriega acaba con el vampiro aplastando entre sus brazos al lobo marrón que aúlla de dolor.
-JACOB. –brama Sam, opacando el propio grito de Bella que corre hacia su amigo, mientras Emmett y Jasper se encargan de liberarlo de la presa que supone los brazos del neófito. Se llevan al vampiro entre ambos y el lobo cae al suelo desplomado.
Sam le echa una mirada de reojo a Nina, que asiente antes de que el alfa salga corriendo hacia Jake junto con Carlisle. Paul se queda a su lado, la cálida mano apoyada en la espalda de Nina y ligeramente girado para cubrirla, como si temiera que hubiera más ataques.
-¡Ya lo tenía pedazo de idiota! –el grito de Leah va entre el enfado y el miedo al ver a Jake revolverse en el suelo ya en su forma humana.
-Tenéis que lleváoslo, los Vulturis vienen hacia aquí. –la voz de Alice es dulce y contrasta con la amenaza que supone sus palabras.
-Intentad no moverlo demasiado, tiene varias costillas rotas. –les aconseja Carlisle antes de que los chicos sujeten a Jake y lo alcen sobre sus hombros.
-Yo llevaré a Nina. –les asegura Leah a sus lobos, que la miran inquietos antes de iniciar la marcha. La loba se acerca a su amiga, aún con el susto en la mirada que se acrecienta al verla. –Te han dado una buena paliza, rubia.
-He estado peor. –aunque sus palabras no parecen tranquilizar demasiado a Leah. Antes de que pueda decir nada más, Leah corta un trozo del vestido que lleva puesto después de haber tomado su forma humana y le fabrica un improvisado cabestrillo.
No tener que sujetarse la mano es un alivio aunque el dolor empieza a llegar a la frontera de lo insoportable.
-¿Qué? Cásate con una doctora y aprenderás cosas básicas. –responde a la sorpresa muda que hay en los ojos de Nina. –Venga, larguémonos de aquí antes de que vengan más raritos.
Cuando Leah toma su forma de loba, Nina se sube a su lomo sin dudar y le echa un vistazo a los Cullen que se están reuniendo, la vista clavada en algún punto del claro. No quiere saber quiénes son esos Vulturis así que simplemente se agarra a Leah cuando ésta echa a correr, aliviada de alejarse de allí.
✵✵✵
La parte delantera de la casa de los Black está repleta de gente. Los miembros de la manada se remueven inquietos a la espera del doctor Cullen.
Cuando Nina y Leah se acercan, la rubia puede notar las miradas preocupadas de los chicos sobre ella. Paul y Sam salen del interior del hogar justo en ese momento al escuchar su llegada.
-¿Por qué no la has llevado directamente al hospital? –se queja Paul a una Leah que lo fulmina con la mirada.
-Ha insistido en venir hacia aquí.
-Quiero ver cómo está Jake. –explica la cazadora, intentando fingir que todo está bien y que no está seriamente pensando en cortarse la mano sólo para que la muñeca le deje de doler.
-Sobrevivirá. –la respuesta de Sam es escueta y alza la mano para tocar a Nina pero parece pensarlo mejor porque la baja con delicadeza, casi con miedo a tocar la piel dañada. –Ya escuchaste a Carlisle, tienen que verte esa muñeca.
-Y el cuello tampoco tiene buena pinta, enana. –comenta Jared que por primera vez parece mortalmente serio. Sus ojos clavados en los moratones que han formado un particular collar alrededor de su cuello.
Los demás asienten y Nina suspira, realmente no tiene la energía suficiente para discutir.
-Bien, quédate aquí y Paul me llevará. –puede ver la negativa en los ojos de Sam así que se apresura a seguir hablando. –Jacob está herido y creo que lo está de muchas más maneras que físicamente. Necesita a su alfa. Cuando acabes aquí, ve al hospital.
Nina le lanza una mirada a Leah.
-¿Claire está allí?
La loba asiente y Nina se siente un poco más relajada. No quiere tener que explicar a un médico desconocido qué ha pasado o, más bien, inventarse una excusa.
-Te esperaremos allí. –Paul parece apoyar sus palabras o quizás es que simplemente quieren que la vea un profesional cuanto antes.
Sam finalmente asiente y se inclina para dejar un beso en la frente de Nina. Sus labios se quedan allí un poco más del tiempo necesario, como si necesitara saber que está ahí, que es real.
Sus lobos se despiden con una palmada en el brazo y Paul apoya la mano en su espalda con delicadeza para conducirla hacia el coche. En un día normal, Nina se quejaría de que sabe andar perfectamente sin que la conduzcan como ganado. Pero no es un día normal, y la mano cálida contra su piel es lo único que parece mantenerla en tierra y no dejarse llevar por el dolor.
✵✵✵
Claire los recibe nada más cruzar el umbral de la puerta de urgencias y Nina pasa al interior sin tener que esperar. Pero cuando Paul va a seguirla la mano de la pelirroja lo frena.
-Tienes que esperar aquí.
Del pecho de Paul sale un gruñido bajo que podría intimidar a cualquiera pero no a Claire, lleva demasiado tiempo entre lobos como para que eso le provoque más que un parpadeo.
-Ni de puta broma. –espeta el chico y la mano de la pelirroja se clava un poco más en su pecho.
-Tengo que hacerle pruebas y no podré si tú estás revoloteando por ahí como una polilla nerviosa. –su tono es firme pero calmado, es el tono que usa con los familiares especialmente nerviosos.
Paul parece dispuesto a pelear pero cuando sus ojos se encuentran con los de su amiga siente cómo los muros que ha creado para intentar contener las emociones durante todo ese día se agrietan.
-Está herida, Claire...-sus palabras apenas son un susurro lleno de espanto.
La mano de la pelirroja pasa a su hombro y lo aprieta con suavidad, consolándolo.
-Estará bien, Nina es dura, ya lo sabes. Pero tengo que encargarme de ella, ¿puedo dejarte aquí solo hasta que llegue Sam?
Paul tarda un par de segundos pero acaba asintiendo. Claire le dedica una pequeña sonrisa antes de darse la vuelta y desaparecer por las puertas dobles que dan al área de consultas. Su pelo rojo contrasta con la blancura de su bata.
Y Paul se queda ahí parado, recibiendo miradas curiosas de algunos pacientes que no saben por qué hay un chico sin camiseta en mitad de la sala de urgencias. Aunque él no las nota, no nota nada, porque su mirada está clavada en esas puertas dobles. Justo donde ha entrado Nina. Justo donde ha entrado su propio corazón.
✵✵✵
Sam y Paul han acabado sentados en dos de las incómodas sillas de la sala de urgencias. Los pocos pacientes que están allí han optado por alejarse de los dos chicos enormes que parecen que van a empezar a romper cosas de un momento a otro.
Paul mueve tanto la pierna que está agitando toda la fila de sillas y Sam se aprieta tanto las manos que sus nudillos están blancos.
Cuando Claire sale con una Nina con el brazo en un cabestrillo mucho más cómodo que el improvisado de Leah, los dos saltan como si les hubieran pinchado.
-¿Estás bien? –es la primera pregunta de Sam mientras sus ojos y los de Paul la recorren de abajo a arriba.
Su cuello sigue teniendo mal aspecto, está amoratado y parece que el tono violáceo es más profundo. Pero su brazo es el que se ha llevado la peor parte, tiene la muñeca escayolada y sostenida por un cabestrillo de color oscuro que contrasta con los rizos rubios que le caen por encima de los hombros.
Pero Nina sonríe, relajada.
-Claire me ha dado una droga maravillosa. –declara y eso provoca la suave risa de la pelirroja y las miradas desconcertadas de los lobos.
-Sólo es un calmante. –les explica la doctora. –Tendrá que tomarse otro antes de dormir para que pase buena noche y después uno cada ocho horas. La fractura ha sido más limpia de lo que creía así que ha tenido suerte, no necesitará cirugía. Pero llevará la escayola una temporada.
>>Nada de movimientos bruscos ni de cargar peso. Un poco de descanso estos días le vendrá bien.
Le tiende una bolsa de papel blanca a Paul que la agarra sin pensar. La blancura del papel contrasta con la piel morena.
-Ahí tenéis los calmantes y una crema para ayudar con los moratones del cuello. Le dolerá la garganta durante unos días, que beba cosas templadas y que no fuerce demasiado la voz.
-¿Y ya está? ¿Podemos irnos? –la voz de Paul va entre la ilusión y la perplejidad. Su mente había creado los peores escenarios al ver a Nina herida y ahora no sabe que hacer con todos ellos.
Claire asiente.
-Te dije que Nina era una chica dura. –dirige la mirada a Nina, que sigue sonriendo de manera calmada. –Intenta no meterte en líos durante una temporada, ¿vale?
La rubia asiente.
-Te quiero mucho, Claire. –confiesa y eso hace que una risa inesperada salga de la boca de Sam, es como si toda la tensión acumulada saliera con ella. Los ojos azules se clavan en él. –A ti también, Sam. –los ojos van a Paul. –Y a ti.
-Está bien, pequeña drogadicta, vámonos a casa. –el humor ha sustituido a la preocupación en los ojos de Sam y rodea con cuidado los hombros de Nina con un brazo.
-Esa droga es maravillosa. –bromea Paul después de despedirse de Claire y salir los tres juntos para subirse el coche.
-Ni que lo digas. –concuerda Nina con los ojos cerrados, que apoya la cabeza sobre el hombro de Sam mientras Paul arranca el coche.
Nina no está lo suficientemente medicada para no ser consciente de su alrededor pero sí lo suficiente para admitir que está cansada, muy cansada. Así que son sus chicos la que le ayudan a darse una ducha, eliminando la suciedad de la batalla y dejando que sus músculos se relajen con el agua caliente.
Toma una cena liviana antes de que Sam le ponga delante el calmante que se toma justo a tiempo porque el dolor vuelve a ser punzante. Los dedos de Paul son delicados y ligeros cuando expande la crema por su cuello, es fresca y se siente bien en su piel amoratada.
Sólo cuando Nina está profundamente dormida entre ellos dos, con su brazo escayolado apoyado en el pecho y el cabestrillo colocado en la mesita de noche es cuando los dos se dan cuenta de lo cerca que han estado de perderla.
-Quiero revivirlo. –confiesa Paul en voz baja, su mirada clavada en la chica que duerme. –Quiero revivir a ese chupasangre y matarlo. Una y otra vez.
-Yo también. –concuerda Sam pasando sus dedos suavemente por el rostro de Nina para apartarle un rizo rebelde. –Pero ella está bien, todos lo estamos. Por fin podremos vivir en paz, es lo importante.
Después de sus palabras un silencio calmado invade la habitación. Paul acaba por dormirse, su brazo cruzado sobre el estómago de Nina y su rostro apenas a unos centímetros del de la chica.
Sam no. No duerme en toda la noche, su atención fija en la respiración de Nina, su oído agudizado para escuchar el latido rítmico de su corazón. Como si tuviera miedo de que se parara. Como si concederse un momento de descanso hiciera que su impronta pudiera desaparecer.
Finalmente, cuando el sol ya ha salido por el horizonte él también acaba por caer rendido en un sueño profundo.
La paz es lo que les espera a partir de este momento.
Pero, a pesar de que ninguno lo sabe todavía, la paz nunca dura para siempre.
FIN DE LA PRIMERA PARTE
La Nina víctima de los calmantes me hace mucha gracia, lo admito🤣
Y la segunda parte ya me tiene sufriendo sólo con hacer los gifs, aviso que se viene drama pero aún nos quedan uno o dos capítulos felices, si os consuela...🙈
Recordar darle amor y comentar si os apetece, adora leeros!🥰
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