07
Paul la acompaña hasta el taller después de comer algo en el restaurante en el que Leah trabaja de cocinera, la dueña es su madre así que eso le permite compaginar su trabajo con sus obligaciones con la manada.
-Es la más salvaje de todos nosotros y sin embargo es la mejor cocinando. -comenta el chico mientras la boca de Nina se derrite cuando llega el postre, una maravillosa tarta de chocolate.
-Pienso escupir en tu comida. -sisea Leah cuando paga la cuenta, negándose a que la rubia lo haga.
-Yo también te quiero, hermana. -la sonrisa divertida de Paul no se borra pero la sonrisa de la loba se suaviza cuando mira a Nina.
-Tú puedes volver cuando quieras, es agradable tener a alguien inteligente aquí por una vez. Claire está demasiado ocupada en el hospital últimamente.
-Mis neuronas y yo volveremos, te lo aseguro. -promete Nina sonriente.
Es tan fácil relajarse alrededor de todas esas personas, se siente natural, como si fuera parte de ello.
Mientras caminan hacia el taller, Paul le va enseñando la reserva. Es un sitio pequeño pero bien abastecido, incluido el pequeño hospital donde Claire es la doctora principal. Ante la falta de profesionales que quisieran trabajar en un sitio tan tranquilo ella encontró trabajo en su hogar nada más graduarse.
Todo tiene ese encanto costero que a ella le encanta.
-Nina. -su nombre en los labios de Sam es como una caricia suave y la toma por sorpresa que el chico deje su trabajo para abrazarla pero no puede evitar sentirse como en casa entre sus brazos.
-Hola a ti también, yo también te he echado de menos. -se queja Paul, mirando divertido la escena.
-Vivimos juntos, literalmente te he visto esta mañana mientras te bebías mi café. -replica Sam mientras suelta a Nina pero no se separa demasiado de ella. La chica puede sentir el calor de ambos hombres rodeándola. -¿Qué tal el salto?
La sonrisa de Nina se hace más amplia mientras sus ojos azules brillan de emoción.
-Increíble. Nunca pensé que sería tan divertido lanzarme al vacío.
-Eso es porque estabas conmigo. -asegura Paul que ha apoyado la mano en su baja espalda y la rubia lo siente como un hierro contra su piel que le eriza el vello.
-Ese era el único punto negativo. -replica ella mientras Sam ríe y Paul pone los ojos en blanco. Los ojos azules recorren el taller en el que hay varias motos y un par de vehículos parcialmente desmontados.- ¿Mucho trabajo?
-Sólo un poco. -se aleja para agarrar la chaqueta y dirige la mirada a Paul. -Seth y Quil han vuelto a chocar sus motos contra un árbol.
De la garganta de Paul sale un ruido mitad sorpresa mitad fastidio.
- Recuérdame por qué les regalamos a esos dos las motos y nos arriesgamos a que Leah nos arrancara el cuello por poner en peligro a su hermanito.
-La que está en peligro es la moto, no Seth. Además les hacía ilusión. -de repente coloca la chaqueta encima de los hombros de Nina, que ha estado atenta a su conversación con cierta diversión. Le gusta conocer más la vida de la manada. Sam sonríe ante su gesto de sorpresa. -Se está nublando y ha bajado la temperatura. No quiero que te resfríes.
-Gracias. -murmura la chica sin saber bien cómo reaccionar pero el olor de Sam, a bosque y a algo más intenso, más masculino, la rodea, y ella se siente increíblemente cómoda.
Sam asiente con una sonrisa en sus labios y luego señala a Paul, que los mira con satisfacción.
-Recuerda cerrar con llave cuando acabes.
-Sí, señor.
Paul hace un saludo militar que provoca que Sam ponga los ojos en blanco y que Nina suelte una risa ligera.
-¿Vamos? -pregunta y el alfa asiente.
Nina dirige la vista hacia Paul para despedirse pero antes de que pueda decir nada el chico se acerca a ella para besar su mejilla. Le guiña un ojo de manera juguetona cuando ve cómo sus mejillas se colorean.
-Nos vemos luego, preciosa. Intenta no aburrirte demasiado con esos libros viejos de Sam.
Sam resopla indignada pero Nina sonríe, aún sintiendo el calor en su rostro.
-Nos vemos luego, Paul. –se despide finalmente y sale del taller junto con Sam.
La casa de los chicos es una cabaña costera hecha de madera que encaja perfectamente con los árboles que hay al fondo y con la arena blanca de la playa que tienen a escasos metros. El exterior está un poco deteriorado, el color rojo con el que está pintada se pierde en algunas partes debido al aire salado pero es encantadora y a Nina le enamora aún más el interior. Prácticamente todo es de una madera clara que le da un aire fresco y acogedor. Por las ventanas se cuela el ruido del oleaje que hace que el ambiente sea relajante.
-Intento mantener el orden pero Paul parece alérgico a ello. –se excusa Sam mientras le enseña las diferentes estancias.
Es pequeña, una cocina abierta al comedor que comparte espacio con la tele y un par sillones que parecen realmente cómodos junto con un sofá; tres dormitorios y un baño. Nina sonríe porque es fácil identificar la habitación de Sam, perfectamente ordenada con una cama perfectamente hecha, con la de Paul, que tiene ropa tirada por el suelo y las sábanas arrugadas a los pies de su cama.
-¿Cuánto lleváis viviendo juntos? –pregunta con curiosidad mientras sus dedos se deslizan por los lomos de los libros de la estantería que Sam tiene en su habitación. Son antiguos pero está bien conservados, no tienen ni una mota de polvo.
-Cinco años. –contesta el alfa que observa entre fascinado y orgulloso cómo su impronta se pasea por su habitación. –Mis padres murieron cuando tenía veinte años en un accidente de tráfico y decidimos vivir juntos, prácticamente llevamos viviendo juntos desde que éramos críos pero ahora paga la mitad de los gastos.
Nina sonríe ante la última frase pero cuando sus ojos se encuentra, la empatía y la ternura brillan en los femeninos.
-Siento lo de tus padres, debió ser duro perderlos tan de repente.
Sam asiente, dándole la razón, y siente su corazón más cálido al saber que ella se preocupa por él.
-La manada ayudó bastante aunque éramos pocos en ese momento. –intenta aligerar el ambiente usando su mejor tono bromista. –Y ahora somos demasiados.
Eso hace reír a Nina que niega levemente, se ve perfectamente que Sam quiere a cada miembro de su manada.
-¿Cómo conseguiste todos estos libros? –cuestiona curiosa cuando por fin saca uno de ellos de la estantería. No sólo son antiguos sino que sus páginas contienen información mitológica perfectamente desarrollada; apenas ha visto unos cuantos así.
-Fui recopilándolos después de convertirme en lobo, fue algo así como mi obsesión para entender mejor lo que ocurría.
Se llevan varios libros hasta el salón y Nina comprueba que el sofá es tan cómodo como parece. Se muerde el labio inferior mientras pasa las hojas con fascinación, ahí está toda la historia de los lobos, todas las leyendas que dan forma a su comunidad.
Sam la mira a su vez, siente que nunca se cansará de hacerlo. Es fascinante que encaje tan bien con ambos, con las aficiones de cada uno. Parece hecha para ellos y no puede sentirse más afortunado que cuando Nina alza la cabeza y sus miradas se encuentran y ella sonríe, emocionada.
-Es valiente, la mujer que se sacrificó por su tribu; es valiente e intenso. –comenta Nina.
Sam asiente, ha ocupado el sillón justo al lado del sofá para darle el espacio suficiente pero siente que es una distancia demasiado grande así que apoya los codos en las rodillas sólo para inclinarse un poco más hacia ella.
-Era la impronta del alfa, su conexión era intensa. –se sabe esa historia de memoria. –Se sentía tan protectora de su pueblo como él mismo. No sólo los lobos son capaces de sacrificarse por su familia sino también sus improntas.
Nina lo observa, pensativa y acaba por asentir. Siente ese extraño sentido de protección por esa gente que apenas conoce, no está tan enraizado como el de la mujer de la historia pero se desarrolla tanto como el sentimiento de pertenencia. Que la hayan acogido con los brazos abiertos hace que ella quiera mantenerlos cerca, mantenerlos a salvo.
-¿Todo lo que sabes de los lobos lo aprendiste de estos libros? –quiere saber la rubia y Sam asiente levemente.
-Casi todo. Los ancianos llevaban tantos años sin ver a uno de nosotros convertido en lobo que las leyendas se habían tergiversado un poco. –su memoria se llena de los recuerdos y una sonrisa un tanto amarga aflora en sus labios. –Cuando me convertí por primera vez pensé que me estaba volviendo loco o que estaba en una pesadilla.
Nina aparta el libro, toda su atención puesta en él.
-¿Qué hiciste cuando ocurrió? –pregunta con delicadeza.
-Salir corriendo. No sabía si era real o una pesadilla pero sabía que no podría acercarme a mi familia, creerían que era un monstruo. Desaparecí durante dos semanas. –ante las cejas alzadas con sorpresa de Nina, éste asiente. –Paul y mis padres casi se volvieron locos de preocupación pero los ancianos intuían algo y les aseguraron que volvería sano y salvo.
>>Cuando volví, aún en mi forma de lobo, el padre de Jacob y un par de hombres más me esperaban en el bosque. Me ayudaron a volver a mi forma humana. Nunca estuve tan feliz de ver mis manos de nuevo.
-Son unas manos bonitas. –murmura Nina mientras extiende una de las suyas para cubrir la más cercana de Sam. Su piel es cálida y su color contrasta con el más blanquecino de la chica.
Se intercambian una sonrisa cómplice antes de que Sam siga hablando.
-Me costó adaptarme, fue difícil controlar al lobo. –admite y su voz ha bajado varios tonos, como si fuera algo que le avergonzara. –A menudo no podía controlar mis enfados, estaba más irascible de lo normal.
>>Mejoró cuando Paul se unió a la manada. Cuando se convirtió entendió por qué había estado esquivándolo durante meses. Poco a poco se unió el resto y mi papel de alfa me ayudó a mejorar mi autocontrol; tenía que ser un ejemplo para el resto. Tenía que ayudarlos.
-Y lo haces. –la chica habla mirando con admiración al hombre que tiene delante. Su lobo ha pasado por mucho y eso lo ha hecho mejor, no peor. –He visto cómo te miran y cómo son a tu alrededor, te respetan y te quieren. Y eso te lo has ganado tú.
-Somos una familia. –admite Sam y apoya la mano libre sobre la de Nina que desaparece ante el tamaño de la del lobo. Sus ojos brillan de una manera que hace que por el pecho de la rubia se extienda una calidez extraña, agradable pero desconcertante para ella. –Todos nosotros somos una familia.
Y Nina no puede hacer otra cosa que asentir, porque nunca se ha sentido tan bien y tan mal en su vida. Bien porque siente verdaderamente que forma parte de algo que nunca ha esperado tener y mal porque las mentiras que carga le pesan demasiado sobre sus hombros.
✵✵✵
Claire sale de la habitación de Sam con Leah tras ella y cierra con cuidado la puerta para no molestar a la chica que yace inconsciente sobre la cama. Van hacia el salón para no hacer ruido.
-Está bien. –anuncia con su voz más profesional porque el ambiente está tan cargado de tensión como el de una sala de espera de un hospital. –Sólo ha sido un golpe con un poco de sangre pero no tiene ningún tipo de conmoción. Se levantará con un buen dolor de cabeza, eso sí.
La tensión en los hombros de Sam se alivia ligeramente y Paul deja de frotarse las manos que aún están cubiertas por la sangre de Nina y que tiemblan ligeramente.
-Vuestra chica os debe unas cuantas explicaciones. –la voz de Leah oscila entre la sorpresa y el alivio de saber que Nina estará bien.
Fue ella la primera en llegar a la escena, la que vio a esa chica de apenas metro cincuenta luchando contra un chupasangre como una verdadera profesional. Y se siente un poco culpable porque su llegada fue lo que la distrajo y lo que permitió al vampiro golpear a Nina para que ésta chocara contra un árbol.
El resto de la manada vio todo a través de sus ojos y la imagen de su impronta tirada en el suelo inconsciente, como una muñeca rota, es algo que ambos lobos tienen grabado a fuego en el cerebro. Saben que el resto de la manada se están encargando del chupasangre y eso les alivia un poco la ira que los consume.
Pero nada alivia el enfado que ambos sienten hacia Nina, hacia las mentiras que han puesto en peligro su vida.
-Te aseguro que nos las dará. –en la voz de Sam hay algo que hace que las chicas intercambien una mirada. Hace mucho tiempo que no lo ven tan enfadado.
Ambas están de acuerdo en algo, no les gustaría ser Nina cuando despierte.
Todes viendo a Sam enfadado:
Recordar darle amor y comentar si os apetece, me encanta leeros🥰🥰
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