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𓏲 Capítulo 12

Las cortas piernas de Yeri se movían rápidamente mientras corría hacia su salón, sus cabellos revoloteaban gracias al aire y una suave risita salía de sus labios. Estaba tan ansiosa de ver a su amiga Joy para mostrarle lo que su mami Mina había hecho, que en cuanto llegó a su salón dejó sus cosas en su pupitre y de inmediato se dirigió a la de la mayor.

— Joy — Habló eufórica cuando estuvo frente a ella — Mira lo que mami Mina hizo para nosotras.

La nombrada observó la caja llena de Donas de chocolate, con más chocolate derretido y muchos trozos de chocolate al rededor.
Abrió más sus ojos asombrada y sintió su paladar babear.

— ¡Oh por san Popeye! — Exclamó feliz, olvidando el por qué estaba molesta con su mejor amiga — Se ve delicioso, ¿puedo comer una?

Yeri asintió — Todas son de nosotras dos, pero mami Mina dijo que las comieramos en el receso, porque era malo comer chocolate en las mañanas.

Aunque eso no lo entendía, siempre en las mañanas Mina le daba un licuado de chocolate y hot cakes con Nutella. Aún así ella obedecía como buena niña que era.

— Tu mamá es genial, Yeri — Contestó Joy sin dejar de ver las donas — Quisiera que la mía fuera así. Pero mi mami dice que la avena es mejor.

Las dos niñas hicieron mueca de asco y de inmediato empezaron a jugar con los juguetes que siempre llevaban.

Por otro lado, Sana sonreía anonada, Dahyun era la niña más bonita, fuerte y valiente que había visto. Era muy graciosa y lista y tenía muchas amigas, aunque ella era su favorita. O eso decía.

Siempre trataba de invitarle un dulce, por eso la vez que le pidió el desayuno doble a Mina. Dubu había quedado enamorada del desayuno tan rico que Sana le había llevado y siempre solía pedirle cosas.

No es como si Dahyun fuera una niña interesada, simplemente era muy pediche, y Sana, al gusto de ella, siempre le cumplía sus caprichos.

— ¡Sana! — la nombrada parpadeó, emocionada, cuando vio a su mejor amiga acercarse.

— ¿Qué ocurre?.

— ¿Puedo ir a tu casa hoy? Mamá Fany estará con la abogada — Habló, tal vez mostrándose un poco desanimada.

Sana frunció el ceño, hace días su amiga le había contado que sus mamás siempre peleaban, aún no sabía exactamente la razón pero siempre dormía con ella.

— Claro que si, le diré a mi mamá Chaeng. No te preocupes, haremos muchas cosas,veremos películas — Agarró la mano de la más baja — Comeremos pizza, jugaremos — Hablaba mientras se dirigían al asiento de Dahyun — Y si quieres te puedes quedar a dormir ahí.

Dahyun asintió feliz mientras se sentaba en su silla — ¿Estará tu mamá Mina?.

La sonrisa de Sana se borró de manera rápida mientras fruncia el ceño. Le había aclarado a todos que Mina no era su mamá,pero al parecer nadie le hacía caso.

— Ella no es mi mamá, pero sí, desgraciadamente estará en la casa.

Dahyun asintió sin tomarle importancia a la cara de desagrado que su mejor amiga ponía y sacó su libro para colorear invitándola a sentarse junto a ella.

Finalmente la hora de salida había llegado, Yeri y Joy salían felices del lugar con la mirada de su maestra en ellas, la caja donde estaban las Donas estaba más que limpia y las mejillas de las dos infantes llenas de chocolate.

Yeri saltó feliz hasta donde Mina junto a Chaeyoung las esperaba y las abrazó a las dos al mismo tiempo.

— Hola señora Mina — Saludó la pequeña Joy — Estaban muy ricas su Donas, usted es genial.

Mina sonrió casi llorando de la ternura al ver a la pequeña niña con las mejillas rojas, mientras Chaeyoung sonreía orgullosa.

Segundos después Sana llegaba corriendo, tomada de la mano de Dahyun.

— Mamá, Dubu se quedará con nosotras.

— Claro que no — Chaeyoung negó con la cabeza mientras se ponía en cuclillas frente a su hija y su amiga — Pequeña Dubu, Sana está castigada hasta nuevo aviso. Si quieres puedo llevarte a tu casa.

— Ou — Contestó la niña — No importa señora Son, le diré a mi mamá Tae que pase por mí a casa de mi abuelita. Sólo quería jugar con Sana un ratito.

Chaeyoung asintió y llamó al número de Taeyeon informándole que dejaría a Dahyun en la casa de su madre. Chaeyoung y Taeyeon no eran amigas, pero sí se conocían. Ella era su abogada en el proceso de divorcio con Tiffany, algo realmente extraño porque a pesar de que las dos confesaron estar aún enamoradas, decidieron seguir con el divorcio. Así que Kim tenía fiel confianza en Chaeyoung de que cuidaría bien a su hija.

— ¿Pero por qué estoy castigada? — Preguntó Sana mientras todas subían al auto y Mina se acercaba con los padres de la amiga de Yeri para saludarlos y conocerlos.

— Tú sabes por qué estas castigada Sana, así que mejor no hables.

El día pasó muy rápido en cierta parte, Sana estuvo algo aburrida así que después de que hizo la tarea se dirigió a su habitación y se quedó dormida toda la tarde.

Por otro lado Yeri, Chaeyoung y Mina pasaron la tarde viendo películas, el trabajo lo dejaron a un lado y simplemente disfrutaron.
Así como Jeongyeon le había dicho a Mina que hiciera. Olvidarse de los malos comentarios de Sana y disfrutar de la presencia de las otras dos.

Nunca se vio afectada, no tanto así, y menos por una niña de solo seis años.

La noche había llegado y Chaeyoung llevó a Sana a su habitación y mientras la arropaba y la metía debajo de las sábanas, Mina se dirigía a la cama de Sana quien ya estaba despierta.

— Tienes que ponerte la pijama — Susurró Mina para no despertar a Yeri, pero Sana negó.

— No quiero que me pongas la pijama, puedo hacerlo yo sola.

— Sabes Sana, sé que no te caigo bien. Pero eso no significa que no me dejes ayudarte, si me necesitas me tendrás siempre — Trató de sonar lo más calmada posible, pero solo observó a la menor fruncir el ceño y restregar sus manos en sus ojitos.

— Hubiera preferido que nunca conocieras a mi mamá — Murmuró casi dormida — No te necesitamos, así que vete — Terminó y siguió durmiendo.

— No te preocupes, yo le pongo la pijama — Habló Chaeyoung tratando de hacerse la loca, obviamente había escuchado a su hija.

Mina asintió, aún con las palabras de Sana en su cabeza... y con las lágrimas en sus ojos.

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