하나
[🍼🍼🍼]
Jungkook suspiro, metiendo la llave en la chapa de la puerta para poder entrar a su preciado hogar.
Una linda masion, decorada con colores tierra a petición de su esposa. Ah~ Su esposa. Una bella mujer sin duda. Delgada, hermosa, con clase, y rica; justo la mujer que cualquier hombre puede pedir. Pero hueca, fría; sin sentimiento alguno por cualquier ser humano que la rodee.
Una mujer preciosa pero con una actitud grosera y desinteresada que no le ayudaba mucho. Lo único que la mueve es el dinero y gracias a que los Jeon's son una de las familias mas ricas en corea, fue que termino siendo esposa y madre de una pequeña bebe de no mas de 1 añito.
Como siempre el moreno regresaba a casa despues de un largo y arduo dia de trabajo, esperando aunque sea un beso de su preciosa mujer.
Tristemente lo único que recibió fue un llanto escandaloso y su pobre nonna caminando estresada de un lado a otro en un intento de dormir a la pequeña Mimi.
Una bebe igual de hermosa que su madre pero muy escandalosa para su gusto. La amaba pero a veces le provocaba tirarla al caño mas cercano.
— ¿Nonna? ¿Que hace aquí todavía? Su jornada de trabajo ya culmino —Susurro lo mas bajo que pudo evitando a toda costa que su esposa lo escuchara.
Su mujer odiaba que se refiriera a la servidumbre con tanto respeto, siendo que el es el que debe de recibir ese respeto por parte de ellos. Pero Jungkook simplemente no podía tratarlos como sus empleados, ellos eran como su familia y aunque su esposa no lo aprobara el los seguiría tratando con el respeto que cualquier ser humano se merece— ¿Dónde esta Ji-Eun?
— Se fue —Fue lo único que murmuro la mujer mayor, sin dejar de mecer ni un segundo a la pequeña bebe.
Jungkook abrió la boca sorprendido dejando caer su maletín.
— ¿Cómo que se fue? —Hye asintió, sonriendo cuando el llanto de Mimi por fin ceso— ¡¿A donde?!
— Se fue de la casa Jungkook. Dijo que ya no soportaba a Mimi — Jeon soltó un gruñido cual perro.
Sabia que esa mujer no tenia vergüenza alguna, pero aquello ya era el colmo.
¿Dónde estaba su instinto maternal? ¿Ni siquiera su hija fue capaz de ablandar su duro corazón?
— Siendo que esta cosita es una ternura, ¿Quién es una bebe preciosa?~
Jungkook negó, extendiendo los brazos para recibir a la pequeña.
Su Nonna con gusto se la paso— A veces uno ama tan profundo que se vuelve demasiado ciego para ver lo que en realidad son las personas —Sonrió cuando la bebé apretó su dedo juguetona — Tan ciego que ya no puedes diferenciar quien ama de verdad y quién solo te necesita a su lado por dinero —Suspiro— Tu eres lo único real que tengo Mimi. La única mujer que no me puede defraudar
— Se que será difícil pero fue lo mejor —Sonrió la mujer a su lado mientras sobaba su espalda con delicadeza. Jungkook asintió.
Quizás el destino le esta diciendo a regañadientes q esa mujer no era para el
— Recuerda esto siempre: Cuando alguien se va, es por que otra persona mejor va a llegar y para que eso pase necesita el espacio. Un amor nuevo no puede llegar si ya hay otro ocupando el lugar —Murmuro con ternura su nonna antes de retirarse dejando a padre e hija solos.
Jungkook sonrió.
— El único amor que necesito y quiero es el de esta miniatura — Mimi rio y Jungkook no puedo evitar reír enternecido. Su hija era un angelito — Quizás tu madre se debía de ir para q tu ocuparas su lugar — Suspiro — Aunque a decir verdad... Ji-Eun ya estaba fuera de mi corazón desde el día que nos casamos.
— ¡Adiós Oppa!~ —Grito la pequeña Mimi mientras entraba prácticamente trotando a su jardín.
La pequeña Jeon amaba ir al jardín. Había muchos juegos, tenia muchos amiguitos y sobre todo, la comida era exquisita. No era muy extravagante pero sin duda la clase —por que Mimi no estaba en cualquier jardín— se notaba a kilómetros
Sin embargo, aunque Mimi se caracterizaba por ser una niña muy alegre, también era muy maltratada.
En su jardín era la burla de sus compañeros mas grandes, solo por el hecho de que su madre se fue por leche y jamás regreso.
Su papi suele contarle que ella esta de viaje por negocios, pero aquella historia dejo de creérsela desde hace unos meses.
A su corta edad de cinco años —y medio— era una niña muy inteligente y sabia de ante mano que su madre los había abandonado. Pero no le importaba. Esa mujer era la perfecta definición de madrastra malvada.
— ¡Pero miren quien llego! Min abandonada Ki — Se burlo la niña, empujando a la pequeña pelinegra sin mucha fuerza.
Mimi perdió algo de equilibrio, pero no el suficiente para darle el gusto de caerse. Odiaba a U — ¿Que? ¿Tu madre lleva 3 años ordeñando las vacas?
La pequeña Jeon ardía de la ira.
No amaba a la mujer y era mas que cierto que jamás la vería como su madre, pero su papi le enseño que todas las personas merecen respeto y por mas mala que sea su progenitora eso a nadie le da el derecho de tratarla mal— ¿Con todo el dinero que tienes deberías de comprarte una nueva mama no crees? —Se burlo de nueva cuenta, esta vez empujándola con mas fuerza, haciendo que tropiece con sus propios pies y finalmente caiga de golpe al piso.
Su risa escandalosa no dudo en hacer eco en la inmensa plaza de juegos
Un grito no dudo en cortar de golpe todas las risas, sumergiendo al jardín en un silencio absoluto. La pobre Mimi sollozaba en silencio, tapando su piernita que gracias a la caída había logrado rasparse; cuando unos brazos la alzan de repente y la apretujan contra si a modo de protección.
No puede evitar cerrar los ojitos encantada, cuando el leve olor a vainilla y rosas llega hasta ella.
— ¿Ustedes tres que es lo que creen que hacen? ¿En sus casas no les enseñaron modales? ¡Las personas no deben de burlarse de las desgracias ajenas! ¿Cómo te sentirías si la que no tuviera madre fueras tu y yo me burlara por eso? — Las tres menores agacharon la cabeza apenadas mientras Mimi estaba encantada en los brazos de la mujer.
Su dulce aroma la tenia embriagada y su voz una melodía para sus diminutos oídos. Por un segundo pudo olvidar que su muslo estaba lastimado— Discúlpense o me veré en la obligación de hablar con sus padres.
— Lo sentimos Min-Ki —Murmuraron las tres menores al tiempo.
— Ya pueden irse —Lo ultimo que escucho fueron los pasos acelerados que se alejaban.
En los próximos diez segundos Mimi no tiene idea de que paso o como es que su salvadora paso de ser mujer, a ser... Hombre.
¿Cómo un aroma tan encantador y una voz tan suave podían ser los de un hombre?. Científicamente lo considera imposible.
— Hola nena, ¿Estas bien? —Susurro con ternura dedicándole una pequeña sonrisa cuadrada.
¡Incluso sus facciones se asemejan a los de una mujer!— ¿Cómo te llamas?
— M-min-Ki. J-jeon Min-Ki. Pero me dicen Mimi —Susurro tímida mientras jugaba con sus deditos a modo de entretenimiento. El joven asintió.
— Lindo nombre Min-Ki. Soy Kim Taehyung —Se presento agachándose hasta quedar a la altura de Mimi— No creo que con ese regaño te vuelvan a molestar, pero son niñas a si que nunca se sabe —Rio apartando un pequeño mechón rebelde de la carita de la menor— ¿Tus padres ya se fueron?
— Mi papi esta trabajando y la señora que dice ser mi madre me abandono cuando tenia 1 año. Me trajo Namjoon-Oppa —Taehyung asintió, un poco extrañado por la manera en la que la pelinegra se refería a su madre y por la naturalidad con la que lo decía como si eso fuera el día a día.
Su padre los abandono y aun después de casi 18 años le sigue doliendo un poco.
.— Se supone que no debo de hablar con extraños.
— Esa me parece muy buena regla. Pero ya no somos extraños ¿No crees? —Mimi fingió pensar para al final asentir de acuerdo. La regla no cuenta cuando sabes el nombre de la otra persona ¿O si?— Eres una niña bas-... —Un chillido de dolor puro abandono sus labios cuando el mayor toco la parte de su muslo lastimada. Las lagrimitas no dudaron en surcar sus negros ojitos— Mi amor~ ¿Por q no me dijiste que estabas lastimada?— El castaño negó alzando con cuidado a la pequeña para sentarse en una de las bancas— Hmm... Voy a limpiarte la herida ¿Si?
— ¿V-va a dolerme? — Taehyung negó sacando de su mochila una pequeña botellita de agua al igual que una toallita amarilla la cual usaría para secar la herida una vez que la limpiara con el agua.
— No voy a mentirte por que se que eres una niña muy inteligente —Comenzó hablar— Asi que voy a decirte la verdad. Voy a limpiarla y eso no va a doler pero para desinfectarla debo de echar un poquito de alcohol, eso quizás si arda pero prometo que será rápido —Susurro acariciando sus negros y lacios cabellos. Mimi asintió cerrando sus ojitos con fuerza mientras el mayor limpiaba su herida. Tal y como dijo limpiarla no dolió pero el alcohol la hizo ver al demonio. Aunque solo fueron unos segunditos— Listo. Pero mira que niña mas valiente. ¿Quieres una curita de Kumamon?
— ¡SII! — Chillo feliz mientras miraba como su herida era levemente tapada por una curita de color negra con dibujitos de kumamon— Gracias mami.
El castaño se tenso en su lugar— ¿C-como me has dicho?
— Dije: Gracias mami — Repitió formando una tierna sonrisita de conejo.
Taehyung sonrió enternecido ante el tierno apodo, acariciando la rechoncha mejillita de la menor. Mimi cerro los ojitos encantada.
— ¡Dios mío! ¡Llegare tarde al trabajo! — Salto el castaño al ver lo tarde que era. Mimi puchereo triste cuando fue dejada nuevamente en el suelo — Me tengo que ir o sino van a despedirme, si es que ya no lo hicieron —Rio besando castamente la frente blanquecina de la pelinegra— ¡Adiós hermosa! — Grito trotando fuera de la plaza, logrando desaparecer de la vista de Mimi en par segundos.
— ¡Espera! — Grito pero ya era demasiado tarde. El castaño se habia ido — ¿Volveré a verte...?
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