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십팔

— ¡Esto ya es la tapa Jeon! — Jungkook suspira mientras sigue a su furiosa prometida. 

Ya se acercaba el cumpleaños de la pequeña Mimi y como era costumbre, el azabache la llevaba algún viaje. 

Desde tiempos remotos esa es por ley su tradición y ahora Lisa se se negaba aceptarlo 

— ¡¿Por que tiene que ir el!?

— Cariño, ya te lo explique. Taehyung es parte de la familia, le guste a quien le guste. Deja de hacer show, me dará jaqueca — La rubia niega mientras taconea con aún más fuerza que antes — Bebé...

— ¡No, Jungkook! ¡No! —Le grita mientras le señala acusadora mente— ¡Es que no se trata de ese estúpido paseo! ¡Se trata del hecho de que a toda parte tiene que estar el metido! ¡Tu futura mujer soy yo! ¡El no es nada de nosotros! —El azabache suspira agotado y soba el puente de su nariz, a punto del colapso— ¡Podemos ir solo nosotros tres!

— Mimi no te quiere Lisa — Le recuerda con sequedad — Taehyung es su "madre", asi que te guste o no, su ida al viaje no se discute — Adivierte — Si no quieres ir, ¡Bien! ¡No vayas!, Voy con Taehyung y Mimi, solo.

La rubia lo mira retante— ¿Que has dicho? —Susurra y a decir por su tono, sabe que se viene el grito de la vida— ¿¡Que carajos dices que dijiste!? —Un grito de frustración pura escapa de los labios del azabache y por un segundo se dispone a pensar si era propio que se casara con esa mujer. 

¿Esta seria su vida de casado? ¿Peleas tras peleas? ¿Era este el precio que debía de pagar por querer formar una familia con la mujer que dice amar? 

— ¡No! ¡No vas a dejarme aqui como cualquier trapo! ¡Soy tu prometida! ¡Tu primer interés debería de ser yo!

— ¡No quieres venir conmigo Lisa! ¡¿Que más quieres que haga!? —La rubia resopla furiosa y toma su bolso con todo la intención de irse, pero el jalón brusco de Jungkook la detiene— ¿¡Te irás como siempre!? ¡¿Es tu solución!?

— Es la decisión que me hace tomar tu incompetencia Jeon —Dice venenosa— Si cambias de opinión respecto a tu estúpido viejesito, búscame. Si no, ni te atrevas a llamarme —Sentencia y jala de su brazo abandonando la habitación en par segundos.

Vaya bruja se fue a conseguir

Taehyung estaba seguro de que su supuesto capricho, ya estaba empezando a sacar las garras. 

Fingió hacerse el loco. Quiso ignorar el latido desenfrenado de su corazón. Olvidar que la noche anterior soñó con el Sr. J. 

¡Joder, cualquier cosa!

Quiso seguir fingiendo que el amor solo era capricho de adolescente, ¡Pero Dios!, Ya no podía seguir obviando el hecho, de que le dolía ver como Jungkook besaba con tanta pasión a la loca de Manoban.

Y la envidiaba...

Por supuesto que la envidiaba a morir.

Añoraba con su vida, poder hacer algo para borrarle esa estúpida sonrisa de autosuficiencia. Anhelaba jalonear de su oxigenado cabello hasta que las hebras quedaran enredadas en sus largos dedos. 

Quería desaparecerla

Perdido entre sus pensamientos, no esta consiente de que sus pies traicioneros lo guían hacia el hombre que tanto suspiros le roba. Cayendo en cuenta solo cuando su sonrojada naricita choca contra la puerta de madera fina.

Sus dedos tantean el picaporte. 

No piensa entrar... El de verdad no tiene intención de hacerlo, pero su curiosidad puede mas y termina abriendo la puerta. 

Para su suerte no hay nadie, asi que se atreve adentrarse aun mas en la habitación.

¿Han escuchado ese dicho que dice: "La curiosidad mato al gato"?

— ¿Eres bastante curioso no es asi? —Su cuerpo se tensa y cierra sus ojos con fuerza, cuando la voz ronca de su mayor cala hasta en el ultimo hueso que porta su cuerpo. 

Por lo profunda y desgastada que se escucha, asume que a estado llorando y por la forma en la que medio, medio arrastra las palabras, sabe que esta algo borracho. 

Pero no lo suficiente como para olvidar mañana que lo interrumpió en su privacidad.

— ¿Quien te crees para entrar en mi habitación asi como asi eh? 

— Y-yo... —Tartamudea temeroso— L-lo siento — lo único que alcanza a formular, agachando la mirada apenado, cuando los negros ojos lo observan acusadoramente.

— Lo sientos, tras lo sientos —Murmura y lleva la botella a sus labios dándole un casto sorbo. 

Taehyung lo mira atento y casi que perdido en lo sexy que se ve Jungkook asi borracho. Con los botones de su camisa en un orden incorrecto y su azabache cabello revuelto cual nido de aves.

— ¿Piensas disculparte toda la vida? ¿Eh? 

— N-no —Susurra tímido, temblando ante el cálido tacto en su piel. 

La enorme y huesuda mano de Jungkook se cuela atrevidamente por entre su ropa, arrancándole un jadeo ahogado cuando empieza a tantear en zonas sensibles— Q-quite su mano —Pide a regañadientes. 

Le gusta. Pero tiene ética.

— ¿Oh enserio? —Cuestiona divertido mientras juega en el elástico del short peludo.

— S-si —Tartamudea nervioso y empieza a retroceder en un intento de recuperar el espacio que le era atrevidamente arrebatado. 

Mira a la puerta y el temor de que alguien los vea lo invade por completo. 

¿Y si la loca de Lalisa volvía? ¿O Mimi despertaba?— Y-yo... L-lo cierto es que nunca d-debí de haber entrado. U-usted esta borracho y c-creo que lo propio es que descanse ¿No? —Ríe nervioso— Y y-yo... ¡Oh! ¡¿si escucha!? ¡Mimi me llama!, Este... T-tenga linda noche —Dice y hace una corta reverencia antes de intentar huir. 

La mano del azabache se estampa entonces con fuerza contra la puerta, cerrándola de un solo portazo, cuando nota que Taehyung piensa irse de la habitación.

— J-jungkook...

— No me creas idiota por que conozco a mi hija y se que cuando cae dormida, no hay poder humano que logre levantarla —El menor traga duro y pega lo mas que puede su cuerpo a la puerta, sintiéndose fuertemente intimidado por los orbes carbón.

— S-su prometida-... —La voz parece traicionarlo, cuando los tibios dedos del azabache acarician su labio inferior con demasiado cariño. 

— Lalisa no va a volver esta noche —Titubeo— Es mas, creo que no volverá hasta que le diga que no ire de viaje contigo, por el cumpleaños de Mimi.

Un suspiro agotado escapa de sus labios y entonces por fin se resigna a que esa noche no saldrá de esa habitación— E-esto no es muy hetero de su parte ¿Sabe? —Jungkook ríe y se agacha a la altura de Taehyung para rozar sus esponjosos labios con los ajenos. No es un beso, pero a ambos parece servirle la caricia.

— Sabes... Últimamente siento ganas de besarte —Confiesa mientras acaricia la blanda pancita por encima de la blusa.

— ¿Y que lo detiene? —Pregunta tímido. 

El Sr. J lo mira unos segundos y luego jala de la diminuta cintura juntando sus labios con los de Taehyung. 

Su lengua cálida acaricia con ternura el maltratado labio mientras se deja guiar por los jadeos necesitados del mas pequeño. Quiere probar a detalle los acorazonados labios, asi que no pierde tiempo y muerde suavemente, logrando abrirse paso a la cavidad contraria. 

Explora cuanto gusta y saborea feliz el sabor dulzón de cereza. 

Mientras tanto las finas manitos del castaño se entierran sin mucha fuerza en su cabello, logrando profundizar el beso entre jalón y jalón. 

Una adicción por los delgados labios comienza a surcar en lo mas profundo de su cuerpo y quiere seguir allí hasta que el aire se lo impida, mas Taehyung se separa bruscamente de el, cortando de golpe el beso.

Al instante sus ojos miran con miedo los ojitos grises, buscando con desespero algún indicio de inconformidad. 

Un sonrojado Taehyung lo mira fascinado, mientras con esfuerzo trata de recuperar un poco del aire que le fue arrebatado. 

Sus pequeñas manitos empuñan con fuerza la blanca camisa mientras inhala y exhala con fuerza.

Y no ha terminado de recuperarse del todo, cuando los esponjosos labios atrapan nuevamente los suyos en un necesitado beso.

Las enormes manos entonces se ciñen a sus gorditos muslos y lo alzan, obligandolo a qué enrede sus piernas en la cintura contraria. 

Lo estruja contra la puerta y acaricia sus suaves muslos distrayendo lo del aire que nuevamente le hace falta.

Están entretenidos  y la temperatura en la habitación cada vez sube más y más de nivel. 

Jungkook no piensa parar, el menor enserio lo tiene embriagado pero el grito escandaloso de su hija los saca de su pequeña burbuja.

Corta de lleno el beso y pega el minúsculo cuerpo de Taehyung a la puerta, como medio de apoyo, para así lograr recuperarse— Mierda —Gruñe por lo bajo y deja al castaño en el suelo para dirigirse entre tambaleos hasta el cuarto de su pequeña.

Y entonces, entre la soledad y el placer momentario, Taehyung se permite pensar: ¿Que carajos acaban de hacer?

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