Peter tenía a la pequeña Eleanor sentada entre sus piernas, los demás cachorros le estaban rodeando, dibujando sobre hojas de papel.
—Bien, entonces, si mezclas el color amarillo con el azul se vuelve verde, ¿Sí viste?- estaban pintando con sus pequeños dedos, la pintura no era tóxica para ellos, pero de todas formas miraba que no se fueran a meter los dedos en sus boca.
Eleanor solo miraba curiosa a los demás cachorros, nunca había estado rodeado de tantos, y le daba un poco de miedo hacerlo, por eso no se separaba de él. De vez en cuando Peter acariciaba a la pequeña par hacerle saber que no se había olvidado de ella, sonreía cuando la escuchaba ronrronear ante sus toques tranquilos.
—¡Maestro Pet, mire!- el pequeño Billy de cinco años le mostró orgulloso su dibujo, los había puesto a dibujar frutas y él había echo unas uvas.
—¡Oh, qué lindo Billy, se ven deliciosas!- Peter sonrió cuando vió el pecho del pequeño hincharse con más orgullo.
Miró al pequeño Tommy , quién estaba mirando su dibujo con una expresión insegura, sonrió ante eso, Billy y Tommy eran hermanos gemelos, pero muy diferentes entre sí, mientras uno era más confiado y decidido, el otro era muy tímido e inseguro.
—Tommy, ¿Me muestras tu dibujo?- preguntó y vió como el pequeño dió un salto en su puesto, lo miró y después a su dibujo, al final terminó mostrándolo.— ¡Es tan bonito, es una deliciosa piña!
Tommy se sonrojó y le sonrió, estaba más alegre y miraba su dibujo más orgulloso. Los demás cachorros también le mostraron sus dibujos y al final cuando todos terminaron de hacer sus dibujos lo puso en un mural, así todos podían verlos.
—¡Es hora de la merienda y una siesta!- eso era algo adorado por los pequeños, quienes se fueron corriendo hasta donde estaba el baño para lavarse las manos.
Peter puso a la pequeña Eleanor en su pecho, tenía una cangurera para cachorros así que se lehacía más fácil hacerlo. Ella solo tenía su chupón en la boca y miraba como ayudaba a limpiar a los demás.
Después fueron por sus loncheras y se sentaron a comer, Peter calentó un poco el biberón de Eleanor para dárselo, ella lo recibió gustoso, como si estuviera acostumbrado a el. Era algo raro, pero supuso que ya le habían enseñado para poder venir a la guardería y que comiera sin mucho inconveniente.
Al terminar de comer, varios cachorros estaban dormitando, los acomodó en sus tufones y los arropó.
Miles siempre era el último en dormirse, pero después de un pequeño cuento siempre lo hacía. Peter tuvo que acostarse con Eleanor en un tufón, al parecer ella no quería apartarse de el y no tuvo más remedio.
—Al fin se durmió.- susurró viendo a la pequeña dormir tranquila junto a los demás cachorros, el aire acondicionado mantenía un ambiente fresco y no se preocupaba por la calor que podrían tener.
—¿La nueva te ha dado problemas?- Peter miró hacia la puerta del ssalón, allí estaba Tony, era el Omega encargado de la guardería.
—Mmh, no. Estuvo tranquila todo el día, no ha llorado casi nada.- murmuró cuando se acercó al mayor, era mejor hablar lejos de los pequeños así no los molestaría.
—Tendrás algo para hacer que los cachorros te amen a la primera. Wilson dijo que no le gustaban muchos los extraños y por eso podría dar problemas.- El Sr. Stark era alguien mayor, bastante, le gustaban mucho los cachorros también, por eso había fundado el lugar.
Había podido tener un solo hijo, pero éste ya era mayor, e incluso tenía pareja.
—Lo sé, ésta mañana lloraba sin parar, pero se ha calmado bastante y trata de llevarse con los demás pequeños.- sonrió recordando como se había tratado de acercar a Miles, incluso jugó un poco con el.
—Bien, tengo que irme, pero si sucede algo avisa. Su padre viene a recogerla a las cinco.- dijo el mayor y después se dió la vuelta, Peter solo asintió a sus palabras.
El Omega volvió al salón para revisar a los pequeños y acomodar las cosas que estaban fuera de lugar, debía aprovechar estaban durmiendo para limpiar. La tarde pasó así, entre más juegos y juguetes.
Trató de enseñarle a Ellie (como ahora la llama, para no confundirse) cómo sostener un crayón para que pudiera pintar, fue algo difícil, pero era su primera vez haciendo algo así, solo la dejó hacer lo que quiso tranquilamente.
Poco a poco los padres fueron llegando por los pequeños, la hora en la que llegaba la mayoría de los padres, eran desde las cuatro. Acomodaba sus mochilas y se despedía de ellos con una sonrisa.
—¡Adiós Maestro Pet!- los gemelos se despidieron e Peter les sonrió con cariño, la madre de los pequeños se despidió con una sonrisa también.
La última que quedó fue Ellie, ya iban a ser la cinco, y no faltaba mucho para que su padrellegará, y al perecer lo extrañaba, estaba un poco más inquieta en ese momento.
—Pronto estará aquí, no te preocupes pequeña.- dejó un pequeño beso en su frente y acarició si espalda con cuidado. Estaba sentado en una cómoda silla que había en el salón y Ellie estaba en su pecho, suspirando tranquilamente. De manera inconciente dejó salir su aroma para envolver a la pequeña, eso hizo que la pequeña se durmiera, rió por el tierno aspecto zombie que tenía.
Cuando escuchó pasos que venían de afuera alzó la vista, en la puerta del lugar se detuvo un alfa, esperaba más a la madre de la pequeña, no a ese playboy de televisión.
Era alto, su cabeza casi pegaba con el umbral superior de la puerta, tenía puesto un traje gris, su cabello café castaño corto, cicatrices un poco grandes al rededor de su mandíbula, algunas en sus manos, y sus ojos café, intensos. Ahora sabía de dónde Ellie sacó esos bellos ojos.
—Buenas tardes señor Wilson.- saludó dando gracias a que su voz no temblara, selevantó de la silla y se acercó, aún con la cachorra en recostada en su pecho.
—Sí, sí, lo que sea, dámela.- era tosco para hablar, más bien diría grosero, pero ignoraría eso, por el momento.
La verdad se sorprendió la suavidad que usó para tomar a la pequeña Ellie y ponerla sobre su hombro. Estaba enternecido por eso, sabía que los alfas eran muy protectores con sus cachorros así que entendía un poco su ansias por cargarla cuando llegó.
—Aqui están sus cosas.- buscó el pequeño bolso de la cachorra para entregarlo, el alfa solo le miraba y no decía nada, aunque, parecía molesto, su ceño fruncido le hacía pensar que había algo mal.
—¿Dió problemas?, ¿lloró mucho?- le sorprendió la pregunta, no pensaba que fuera a decir algo como eso.
—No, ella es muy tranquila, hoy aprendió a sostener un lápiz, le aconsejaría que le dejara uno en su hogar también, así podría practicar más.- no era algo muy relevante, pero le ayudaría un poco más en pintar más bonito.
El mayor no le respondió nada ante eso, solo asintió levemente, acomodó el bolso para que no le hiciera estorbo y se dirigió a la salida.
—La traeré mañana también.- fue lo que escuchó antes de que el mayor desapareciera por completo. Peter caminó hacia atrás y cayó en la silla, soltó un suspiro profundo tratando de calmarse un poco, su corazón estaba loco.
¡Era el jodido alfa más guapo que había visto en su vida!
—Maldicion Peter .-se reprendió a si mismo, el alfa tenía a una cachorra y con su aspecto tendría también a más de un Omega a sus pies y uno calentado su cama.
Pero, eso ojos café le estuvieron devorando el alma, eran como una llama ardiente que lo podía quemar en segundos, lo mejor era mantenerse fuera de eso, y no pensarlo más.
Claro que es más fácil decirlo que hacerlo.
Incluso ya había llegado a su casa, estaba en su cama, bañado, cenado y listo para dormir. Todo lo que hacía era mirar al techo.
Estaba jodido.
Al otro día se despertó con mucho sueño, sentía su cuerpo algo pesado.
Estaba entrando a la guardería cuando vió al alfa cicatrizado llegar con la pequeña Eleanor en sus brazos, mientras que la cachorra dormía plácidamente sobre el hombro del alfa. Wilson iba refunfuñando por lo bajo.
—Buenos días.- saludó con la mejor sonrisa que pudo poner, el mayor le miró un momento, para después solo chasquear la lengua, aún así no cambió su sonrisa.
—Buenos días.- el alfa respondió por lo bajo, le entregó la mochila e Peter la tomó. Ellie se despertó por los movimientos y miró con ojos soñolientos al pecoso.
—¡Ba!- exclamó la pequeña estirando sus brazos hacia él , Peter miró al mayor esperando su concentimiendo, no podía tomarla solo porque sí .
Al recibir un ligero movimiento de cabeza tomó a la pequeña Ellie y la acurrucó en sus brazos. Ella parecía a gusto estar así, incluso ronrroneó cuando la acarició, dejando escapar también un pequeño bostezo.
—No es alguien muy mañanera, ¿Eh?- acarició la cabeza de la pequeña mientras reía un poco.
Se sonrojó al acordarse lo que estaba haciendo frente al mayor, era normal que hablara con los pequeños, pero era más cómodo cuando lo hacía rodeado de los cachorros y no de los padres.
—Volveré a la misma hora que ayer, ya me tengo que ir.- el alfa dijo para después irse. Peter pudo jurar que vió una pequeña, apenas imperceptible sonrisa en su rostro.
"Se estaba riendo de mí".
Pensó internamente lamentando su debilidad por las pequeñas cositas tiernas. Miró a la pequeña Ellie, quien ya estaba despierta, y solo le sonreía levemente mostrando sus pequeños dientes de leche.
—No puedo enojarme contigo.- dijo divertido y después entró al salón.
Ese día fue como el anterior, puso a los pequeños a escribir letras grandes y pintadas con crayones, a Ellie también le dió uno y le ayudó a sostenerlo. Se acostó con ella en el tufón a la hora de la siesta, esperando a que se durmiera parapoder acomodar un poco el salón. La pequeña se a pegaba mucho a su pecho y olfateaba allí, como si buscara algo, sonrió ante eso imaginando lo que quería.
—No pequeña cachorra, yo no tengo leche, lo siento.- acarició su cabello cafe, no sabía si le entendía o no, pero rió por lo bajo al ver un pequeño puchero en su rostro.
Ella durmió tranquilamente y mientras lo hacía se levantó para acomodar el sitio, despues, cuando pasó la tarde y llegó la hora de que los padres llegaran. El tío de Miles tardó algo en llegar. Él era quien cuidaba del pequeño desde que sus padres murieron .
—¡Buenas tardes Parker!, lamento la demora, mi auto se descompuso- habló con algo de pena mientras le sonreía a su sobrino .
—No pasa nada Aaron. El pequeño Miles le esperó pacientemente.- sonrió al Hombre y se despidió del pequeño cachorro.— Solo somos tú y yo otra vez pequeña.
Le dijo a la cachorra y ésta sólo sonrió, Peter ayudó a Eleanor a pararse, caminaba despacio pero se miraba contenta de hacerlo.
—Bien, bien, un pie frente al otro.- colocó un osito de peluche al frente suyo para que fuera por el, así tendría un poco más de confianza y una meta para poder caminar.
Como el suelo donde estaban había una suave alfombra, no le preocupaba mucho que cayera de trasero, la dejó de pié y fue hasta donde estaba el peluche. Era una distancia de uno dos metros, pero sabía que la pequeña podría hacerlo, tomó el juguete y lo empezó a batir en el aire.
—Aquí Ellie, ven, toma al conejito , si puedes.- Peter podía ver como la pequeña Eleanor daba pasitos vacilantes, y sonreía por las cosas que le hacía.— Solo un poco Ellie,tú puedes.
La pequeña de cabellos cafes caminó, lento pero seguro, su cabello blanco y corto se mecía con cada pasito que daba. Al final, rió y tomó el juguete cayendo hacía el frente, pero Peter la atrapó y rió.
—¡Lo hiciste Ellie, bien hecho!- alabó a la pequeña y la abrazó, frotó su mejilla en la cachorra haciéndola reír.— Cuando tu papá llegue le puedes mostrar. —Dijo sabiendo que el rubio se podría alegrar por eso, era un buen avance, había caminado dos metros sin caerse, era bueno para su equilibrio al estar de pie.
—No te preocupes, ya lo vi todo.- el castaño se quedó de piedra, volteó lentamente hacia donde estaba el alfa y lo encontró apoyado en la puerta del salón.
—S-señor Wilson...- Peter sentía su rostro arder, incluso sus orejas. Miró la hora y vió que ya era la cinco y diez minutos, vaya que era alguien puntual.
El castaño se acercó al mayor para darle la pequeña, Ellie chilló y rió felizmente en los brazos de su padre al estar aún emocionada por lo que acababa de lograr.
—Iré por su mochila.- Peter dejó a padre e hija un momento mientras buscaba la mochila de la pequeña, podía escuchar susurros provenientes del mayor y pequeñas risas de la menor.
Le gustaba bastante verlos de esa forma.
—Aqui está la mochila señor Wilson , que tenga una buena noche.- sonrió y el cicatrizado sacó su vista de su cachorra para mirarlo a él, después tomó el bolso.
—Dime Wade. Tampoco me digas señor, me hace sentir como si estuviera en la tercera edad.- el mayor habló dándose la vuelta para irse e Peter solo asintió con su rostro rojo.— Adiós, Petey.
—¿Petey?- se preguntó alzando una ceja y mirando por donde el alfa se había ido. Dejó su corazón revoloteando y una cálida sensación en su estómago.
Pet no lo sabe, pero ya tiene a una fiera de alfa a sus pies JAJAJAJA.
Espero k les haya gustado el primer cap! Y perdón por tardar mucho, mañana sí puedo, publicaré el segundo capítulo🗣️‼️
Chauuu, los quieroommm
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