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Capitulo 01: Kim Soohee


Wonwoo tenía a la pequeña Soohee sentada entre sus piernas, los demás cachorros le estaban rodeando, dibujando sobre hojas de papel.

-Bien, entonces, si mezclas el color amarillo con el azul se vuelve verde, ¿Si viste?- estaban pintando con sus pequeños dedos, la pintura no era tóxica para ellos, pero de todas formas miraba que no se fueran a meter los dedos en sus boca.

Soohee solo miraba curiosa a los demás cachorros, nunca había estado rodeado de tantos, y le daba un poco de miedo hacerlo, por eso no se separaba de él.

De vez en cuando Wonwoo acariciaba a la pequeña par hacerle saber que no se había olvidado de ella, sonreía cuando la escuchaba ronrronear ante sus toques tranquilos.

-¡Wonu, mira!- la pequeña Jiyeon de cinco años le mostró orgullosa su dibujo, los había puesto a dibujar frutas y ella había echo unas uvas.

-¡Oh qué lindo Jiyeon, se ven deliciosas!- Wonwoo sonrió cuando vió el pecho de la pequeña hincharse con más orgullo.

Miró al pequeño Juyeon, quien estaba mirando su dibujo con una expresión insegura, sonrió ante eso, Jiyeon y Juyeon eran hermanos gemelos, pero muy diferentes entre sí, mientras una era más confiada y decidida, el otro era muy tímido e inseguro.

-Juyeon, ¿Me muestras tu dibujo?- preguntó y vió como el pequeño dió un salto en su puesto, lo miró y después a su dibujo, al final terminó mostrándolo.- ¡Es tan bonito, es una deliciosa piña!

Juyeon se sonrojó y le sonrió, estaba más alegre y miraba su dibujo más orgulloso. Los demás cachorros también le mostraron sus dibujos y al final cuando todos terminaron de hacer sus dibujos lo puso en un mural, así todos podían verlos.

-¡Es hora de la merienda y una siesta!- eso era algo adorado por los pequeños, quienes se fueron corriendo hasta donde estaba el baño para lavarse las manos.

Wonwoo puso a la pequeña eri en su pecho, tenía una cangurera para cachorros así que se le hacía más fácil hacerlo. Ella solo tenía su chupón en la boca y miraba como ayudaba a limpiar a los demás.

Después fueron por sus loncheras y se sentaron a comer, Wonwoo calentó un poco el biberón de Soohee para dárselo, ella lo recibió gustoso, como si estuviera acostumbrado a el.

Era algo raro, pero supuso que ya le habían enseñado para poder venir a la guardería y que comiera sin mucho inconveniente. Al terminar de comer, varios cachorros estaban dormitando, los acomodó en sus tufones y los arropó.

Woozi siempre era el último en dormirse, pero después de un pequeño cuento siempre lo hacía. Wonwoo tuvo que acostarse con Soohee en un tufón, al parecer ella no quería apartarse de el y no tuvo más remedio.

-Al fin se durmió.- susurró viendo a la pequeña dormir tranquila junto a los demás cachorros, el aire acondicionado mantenía un ambiente fresco y no se preocupaba por la calor que podrían tener.

-¿La nueva te ha dado problemas?- Wonwoo miró hacia la puerta del salón, allí estaba Minghao, era el Omega encargado de la guardería.

-Hum, no, estuvo tranquila todo el día, no ha llorado casi nada.- murmuró cuando se acercó al mayor, era mejor hablar lejos de los pequeños así no los molestaría.

-Tendras algo para hacer que los cachorros te amen a la primera, Mingyu dijo que no le gustaban muchos los extraños y por eso podría dar problemas.- Minghao era alguien mayor, bastante, le gustaban mucho los cachorros también, por eso había fundado el lugar.

Había podido tener un solo hijo, pero éste ya era mayor, e incluso tenía pareja.

-Lo sé, ésta mañana lloraba sin parar, pero se ha calmado bastante y trata de llevarse con los demás pequeños.- sonrió recordando como se había tratado de acercar a Woozi, incluso jugó un poco con el.

-Bien, tengo que irme, pero si sucede algo avisa, su padre viene a recogerla a las cinco.- dijo el mayor y después se dió la vuelta, Wonwoo solo asintió a sus palabras.

El Omega volvió al salón para revisar a los pequeños y acomodar las cosas que estaban fuera de lugar, debía aprovechar estaban durmiendo para limpiar.

La tarde pasó así, entre más juegos y juguetes. Trató de enseñarle a Soohee como sostener un crayón para que pudiera pintar, fue algo difícil, pero era su primera vez haciendo algo así, solo la dejó hacer lo que quiso tranquilamente.

Poco a poco los padres fueron llegando por los pequeños, la hora en la que llegaba la mayoría de los padres, eran desde las cuatro. Acomodaba sus mochilas y se despedía de ellos con una sonrisa.

-¡Adiós Wonwoo!- los gemelos se despidieron e Wonwoo les sonrió con cariño, la madre de los pequeños se despidió con una sonrisa también.

La última que quedó fue Soohee, ya iban a ser la cinco, y no faltaba mucho para que su padre llegará, y al perecer lo extrañaba, estaba un poco más inquieta en ese momento.

-Pronto estará aquí, no te preocupes pequeña.- dejó un pequeño beso en su frente y acarició si espalda con cuidado.

Estaba sentado en una cómoda silla que había en el salón y Soohee estaba en su pecho, suspirando tranquilamente. De manera inconciente dejó salir su aroma para envolver a la pequeña, eso hizo que Soohee se durmiera, rió por el tierno aspecto zombi que tenía.

Cuando escuchó pasos que venían de afuera alzó la vista, en la puerta del lugar se detuvo un alfa, esperaba más a la madre de la pequeña, no a ese playboy de televisión.

Era alto, su cabeza casi pegaba con el umbral superior de la puerta, tenía puesto un traje gris, su cabello rubio ceniza rebelde y sus ojos rojos, intensos, ahora sabía de donde había sacado la pequeña Eri sus bellos ojos.

-Buenas tardes señor Mingyu.- saludó dando gracias a que su voz no temblara, se levantó de la silla y se acercó, aún con la cachorra en recostada en su pecho.

-Si lo que sea, dámela.- era tosco para hablar, más bien diría grosero, pero ignoraría eso, por el momento.

La verdad se sorprendió la suavidad que usó para tomar a la pequeña Soohee y ponerla sobre su hombro. Estaba enternecido por eso, sabía que los alfas eran muy protectores con sus cachorros así que entendía un poco su ansias por cargarla cuando llegó.

-Aqui están sus cosas.- buscó el pequeño bolso de la cachorra para entregarlo, el alfa solo le miraba y no decía nada, aunque, parecía molesto, su ceño fruncido le hacía pensar que había algo mal.

-¿Dió problemas, lloró mucho?- le sorprendió la pregunta, no pensaba que fuera a decir algo como eso.

-No, ella es muy tranquila, hoy aprendió a sostener un lápiz, le aconsejaría que le dejara uno en su hogar también, así podría practicar más.- no era algo muy relevante, pero le ayudaría un poco más en pintar más bonito.

El rubio no le respondió nada ante eso, solo asintió levemente, acomodó el bolso para que no le hiciera estorbo y se dirigió a la salida.

-La traeré mañana también.- fue lo que escuchó antes de que el rubio desapareciera por completo.

Wonwoo caminó hacia atrás y cayó en la silla, soltó un suspiro profundo tratando de calmarse un poco, su corazón estaba loco.

¡Era el jodido alfa más guapo que había visto en su vida!

-Maldicion Wonwoo.-se reprendió a si mismo, el alfa tenía a una cachorra y con su aspecto tendría también a más de un Omega a sus pies y uno calentado su cama.

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