꒰ O9 | el día ꒱
¿Estaba listo? No tenía ni la más mínima idea, pero ese día tenía que serlo, guardar su miedo en más profundo de mente y hacer lo que tenía que hacer.
Se había preparado, o eso creía, no era muy fan de meterse un dildo un día fuera de su celo, era más extraño y menos placentero.
Sí, ese día iba a dar un siguiente paso en la relación. Había agradecido de que su alfa no le hubiera presionado por eso, desde el día en que lo había dejado fuera de su cuarto, casi toda la noche.
En fin, él se lo había buscado así que no tenía nada de que quejarse.
Tenía una cita esa noche, en la casa del rubio, comida hecha por él, y estaba conforme con eso. Una vez Jimin le había preguntado porque nunca había pedido una cita en algún restaurante o algo.
La respuesta era simple en realidad, al vivir casi como un ermitaño no se sentía cómodo en un lugar con muchas personas, pro eso preferiría comer en casa, además, estaba seguro que las cenas en esos restaurantes caros no se iban a comparar con las que hacía su alfa.
Había acabado de salir del baño, buscó en su cajón de ropa interior, sacó unas bragas de encaje negro, un poco apretadas adelante y la parte de atrás era algo fina.
Buscó una ropa cómoda y sexy para la noche, no hacía mucho frío así que optó por un short que llegaba a mitad de sus regordetes muslos. Un top junto con una chaqueta y sus fieles zapatillas azules.
En su mochila metió un cambio de ropa para la noche y otras cosas más. Salió hacia la casa del alfa, de verdad estaba pensando en mudarse con el, puede que esa noche se lo mencione.
Minutos después, ya en la puerta principal de la casa del rubio, tocó el timbre, fue abierta a los segundos. Miró como el alfa le iba a decir algo, pero se quedó en silencio cuando lo vió, con una expresión sorprendida en su rostro.
Sonrió algo nervioso, caminó hasta quedar cerca y dió un pequeño beso en los labios del alfa. Después simplemente caminó hacia dentro meneando sus caderas.
-Huele bien Jiminie, ¿Es curry lo que preparas? - preguntó colocando su mochila en uno de los sillones del recibidor, vió como la pequeña Wongyoung corría hacia el con una sonrisa en su carita.
-¡Mamá, mamá!- exclamó la pequeña alzando sus manitas y el castaño la alzó gustoso.
-Mi pequeña, ¿Ya cenaste, quieres comer?- Jungkook la apapachó con cariño haciéndola reír, volteó hacia el alfa, quien parecía haberse quedado sin habla.- Jiminie, ¿Wonnie ya comió su papilla?
El Omega podía sentir esa mirada devorarlo, recorriendo de arriba abajo su cuerpo por completo. Lo vió tragar saliva y asentir lentamente.
-Sí, ya comió su papilla.- fue lo que contestó al final, Jungkook asintió, pero Wony palmeó los pechos del castaño, eso significaba que quería comer más.
-Bien, bien, comerás un poco más, pero no mucho para que tu pancita no duela ¿si?- Jungkook ronroneó frotando su mejilla contra la de la pequeña, después miró al alfa de reojo.- Jiminie no descuides la cocina, yo iré con Wony.
Jungkook se fue al cuarto del alfa, dejando solo a éste en la cocina. Al llegar suspiro, estaba nervioso, había tenido que usar todas sus fuerzas para que sus piernas no estuvieran temblando, las piernas perfectamente depiladas.
Había visto la mirada del alfa en sus muslos, incluso se había puesto una crema para que se vieran más afelpadas y brillosas. Solo esperaba que sus esfuerzos dieran buenos resultados.
Wongyoung bebió de la leche materna, no fue mucho, pero se llenó lo suficiente como para dormirse, la acostó en su cuna y la meció suavemente. Lo bueno de que tuviera el año era que podía dormir sin interrupciones toda la noche.
Salió de la habitación y fue hasta la cocina, allí estaba Jimin, sirviendo la comida en el comedor. Cuando lo vió llegar le dió una sonrisa lobuna, eso hizo que un escalofrío recorriera su espalda.
-No sé porqué, pero siento que te gusta meterte en la boca del lobo a propósito.- comentó el alfa sentándose en una silla, Jungkook le sonrió, para después quitarse la chaqueta y quedar solo en el top.
Un gruñido bajo salió del alfa, sabía que estaba jugando con fuego y podría salir quemado, pero ya estaba metido entre lava ardiente y no le importaba mucho quemarse un poco más.
-No entiendo de qué me estás hablando Jiminie.- batió sus pestañas de manera inocente mientras tomaba asiento.
El curry estaba delicioso, tal y como lo había previsto. La cena pasó un poco silenciosa, extrañamente, pero no le dió mucha importancia, la verdad, la pesadez en el aire, y la tensión lo tenía entretenido y algo rígido.
Después de la comida, fueron al sofá, normalmente miraban unas películas, pero Jungkook no quería ver películas de nada en ese momento. Empujó al rubio en el cómodo sofá, era lo suficientemente ancho como para que cupiera acostado cómodamente allí.
-Entonces de verdad quieres hacerlo ¿No?- Jimin preguntó, desde que el Omega había llegado quería estamparlo contra una pared y llenarlo con su polla.- no estés tan tenso.
Jungkook estaba sobre el regazo del rubio, temblando. Sin embargo, tenía una mirada decidida, quizás el no sea exactamente quien diera el primer paso, pero había dejado en claro sus intenciones.
-J-Jimin, dijiste que me llevarías profundamente de tu semilla en mi útero, ¿No, que estás esperando?- había dado luz verde, incluso podría ser usado como un juguete sexual y se dejaría, pero, era su desición y era lo que quería.
-¿Estás seguro que eres mi Kookie, ese Kookie tímido y llorón?- Jimin dijo y el Omega lo miró mal, rió por lo bajo, sabía que estaba haciendo su mejor esfuerzo en eso.- bien, pero después no quiero oirte diciendo que me detenga, porque no lo haré, me voy asegurar de que quedes en cinta ésta noche.
Momentos después, Jungkook no supo cuando terminó sin ropa, pero todo lo que sabía era que el alfa estaba metido de cabeza entre sus piernas, aún tenía puesto sus bragas, los dedos del alfa la echaban hacia un lado para poder meter su lengua en su virgen agujero.
-¡Demasiado, Jiminie!~- Jungkook gimoteó arqueando su espalda, jamás en su vida había sentido algo así, la lengua del alfa entraba y salía, absorbía y tocaba en todas partes, podía sentir como su lubricante resbalaba cayendo en el sofá.- ¡Por favor, J-Ji Ahh!~
Ya no era la lengua que tenía dentro, si no dos dedos, se movían rápido, dando pequeñas embestidas, y se volvieron peor cuando dieron en su punto dulce.
-¡No aguanto más, Jiminie....!~- al final la sensación fue tan grande abrumadora, que eyaculó sobre su pecho y ni siquiera había tocado su polla para estimularla un poco.
-Y eso que apenas empezamos.- Jimin lamió sus labios, se separó para poder quitarse los pantalones y sus bóxers, un jadeo del Omega se escuchó al ver su polla.
-E-eso es más grande que mis consoladores...- ciertamente la genética de alfa no mentía, eran enormes. La polla del rubio estaba erecta, chorreante de pre-semen caliente y con venas marcadas.
De pronto sintió como más de su lubricante salia de su interior, quería sentir esa extensión dentro, que destruyera sus entrañas con fuerza y le dejara sin aire.
-Puedo ver tu carita lasciva Kook. Lo tendrás.- Jimin ronroneó mientras se acomodaba en las piernas del castaño, sabía que se había preparado antes de llegar, su interior estaba algo flojo, per debía tener cuidado con dañarlo.
Jungkook sintió como el glande del alfa presionaba su entrada, la extensión se abría paso lentamente, su virgen, no tan virgen ahora, se iba acoplando alrededor de la gruesa polla del alfa.
Y cuando finalmente estaba dentro, respiró profundamente tratando de calmarse un poco. Dió gracias que el rubio se mantuvo quieto, esperando a que se acostumbrara a su polla, Jimin limpió las lágrimas de sus mejillas con cariño y enterró después el rostro en su cuello.
-Me moveré.- avisó empezando a mover lentamente sus caderas, escuchó un par de quejidos del castaño pero no sé detuvo, era mejor ir constante, pero lento.
Los jadeos de Jungkook se volvieron gemidos bajos, que fueron aumentando junto con las embestidas. Jimin gruñó de placer, abriendo un poco más las piernas del omega, para poder entrar aún más en el.
Jungkook volteó los ojos hacia arriba cuando sintió como una estocada dió en su punto dulce, le había dado una gran sacudida llena de placer que casi se corre con eso de nuevo.
-¡M-más rápido, Jiminie!~- Jimin jadeó y sonrió de medio lado, podía sentir el sudor escurriendo de su frente, hacía tanto que no tenía una deliciosa sensación como esa.
Gustoso cumplió la petición del omega, también dejó un par de mordidas en sus hombros, quería que todos vieran que ese hermoso Omega de cabellos castaños ya tenía dueño.
-Maldita sea, eres tan putamente apretado, siento que me vas a partir.- y no era mentira, el interior del castaño era muy apretado, aparte de caliente, era delicioso, como deseaba haberlo encontrado antes.
Ya le tendría más de un cachorro hecho, y pensando en cachorros.
Jimin llevó su mano hasta el pecho de Jungkook, estaban brillosos y abultados, tomó uno y lo apretó con fuerza, sacando un gran chillido del menor, vió como la leche materna se escurría de allí y el interior del Omega se apretaba más.
-¿Te gusta eso no?, Te encanta.- Jimin siguió apretando los pechos del Omega mientras seguía bombeando en su interior, Jungkook ya no decía nada, solo sollozaba y gemía, no articulaba ninguna palabra.- me gusta, eres una buena puta para Jiminie, ¿Verdad que si?
El rubio preguntó y Jungkook asintió aturdido. El interior del Omega se iba apretando cada vez más, no había pasado mucho tiempo, pero Jimin tenía que recordarse que era un virgen, o lo era hasta hace unos minutos más bien.
Sonrió ladino, Kook era suyo, completamente suyo, esa misma noche le iba a marcar, y lo iba a preñar, tendría a sus cachorros, eso haría.
-Vente para mí bebé, déjalo salir.- Jungkook sollozó de placer, nunca en su vida había sentido tanto placer, podía sentir como si estuviera en el aire, su cuerpo estaba ardiendo de una manera exquisita, no sabía bien lo que ocurría pero quería más placer.
Una cálida sensación creció en su vientre y se liberó, eyaculó entre el y el alfa, apretó por reflejo su interior caliente. Sintió la sobre-estimulación que le dió el alfa con un par de estocadas más, hundiéndose hasta el fondo y derramando su semilla en su interior.
-T-tan... c-caliente...- habló entre jadeos, podía sentir como los chorros calientes llenaban su interior, su Omega interior ronroneaba de puro gusto.
Pero, lo que lo llevó al verdadero éxtasis fue sentir los dientes en su cuello, específicamente en su glándula del aroma, hizo que se viniera de nuevo y sintió su cuerpo desfallecer. Las cosas le daban vueltas y su cuerpo temblaba bastante.
-Mío, mío, mío...- Jimin repetía esa palabra una y otra vez, lamió la sangre que salía de la marca, ya estaba hecho, era oficialmente el alfa de Jungkook, era suyo y nadie podía decir lo contrario.
El rubio se separó un poco del
castaño, quien estaba tendido en el sofá, aún con sus piernas abiertas, miraba los mechones húmedos pegados en su frente, su expresión ida, su respiración agitada y su pecho brilloso algo chorreante por la leche que emanaba de ellos.
Un desastre completamente que el mismo había creado, pero era la mejor vista que había mirado jamás.
-Ven Kookie, tengo que limpiarte.- Jimin cargó al castaño con cuidado, lo llevó hasta el baño y lo metió en la bañera.
Poco después la llenó de agua tibia, talló su cuerpo suavemente con una esponja, se aseguró de que estuviera bien limpio, o casi, no limpió bien a propósito el Interior del omega por fines lucrativos.
Minutos después, Jungkook ya estaba seco y vestido, acostado en su cama. Se bañó rápidamente y se vistió, se acomodó al lado del castaño, quien solo roncaba por lo bajo de manera tranquila.
Alzó la cabeza para mirar a su pequeña en la cuna, ella seguía durmiendo sin importarle nada alrededor. Sonrió y se apegó al Omega, estaba agradecido con su Kookie y con su cachorra, a pesar de todos los problemas, no se arrepentía de nada.
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