— ¡Yura! –Llamo la mujer de cabellos cortos acaparando la vista del rubio, el cual anteriormente revisaba su celular sin interés.

— ¿Si? ¿Que ocurre Hiroko-san? –Alzo las cejas, esperando la respuesta. Hiroko, suspiro manteniendo una mirada suave.

— ¿Podrías ir con Yuuri al mercado? No faltara mucho para que se acaben en breve las verduras. Iría yo pero aun tengo que atender del negocio. –Junto sus manos agachando levemente la cabeza. — Sé que es tu día libre, pero ¡Por favor! No te pediré nada mas. –Pidió manteniendo sus labios curvados en una sonrisa avergonzada. Yuri frunció levemente el ceño. Hiroko no paso desapercibida esta acción.

— Claro, No hay problema en ayudarle Hikoro-san. Pero... ¿No podría ir con Mari? –Bloqueando su celular observo a Hiroko. Como si le rogase de manera silenciosa con la mirada. Hiroko, nuevamente capto eso.

— De hecho, si Mari no estuviese ocupada, le habría pedido a ella que fuese por las compras. Lo siento Yura. –Menciono Hiroko aun con esa sonrisa avergonzada.

— ¿Entonces por que no voy solo yo? puedo encargarme de las compras. –Se quejo con notable desesperación. Hiroko aun mantenía su serena actitud. Digna de una madre.

— Claro, estas a solo tres días de cumplir quince, no dudo que no puedas encargarte de eso. –Aclaro. — Pero son demasiadas cosas las que necesito. Por lo que estaría mas tranquila si Yuuri fuese y te acompañase.

— ¿Pero que él no tiene algo que hacer?

— Yura, por favor. –Rogo Hiroko con un tono juguetón. Yuri en respuesta gruño con desgana haciendo su cabeza para atrás, Hiroko solo rió para sus adentros. Al terminar su pequeño acto, de mala manera y ya más calmado centro su mirada en Hiroko, notablemente irritado.

— Oh, no pensé que ir de compras te molestará tanto Yura. Mi error. –Se burló posando una mano sobre su boca. No le costó mucho a Yuri para saber sus intenciones con tal burla. Afiló la mirada.

— Iré por él. –Escupió, aceptando la lista de compras que Hiroko le entregaba para luego retirarse de la habitación.

Cuando los pasos del menor ya se escuchaban lo suficientemente alejados del cuarto, Hiroko soltó un suspiro posando una se sus manos sobre su pecho.

— ¿En que pensabas mandándolos al mercado? La ultima vez que revise, aún había suficientes verduras y carnes para mínimo una semana mas. –Resonó una voz, Haciendo que Hiroko se diese la vuelta encontrándose con Mari, la cual cargaba unas cajas.

— Lo sé –rio con suavidad — Es solo que necesitaba de alguna manera ellos estuviesen solos.

— Entiendo a lo que te refieres –Mari dejo las cajas en el suelo. Sus brazos se empezaban a cansar. — Increíble que en solo unos meses ambos se distanciaran.

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N/A: ¡Hola, hola!
Siendo sincera ya tenía esto escrito desde hace mucho fufu. Ahí lo tienen.¿