Al día siguiente sucedió lo que terminó de convencerla de tomar esa mala decisión.

—Lia —Malysa susurró al ver como sus hermanos la habían acorralado. 

—No vas a escapar Malysa —Zio rió.

—¿Dónde está tu familiar? —Nia cuestionó.

—Lo que sea que vayan a hacerme ¡háganlo rápido! —la primogénita gritó

Ella no iba a lastimar a sus hermanos y no veía escapatoria.

—Realmente...¿tenemos que hacerlo? Solo quedan tres semanas para la competencia —Lia, quien siempre fue de corazón mas puro intentó postergar el asesinato de su hermana.

—¿Estas loca? No vamos a postergar nada ¿si alguien la mata primero que hacemos? ¡No podemos tomar ese riesgo! —Nia golpeo como advertencia el brazo de Lia. 

—¡Esperen! —la primogénita encontró su escapatoria —Si me matan todos ¿quien obtendrá mi esencia? —sonrió al ver la confusión en sus rostros —Saben que solo uno puede matarme para obtener lo que desean de mi. 

—Tiene razón —Zio retrocedió. 

—Déjenme hacerlo.

—Ni lo sueñes Rio, si alguien tiene que atarla esa seré yo —Nia lo empujó. 

Mientras el corazón de Malysa latía atormentado, en silencio rogaba por que Astaroth apareciera para ayudarle. 

—Decidámoslo con juego de manos, dejémoslo a la suerte —Lia sugirió luego de unos minutos de ver que no llegarían a una solución. 

—Si para matarla a ella tengo que matarlos —Zio interrumpió —¡Voy a matarlos! 

El resto de los hermanos Rich se quedaron en silencio sin quitarle el ojo al que acababa de retarlos a muerte. 

—No tendrán que matarse entre ustedes si esperan a la cacería —Malysa se animó a hablar. 

—Tiene razón —Lia apoyó la idea. 

—Tendríamos que realmente luchar por nuestra cuenta el que la encuentra primero será el que pueda matarla. 

—Si, Nia, tienes razón —Rio asintió convencido. 

—Esta bien, fue una inútil toda su vida, y no va a cambiar eso en tres semanas. —Zio tomo el cuchillo y cortó el rostro de su hermana. 

Malysa gritó dolorida y comenzó a llorar. 

—¿Muy difícil esperarse verdad? —Lia hablo algo molesta. 

La primogénita, mientras escuchaba a sus hermanos reír, dio un paso al frente y tomó el brazo de Zio. —Voy a hacerte pagar por todo lo que me atormentas.

—¿Y que vas a hacer? ¿tienes la tiza o te la traigo? —comenzaron a burlarse. 

En ese momento Astaroth llego escondiendo aquel libro prohibido.

Con solo una de sus manos golpeo a cada uno de esos pequeñas escorias que hacían llamarse hermanos de Malysa. 

Le dio el libro a su dueña y le cortó la mejilla a Zio.

—Vuelve a tocarle un pelo y...—lo tomó de la ropa, lo elevó en el aire y lo pegó a su rostro —¡Te mato! 

Los hermanos Rich por primera vez en sus vidas tuvieron miedo a la muerte, claramente ese familiar era un problema, un obstáculo en su camino para matar a su hermana.

—¿Estas bien? ¡Dios, lo siento mucho! —el demonio maldecía mirando aquella herida en el bello rostro de Malysa. 

—Los haremos pagar Astaroth —Ella apretó el libro contra su pecho y decidió que nunca más sus hermanos la avergonzarían tanto. 

Ella lograría ser la reina del clan y estaba segura que con Astaroth a su lado podría lograrlo.

—No lo dudes ni por un segundo, los torturaré como si estuviesen en el mismísimo infierno.

Luego de esa promesa a ellos mismos Malysa comenzó a llorar mientras con su mano acariciaba su herida. 

Aquel demonio, conmovido, volvió a tener un latido al ver a su ama tan vulnerable.

Solo él pudo notarlo, ella ignoraba que ese hecho ya había ocurrido dos veces, pero Astaroth ya lo sabía; aquella niña seria su mujer.