5.
Los niños Rich se encontraban frente a las puertas del internado donde pasarían el siguiente año, faltaba solo un mes para la competencia y todos los magos que que lucharían por el trono estarían aquí, cada miembro, de cada familia que tuviese la edad adecuada iría a participar.
Malysa estaba nerviosa, sus manos sudaban y no quería entrar.
—Hija, estarás bien —Justina sonrió —Tienes a Astaroth, ya no estas sola.
—Lo se, pero no quiero tener clases de magia u de hechizos. —Malysa sabía que ingresar por esas puertas implicaba tener que usar su sangre mas de una vez al día. —Yo, ¡no puedo!
—Todo estará bien —Justina tomo el rostro de su primogénita y dejó un suave beso sobre su frente.
—No dejaré que le pase nada —Astaroth agregó al ver la preocupación— de ella.
Ella sonrió —Confío en ustedes y por sobre todo creo en ti Malysa. Serás la ganadora.
La pelirroja sonrió con obligación, no tenia escapatoria y no quería defraudar a su madre, ella confiaba tanto en su habilidad.
Justina se fue luego de despedir a sus otros niños.
—Tenemos que entrar, ama.
—No me llames así, hace tiempo que te digo; solo dime Malysa.
—¿Si te llamo por tu nombre entramos? —el demonio llamó su atención.
—No se, no siento que puedas convencerme así de fácil. Entrar ahí significa, probablemente... morir —se abrazó asustada.
—No dejaré que nada te pase Malysa —Astaroth tomó su mano —Aun no conoces el gran poder que tienes y el gran poder que tengo gracias a ti, en parte —sonrió.
Ella lo miró algo confundida.
—Lo prometes —susurró
—Lo prometo, nadie absolutamente nadie te tocará un solo cabello sin tu consentimiento.
Malysa apretó su mano, apretó la mandíbula y entró.
Al ingresar, el Hechicero a cargo, fue a recibirla. Le explico como serian los encuentros y donde se llevaría a cabo la "cacería por el trono". También habló sobre las clases y las diferentes ¿asignaturas? que tendría en el internado para mejorar su habilidades.
—Como eres la primogénita de la familia Rich tienes un cuarto para ti sola, no queremos que nadie moleste a nuestra futura reina.
Todos hablaban y la miraban como si ella realmente fuera super poderosa y eso la intimidaba más.
—No es necesario, puedo compartir un cuarto —habló apenada.
—No —Astaroth se negó.
—¿No? —Malysa le preguntó confundida.
—Creo que los familiares tienen que quedarse en su sitio —el encargado se refirió a el de forma despectiva.
—Es mejor un cuarto para ti Malysa —el demonio lo ignoró.
—Esta bien, lo que digas. —ella aun seguía tomada de su mano apretando muy fuerte por los nervios. —Randal, entonces tomaremos ese cuarto individual. —Aclaró al encargado.
Este miró mal a Astaroth —Como desee primogénita —le indicó el camino.
Al llegar a la puerta, este, le dio las llaves y entró la maleta.
—Necesitamos otra cama —ella aclaró.
—¿Otra cama? ¿para qué?
—Él no dormirá en el suelo —su timidez se fue por unos segundos dejándola hablar fuerte y claro.
—Es solo un familiar no necesita una cama
—Mi familiar si la necesita, tanto él como yo tenemos la misma importancia si no lo cuidas a el es como que no me cuides a mi. Por favor te pido otra cama.
Randal a regañadientes, hizo un sencillo hechizo para re modelar un poco la habitación.
—Gracias —ella sonrió — Y él es Astaroth, no "familiar"
Este algo molesto asintió y luego se fue.
Malysa tenia el corazón que se le salia de los nervios.
—¡Así se habla! —le festejo el demonio.
—Me moría de miedo, pero no dejare que te traten de menos —ella se sentó en el borde de la cama recuperando la calma.
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