Epílogo
— Omega, eres precioso. —JungKook soltó un gemido ronco. Las caderas de JiMin no dejaban de menearse encima de él. Su polla era succionada por las paredes palpitantes de su pareja y sus feromonas olían deliciosas.
Su pancita de 6 meses era tan bonita que lo hacía ver sumamente tierno; pero su libido no tenía nada que ver con su apariencia.
Ahora que JiMin había liberado su lado más instintivo resultó ser más sexual. Cuando Park dejaba que su omega tomara el control de sus acciones, se volvía sensual, atrevido y coqueto. Varias veces provocó a JungKook estando este en juntas de la manada. El omega gustaba de ser dominado, de tentar a su alfa y llevarlo al límite, de soltar sus feromonas haciéndole saber a su pareja que ansiaba su polla dentro de él. JungKook por supuesto no se quejaba; su lobo era dominante, gustaba del sexo sucio y amaba con locura la manera tan descarada de ser de su omega. Tenía una terrible e incurable obsesión por su JiMin.
Su bonito, delicioso, JiMin.
— Mierda, se siente tan caliente. —Jeon tomo la cintura del chico con ambas manos y penetró constantemente, tratando de no ser tan rudo con su muy embarazado omega—. Mi luna, mi preciosa y perfecta luna.
JiMin se sostuvo de las manos aún aferradas a su cintura y soltó un grito eyaculando encima del alfa. Jadeo cuando se sintió lleno y viscoso; el gruñido ronco de su pareja lo hizo sonreír. JungKook se había corrido dentro de él.
— Me gusta cuando te corres dentro, alfa. —JiMin dejo que JungKook acariciara su pancita—. La estrellita está bien, no tienes que preocuparte.
Era gracioso como después de la calentura la razón parecía llegar al alfa. De igual manera, la actividad sexual era buena para el omega. La curandera dijo que las feromonas en el apareamiento servirían para calmar el mal humor durante el embarazo.
— Estrellita... —JungKook no pudo evitar sonreír.
A JiMin se le había ocurrido la curiosa y bonita idea de llamar a su bebé estrella como un lindo apodo, así como el que JungKook le puso a él. La primera vez que el cachorro había pateado, JiMin entre lágrimas le había dicho que sí él era su luna, su bebé sería su pequeña estrellita.
JungKook no se opuso, jamás podría oponerse a nada de lo que JiMin dijera en realidad.
Con cuidado, salió del omega y tomo un cuenco de agua con un trapito que tenía a un lado del nido para limpiar a su pareja. JiMin se dejó consentir por JungKook. Amaba lo atento y cariñoso que era Jeon con él. Amaba tener ese privilegio solo para él. Ya terminada la tarea, JungKook se acostó a un lado de su omega y repartió varios besos en su cara y labios de JiMin.
— Mis padres han estado como locos pensando en nombres para el cachorro. — JiMin le comento con una hermosa sonrisa—. Están muy emocionados.
— Nuestra estrella es un cachorro muy amado. —JungKook acaricio la pancita—. Te ves hermoso, omega.
— Gracias, alfa. —JiMin había perdido la cuenta de todas las veces que Jeon le había dicho eso; pero siendo sincero consigo amaba que se lo repitiera una y otra vez.
— De verdad te ves celestial. Eres precioso, una de las creaciones más maravillosas del universo. —JungKook escondió su nariz en el cuello de su pareja—. Soy tan afortunado por tenerte, omega, tan, tan afortunado.
JiMin se abrazo al alfa feliz por los halagos de este.
— No alfa, mi cachorro y yo somos más afortunados por tenerte. —Park sintió los besos y las mordidas en su cuello—. Te amo.
☪️
La manada Jeon estaba levantándose rápido. Después del incidente, se hizo una pequeña ceremonia y se quedaron toda la noche pidiéndole a la Luna que les permitiera hablar con sus seres queridos. Fue una noche llena de llanto, de plegarias y de tristeza. JiMin se había unido a la manada para pedir por esta, para rogarle a la Luna su protección y su perdón. Con los meses, conforme su bebé iba creciendo dentro de sí, JungKook se había encargado de ayudar en la construcción de las pequeñas casas, de la caza y de la siembra. Jeon había hablado con los ancianos del consejo para dejar en claro su postura y una sutil amenaza, en cambio, recibió ayuda de estos con la condición de una pequeña tregua y alianza; el alfa no hubiera aceptado en un pasado creyendo fielmente que él solo podía, porque lo hacía, pero ahora tenía un cachorro y un omega que dependían de él y no podía atrasar la recuperación de su territorio. Aceptaron comida, prendas, telas y demás de parte de los alfas líderes del consejo.
JungKook recuerda también la mención de un demonio blanco, pero no puso atención a nada de lo que esos idiotas decían.
Ahora, con los recursos necesarios, en sus manos quedaba la construcción de las viviendas y uno que otro detalle.
— Es tan lindo. —Hoseok rio al ver a un bonito lobo blanco brincando en sus patitas, retrocediendo y después solo quedándose en un lugar sin dejar de menear la cola.
JungKook, que estaba en su forma animal para ayudar a la carga de las pesadas maderas, le gruñó en advertencia; odiaba que mirarán a su omega.
— Oh vamos, no estoy haciendo nada malo. —El alfa se defendió ante su líder—. Solo digo que es adorable.
— Deberías tener más cuidado con esa lengua. —NamJoon lo miro con desaprobación—. Recuerda que nuestro señor no es un ser paciente.
— ¡Míralo! ¡Míralo! —Jin chillo lleno de ternura al ver cómo el lobo blanco se entretenía con una mariposa y se dedicaba a seguirla—. Si tan solo no fuera la pareja del líder...
JungKook dejo caer las maderas y dio media vuelta hacia el lobo blanco.
— ¡Ahora tu vas a cargarlas! —NamJoon se quejo al ver la pesada madera en el suelo.
— No puedo, la curandera dijo que mi espalda es frágil. —SeokJin se encogió de hombros.
HoSeok y NamJoon se miraron para después atrapar a SeokJin y comenzar a echarle encima la madera ignorando los gritos de clemencia de Kim.
☪️
JiMin estaba muy cómodo con su cuerpo animal. Incluso el embarazo era más fácil de llevar de esta manera. Su lobo era muy curioso y energético haciéndolo moverse de aquí para allá en busca de explorarlo todo. Estaba fascinado con lo desarrollado que estaban sus sentidos; su vista, su olfato y oído sobre todo.
Ahora, siguiendo a una mariposa blanca, ignoraba a un sobreprotector lobo negro detrás de él. La siguió, tratando de ser cauteloso. Quería cazarla, ¿para qué? Eso no importaba, su lobo se sentía libre despertando esos instintos primitivos.
La vio pararse en una de las flores que comenzaban a crecer en el territorio, se preparó para atraparla pero antes de lograrlo una mordida en su cuello, bastante suave en realidad, lo detuvo de lanzarse. Miro con las orejas bajas al gran lobo negro. Este negó con la cabeza antes de acostarse a un lado suyo. JungKook lo miraba esperando algo de JiMin, y JiMin fingió no saber. Brinco en sus patitas una vez más sintiéndose eufórico, le gustaba cuando JungKook y él estaban en su forma animal. Era graciosa la manera en que ambos parecían entenderse sin necesidad de palabras.
Desde la primera vez que pudo cambiar, JiMin lo hacía con frecuencia. Aunque JungKook se preocupo por él y su control con su lado animal, JiMin lo sorprendió por lo rápido que se acostumbro; la conexión entre su parte salvaje y humana parecía estar equilibrada.
Sus padres casi se desmayan cuando lo vieron transmutar, pero después YeJi chillo emocionada imaginando a un pequeño lobo como nieto y lo tomo de lo más normal ante la mirada incrédula de su padre.
Un gruñido lo saco de sus pensamientos. No era uno amenazante, JungKook quería su atención. Miro a su pareja acostado esperando por él, pero JiMin tenía otros planes. Rodeo al alfa, brincando de aquí para allá sin cansarse, meneando su esponjosa cola en un sutil coqueteo. Empujó con su cabeza las costillas del lobo negro invitándolo a levantarse y jugar juntos. JungKook volvió a negar con su cabeza, se levantó pero en vez de jugar como JiMin creyó, comenzó a acicalar su bonito pelaje blanco. Park no pudo resistirse y se dejó caer con cuidado de no lastimar su pancita para que JungKook siguiera cuidando de él.
JungKook parecía estar feliz de lograr que su pareja estuviera quieta. Se acostó detrás de él en un modo protector y continuo lamiendo su cuello y su cabeza, disfrutando de la sensación de libertad y amor.
— ¡Son tan lindos! —YeJi que se encargaba de cocinar para la manada junto con su alfa miraban a los dos lobos a lo lejos— ¡Nuestro nieto crecerá en un ambiente lleno de amor!
SooHyun le sonrió. Miro al lobo blanco disfrutando de las atenciones del negro. Aún cuando eran animales se podía apreciar el aura de felicidad que los rodeaba. El padre de JiMin soltó un suspiro aliviado, por primera vez en su vida no temió, su precioso nieto podía ser alfa, beta u omega, daba igual, al final, sería un miembro más de la manada Jeon donde daba igual la casta.
— ¿Eres feliz, YeJi? —Pregunto el alfa de repente.
La mujer sonrió volviendo su vista a su cachorro y después a su pareja. Se acercó y lo abrazo dejando que su cabeza descansará en el pecho de este.
— Mucho. —La omega le sonrió—. Nos costó mucho llegar a dónde estamos, pero ahora las cosas marchan bien. Tenemos una buena manada, un alfa que cuida de nuestro bonito cachorro, un nieto en espera y nos tenemos a nosotros.
SooHyun la beso con una sonrisa.
— ¿Eres feliz, SooHyun?
— Como no tienes idea.
☪️
TaeHyung observo la comida que YoonGi le dejo en la pequeña mesa.
— No tengo hambre. —El alfa desvío la mirada a las rejas de la pequeña ventana. Era su única fuente de luz.
— Tienes que comer si no quieres morir. —Min lo vio con una ceja arqueada.
— ¿Quién dice que no quiero morir? —Susurro Kim.
— Entonces hazme ese favor. —El omega lo miro con indiferencia—. Mi parte racional con la animal no dejan de atormentarme. Tu muerte sería una vía fácil para dejar de tener tantos pensamientos contradictorios.
TaeHyung lo miro. Entendía su punto. El Alfa interior de Kim siempre parecía encantado con el chico. Su parte racional se molestaba con la animal y entre ellas comenzaban una pelea interna de la que TaeHyung no tenía control.
— ¿Por qué no me asesinas? —El alfa miro desafiante a Min—. La primera vez que nos vimos me dijiste que me matarías sin ningún tipo de duda.
YoonGi lo ignoro para después ver un punto infinito. Su parte lobuna le exigía estar todo el tiempo con el alfa, atento a que comiera y bebiera agua, atento a cualquier maldita cosa que hiciera o dijera. Estaba siendo difícil llevar la situación.
— También rogué por tu vida. —Recordó YoonGi—. Que asco. —Termino por decir antes de bajar la mirada confundido.
TaeHyung comenzó a comer ante la mirada de YoonGi. En estos meses su relación seguía siendo tan plana. Sus lobos eran destinados, pero ellos eran enemigos.
— Misericordia... —TaeHyung recordó los gritos y las súplicas de su manada. Las pesadillas siempre lo atacaban en la noche rememorando una y otra vez la escena.
Jeon JungKook despedazando a su gente; la visión de un lobo endemoniado con el hocico lleno de sangre y los dientes filosos y peligrosos lo atormentaba.
— No la merecías. —YoonGi siempre parecía lanzar veneno por los labios.
— ¡Mi manada no merecía morir de esa manera! —TaeHyung se levantó de golpe tirando la comida y mirando con rabia al omega— ¡Ese monstruo mato a mi padre! ¡Esos malditos ancianos me dieron la espalda y el líder Min solo era un imbécil!
Min YoonGi lo observó llorar. Era desgarrador para su lobo ver cómo TaeHyung cada noche suplicaba por clemencia, como sus ojos parecían perdidos por momentos y le rogaba a la Diosa Luna le diera una muerte lenta y dolorosa a Jeon JungKook.
Pero la parte racional de YoonGi, esa que se obligó a forjar cuando su padre lo ofrecía por el simple hecho de ser omega le decía que no debía de sentir lástima por él.
— Quisiste lastimar a JiMin, arrebatarle a su cachorro, dañaste a mi manada aunado a tu padre que era un miserable y que creía que por ser alfa podía tomar lo que quisiera así fueran omegas ajenos. — Cuando TaeHyung quiso contradecirlo, YoonGi no se lo permitió — ¿Y querías piedad?
Kim apretó los puños molesto con YoonGi.
— Entonces dile que me mate. —TaeHyung tomo de los brazos al omega y lo acerco a él en un intento por hacerlo ver su desesperación—. Dile que termine conmigo, deja que me despedace. No soporto soñar con eso una y otra vez, ya no quiero estar encerrado, ya no...
Los labios de Min lo callaron. Era la primera vez que cruzaban la línea. Sollozo con la boca de YoonGi callando su lamento. Sus manos dejaron el brusco agarre para abrazarlo, sintiendo el delegado cuerpo acoplarse al suyo. Se dejó besar, se dejó hechizar por los labios fríos del omega. Su cabeza quedó en blanco y en lo único que pensaba era en la calidad sensación de tener a su pareja destinada en brazos.
TaeHyung soltó un ronco jadeo cuando los brazos de YoonGi subieron a su cuello y sus manos acariciaron sus cabellos.
TaeHyung no se había dado cuenta de lo necesitado que estaba de YoonGi.
— No, por favor... —Kim volvió a jalar el cuerpo del omega al suyo cuando esté trato de separarse.
Siguieron besándose por algunos minutos más, separándose para tomar un respiro sin abrir los ojos. Temían que al abrirlos la burbuja donde estaban encerrados se rompería.
— Omega —TaeHyung murmuró perdido en la neblina del deseo.
YoonGi se separó. En todo él se podía ver la duda y la incredulidad.
— Solo... Deja de desear morir. —Min se quiso dar un buen golpe. No hace más de media hora le había pedido que muriera y ahora estaba ahí diciéndole que no lo hiciera—. Regresaré más tarde.
— No te vayas. —TaeHyung no tenía las fuerzas para seguir negando lo que su lobo le exigía—. No me dejes solo.
— No lo haré. —YoonGi miro el suelo avergonzado—. Me convertiré en un motivo para vivir. Tu motivo.
Kim TaeHyung no tenía derecho a ser feliz, pero maldita sea si YoonGi no sintió su lobo alzar su pecho orgulloso al ser él el motivo de esa encantadora sonrisa cuadrada.
☪️
SeoJoon miro con orgullo su pequeña casa. Tenía lo necesario para vivir cómodamente, además de la agradable sensación de pertenecer a una manada.
— Maravilloso. —HoSeok llegó a su lado y le sonrió—. Está noche se festejará el nacimiento del cachorro del líder Jeon y del líder Park.
El Alfa asintió efusivo. Ese día había sido uno lleno de emociones. El bebé del omega Park había decidido finalmente ver la luz del día. Fue un parto agotador, dejando a toda una manada con los nervios de punta pero cuando los lloriqueos del cachorro se escucharon y se dio la noticia de que era un varón, la manada enloqueció y comenzó a organizar rápidamente una gran celebración.
— Gracias por cuidar de mí. —SeoJoon miro a HoSeok con una sonrisa—. Nunca te lo agradecí.
— Aquí todos nos cuidamos, mi amigo. —El alfa lo abrazo por los hombros—. Además, yo jamás te agradecí por escoger la manada. Muchas gracias.
Ambos alfas siguieron admirando la pequeña morada.
☪️
— Oh, JiMin, es precioso. —Yeji cargo al pequeño cachorro. Este dormía ante los emocionados ojos de sus abuelos—. Es tan tranquilo como tú de bebé.
— ¿Lo crees? —JiMin sentado con JungKook a su espalda, abrazándolo y olisqueando su cuello.
— Lo recuerdo perfectamente. —YeJi miro a SooHyun— ¿Recuerdas, alfa?
— Eras un bebé muy calmado y casi no llorabas. —El alfa mayor acaricio los cabellos oscuros de su nieto con ternura—. Pero cuando creciste, dejaste de ser ese bebé tranquilo para convertirte en un cachorro muy inquieto.
JiMin rio ante los recuerdos de sus padres. A su espalda, sintió a su alfa aferrarse más a él.
— ¿Estás bien? —Preguntó JiMin con una sonrisa.
JungKook asintió con un murmuró. Desde que JiMin había dado a luz, Jeon se había mantenido aferrado a él y a su cachorro. Los alfas de la manada lo entendían, Jeon no era más que un lobo enamorado en ese momento.
— Los dejaremos descansar. —YeJi le entrego el cachorro a JiMin—. Son tan bonitos juntos.
SooHyun abrazo a una emocional omega.
— Nos veremos en la noche, cachorro.
JiMin miro a su cachorro despertar en medio de un bostezo. Aún no abría sus ojitos así que era sumamente tierno verlo mover su naricita para identificar sus aromas.
— Se parece a ti, alfa. —Comento el omega arrullando al bebé.
Los brazos de JungKook pronto fueron un soporte para los de JiMin.
— Aún es muy pronto para saberlo. —JungKook no podía evitar mirar maravillado a su hijo. Era hermoso, lo más perfecto de ese mundo. Era una parte suya y de su pareja.
— Tiene tus labios, tu nariz y cuando abra los ojos, seguramente también se parecerán a los tuyos. —El omega le sonrió emocionado—. Es perfecto.
JungKook se permitió sonreír mientras lágrimas caían de sus ojos. Sentía que el pecho le explotaría de alegría.
☪️
Jin y HoSeok miraban con una sonrisa divertida a YoonGi. Este los ignoraba o al menos trataba.
— SeoJoon, será mejor que te lleves a ese idiota. —El omega apunto a Jung—. O lo mataré.
— No estés avergonzado, amigo. —Jin rio—. Yo también he tenido sexo en el calabozo.
HoSeok y Jin soltaron escandalosas carcajadas. YoonGi negó sonrojado antes de cruzarse de brazos.
— Escuché que TaeHyung será absuelto de sus crímenes. —SeoJoon le sonrió amable—. Bueno... Es una buena noticia.
— Lo es. —YoonGi ignoro a los otros dos alfas idiotas para centrarse en SeoJoon—. Fue complicado pero TaeHyung parece haber cambiado.
— Ya veo.
— Me iré con él. —Min le sonrió de medio lado—. Entiendo que no se sienta cómodo en la manada por el líder Jeon y el líder Park ni estos con él. Así que hemos decidido irnos colina arriba. El lugar esta retirado pero hay caminos rápidos hacia la manada Jeon por si algo sucede.
YoonGi y TaeHyung había decidido vivir lejos de las manadas estando solamente ellos juntos. Se habían dado una oportunidad y ante ello Jeon no pudo más que (también por orden de su omega) liberar a Kim TaeHyung, pero las condiciones eran claras: Kim no pertenecería a la manda Jeon.
Tampoco es que TaeHyung haya pedido quedarse.
— Les irá bien. —SeoJoon le aseguro—. Encontrar a tu pareja destinada no es más que un buen presagio.
YoonGi le sonrió agradecido. En ese momento, el lugar quedó en silencio.
Ante los ojos de la Diosa Luna, JiMin se abría paso entre la manada. Su túnica blanca, los arreglos en su cabeza y la hermosa sonrisa en su rostro lo hacían ver como el omega mas hermoso y etéreo del lugar.
Jeon JungKook lo esperaba enfrente del gran santuario de la Diosa, vistiendo su gran capa y su armadura haciéndolo ver gallardo e imponente. JiMin inevitablemente recordó cuando lo conoció.
Atesoraría esa noche por toda su vida.
Del lado derecho, junto con los hombres de confianza de Jeon, su madre cargaba a un precioso bebé de mirada curiosa. JiMin tuvo razón, su cachorro era la copia exacta de JungKook.
Sus ojitos negros y grandes eran la viva imagen de Jeon.
JiMin miro la gran luna en lo alto mientras se arrodillaba con JungKook a su lado. Agradeció entre susurros la buena vida que tenía, pidió por su cachorro, por su alfa, sus padres y su manada mientras concretaban su unión en una emotiva ceremonia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro