Capítulo 21
JungKook despedazaba a los hombres que Kim había puesto en su camino, la misericordia y benevolencia ya no formaban parte de su vocabulario. Asesinaba a diestra y siniestra a cualquiera que se interpusiera.
El alfa estaba iracundo; le habían arrebatado a su pareja y pagarían por ello con sus vidas.
— ¡Por favor, ten piedad! —El hombre debajo de él lo miraba con terror y lágrimas en los ojos— ¡Tengo familia! ¡Por favor, ten misericordia!
Los gritos desesperados se dejaron de escuchar cuando JungKook le arranco la garganta de un solo mordisco.
— Mi señor. —Min YoonGi traía consigo a uno de los últimos hombres—. Habla de una maldita vez.
El hombre dirigió su mirada asustada al gran animal.
— Más adelante los esperan dos escuadrones más. —El hombre lloro cuando el lobo le mostró los dientes— ¡Por favor, yo solo seguía órdenes del líder Min! ¡Se lo suplicó, no me mate!
— Cállate. —El omega corto su garganta matándolo al instante.
JungKook había sido demasiado benevolente al grado de que las manadas habían olvidado por qué no tenían que meterse con él. Ya era hora de recordárselos.
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Dos días había bastado para que las malas noticias llegarán.
Min observaba los arreglos que se hacían para la ceremonia esa noche; Kim TaeHyung finalmente tomaría al omega Park y toda esta locura finalizaría. Le ganarían a Jeon JungKook, serían los primeros líderes en lograr lo que los malditos ancianos del consejo jamás pudieron.
— Ese bastardo loco. — El Líder Min rio como si fuera un chiste— ¿De verdad planea matar al cachorro de Jeon?
— Si logra marcar al chico seguramente el cachorro será desechado. — Uno de sus hombres más fieles le informó—. Sí el bastardo llega a sobrevivir lo matará tan solo nazca.
Min negó divertido. TaeHyung era peor que su padre.
— ¡Líder Min! —Uno de los guardias corrió desesperado ante el anciano— ¡LÍDER MIN, LA MANADA FUE ANIQUILADA!
Los sollozos y gritos desgarradores del hombre le borraron la sonrisa divertida.
— ¡¿Qué demonios estás diciendo?!
— Jeon JungKook... —El hombre calló al suelo con la mirada perdida— aniquiló a la manada Min...
El líder empujo al hombre y corrió hasta los guardias que venían con el tipo aún sollozante en el suelo. Tomo a uno y lo zarandeo de los hombros.
— ¿Qué carajos dijo? —Min miro a los demás quiénes tenían la mirada perdida y las armaduras llenas de sangre.
— Ya no queda nada. —El hombre lo miro y Min sintió la desesperación en la mirada del tipo—. Los hombres de Jeon aniquilaron a todos... Alfas, Omegas, cachorros... Todo...
El anciano retrocedió aún sin creer lo que sus hombres le habían dicho. Se negaba a creer que ya no quedaba nada de su manada, que ya no tenía nada.
Corrió hasta TaeHyung.
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Kim miraba el traje que usaría en la ceremonia y que uso aquella última vez. El remordimiento aparecía por momentos pero él los callaba con el odio que sentía hacia Jeon, con el resentimiento ante JiMin. Estuvo dispuesto a darle todo, a llenarlo y colmarlo de comodidades y Park simplemente lo dejo por el asesino que le quitó la vida a su padre.
TaeHyung solo estaba devolviendo lo que le fue dado. Ahora él se encargaría de arrancarle a JungKook lo que más quería y a JiMin lo que más anhelaba.
— ¡Líder Kim! —El líder Min se acercó y callo a sus pies sin poder sostener más sus piernas— ¡Tiene... Tiene que matarlo!
TaeHyung lo miro fastidiado.
— Habla claro, líder Min, hoy no estoy del mejor humor.
— ¡Jeon aniquiló a toda mi manada! —El hombre soltó lágrimas de rabia— ¡Ese maldito bastardo! ¡Tiene que matarlo!
La sorpresa en el rostro de TaeHyung duro poco. Pronto fue indiferente a la situación. Ver al (ex) líder Min en el suelo llorando por la perdida de su manada no le causaba nada. El odio lo había consumido.
— Era una probabilidad. —Dijo ante los ojos incrédulos de Min—. Y lo sabes.
— No, usted dijo... —El anciano se levantó con molestia—, le preste a mis hombres para defender a su maldita manada. Me dijo que con la insignia de su apellido Jeon no sospecharía, usted... ¡Mi gente murió por su culpa!
— No nos hagamos tontos, líder Min. —Kim alzó una ceja—. Tú fuiste quien mando a todos esos hombres a morir. El que uno de ellos haya sido tan tonto como para revelarse no fue mi culpa. Estás son las consecuencias, debiste saberlo.
— ¡Usted! —El anciano Min se le acercó a TaeHyung amenazante— ¡Dejaré que su manada sufra el mismo destino que la mía y pronto no será nadie! ¡Ordenare a mis hombres retirarse!
—¡MI SEÑOR! —Un alfa con el rostro pálido y la ropa ensangrentada abrió las puertas de un solo golpe— ¡La última guardia cayó!
TaeHyung miro a Min con una sonrisa burda— ¿Cuáles hombres?
Min cayó al suelo. En su rostro se podía ver el arrepentimiento y lo miserable que era en ese momento. Las lágrimas bajaban sin poderlas detener; Jeon JungKook era un demonio. Y lo había olvidado, los demonios no pueden ser asesinados.
— No tardará en llegar. —TaeHyung paso de Min—. Refuercen la guardia en la entrada y tráiganme a Park JiMin.
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JiMin se encontraba en un estado de trance. Se sentía diferente; era como si sus instintos estuvieran mucho más desarrollados, como si sus sentidos logran captar mejor los aromas a su alrededor y los sonidos más lejanos. Su parte animal estaba despierta con un solo objetivo: proteger a su cachorro.
— ¡Park JiMin! —El hombre que no había parado de maldecirlo entro a la celda—. El líder Kim quiere verte.
Con facilidad enredo su mano en su brazo y lo jaló fuera de la celda. Estaba débil, hambriento y sediento. Esos dos días se convirtieron en un martirio para su cuerpo. Estaba gestando y necesitaba alimentarse pero TaeHyung se lo había negado.
La luz del sol lastimo sus ojos y lo hizo gruñir incómodo. Pronto se vio rodeado por la manada Kim. Estos lo miraban con desprecio, le gritaban cosas horribles y uno que otro logro lastimarlo con las rocas que arrojaban.
Se sentía miserable, se sentía humillado y triste. En sus pensamientos estaba el ver a JungKook aunque sea una última vez, besarlo y aferrarse a su cuerpo en busca de un calor cálido y hogareño.
Quería ver la sonrisa de su alfa y escucharlo una vez más decirle que lo amaba.
— ¡Basta! —La gente callo cuando TaeHyung hablo. El alfa tenía puesto el traje que le había visto esa noche de luna llena dónde planeaban enlazarse—. Debido a ciertas circunstancias adelantaremos la ceremonia.
La gente comenzó a maldecirlo de nuevo, alegar ante las decisiones de su líder. JiMin bajo la mirada. Se sentía tan diminuto.
Fue alzado por dos alfas para estar frente TaeHyung. Kim le arranco la camisa sucia que llevaba y lo dejo expuesto ante todos. La mordida en su cuello causo conmoción en la manada Kim. JiMin sollozó.
— No bendeciré nuestra unión. —TaeHyung no dejaba de observarlo con asco—. Te marcare y esperaré paciente a que ese engendro dentro de ti desista. Si no logro matarlo, ten por seguro que no lo tendrás en tus brazos.
— ¡Por favor! —JiMin apretó sus puños— ¡Mi cachorro no tiene la culpa de nada!
— Pero tiene la sangre de ese mal nacido. —Kim tomo su rostro para observarlo a los ojos—. Es hijo de un demonio.
TaeHyung mostró los colmillos listo para reclamar al omega pero la mirada azul de JiMin lo desconcertó.
— ¿Por qué..?
Los guardias y TaeHyung retrocedieron cuando el sonido de los huesos al tronar se escuchó en medio del tenso silencio. JiMin cayó al suelo mientras pelo salía de su cuerpo y la ropa se desgarraba.
La gente grito cuando un enfurecido lobo blanco apareció en el lugar del pequeño omega.
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Los rebeldes entraron a la manada Kim causando el horror en las personas. Estás corrían buscando refugio y alertando a los guardias que quedaban. Los alfas de Kim atacaban confiados en que derrotarían a los hombres de Jeon; eran más sanguinarios, más violentos y sin escrúpulos y el ver como dos de los rebeldes eran asesinados, les dio mas confianza.
— ¡NO DEJEN A NADIE VIVO! —El nuevo capitán sonrió triunfante cuando algunos rebeldes siguieron cayendo— ¡HAGANLES SABER QUE CON LA MANADA KIM NO PODRÁN!
Una espalda lo atravesó justo en el pecho sin verlo venir.
— ¿Todos son así de arrogantes? —JungKook saco su espalda de un tirón viendo al hombre desvanecerse.
Jeon dejo que sus hombres siguieran invadiendo el territorio de Kim TaeHyung. Su objetivo solo era encontrar a su omega.
Mato a varios alfas que se atravesaron en su camino, omegas que trataron de hacerle frente sufrieron el mismo destino. No iba a perdonar a nadie.
Conforme iba avanzando, pudo escuchar el alboroto cerca del templo de la manada Kim. Su lobo tiro de él alertándolo de lo que sea que estuviera pasando.
— ¿A dónde tan rápido? —Una mujer rubia apareció con una escopeta en mano— ¿Me dejaras aquí sola? Eso no es muy caballeroso.
JungKook no contesto, estaba listo para pasar por sobre la alfa, pero una segunda mujer lo hizo retroceder cuando lo atacó por la espalda y de sorpresa. Logro esquivar el ataque de la filosa espada.
— No querrás interrumpir la bonita ceremonia. —Ahora una chica de cabellos oscuros lo miro con diversión—. Ten un poco de respeto.
De haber sido otra la situación, JungKook se hubiera tomado el tiempo para divertirse y matarlas de forma lenta y dolorosa, pero ahora no estaba para tonterías, JiMin lo necesitaba.
Atacó a la mujer de cabellos oscuros pero está lograba esquivar los ataques con agilidad. La rubia le saltó encima soltando la escopeta y comenzó ahorcarlo con una llave en su cuello. El aroma de la rubia lo hizo detenerse; su fuerza era mayor a la de un alfa común y su aroma logro aturdirlo por lo penetrante que era.
"Una de ellas puede transmutar".
— ¿Ya te diste cuenta? —La voz de la mujer en su oreja molestó a su lobo— ¿Qué alfa deja a su omega solo? Hubieras visto como lloraba.
JungKook la lanzo al frente quitándosela de encima y mostrándole los colmillos. La morena atacó pero Jeon solo quería llegar a la rubia y arrancarle los brazos y piernas.
— Oye, deja de ignorarme. —Jennie empuñó la espada dispuesta a atravesarla en el pecho de Jeon, pero un disparo la hizo gritar de dolor y caer al suelo. Se llevó la mano al costado anteriormente lastimado. Levantó la mirada encontrándose con YoonGi— ¡Maldito infeliz!
— Ya van dos. —Min seguía apuntando con la escopeta que Lisa había tirado.
Jennie se levantó olvidando el ardor y se fue contra YoonGi. La bala había rozado, pero había abierto la herida anterior.
— Esto es tan emocionante. —Lisa sonrió antes de comenzar a cambiar a un lobo gris. Enseño los colmillos provocando a JungKook.
Este respondió en seguida el reto. El lobo de JungKook era más grande que el lobo gris de Lisa, pero está era ágil, esquivaba las mordidas que Jeon lanzaba y se escabullía entre las patas del gran lobo, mordiendo estás y lastimando al alfa.
— ¡Maldito omega! —Jennie se escondía entre los árboles evitando a YoonGi con la escopeta. Se tocó el costado y callo sus sollozos. Ardía como la mierda— ¡Le voy arrancar los ojos y los usaré de collar, maldición!
Un pedazo de madera salió volando cuando YoonGi disparo de nuevo con la escopeta. Jennie se puso pálida; esa pudo ser su cabeza.
Se levantó para buscar un refugio en lo que Lisa terminaba con Jeon, pero un disparo en su pierna la hizo caer en medio del llanto.
— No es nada personal... —YoonGi llego hasta ella y le apunto a la cara—, aunque, odio que me subestimen por ser omega.
Cuando Lisa lo había drogado y Jennie le escupió en la cara y lo maldijo por ser omega, YoonGi recordó las humillaciones que su padre le hizo pasar. Que se jodieran los malditos alfas.
El sonido del disparo le dio la bienvenida al atardecer.
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JungKook había logrado morder una de las patas delanteras de Lisa. Está parecía cansada, pero su cola se movía de aquí para allá revelando lo divertido que encontraba todo esto.
Las feromonas además de picar a su sentido del olfato, le hacían saber lo emocionada que estaba la chica. Estaba demente.
El disparo de una escopeta hizo que JungKook dejara de prestarle atención a Lisa. Su pecho se encogió al pensar que pudieron haberle echo algo a JiMin. Dio la vuelta sin tomar en cuenta que Lalisa estaba esperando el momento perfecto para saltarme al cuello. No lograría arrancarlo de tajo, pero lograría asfixiarlo para después desprender a mordidas la cabeza del cuello.
La alfa se preparó para saltar sobre JungKook, sin embargo, no espero tener sobre su cuello los colmillos de un lobo blanco.
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¡Penúltimo capítulo!
¡Gracias por leer!
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