Capítulo 2
JiMin no se atrevía a levantar la mirada. El lugar que antes era música y cuchicheos, ahora era sometido por Alfas desconocidos, por hombres enfundados para la guerra, rebeldes.
Los sollozos se escuchaban de fondo en medio de la confrontación. El terror apestaba por todos lados; Omegas se encomendaban a la Diosa Luna para no terminar siendo violados en medio de todo esto. JiMin no pudo evitar soltar un sollozo lleno de pánico.
En el mejor de los casos la muerte era una vía libre para escapar de todo eso; ser secuestrado y esclavizado como algo sexual por esos bárbaros sonaba espeluznante.
— Lárgate. Las manadas habíamos llegado a un acuerdo contigo y tus hombres. —Escucho hablar al próximo líder—. Estás atemorizado a mi manada.
— ¿Tu manada? —La voz del líder de los rebeldes causo escalofríos en JiMin—. En este lugar solo veo Omegas siendo ofrecidos para usted. ¿Qué pasaría si me los llevo y se los entrego a mis hombres?
Los sollozos aumentaron de volumen aterrados ante la idea del rebelde.
— No te atrevas…
— Cualquier lugar es mejor que este para ellos. —Aseguro con burla el hombre.
JiMin sentía el palpitar acelerado de su corazón en la garganta. ¿Era verdad lo que ese sujeto decía? ¿Se los llevarían? ¿Serían entregados a esos hombres?
Maldecía ser Omega.
Escucho el forcejeo y gruñidos de TaeHyung para después escuchar el golpe de este siendo sometido en el suelo.
— Para fortuna tuya en mis planes no está llevarme a estos Omegas. NamJoon. —JungKook se dirigió a su primer soldado—. Saqueen el lugar, llévense prendas, joyas, comida, ganado, lo que sea que encuentres. Pero no toquen a nadie.
— Sí, mi señor.
Las personas se movilizaron, JiMin escucho ruidos de cosas siendo rotas, pasos apresurados y risas burlonas; pero sabía que el líder de los rebeldes estaba aún con ellos, observándolos, atento a cualquier movimiento. Los mataría, había escuchado tantas cosas de ese hombre, cosas terribles.
— Te haré pedazos, Jeon. —TaeHyung amenazó al alfa enfrente de él—. Esto no se quedará así.
— Tengo un mensaje para tu padre. —El Alfa ignoro lo dicho por el castaño y se inclino a su altura—. La próxima vez que se le ocurra entrar a mi territorio no solo me llevaré sus baratijas, mataré a sus hombres, me llevaré a sus Omegas y te mataré a ti.
El temblor en las manos del Omega era imposible de detener. Las amenazas resonaba en sus oídos como eco. El líder de su manada había invadido territorio de los rebeldes y ahora ellos pagarían el precio; nadie en pleno uso de sus facultades mentales se atrevería a invadir territorio de los rebeldes, era suicidio. Jeon, como lo había llamado TaeHyung, se mostró benevolente teniendo en cuenta todo lo que las manadas vecinas decían.
Jeon JungKook era peor que ser Omega. Jeon JungKook era destrucción, horror, muerte. Ninguno de los líderes se atrevía a hacerle frente, decían que tenía un pacto con el diablo, que todo aquel que se enfrentaba a él era asesinado.
Las pieles de lobo en sus hombros era un recordatorio de lo que podía pasarles; ese hombre se había enfrentado a animales salvajes, ¿cómo no destruir a simples humanos?
Alfa llenos de instintos, fuertes y con mejores sentidos eran simples peones para él. Nadie regresaba vivo.
— Mi padre no…
— No te atrevas a mentir en mis narices. —El gruñido de JungKook atemorizo aún más a todos—. Di una sola palabra y mataré a todos aquí.
TaeHyung cerro la boca con molestia. Estaba en clara desventaja, y aunque la idea no le gustará, tenía que someterse al Alfa.
JungKook levanto del suelo a Kim, y como si fuera un simple muñeco, lo tomo del cuello y lo alzó hasta que sus pies se despegaron del suelo. Sonrió divertido al ver cómo el oxígeno abandonaba el cuerpo del alfa.
— Tomen lo que falte y vámonos. —Ordeno el líder de los rebeldes.
JiMin vio como TaeHyung era aventado al suelo. Se asustó pensando que estaba muerto; lo escucho respirar pero ni eso lo calmo.
— Oye… —Park se paralizó. Las feromonas del Alfa fueron liberadas de un solo golpe. Lluvia. JiMin se tocó el corazón, ese aroma ya lo había percibido, pero estaba tan sumido en el terror que su cerebro no logro procesarlo.
La bestia.
El Omega se tocó la cabeza sin entender absolutamente nada; su lobo movió su cola, a la expectativa, esperando que JiMin se diera cuenta.
— Mírame. —Le ordenaron.
JiMin levanto la mirada encontrándose con unos profundos ojos negros, con una presencia arrasadora, con una bonita sonrisa. Sus feromonas se dispararon sin que lo pudiera evitar, su lobo interior quería llamar la atención de ese Alfa, parecía coquetear sin importarle que JiMin estuviera aterrado. Entonces lo entendió, carajo que lo entendió. Jodido destino.
— Ahora lo sabes. —Jeon le mostró una sonrisa mucho más grande.
El Alfa estiró su mano y toco la mejilla derecha del Omega, limpiando los rastros de lágrimas. JiMin gimoteo necesitado por su toque; JungKook se obligó a controlarse.
— Alfa. —JiMin susurro pegando su mejilla a la palma del rebelde. El miedo se mezclaba con el anhelo. Él era su Alfa, el era su otra mitad, Diosa, estaba tan contento.
— Omega, mi lindo Omega. —JungKook estaba por tomarlo en sus brazos e irse con lo que le pertenecía, pero los gritos fuera del lugar lo alertaron. Ya habían dado aviso—. SeokJin, da la orden de retirada, NamJoon, ve con YoonGi y ganen tiempo.
— Sí, mi señor.
Jeon empujó la lengua en su mejilla derecha.
— Recuerda, Omega —El Alfa alzó su barbilla para verlo a los ojos—, regresaré por ti.
☪️
JiMin fue mandado como todos los Omegas de regreso al pequeño pueblo. Nadie dijo nada, aún seguían digiriendo lo que había pasado. Park entre ellos.
Su Omega interior sollozaba sin entender como es que se habían separado de su Alfa. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no estaba aquí con él? No entendía la situación causando que las emociones de JiMin fueran volátiles. Lágrimas amargas bajaban por sus mejillas, su garganta tenía un nudo atorado impidiéndole hablar y su pecho pesaba, pesaba al punto de asfixiarlo.
El Omega se abrazo buscando consolarse; una parte suya se la había llevado el Alfa.
— JiMin, por la Diosa Luna. —Su madre lo abrazo en cuanto lo vio bajar. Las noticias llegaron rápido, todos en la manada supieron sobre el ataque de los rebeldes, varias familias recibían con susto a sus hijos— ¿Te hicieron algo? ¿Te lastimaron? JiMin, hijo, por favor…
JiMin no contesto, solo se lanzo a los brazos de su madre buscando consuelo. Lloro amargamente, bañándose con el aroma de su madre, buscando sentir su calor, algo que impidiera que saliera corriendo en ese instante para buscarlo.
Sentía que podría morir.
☪️
— ¿Estás bien? —HoSeok miro a su líder con curiosidad—. Estás asustando a los demás.
JungKook dejo de caminar en círculos. Se llevó las manos a la cara y las frotó con fuerza. Su lobo no dejaba de exigirle regresar, tomar al Omega y esconderlo entre sus brazos, en su territorio. Apretó los puños con fuerza.
Aún no.
— ¿Tomaron todo? —Pregunto buscando ignorar los gruñidos inconformes de su Alfa.
— Casi vaciamos el lugar. —HoSeok lo miro aún curioso— ¿Qué haremos con todo?
— En cuanto lleguen repártanlo en el territorio. —JungKook miro a la dirección de la manada de los Kim.
— ¿Lleguen? —Jin lo miro con recelo— ¿No vendrás con nosotros?
— Por ahora no. —Jeon miro a su grupo—. NamJoon y YoonGi, vayan al territorio y pongan a guardias vigilando. No quiero otro ataque sorpresa, Jin, te quedarás conmigo.
— ¿Aquí? —SeokJin arrugó el entrecejo.
— Nos adentraremos al bosque. Acamparemos algunos días.
NamJoon y YoonGi se miraron extrañados pero no hicieron más que asentir. Jin por su parte parecía tener muchísima curiosidad.
— ¿Por qué nos quedaremos? ¿Vigilaremos a Kim? —Volvió a preguntar Jin.
— No, pero tiene algo que es mío. —JungKook volvió su mirada al camino al territorio kim—. Y no me iré sin él.
☪️
Dos días después JiMin se encontraba mejor, pero no estaba bien. Aún sentía la incomodidad en su pecho, cada noche lloraba y su lobo no dejaba de sollozar.
El Omega se reprochó. Era un Alfa rebelde y no cualquiera, era el líder de los rebeldes. Jeon JungKook. ¿Cuántas historias no había escuchado de él que le erizaron la piel? Era un asesino y era temido por todas las manadas vecinas.
— JiMin, hace frío. —Su madre llegó con una cobija pequeña en manos—. Vamos dentro, cariño.
JiMin le sonrió a su madre y dejo que lo cobijara.
— Solo quiero estar un poco más fuera. Necesito… Necesito aire fresco.
Su madre suspiro asintiendo al final. Le dio un beso en la frente y entro a la pequeña casa. JiMin miro la luna en lo alto y no pudo evitar preguntar qué es lo que tenía planeado.
Un sonido a lo lejos llamo su atención, miro los grandes árboles que cubrían su morada buscando algo fuera de lo normal. Se levantó de dónde estaba sentado y camino hasta la maleza. Su lobo se altero en el instante en que se adentro al bosque. Agudizó sus sentidos esperando encontrar algo, y aunque el miedo quería hacerlo retroceder JiMin siguió avanzando.
Aroma a tierra mojada, lluvia. Petricor.
— Ante la luz de la luna… —La voz del alfa lo dejo paralizado. Sintió su presencia pegado a su espalda—, te ves irreal, Omega.
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Buenas, buenas. Estoy muy contenta de que le den una oportunidad a mi primera historia Kookmin ✨
Les dejo estos dos primeros capítulos, espero les gusten. Actualizaré los días Miércoles y domingos. Esto irá tambando forma, calma.
Muchas gracias por leer 🙌
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