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Capítulo 18

— Le juro mi lealtad. —SeoJoon estaba en el suelo haciendo una reverencia a JungKook. Este lo miraba sin emoción alguna.

— Bien, mis hombres te dirán dónde te instalaras. También se te dará un rango o tarea en la manada. Espero entiendas que todos tenemos una función aquí. — Fue lo que dijo Jeon.

— Por supuesto, mi señor. —El alfa seguía sin mostrar su rostro, manteniendo la mirada en el suelo.

— Es suficiente. HoSeok, ayúdalo en lo que necesite. Conoces el procedimiento. —JungKook miro a un feliz Jung.

— Sí, mi señor.

JungKook había dado por terminada la pequeña junta. Quería estar con su omega, además le había prometido llevarlo con la curandera, últimamente su estado no era el mejor y JungKook no podía con la angustia de imaginar que su pareja estuviera enfermo.  Cuando estaba despidiendo a sus hombres entro uno de los miembros de la manada.

— ¡Mi señor! — El hombre corrió hasta él y cayó al suelo asustado— ¡Hemos visto a la manada Kim cerca del territorio!

Jeon de inmediato se puso en guardia.

— ¿Cuando los viste?

— En la mañana, señor. Estuvimos pescando en pequeños grupos cuando vimos que acampaban a kilómetros de aquí. Corrimos inmediatamente para avisarle. —El hombre temblaba—. Era un grupo de aproximadamente 200 hombres.

JungKook gruño. Ya estaba harto de los Kim.

— NamJoon prepara a los hombres, partiremos de inmediato. No dejaremos que entren al territorio.

— Sí, mi señor.

JungKook miro al hombre—. Tú serás nuestro guía, cuando lleguemos al lugar refúgiate en un lugar seguro. 

— Sí, mi señor.

— Yoongi. —El alfa miro a Min—. No quiero que te separes de mi omega.

— Sí, mi señor.

☪️


JiMin veía cada tanto la entrada de la habitación, esperaba que JungKook se asomara pero eso no pasó. Extrañado, decidió concentrarse en contestar las preguntas de la curandera, pero pronto su mente volvio a divagar de nuevo.

— Oh por la gran luna. — La mujer le mostró una gran sonrisa.

— ¿Disculpe? —El omega la miro avergonzado— ¿Qué sucede?

— Omega Park, usted no está enfermo. —La beta rio con alegría causando curiosidad en JiMin—. Usted esta en espera del cachorro del líder Jeon.

A JiMin le tomo segundos asimilar lo que la contenta mujer le decía.

— ¿Que yo qué? —El omega se levantó de la camilla en un salto— ¿Esta segura?

— Completamente. Está mujer vieja reconoce a un omega preñado cuando lo ve. —La beta parecía orgullosa de sus palabras—. Pronto el aroma a leche se lo confirmara.

El pecho de JiMin se llenó de calidez y el latir en su corazón se descontroló. La euforia causo que lágrimas gruesas y cristalinas bajaron por sus mejillas. Iba a tener un cachorro.

Un cachorro de JungKook y él. Diosa Luna, el solo pensarlo era un sueño.

Desde hace un mes había sido su celo. Las cosas parecieron mejores en ese lapso de tiempo. Su padre se encontraba mucho mejor, incluso se había unido al grupo de caza aunque JiMin se había preocupado. Su madre aún seguía inconsciente, la curandera decía que solo era cuestión de tiempo para que despertara; lo único que lo calmaba era cuando su padre le decía que aún podía sentir el lazo con YeJi y este se mantenía calmo. Y con JungKook realmente las cosas jamás estuvieron mal. Desde que se fugó con él, JiMin lo único que conocía era la felicidad al lado del alfa.

JungKook se había vuelto su pilar y la persona que más amaba en todo el universo.

Ahora la noticia de un cachorro en camino solo le confirmaban al omega que la Diosa Luna le había sonreído y le había dado su bendición para vivir una vida plena.

— ¡Le diré a JungKook de inmediato! —JiMin abrazo a la mujer— ¡Gracias!

— Cuídate omega, ese bebé será muy amado y tiene que crecer fuerte. —Aconsejo la beta.

JiMin asintió antes de salir del hogar de la curandera. No podía esperar por darle la noticia a JungKook; sabía que su alfa muy probablemente brincaría de la felicidad. El omega ya se podía imaginar lo sobreprotector que Jeon se pondría con él y el bebé.

— ¡JiMin! —YoonGi llegó hasta el omega— ¿A dónde vas?

— Tengo que ver a JungKook. — La sonrisa de JiMin era inmensa. Sus bonitos ojos apenas eran visibles— ¿Sabes dónde está?

— JiMin, JungKook tuvo una emergencia que atender. —YoonGi se notaba nervioso—. Mejor esperemos en la gran casa.

— ¿Qué sucedió? —Park no se movió de su lugar borrando de poco en poco la sonrisa— ¿A dónde fue?

— JiMin...

— ¡Están heridas!

Un grupo de personas traían consigo a dos chicas inconscientes . Una era de cabello negro otra de cabello rubio, eran delgadas y altas. Probablemente también alfas.

— ¿Qué demonios? — YoonGi entro con JiMin a la casa de la curandera. Vieron cuando dejaron a las dos chicas en la cama.

— Lo siento, omega Park, oficial Min, tendrán que abandonar el lugar. — Y con eso, la beta los empujó fuera.

— Jamás las había visto. —Dijo JiMin.

— No son de aquí. —YoonGi vio salir a uno de los hombres que cargo a una de las Alfas— Oye, ¿quiénes son y qué hacen aquí?

— Las encontraron mal heridas cerca del territorio. Decidimos ayudarlas. —El hombre se encogió de hombros—. Tratamos de darle aviso al líder pero nos dijeron que no se encontraba.

YoonGi tenía una mala corazonada.

— Vamos, JiMin. —Min se llevó consigo a Park a la gran casa.

☪️

— El plan marcha a la perfección. —El líder Min miro con una sonrisa a TaeHyung quien no hacía más que comer con un rostro serio—. Las chicas ya están en territorio rebelde. Solo queda esperar.

— Más te vale que sean buenas en su trabajo, líder Min. —TaeHyung lo miro con irritación.

— Son las mejores mercenarias, te lo garantizo. —El hombre tomo asiento enfrente de Kim—.  Me preguntó cómo fue que lograste mandar a tu escuadrón para ser la carnada.

— Porque ellos no lo saben. — TaeHyung rio—. El capitán Yun es tan imbécil para creer que confío en él para terminar con Jeon.

El líder Min se movió inquieto en su lugar; esos hombres habían ido a morir sin siquiera saberlo.

☪️

El capitán de los hombres de la manada Kim iba con la barbilla en alto y con el ego por las nubes. Se imagino la gloria y la fama que gozaría cuando manadas enteras se enteraran que la muerte del líder Jeon fue por sus manos.

"—La manada Jeon está débil en estos momentos. —TaeHyung lo miro con una sonrisa amistosa—. No hay hombre más capaz que usted capitán para terminar de una vez con los rebeldes. Tenemos que aprovechar la ventaja que dejo mi  padre."

Y el alfa claro que se lo había creído, porque no había hombre más tenaz y fuerte que él. Su vida estaba llena de triunfos, sus manos llenas de sangre y sus memorias llenas de gritos de piedad. Era cruel y obstinado, siempre obtenía lo que quería y está vez apuntaba alto: la cabeza de Jeon JungKook.

— Capitán, llegaremos pronto a territorio rebelde. —Aviso uno de los guardias.

— Tomen sus posiciones y esperemos el mejor momento para atacar. —El hombre vio a todo su escuadrón moverse hasta que una flecha atravesó a uno de los alfas.

El pánico comenzó a crecer cuando más flechas fueron atravesando a más hombres. El capitán ordenó que buscaran refugio.

— Mierda, maldito Jeon. —Mascullo con el cuerpo rígido y los sentidos en alerta.

Después de tensos minutos, el lugar parecía estar en calma. El escuadrón se asomo y dieron la señal para salir.

— ¡Salgan de dónde quiera que estén, malditos bastardos! —El capitán desenvaino la espada y se puso en posición.

De entre los árboles salió SeoJoon con las manos en alto. El capitán comenzó a reír histérico; el infeliz seguía vivo.

— Solo eres tú, idiota. —El capitán vio el arco en manos de SeoJoon—. No entiendo como es que eras el hombre de confianza de Kim TaeHyung siendo tan imbécil. —Sus hombres rieron—. Te hubieras muerto ese día que te mostré piedad.

— Eres un miserable. —SeoJoon arrojo el arco y lo miro con la barbilla en alto—. Morirás por tu arrogancia, bastardo.

El capitán Yun sonrió burdo ante las palabras del alfa.

— Mátenlo. —Dios la orden dejando que sus hombres se fueran contra SeoJoon, sin embargo, detrás del alfa salieron rebeldes con más arcos y acabando con la vida de algunos tipos— ¿Qué..?

— Se les advirtió no volver a invadir terreno rebelde. —Kim NamJoon se puso a la par de SeoJoon—. Morirán por su insolencia.

— Y una mierda. —El capitán apunto con su espalda en lo alto y mando a enfrentarse contra el grupo de rebeldes que se hacia presente.

SeoJoon también se unió a la pelea demostrando la agilidad y el buen uso en la espada. Atravesó a varios alfa del escuadrón enemigo, hirió a otros más. SeoJoon pensó que tendrían algún plan b ante lo fácil que estaba siendo derribar al grupo Kim, pero cuando vio la desesperación en el rostro del capitán Yun se dio cuenta que ese imbécil solo trajo a sus hombres a la muerte.

Y él junto con todos ellos.

— ¡Capitán, tenemos que retirarnos! —Uno de los alfas lo miro con el terror pintado en sus facciones.

— ¡Mataremos a Jeon JungKook! —El capitán miro a todos lados buscando al líder de los rebeldes, sin embargo entre todo ese río de sangre y gritos, no veía a Jeon— ¡Mantengan la formación!

— ¡Señor! —La desesperación en el hombre no inmutó al alfa Yun.

— ¡Busquen a Jeon JungKook, recuerden cuál es la misión! —Grito luchando por su vida.

Sus hombres caían ante los rebeldes; el bosque se llenaba de sangre ante la incompetencia de su capitán. Desesperado, Yun miro a SeoJoon; su rabia fue dirigido al alfa.

— ¡Traidor! —El capitán lanzaba ataques descoordinados e iracundos— ¡Debí matarte cuando tuve la oportunidad!

— Solo eres un imbécil con aires de grandeza. —SeoJoon fue arrojado al suelo—. Estás maldito por toda la sangre que cargas.

Y como si de una maldición se tratara, detrás de SeoJoon apareció un  inmenso lobo negro con ojos rojos como la sangre. El capitán quedó petrificado al ver al gran animal con sus colmillos amenazándolo.

SeoJoon giro la cabeza encontrándose de lleno con el lobo. Su instinto fue quedarse quieto y aguantar la respiración. A los segundos se dio cuenta de que la atención del lobo no estaba puesta en él.

— No... Por favor... —El capitán Yun retrocedía con los ojos fijos en el animal.

El gruñido de JungKook paralizó a todos.

— ¿Qué demonios? —SeoJoon fue jalado por HoSeok dándose cuenta que los rebeldes se retiraban.  Escucho a SeokJin y a NamJoon dar ordenes que no eran claras en su cabeza, su atención estaba en el gran lobo — ¿Por qué..?

— El líder Jeon se encargará ahora. —Jung le regaló una sonrisa amistosa.

— Pero... —SeoJoon miro de nuevo al capitán Yun. El estómago se le revolvió al ver como el lobo en un rápido movimiento comenzó a desmembrar al alfa de la manada Kim— ¡O por la Diosa Luna!

— Es impresionante, ¿verdad? —HoSeok rio acostumbrado a ver al inmenso lobo en acción—. Jeon JungKook es toda una caja de sorpresas.

SeoJoon palideció.

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