Capítulo 15
— Por un tiempo creí que ser un Omega era tal vez un castigo. —YoonGi caminaba con JiMin entre la gente de la manada.
— ¿Ahora no lo ves así? —JiMin lo miraba atento, pero cada tanto, sus ojos se desviaban a los niños que corrían de aquí para allá. El pensamiento de un niño como JungKook le sacaba grandes sonrisas.
— No. En realidad, muchas veces olvido mi casta. —Min se encogió de hombros—. Aquí solo soy YoonGi. Y eso es genial.
— Supongo que tuviste un pasado tormentoso. —Park lo miro con pena—. Nunca me has contado de tu vida.
— Soy hijo de un líder de manada. —El chico pálido paro el paso. Por su rostro paso el desagrado—. Cuando JungKook atacó a la manada de mi padre estaba por ser marcado.
— YoonGi...
— Fui ofrecido por el líder Min sin pensarlo dos veces. Querían que tuviera a los cachorros de un bastardo. Era el mejor de los guerreros de la manada vecina, pero ya sabes lo que dicen, son los alfas más crueles.
— Yo jamás supe si era verdad. —Contesto JiMin en voz baja.
— Lo es. —Min lo miro con una sonrisa cruda en el rostro—. Si JungKook no hubiera llegado en ese entonces, estoy seguro que una golpiza más de parte de ese imbécil me hubiera matado.
— Lo siento, no debí preguntar. —El omega lo miro avergonzado. Sabía que la gente de aquí tenían historias realmente dolorosas, pero cada vez se sorprendía por la crueldad que se vivía en las demás manadas.
— Está bien, no es un secreto después de todo, JiMin.
Park lo miro por algunos segundos antes de preguntar eso que tanto le carcomía.
— ¿Y qué pasó con él?
— Lo mate. —YoonGi se mostró orgulloso.
Ambos omegas caminaron por otro rato más, el sol estaba por esconderse y la preocupación en el pecho de JiMin no se iba. Estaba atento a la llegada de su alfa.
— ¿Cuando planean hacer la ceremonia? —YoonGi lo vio perdido en sus pensamientos así que saco el tema a colación—. Ya estás marcado.
— Oh. —JiMim se sonrojo—. Hemos planeado hacerlo en la siguiente luna llena para que nuestra unión sea bendecida por la Diosa.
— Me alegra escucharlo, JiMin. La gente de aquí está feliz de tenerte, JungKook a cambiado mucho gracias a ti.
— ¿De verdad? ¿En qué cambio?
— Es más humano. —YoonGi le sonrió con suavidad.
JungKook no era un mal líder, jamás los limito y se preocupaba por la seguridad y comodidad en su manada. Se encargaba de los problemas y daba la cara por ellos, pero siempre fue distante, como si todo aquello fuera mera responsabilidad, y muy probablemente lo era, pero desde que JiMin llego se le veía más sonriente, más feliz, más cercano a las personas de su pequeño territorio.
— ¡El alfa líder a llegado! —EunWoo aviso para recibir a Jeon.
JiMin corrió al encuentro con su alfa. Su pecho peso al sentir la preocupación de JungKook más real. Aún no entendía del todo lo que conllevaba un enlace, pero la presión en su pecho no era suya. Era extraño.
Se abrió paso entre la multitud. Varios al verlo le permitieron pasar sin dificultad; después de todo, era el omega del líder, de entre todos, JiMin tenía más derecho.
— JungKook... —Park se paralizó antes de llegar al grupo de tres.
De un pequeño carruaje seguramente improvisado, JungKook, Jin y NamJoon sacaban tres cuerpos inconscientes; uno de los hombres de TaeHyung, su padre y su madre. El omega de inmediato cayó al suelo llevándose las manos a la boca callando sus sollozos. La imagen frente a él se asemejaba a la peor de las pesadillas.
— ¡Omega! —Jeon corrió al ver cómo JiMin no dejaba de temblar mientras presenciaba a sus padres heridos.
— Alfa —El omega se aferró en cuanto JungKook acaparó su vista— mis padres... Por qué... —Las lágrimas y sollozos no dejaban que JiMin armara una oración coherente— ¿Qué les pasó? —Preguntó en medio de susurros bajos y dolorosos.
El líder de los rebeldes apretó la mandíbula y tomo entre sus brazos al omega. Su corazón se hizo pedazos al ver a su pareja tan roto. Lo sostuvo con fuerza, buscando calmarlo a través del enlace pero la tristeza y rabia en JiMin terminaba por absorberlo.
— Mi señor, los llevaremos con la curandera. —SeokJin le aviso antes de dar la orden para que cargaran los cuerpos.
JiMin se soltó del agarre de su alfa para correr hacia sus padres pero fue detenido por JungKook antes de llegar. Soltó un grito desgarrador cuando fue capaz de ver con mayor claridad el estado de sus papás. Forcejeo varias veces tratando de escapar de los brazos del líder pero este no cedió.
La escena era desgarradora; las personas alrededor soltaban sollozos y lloraban al presenciar la tristeza y la ira con la que JiMin imploraba por sus padres.
— JiMin... —JungKook quería hacer entrar en razón a su pareja.
— ¡NO SE LOS LLEVEN, POR FAVOR! —El omega no dejaba de llorar— ¡JUNGKOOK, DILES QUE NO SE LOS LLEVEN, ALFA, POR FAVOR!
Jeon cerro los ojos con fuerza. El dolor de su pareja lo estaba rompiendo; se sentía tan inútil, no encontraba la manera de tomar el dolor de JiMin y convertirlo suyo. Odiaba no poder hacer nada, odiaba que JiMin temblará por el miedo y la incertidumbre, odiaba no poder encontrar las palabras adecuadas para su omega.
— JungKook, por favor... —JiMin seguía suplicando ahora en el suelo con el alfa quien lo sostenía con fuerza— JungKook, mis papás... Diosa Luna... Por favor...
Jeon sintió terror cuando vio a su pareja desvanecerse.
☪️
SeoJoon despertó una vez más. El techo parecía darle vueltas, burlándose de su situación, invitándolo a pararse aunque sabía que no podía. Busco calmar su apresurado corazón e identificar si había un aroma familiar.
No eran la manada Kim.
— No te haremos daño. —HoSeok puso una mano en su pecho cuando el alfa trato de levantarse—. Será mejor que cooperes, hombre. Estás muy lastimado aunque tengas una fuerza increíble. Me sorprende que estés consciente.
— ¿Dónde estoy? —SeoJoon comenzó a experimentar el dolor en cada fibra de su cuerpo— ¿Los señores Park..?
— Siguen inconscientes. —Fue lo único que le dijo el alfa de la manada Jeon— ¿Qué fue lo que les pasó?
SeoJoon se soltó a llorar como un niño pequeño. Su cuerpo sufría de temblores y los sollozos eran dolorosos. ¿Cómo es que habían llegado a este punto? ¿Desde cuándo se sentía tan miserable y desilusionado?
— Trate... —SeoJoon se cubrió la cara lleno de vergüenza—. Trate de protegerlos... Yo quise... Diosa... Yo quise protegerlos.
— Calma. —HoSeok le quitó las manos de la cara y le sonrió amable—. Te creo. Tus heridas están frescas, será mejor que descanses. Te traeré comida y agua cuando estés más tranquilo.
— Kim TaeHyung se volvió un monstruo. —SeoJoon miro a la nada con resentimiento—. El líder Jeon tiene que tener cuidado.
SeoJoon se desvaneció dejando a Jung preocupado.
☪️
JungKook no soltaba la mano de su omega. Miro su cara con rastros de lágrimas en sus mejillas y se sintió miserable. Suspiro lleno de frustración.
— Mi señor. —La curandera hizo una reverencia para después mirarlo con seriedad—. SeoJoon recupero la consciencia por un momento.
— ¿Dijo algo?
— No como tal. Está débil, así que no esta completamente lucido.
— ¿Y los padres de mi omega? —Pregunto sin despegar su mirada de JiMin.
—El alfa estará bien. Es resistente. —La mujer bajo la mirada apenada—, pero la omega...
JungKook miro a la beta. La mujer movía la manos nerviosa ante la intensa mirada del líder.
— ¿Qué sucede con la señora Park?
— No creo que sobreviva. —La beta le mostró una mirada triste—. Su cuerpo no es tan resistente como el de un alfa y los golpes en su cuerpo... Mi señor, fueron crueles con ella.
Jeon empujo su lengua contra la mejilla derecha y apretó el puño canalizando su rabia. Miro una vez más a su pareja; ¿cómo le daría la noticia? No quería más sufrimiento para JiMin.
— Quiero que estén con ellos si es necesario las 24 horas del día. Avísenme cualquier cosa. Hagan todo lo posible. —JungKook acaricio la mejilla de su omega—. Por favor.
La beta levanto la mirada sorprendida para después asentir con torpeza.
☪️
El líder Min miraba con atención al nuevo líder Kim. TaeHyung había cambiado tanto; su presencia ya no tenía la humildad de antes ni el encanto de un joven con sueños e ilusiones. El viejo Min se dio cuenta de la sed de venganza y sangre en su mirada.
— Hable con algunas manadas, —Min comenzó— solo una está dispuesta a apoyarnos con armamento. El miedo, debo de admitirlo, es mucho. Nadie se atreve a ir en contra del líder Jeon. Tendremos a lo máximo 800 hombres para invadir territorio rebelde.
— ¿Cree que ganaremos con ellos? —TaeHyung lo miro con pereza—. Nadie sabe cómo, pero Jeon ha terminado con más de 10 manadas. Miles y miles de hombres fueron asesinados por ese bastardo.
— Puede que está vez tengamos suerte. —El líder Min le regreso la sonrisa—. Mis hombres están dispuestos a morir si con eso conseguimos la cabeza de Jeon.
— Yo no solamente quiero su cabeza. —TaeHyung alzó la barbilla viéndose imponente—. Quiero su corazón. —Min vio la sonrisa perversa en el líder Kim—. Y ya sé cómo arrancárselo.
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