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Capítulo 1

La vida para un Omega era complicada. Dentro de esas tierras lo era aún más; la mayoría sabía que el buen presagio llegaba cuando un Alfa era dado a luz, todo lo contrario a un Omega.

Las pequeñas tierras de ese lugar mantenían un orden que nadie se atrevía a alterar por miedo a las consecuencias de la Diosa Luna. Toda pequeña manada tenía un Alfa líder considerado como el rey del lugar. Eran Alfas dominantes, lo mejor de su casta, nacidos para estar al frente y tomar las mejores decisiones en su pueblo.

Aunque unos eran más benevolentes que otros.

- Estoy segura de que no hay Omega más hermoso que tú en esta manada. -La madre de JiMin le mostró una gran sonrisa al ver el reflejo de su hijo-. Esperemos la Diosa Luna nos de su bendición y seas el elegido.

- Gracias, madre. -El Omega observo los adornos en su cabeza, la túnica impecablemente blanca y el ligero maquillaje en su rostro. Se veía hermoso; listo para ser ofrecido al gran líder de la manada.

- Todo está listo. -Su padre lo observo unos cuantos segundos antes de desviar la mirada.

JiMin se sintió pequeñito. Su padre tendía a recordar con gestos que no era lo que esperaba; los progenitores que tenían hijos alfas era bien sabido que gozaban de una buena vida, era como traer la abundancia a tu hogar.

Y JiMin no era un Alfa.

- Vamos. -Su madre lo tomo de la mano y lo encamino al punto de reunión. Conforme avanzaban, había más y más omegas, de todo tipo, mujeres, hombres, delgados, bonitos-. Tu padre te ama, JiMin. No olvides eso.

- Te creo, madre. -JiMin se trago el nudo en la garganta y puso la mejor de sus sonrisas.

Con un pequeño abrazo como despedida, JiMin subió a uno de los pequeños carruajes que esperaban en el lugar; el próximo líder estaba buscando un Omega que fuera su consorte y el padre de sus futuros cachorros. Los Omega solteros eran ofrecidos como carne para que él escogiera.

Nadie de ahí lo veía como algo malo, al contrario, todos querían que sus cachorros fueran escogidos; ser el Omega del Alfa líder era mejor que tener un Alfa en el hogar. Podrían disfrutar de estatus, de comida, de un techo enorme y no preocuparse por la cruda vida.

Por eso JiMin se presionaba; no sabía que es lo que haría, pero tenía que ser escogido por el próximo Alfa líder. Por días hizo largas rutinas de belleza; se encerró en su cuarto sin exponerse al sol, se baño con lociones hechas a veces de flores, su cabello era peinado y cuidado por extraños menjurjes que su madre inventaba, evitaba la comida para que su cuerpo no ganara peso. JiMin se había esforzado para lucir más que perfecto.

Estaba desesperado.

Quería no sentirse un estorbo en la vida de sus padres, quería que al verlo pudieran hacerlo con orgullos, quería darles la vida que él les privo al nacer. JiMin sentía que toda la responsabilidad caía en él.

Después de algunas horas, casi al caer el sol, llegaron a una enorme casa, podía notar que en la gran construcción habían mínimo 10 habitaciones grandes y espaciosas, además de los grandes ventanales, similares a los del templo del territorio. El lugar era una broma comparado con su manada lleno de carencias.

JiMin empezó a escuchar susurros emocionados, parloteos en bajo volumen; los Omegas estaban maravillados con el que posiblemente sería su hogar. Park por otro lado, no podía dejar el mal sabor de boca. ¿Cuantas personas podría ayudar con todos estos lujos? ¿Por qué reservarlos solo para ellos?

- Sean bienvenidos. -Un hombre, Beta, los miro a todos sin expresión en su rostro-. En la noche de hoy se conmemora el cumpleaños del próximo alfa líder, como sabrán, también uno de ustedes será escogido por él. Las puertas de su hogar les es abierta; pueden comer, puedan recorrer y pueden observar. Se les dará anuncio cuando la celebración comience.

JiMin observo como los Omegas caminaban ansiosos al interior del gran hogar. Soltó un suspiro armándose de valor.

Sería una muy larga noche.

☪️

JiMin hizo su mejor esfuerzo para evitar los alimentos que estaban en la mesa. Recorrió el lugar en busca de que entretenerse, admirando los grandes árboles que cubrían el lugar, las rosas que estaban en los grandes jardines y escuchando los sonidos de la naturaleza.

La noche cayó más pronto de lo que JiMin quería así que buscando un alivio momentáneo se alejo del lugar adentrándose al bosque. A pesar de la oscuridad y del frío Park no pudo evitar sentirse en su hábitat. Su lobo en su interior meneaba la cola feliz de sentirse libre, de oler otra cosa que no fueran las ligeras feromonas, de tener un gran espacio para correr si así lo quería.

JiMin en algunas ocasiones era bastante consentidor con su lado salvaje.

Y es que, la mayoría de los ancianos de ese lugar reprendían a los jóvenes Omegas si estos buscaban relucir su lado animal; decían que era muy peligroso, que se volvían la tentación para los Alfas de la manada. Los Omegas tenían que hacer tés como inhibidores de olor para no causar catástrofes, por eso muchos de ellos no conocían a sus lobos interiores. JiMin y su lobo interno habían acordado mantenerse en secreto; Park agradecía que su lado salvaje entendiera la situación en la que estaban.

Ya tenía suficiente con ser la desgracia de la familia, no quería agregar una reprenda de los ancianos hacia sus padres por no controlarlo.

El sonido de una rama siendo pisada lo saco de sus pensamientos. Alzó la mirada alerta, buscando al causante. Sus sentidos se agudizaron y fue cuando lo pudo escuchar; la respiración pesada de un animal. JiMin no sabría describirlo, era una inhalación mucho más ruidosa y cuando exhalaba se podía escuchar un pequeño gruñido involuntario.

Sus ojos vagaron por los grandes árboles.

- Diosa Luna... -Su cuerpo se paralizó cuando encontró un par de ojos atentos a sus movimientos. Eran grandes y rojos, dignos de un cazador-. Por favor... -Las súplicas abandonaron sus labios sin poderlo evitar. Su Omega dentro meneo la cola y bajo la cabeza en sumisión desconcertándolo. ¿Qué se suponía que hacía?

Fueron los segundos más largos de su vida. Además de los ojos, JiMin no podía determinar en dónde empezaba su cuerpo ni dónde terminaba, no podía saber que animal era el que lo acechaba. De lo único que estaba seguro eran dos cosas: era de un tamaño inmenso, aterrador y era negro, un negro tan o más oscuro que la noche.

- Por favor, no me hagas daño... -Suplico pensando en arrodillarse y pedir misericordia al salvaje animal pero desistiendo al final pensando en lo difícil que sería correr con las rodillas tocando el piso.

Los ojos del animal lo observaron por un momento más hasta que dio media vuelta y se perdió en la maleza.

JiMin sintió sus piernas temblar, dejándose caer al suelo. Su cuerpo no dejaba de sufrir espasmos de terror. ¿Qué había sido eso? ¿Por qué era tan grande? ¿Sería un oso?

- No deberías estar tan alejado de la manada. -Un hombre alto y atractivo salió de entre los árboles, del lado contrario al que se había ido la bestia- ¿Sucede algo?

El Omega se llevó la mano al corazón. Se había espantado ante la repentina presencia de ese hombre, que a juzgar por su aroma, era un Alfa. Un Alfa; Jimin entro en pánico de nuevo, estaban lo bastante alejados como para que ese tipo le hiciera algo y nadie se diera cuenta.

- No planeo hacerte nada. -Aseguro el chico al ver su rostro lleno de miedo. Le regaló una sonrisa encantadoramente cuadrada, y permaneció en su lugar sin invadir el espacio de Park-. ¿Puedo preguntar qué hacías aquí?

- Yo solo... -JiMin miro de nuevo entre los árboles, dudando si lo que acababa de pasar fue un simple sueño o un juego de su mente-, no era mi intención alejarme de la manada, quería aire fresco y yo...

- Está bien. -El hombre siguió con su sonrisa-. No te alejes de nuevo, puede ser peligroso.

JiMin ignoro la mirada insistente del alfa, se levantó del suelo y se alejo lo suficiente por si este planeaba atacarlo.

- La celebración ya empezó. -Hablo de nuevo el chico-. Todos los Omegas están reunidos, solo faltas tú.

JiMin soltó un pequeño jadeo; no podía arruinar esto y sin embargo estaba aquí en el bosque hablando con ese tipo.

- Diosa, van a matarme. -El Omega se arregló lo mejor que pudo los arreglos de su cabello, trato de limpiar la túnica y con un rostro de circunstancias corrió lo más rápido lejos del bosque.

El alfa en medio de la nada sonrió divertido.

☪️

JiMin se sentía tan inferior en medio de los hermosos omegas que estaban en el lugar. Su túnica aún tenía un poco de polvo, los arreglos de su cabeza insistían en caerse a cada instante, además de que el maquillaje se había arruinado por el sudor. Era un desastre.

Uno de los Betas de la casa les ordenó hacer una gran fila. Todos los Omegas se mantuvieron erguidos, esperando ansiosos por el ver al próximo líder de la manada.

JiMin sentía un gran vacío en su estómago. Ser observado por mucha gente a la espera de ser escogido lo hacía sentir tan incómodo.

- Adelante por favor. -El anfitrión dio un paso atrás dándole paso al líder.

JiMin mantuvo la vista baja, no tenía cara para enfrentar al Alfa. Escucho que los pasos de este eran firmes y sin parar; era como si ya tuviera un objetivo en mente y pasara de todos ahí.

¿Por qué su aroma le resultaba tan familiar?

- Aquí estás. -Escucho frente a él-. Siguen cayendo.

Una mano tomo el clavel atorado en el lado izquierdo de su cabeza para acomodarlo de nuevo. JiMin alzó la mirada encontrando al chico de sonrisa cuadrada de nuevo. Se puso pálido, ¿Él era el próximo líder?

- Usted...

- Kim TaeHyung. -El alfa parecía divertido con la situación-. No pude decirte mi nombre, solo saliste corriendo.

El lugar se llenó de silencio ante las palabras de Kim. Los Omegas se miraban entre ellos, preguntándose que tenía ese chico mal arreglado que ellos no. Algunos observaban con molestia a JiMin.

- ¿Qué? -Park miraba al alfa sin entender.

- Por favor, que continúe la celebración. -TaeHyung no dejo de mirarlo-. A media noche escogeré a mi Omega.

☪️

JiMin era evitado por los Omegas del lugar. Ninguno se acercó a tan siquiera preguntarle su nombre, parecían celosos de la atención que el próximo líder tenía en él.

- Hace un momento estabas aterrado. -TaeHyung se acercó a él asustándolo por la repentina presencia- ¿Viste algo?

-... Estaba muy oscuro. -JiMin evito su mirada-, me da miedo la oscuridad.

Kim sonrió. Todo el tiempo sonreía; sinceramente JiMin no sabía que es lo que le daba tanta gracia. Él no veía lo divertido.

- No es recomendable estar solo en el bosque y sin embargo te vi entrar sin pensarlo -El Alfa lo miro con una ceja arriba-, no parecías tener miedo.

- ¿Estaba vigilando? -JiMin arrugó su nariz en disgusto.

- No puedes culparme. -Kim se encogió de hombros-. Eres el más bonito de los Omegas.

JiMin sintió sus mejillas enrojecer. No estaba acostumbrado a los halagos repentinos.

- Solo quería un poco de paz. Estaba muy nervioso así que no lo pensé -El Omega procedió a mentir-, cuando estuve en el fondo del bosque la razón llegó a mí.

¿Por qué no le decía que había una gran bestia negra en el bosque? Podrían darle caza y evitar que las personas sean devoradas. Pero no le había hecho nada, además no era un animal promedio, quizá solo fueran imaginaciones suyas, o tal vez que los ancianos tenían razón al decir que los Omegas no podían sacar su lado animal sin sufrir terribles consecuencias, en este caso alucinaciones.

- Bueno, como tu futuro Alfa puedo prometerte que te cuidare de la oscuridad. -TaeHyung arregló uno de sus claveles-. Así que mantente cerca.

Antes de que el Omega procesará las palabras del Alfa, este paso a su lado continuando con la celebración. ¿Dijo futuro Alfa? ¿Kim TaeHyung, próximo líder alfa, lo escogería él?

¿Por qué a él?

"Eso es lo de menos, él dijo futuro Alfa" Se dijo antes de sonreír. Lo había logrado, aún no entendía cómo, pero lo eligieron al finalizar la noche.

Su padre por fin lo vería con orgullo, podría compensarlos por la vida carente que habían llevado.

JiMin podía llorar de felicidad ahí mismo. JiMin se sentía el Omega más hermoso de todos.

☪️


TaeHyung observaba como JiMin se llevaba un bocado tras otro a la boca, haciendo muecas de completo gozo; se notaba la hambre que el pobre Omega tenía.

El Alfa no perdió detalle; había algo fascinante en JiMin y no podía decidir que era. Tal vez su belleza única, los pequeños gestos que lo hacen ver jodidamente tierno o esa mirada tímida. JiMin era, como poco, hermoso. No había manera de que TaeHyung ignorara la presencia y las feromonas (apenas perceptibles por seguramente los inhibidores) del Omega. Todo en él lo llamaba, y gracias a ellos, no fue difícil tomar una decisión.

Estaba seguro que Park JiMin ni siquiera era consciente de lo que podía causar en las personas, de su belleza arrasadora.

- Haz que paren la música. -Ordeno al Beta encargado de organizar todo esto-. Daré el anuncio.

Con una leve inclinación, el beta ordeno lo que pido además de juntar a todos los Omegas en el centro. Kim de nuevo dirigió su mirada a JiMin; lo vio masticar más rápido lo que tenia en la boca, mirando a todos lados que nadie se diera cuenta.

Que lindo.

La voz del Beta inundó el lugar, dando las gracias por venir, diciendo más palabras que Kim no pudo escuchar: su lobo estaba inquieto. Agudizo sus sentidos.

Pronto el lugar se vio asaltado por hombres que no eran parte de su manada. Sus hombres se pusieron en defensa al instante pero fue demasiado tarde, en cuestión de minutos fueron sometidos por esos bárbaros.

TaeHyung intento pelear pero se vio rodeado por tres de ellos. Sus espadas apuntaban directamente a su cuello dejándolo inmovilizado. Los Omegas en el lugar fueron sometidos de igual manera, dejando sus cabezas en el piso, arrodillados, temblando y sollozando.

Pisadas pesadas irrumpieron en el salón, los hombres que asaltaron el lugar de inmediato mostraron su respeto bajando la cabeza, pero jamás las armas.

- Mi señor. -Un Alfa alto, de cabellos cortos negros y unos apenas visibles hoyuelos llego hasta el hombre e hizo una pequeña inclinación por respeto-, los tenemos.

Kim apretó los puños llenos de rabia; ese maldito estaba en sus tierras, irrumpiendo en su casa, amenazando a su manada.

- ¿Me echabas de menos? -Un hombre guapo, alto, de cabellos largos y rebeldes enfundado en una armadura con piel en sus hombros le mostró una sonrisa cínica.

Jodido Jeon JungKook.

- Eres un miserable. -TaeHyung hizo el ademán de desenfundar la espalda, pero las que estaban en su cuello se acercaron más a él- ¿Qué tan bajo has caído para amenazar mi morada?

- Tengo asuntos pendientes con tu padre. Además... -Jeon miro el lugar, encontrando rápidamente a un precioso Omega sollozante en el suelo-, tienes algo que me pertenece.

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