❌12🚫
Esos días, JiMin no había asistido a la universidad. La mayoría supuso que YoonGi castigó a su sumiso, prohibiendole ir de nuevo. En la sociedad era normal que los sumisos dejaran de presentarse por orden de su dominante, YoonGi habló con la rectoría para avisar que JiMin ya no asistiría, de lo contrario su esposo sufriría un castigo lleno de golpes y humillaciones que deseaba evitar a toda costa. Eso era lo que vivía haciendo desde que se casaron, de la manera más ingeniosa y discreta posible...
JiMin se encerró de tal forma que YoonGi ni siquiera sabía como acercarse. Tenía miedo de que JiMin lo odiara por alguna razón...
Está en la sala, pensando, quizás hizo algo malo, quizás JiMin sintió que se aprovechó de él en algun momento, talvez se sintió forzado a corresponder un abrazo o un beso. Llama a su madre preocupado...
YoonGi ya no sabe que mas hacer, la mujer le dice que sea paciente y busque a JiMin para hablar, y que puedan emtenderse. Para JiMin ha sido dificil adaptarse a una nueva forma de vida, más de lo que le costó a ella.
El mayor va hasta la habitación y lo mira en la cama, llorando y eso le hace sentir el peor marido del mundo. Cuando se casó con JiMin, se prometió así mismo no hacerlo llorar y darle la mejor vida que pudiera darle en base a todas las posibilidades que tuvieran. YoonGi tenía un trabajo en una oficina cómo asistente pasante, le daban lo justo para cubrir los gastos del apartamento, renta, luz, agua, comida y universidad, de hecho, aun en contra de todo, su padre le dejaba un poco de dinero para alguna emergencia, YoonGi se las arreglaba, por sí en algun momento tuvieran que escapar, sabe que ningun país recibiría refugiados, pero YoonGi estaba seguro de que vivir de errante era mejor que permitir que JiMin sufriera... tenía conocimientos de que había un grupo que estaba oculto del régimen, era un rumor que llegó gracias a HoSeok, un amigo del trabajo, que al igual que él, creían en un mundo diferente...
Ver a JiMin en ese estado tan vulnerable, le hizo sentir pésimo, e incluso creyó que alguien le había hecho daño, aunque él siempre trataba de estar alerta a cualquier acción sospechosa. La idea de escapar no se iba de su cabeza, pero no sabía si JiMin podría con eso... al menos no en ese instante...
Se acercó y se sentó en la cama, JiMin tembló y le miró de reojo, sus ojos dolían de tanto llorar, y se sentía débil y cansado, esos días encerrados esperaba que YoonGi hiciera algo, regañarlo o agredirlo por no hacer las cosas a tiempo, apenas y tenía fuerza para mantenerse despierto. Pero el mayor, ni siquiera dijo palabra alguna, imcluso le llevó de comer, le dejó un vaso de agua al lado de la cama, le colocó sabanas la noche dónde hubo una helada, y ni siquiera había tocado su cuerpo... hasta ese momento...
YoonGi toma su mano encima de la sabana y le mira, esos momentos donde sus miradas se conectan parecen detener el paso del tiempo a su alrededor.
JiMin no sabe que hacer, y mira al mayor, esperando alguna reacción agresiva de su parte. Pero nada...
- JiMin...- YoonGi habla con voz suave, una voz tranquila- ¿Qué sucede? Llevas días en la cama, yo no sé que pasó, dejaste la universidad y tuve que presentar la carta dónde te negaba el derecho de ir...- explica preocupado- De lo contrario hubieran venido a castigarte... y no podía permitir eso...
JiMin ni siquiera había pensado en la universidad. Pero al caer en cuenta, sabe que YoonGi tiene razón, ya no podrá asistir, ningun sumiso que deserta puede volver, porque es una rebelión en contra del dominante a su cargo incluso contra la autoridad, el castigo es cruel y humillante, el director de la universidad puede proponer acostarse con el sumiso las veces necesarias para permitirle volver, hasta que se gradue... soportar violación tras violación, porque nunca será sí el sumiso puede, el director dominante o alguien de la autoridad podrá abusar en frente de todos los demás estudiantes cómo un ejemplo para los demás sumisos, no se le pedirá permiso, solo se le tirará al suelo o se le contraminará contra la pared más cercana y lo harán a la fuerza, con el objetivo de sangrarlo y recordarle su error...
JiMin se levanta y YoonGi lo observa sin decir nada.
Pero antes de salir de la habitación, el menor llora de nuevo...
- JiMinnie...- YoonGi intenta acercarse y el mencionado lo encara.
- ¿Por qué?- pregunta con dolor, YoonGi no entiende a que se refiere y le mira confundido.
- ¿Por qué qué?- pregunta y se acerca un paso, JiMin lo mira entre sus manos, ya que éstas cubren parte de su hermoso rostro. El memor limpia bruscamente su nariz, y sus lágrimas...
- En la universidad... tu no me demuestras que me amas...- le reprocha- Nunca me has golpeado... no lo entiendo, ese día yo... yo escuché que no dejaste que abusaran de mí... y no lo entiendo... ellos han dicho que me desprecias, que no soy bueno, que buscas la oportunidad de deshacerte de mi...- JiMin reclama porque ya está en el límite de sus emociones. Ya no soporta lo que le ha estado ahogando, quisiera gritarlo pero su voz está demasiado débil. Ni siquiera eso le haría ganarse un poco del amor de YoonGi, porque para JiMin, YoonGi ni siquiera está interesado en lastimarlo.
YoonGi se queda en silencio unos breves minutos, que parecen una eternidad.
- JiMin...
-¿Por qué no me golpeas?- pregunta JiMin mirandolo, llorando desconsolado, sintiendose humillado y despreciado. A YoonGi le duele el dolor en los ojos que tanto ama. Porque se ha enamorado de esos ojos que dicen mucho más que los labios del menor, porque se ha enamorado de esa timidez, está enamorado de la forma de ser de JiMin, esa que solo demuestra cuando cree que no le presta atención.
- Porque el amor no se demuestra así...- dice seguro- El amor no se da a base de golpes...- el pelinegro se acerca lentamente, cortando la distancia entre ellos, rodeandolo con sus brazos, dandole lo que la mayoría desconoce... un abrazo... dejando que el ambiente pierda esa tensión.
- ¿Me amas?- pregunta tembloroso, tiene miedo. Mucho miedo, pero ya ni sabe a que le tiene miedo...
- Te amo tanto, que lo último que haría sería lastimarte con mis manos...- responde el pelinegro con seguridad, besandolo con cariño y acariciando su mejilla, dejandolo descansar de esa tortura emocional que se impuso él solo.- Te amo, JiMin, juré amarte, y amor para mí es protegerte de este mundo... que no entiende esta forma de amor...
Y JiMin entendió, el amor, no significaba golpes...
Que la sociedad estaba equivocada, y que eso no era lo correcto...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro