"¿Por qué era así? ¿Por qué no podía ser mejor para ella?"

Axel.

Diciembre había llegado y con la misma la distancia entre ellos también. Hacía dos días que Axel había vuelto a hacer un gilipollas con ella y Ariel se alejó de Axel tras lo sucedido, no quería hacer eso pero necesitaba estar tranquila unos días, estar sola consigo misma.

Ella estaba en su cuarto, sola y dando vueltas en su habitación desordenada. No dejaba de pensar en todo lo que había pasado con Axel y del porqué estaba tan enamorada de él. Empezaba a preguntarse si merecía la pena tener una relación, de si el sufrimiento conllevaba a eso y la hacía sentir peor.

Pero lo cierto, aunque ella no lo supiera, Axel era el menor de sus problemas.

Ella ya llevaba dos meses sufriendo dolores extraños en el pecho, levantándose por las noches sudorosa y no porque estuviese agitada. Algo pasaba en su organismo y eso se empezaba a notar. Pero el estrés y la ansiedad de idas y venidas con Axel, eso la hizo empeorar más rápido y ella no le dio importancia a los síntomas.

Por eso, esa misma noche en su cuarto, sintió mareos, como su cuarto se movía frente a ella y se desplomó, cayendo al suelo al instante. Su abuela en ese momento estaba viendo la televisión desde la planta de abajo, no la oía y Ariel estuvo desmayada en el suelo varios minutos, hasta que despertó y con miedo, ocultó lo que le había ocurrido a su abuela... Y lo escondió a todo el mundo.