†C A P I T U L O     V E I N T I C U A T R O†
†Septiembre 23†
†Primera hora de la mañana†

Me coloco los lentes de sol, es la primera vez que los uso. Fue idea de Thao, dice que me da un toque más rebelde. Esta última semana solo hemos sido mi chica, su insoportable hermano menor y yo.

Telma y Brendan decidieron escapar por una semana entera. Dije que iba a patearle el trasero cuando apenas lo viera hoy.

También es el último día de clases y por ello decidí honrarlos con mi presencia ya que no veré sus asquerosas caras por unas largas semanas, como amo las vacaciones.

—¿Estás listo cuñado? —pregunta muy sonriente.

Enarco mis cejas, y él tose nerviosamente.

—Estoy listo —digo tomando de la mano a Bonnie quién también llevaba unas gafas oscuras.

Al entrar a la facultad la mayoría disimulaban sus miradas otros murmuraban bajamente.

—Me siento como en una película de chicos malos —bromea Thao.

Disfruto cada paso, estoy disfrutando sus caras de asombro. ¿Qué miran? ¿Es entretenido? ¡Welcome to my evil game!

Espero no haberme perdido de nada, estas últimas semanas Angst ha estado de escalofríos.

No voy a negar que últimamente la moneda me está dando otra cara de hecho el miedo es quien se apodera de mi mente, y me hace preguntar, ¿es una emboscada o al final encontré la paz? El vacío sigue, algo falta, algo por contar o algo por hallar.

Cuando tienes un corazón blando eres tan frágil ante cualquier cosa, tan vulnerable y desolado. Al parecer te vuelves el objetivo principal del dolor y más nunca puedes volver a salir de ese agujero negro al que llamamos tristeza.

Soy el primero en quedarme así que hasta aquí me ha llegado la alfombra roja por los momentos.

Jalo de las a caderas a Bonnie y estampo mis labios a los de ella en un beso que juro no quiero despegarme.

Una tosesita incómoda me recuerda que no estamos solo y que además estamos frente a un salón de clases.

—Sigo aquí por si lo han olvidado.

La pelirroja arrastra a su hermano y se pierden por el pasillo rumbo a sus respectivos lugares de clases.

Ahora sí, a la mierda de clases.

Aunque todos me miran confundidos nadie dice nada al verme entrar.

A joder todos, he regresado.

Las horas en el reloj transcurren lentas y fatigosas, al terminar clases guardo mis cosas en la mochila soltando un suspiro lleno de fastidio. Unos chicos me rodean, levanto mi mirada y noto que es Rocco y su pandilla de mal gusto.

Muerdo mi mejilla izquierda y los ignoro, tomo mi mochila listo para marcharme pero el idiota se atraviesa en mi camino.

—Hoy no se me antoja partir tu cara, imbécil —escupo.

Todos ríen como payasos. Les dedico una mirada agria por lo que se ven obligados a dejar de hacerlo.

—Lo mismo digo —suelta.

Me encojo de hombros decidido a salir de ahí pero nuevamente se me atraviesa en el camino.

—¿Qué quieres entonces?

—Nos estamos entendiendo, quizás y terminamos siendo buenos amigos y toda la cosa.

Lo sujeto por el cuello de su camiseta.

—Jamás en tu maldita vida —digo entre dientes.

Se deshace de mi agarre y suelta una tos. Estaba a punto de cruzar la puerta cuando uno de ellos dice.

—Te interesa saber quién es en realidad tu novia la pelirroja.

Me giro echo una furia.

—Mas te vale que lo que tengas que decir de Bonnie sea cierto o te partiré toda tu asquerosa cara. Así que habla ahora -exijo.

Rocco toma una silla y se sienta como si nada le preocupara, no debería de sentirse tan seguro. Saca de su mochila un sobre amarillo y lo extiende hacia mi, aunque dudo lo tomo aún un poco dudoso.

—¿Las conocés?

Quedo atónito ante aquella foto, no puedo creerlo. ¿Qué estás ocultando, Bonnie?

†

Después de la conversación con Rocco salí rumbo al cafetín en busca de los demás chicos. No sé si deba contárselo a Brendan, pero ahora sí mis sospechas sobre esos tres hermanos están muy claras.

Desvío mis pasos por el pasillo (T) de la facultad, necesito calmar mi odio. No entiendo cómo pude ser tan estúpido.

Simplemente ya no puedo confiar en nadie.

Al final de cuentas toda felicidad demanda de un sacrificio. Caí en el altar de sus malditas mentirás, me mostré vulnerable como nunca antes y ella solo afilo su cuchillo, lo clavó en mi espalda mientras se burlaba de mi.

—Regan, espera necesitamos hablar —grita la profesora de biología.

Oh no, no es el momento para aguantarme a esta loca.

—No tengo nada que hablar contigo.

—Es sobre tus notas, para éste cierre de curso seré yo la encargada de todo y bueno tu eres uno de los jóvenes con mejores nota.

La miro incrédulo, pero no sé equivocaba en lo último. Siempre mantuve mis notas en un cuadro honorífico, al menos eso en mi vida siempre ha ido bien.

—Te escucho entonces —digo.

—Vayamos al salón de maestros.

Lo pienso por un momento pero a pesar de ello decido seguirla.

Estando en el salón otros estudiantes hablaban sin parar de lo emocionados que estaban y la verdad a mí me daba igual.

La reunión termina y por fin porque ya me estaba volviendo loco.

—Regan, no te vayas.

Respiro profundo y trato de mantener la calma.

—Tengo cosas por hacer.

—¿Has pensado las cosas? —pregunta y sé a qué se refiere exactamente.

—No tengo nada más que pensar —suelto indiferente.

Ella se acerca lentamente a mí, yo por mi parte permanezco inexpresivo. No me interesa en absoluto. Se acerca aún más acariciando mi miembro por encima de mis pantalones.

Imágenes de la pelirroja se vienen a mi mente y me siento enfermo de ira.

De un impulso la cargo y ella enreda sus pies en mí, de un golpe la siento sobre el escritorio. Intenta besarme pero la esquivo de inmediato.

—Haras lo que yo diga —ordeno.

Asiente y me dedica una mirada de lujuria pero yo solo puedo sentir desprecio.

Desabotono su blusa y empiezo a lamer sus senos hasta bajar al ombligo y me encuentro nuevamente pensando en mi chica, en la chica que me ha estado engañando como a un tonto.

Acaricio sus muslos mirándola fijamente, presiono fuertemente mis manos en ellos. Lo único que quiero es que gima del dolor, del maldito dolor.

Cada vez presionaba más fuerte hasta el punto de ver lágrimas correr por su rostro y morder sus labios para aguantar el dolor.

—Hazme tuya —susurra.

Presiono más duro, tanto que su cuerpo tembló del dolor.

—Nunca serás como ella, ni tú ni nadie. Aléjate de mí.

Con eso salgo a toda velocidad del salón, no quiero mirarla ni un segundo más.

Llegó al cafetín y por primera vez nadie se voltea a verme. Brendan sonríe al verme entrar, Telma y Thao hacen lo mismo excepto Bonnie que no me mira.

—Te buscamos por todos lados y no te encontramos, bueno Bonnie sí.

Recuerdo lo de hace un momento y ahora sí comprendo su distancia. Me quedo en silencio por unos minutos pero como siempre mi amigo se convierte en mi salvador en momentos como estos.

—Tambien nos ha contado que ya es oficial su relación —dice con picardía.

Tomo asiento a su lado tan pegado a ella que su cuerpo salta de incomodidad.

—Así es... —quise decir algo más pero creo que no es el momento.

Bueno eso creí.

—¿Cómo te ha ido con la profesora? —pregunta con evidente sorna.

Se levanta y más atrás la sigue Telma con cara de no entender nada. Pero no, ella no debería reclamarme algo cuando ha sido ella quién me ha mentido primero.

La seguí hasta el pasillo (N) y la estampe contra la pared sujetándola por su cuello fuertemente.

—¿Desde cuándo te reúnes con mi tía?

Sus ojos se abren en grande. Casi igual que los mío cuando vi la foto de Corey y Bonnie saliendo de un restaurante.

—Suéltala Regan, la estás lastimando —me pide Telma.

La ignoro.

—¡¿Dime desde cuándo?! —grito.

Brendan me empuja y Bonnie cae al suelo tosiendo intentando recuperar el aire.

—¡Estás jodidamente loco! —exclama y mi mirada cae en él.

Saco el sobre de mi mochila y se lo tiro en la cara. Él lo abre si entender; al ver la foto se gira hacia ella con una gran interrogativa en su cara.

—¿Cómo pudiste hacerme ésto? Ya no puedo confiar en tí.

Intenta hablar pero se ahoga en llanto.

—Y no me folle a la maldita profesora porque solo veia tú rostro, el rostro de una narradora mentirosa que me hizo caer en su juego de mentiras.

Salí de la facultad echando chispas he insolencias a cada paso.

†
†Por la noche†

Despierto en medio de la oscuridad envuelto en el olor a alcohol, por un momento no sé dónde estoy pero recuerdo lo sucedido hoy.

Bonnie no ha parado de llamarme al celular y Brendan ni se diga. Sabía que iban a ir a buscarme a casa, por ello e rentado una habitación en una de las posadas del pueblo por unos días.

Estaba tan alto pero ahora estoy tan bajo, es como si todo hubiera sido un sueño. Mi oscuridad y soledad cada vez se hacen más grande, cada vez me hundo más en ella.

Le permití que me hiciera daño y eso es lo que ha hecho, terminó de rasgar mis pedazos. Todo sería más fácil de asimilar sino la quisiese, pero la sensación de que siempre supo donde estuvo mi tía Corey me hizo sentirme manipulado, herido.

Si pudiese borrar de inmediato todo esté sentimiento.

Aunque me cueste admitir ella para mí es como la ecuación de Schrödinger. Las partículas representan la estructura de todo, al multiplicarlo por el tiempo, es una función de onda completa. Al igual el tiempo que pasaba con ella me hacía sentir completo.

Ella se convirtió en la estructura de mi todo.

###

¿Qué tal este capítulo? Espero les haya gustado no olviden votar y comentar.

Los quiero 🖤

Anne Fernández.