†A N G S T†

†C A P I T U L O  U N O†

†NARRADOR EQUISCIENTE†

†Agosto 28†

«Podría decirse que las noches nunca serán tan oscuras como mis ojos y tan rojas como la sangre que emana de su cuerpo sin vida».

Caminaba de un lado a otro, lucia completamente aturdido, apretaba sus puños de manera fuerte, sus nudillos pálidos indicaban la fuerza que ejercía para controlarse y no salirse de control, tanto que en sus largos y pálidos brazos se reflejaban sus venas.

Eso solo significaba una cosa; era la hora de devorar su presa.

—Me siento como el puto amo —aseguraba—. No, no,corrijo soy el  puto amo. Nada ni nadie podrá detenerme, no podrán.

Disfrutaba  ver morir a cada una de sus víctimas, tenía un gusto exquisito pero siempre se encargaba de que cada una de ellas tuviera un pasado turbio antes no contado. Ver como sus cuerpos iban quedando sin ningún signo de vida, escuchar sus súplicas y sus quejidos producían en él una gran satisfacción.

Y lo demostraba cada vez, con las diferentes y atroces maneras que tenía de deshacerse de cada una de sus víctimas.

Cada semana salía en busca de una nueva víctima y aunque no tiene ninguna preferencia por hombre o mujer, suele disfrutar llevarse casi siempre una chica con él. Asesinar para él es su propio vicio. Lo que ellas no se esperan es que desde el momento en que se acercan al mal, están escribiendo su propia historia de muerte.

Nadie podrá escaparse de las garras del lobo feroz.

—Sumisas, doblegadas y suplicantes ante mis pies. Piensan que estoy jugando pero no.

Hablaba caminando de un lado a otro en ese oscuro sitio dónde se escondían sus secretos más recónditos. Dónde arma sus planes sangrientos unos tras otros.

Él  no es un juego.

Él no es irreal.

Él te observa desde las sombras.

Él conoce cada uno de tus secretos.

Él es el mal.

Y está de regreso.

Cuando se dan cuenta de que solo son la presa del cazador es dónde empieza la verdadera diversión para él.

Ninguna chica puede negarse a sus encantos, eso solo provoca que su deseo de asesinar aumente mucho más. Él no las obliga, es lo suficientemente astuto para no hacerlo.

—Muy bonita, bastante exótica diría —mirándola de pies a cabeza, decidiendo que acción quería tomar.

Manejaba cierta obsesión con cortar los dedos de las manos de sus víctimas, era su propia huella, es su propia marca.

—Me excita el solo pensarlo, pero... ¿Y sí en vez de eso, saco sus ojos de su órbita? Son de un tono castaño muy llamativos será una pena muy grande.

Hacia una mueca de fingida tristeza.

—Ya corte toda su cabellera negra, me divertí mucho haciéndolo. ¿Ahora qué sigue?

Cuando la vio entrar por aquella puerta la chica lo deslumbró por completo, algo que usualmente no sucedía. ¿Pero qué pasaría?

—Debe morir —susurró—. Es debilidad y todo lo que me hace débil debe ser eliminado.

Ninguna antes se había resistido tanto en caer bajo sus encantos, al principio la tuvo muy difícil negándose a cada una de sus invitaciones pero al final terminó por aceptar.

Grave error el que ella cometía.

Ella creía que el lobo feroz no estaba al tanto de sus amoríos clandestinos cada semana por dinero. Así que decidió jugarse su última pieza, ofrecerle dinero y vaya que cayó redondita ante su propuesta.

—Nadie me dice que no pequeña, eso solo aumenta mis malditas ganas de asesinarte y jugar con cada parte de tí —espetó lanzando un cuchillo a la puerta.

Gozaba de una excelente puntería.

Ella no paraba de llorar y eso lo ponía al borde del desespero.

—¡Cállate, cállate! o juro que te mataré sin compasión alguna.

Angst es un pueblo en medio de la nada que ha quedado en el olvido, pero que siempre oculta sus más graves delitos por el todo de mantenerse como un pueblo ejemplar.

Es hoy, y nadie podrá detenerlo. Una vez que empiece su juego no tendrá ningún final. Empezará a correr sangre por sus calles y nadie podrá detener su furia.

—¿Qué haré contigo cosita? Lindas piernas, muy linda figura y esos ojos que me deslumbraron.

Es una lastima.

—Tranquila te pagaré el dinero por tu servicio.

Amarrada a la silla de castigo, su boca estaba cubierta para evitar sus gritos más sin embargo, no paraba de llorar.

—¡Estúpida!

Llevaba una falda corta negra y una blusa que traía un escote muy pronunciado en sus senos voluptuosos. Ahora su cuerpo está al descubierto sin ninguna tela que oculte de el.

—¿Sabés? Quiero jugar un ratico contigo —deslizo otro de sus cuchillos por sus piernas.

Recorrió todo su cuerpo oliendo cada parte de éste.

—¡Que rico! huele a muerte.

Empezó a forzar los amarres para liberarse, pero sin encontrar resultados algunos. Paso su lengua entre sus dos senos.

—Deliciosa como la muerte.

Bajó por su abdomen hasta llegar a su entre pierna, deslizó nuevamente su lengua por ella y chupo con fuerza dejando un moretón muy pronunciado en su piel.

Clavó el cuchillo en su pierna izquierda y soltó una gran carcajada al verla como se estremecía al sentir el frio del cuchillo.

—¡Maravilloso!

El dolor de otros provocaba en él, algo que ni el mismo podía explicar.

Soltó una carcajada al verla llorar. Introdujo sus dedos en la parte femenina para  provocarle, subió su mi mirada y se enfureció al ver que ésta estaba con su vista hacia otro lugar.

—¡MÍRAME! —gritó dándole una fuerte bofetada que hizo que sangrara por la nariz.

Se inclinó nuevamente y está vez desato sus piernas y las abrió para dejar a la vista su feminidad. Esta vez introdujo dos de sus dedos y empezó a moverlos de manera rápida.

—Su humedad abunda y está lista para mí, está lista para morir.

Una sonrisa oscura se dibujaba en su maquiavélico rostro, se levantó y liberó su boca. De inmediato empezó a soltar insultos y maldiciones en contra de él pero eso solo aumentaría sus ganas de hacerla sufrir.

—Creo que hoy practicaré mi puntería. ¿Qué te parece?

En sus ojos el terror se reflejaba en magnitud.

—¿Lento o rápido?

La miraba fijamente.

—Rápido, no soporto escucharte —gruñó.

Lanzó uno de esos cuchillos filosos que el mismo se deleitaba en fabricar, cayó justo entre sus dos ojos y lanzó otro cayendo  justo entre su cejo, dándole así una muerte inmediata.

—Que débil.

La sangre corrió por su boca y sus ojos estaban abiertos.

Pero no era el fin.

Al menos para él, no.

Aún no ha terminado.

—No,no, no me mires no quiero que lo hagas —obligando a  cerrar sus ojos.

Un cuchillo más atraviesa su pecho, bajo desde ahi hasta llegar a su abdomen, la sangre salpicó su rostro. Paso su lengua por el labio inferior de su boca saboreando cada gota de ella.

Esto solo es el comienzo y tal vez no llegue su fin.

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¡Holaaa! Estaba ansiosa por traerles el primer capítulo de #MALICIOUS.

¿Qué les pareció este primer capítulo? Ya sé que está un poco corto pero no se me impacienten que esto solo empieza.

Los quiero.

Vayan a leer el otro capítulo.

Besos malévolos 🖤

Anne Fernández