†C A P I T U L O   T R E S†

Fuego.

Gritos...

Miedo.

Alguien.

Alguien me observa.

...

Mi pecho sube y baja, el sudor corre por mi cuerpo. Tomo el baso de la mesilla y me bebo el agua de un solo sorbo.

Mi mente siempre busca la manera de mostrarme una y otra vez, el mismo flashback. Termina desequilibrándome por completo, haciéndome sentir tan vulnerable pero a la misma vez culpable. Todo este tiempo me lo e reservado para mí, más sabiendo aún que todo apunta directamente a que yo soy el culpable. Todo gira en torno a un atroz crimen del cuál me señalan como el responsable pero así de sencillas, no recuerdo una jodida mierda.

Llevo mis manos a la cabeza, la sacudo restregando mis ojos. Es como si hubiera recordado algo que olvidé, algo importante y es la misma sensación una y miles de veces. Quizás si es un recuerdo, tal vez no, ¿pero qué me asegura que no estoy equivocado?

Siempre es lo mismo una y otra vez.

Por más que intento recordar algo más, no puedo hacerlo, mi mente se queda atascada ante aquella imagen oscura y desgarradora a la misma vez.

Según las autoridades fui yo quien inició el incendio y que aquélla noche no había nadie más que mi familia; de la cuál no recuerdo nada en absoluto, ni siquiera el eco de sus voces.

Pero... todo me indica que había alguien conmigo esa noche, ¿y si no? Solo puedo recordar sus gritos de terror, ¿cómo salí de ahí?

Son tantas las interrogantes que tengo ansiosas por conocer la verdad.

Niego y dejo salir un suspiro.

Esto tiene que ser solo un juego de mi cabeza.

Me tumbo en la cama dando vueltas tratando de descifrar y de encontrar respuestas, pero no puedo. Mi mente está bloqueada, siento que lo hace aún más cuando trato de encontrar algo que me pueda ayudar a resolver el enigma en el que se encuentra envuelta mi vida.

Cierro mis ojos y los presiono fuerte, niego un par de veces con mi cabeza y a la final optó por levantarme de la cama.

Creo que no podré volver a dormir está noche.

Me coloco una sudadera y mis tenis, salgo de mi habitación sin hacer ruido, lo menos que quiero es despertar a estas horas a mi tía. A veces salir a caminar me ayuda a calmar el desorden que llevo en mi mente.

Es de madrugada, el frío me hace estremecer, cubro mis manos en los bolsillos de la sudadera y camino por el pequeño y solitario sendero que está junto a casa. Doblo a la izquierda, camino que me lleva al cafetín del pueblo pero algo hace que me paralice.

¿Un auto? ¿A estas horas?

Me quedo perplejo en el mismo lugar por unos minutos sin entender. Normalmente en Angst nadie suele transitar a estás horas, aunque siempre ha sido un pueblo tranquilo. Nadie se atreve a hacerlo, al menos no, en esta zona tan solitaria.

Vuelvo a casa y suelto una insolencia al entrar. Escucho la puerta de la habitación de la tía Corey abrirse y subo las escaleras a toda velocidad para que no pueda verme. Cierro con cuidado, quito mis tenis y me meto en la cama cubriéndome por completo.

...

La puerta de mi habitación suelta un pequeño chillido y se que está ahí observándome.

Unos minutos después escucho cerrar la puerta con el mismo cuidado de hace un momento.

Muerdo mi labio inferior hasta saborear la sangre de ellos.

Dejo salir un suspiro y me pongo boca arriba con la mirada fija en el techo.

Odio está vida.

{†††}

†Septiembre 2†

Le doy una mordida al sàndwich y mastico con pereza. Mi cabello negro cae por mi cien y se me hace tan molesta la mirada de una chica que no para de observarme. Hago mi mayor empeño de ignorarla para evitar comportarme como un idiota grosero.

—Uy, ¿te has caído de la cama, hermano?

Ignoro su sarcasmo y le dedico una mala mirada.

—Ya, hombre. Tú siempre de mal humor, ¿ahora qué te trae así?

Me encojo de hombros.

—Lo de siempre.

—Ocupándote tanto en recordar tu pasado, te está convirtiendo en un tipo muy amargado, siempre llevas cara de perro.

Suelto un bufido.

—Tampoco voy a andar por ahí fingiendo ser algo que no soy.

—Mira que amigo tan imbécil eres. Debes salir más a divertirte, has a un lado esa negatividad que te traes siempre.

Niego.

—Estoy bien así.

—No seas mentiroso —me arrebata el último trozo de sandwich. —Sal a divertirte, esta noche paso por tí a las ocho. Iremos a una fiesta de fraternidad y ni pienses en decirme que no, porque no lo aceptaré.

—Pero...

—Nada, nos vemos ahora.

Se levanta y se marcha.

Brendan a veces se torna algo bastante intenso, ni de coña iré a esa fiesta. Pierde su tiempo.

Además tengo que estudiar, estoy mejor en mi habitación.

—Hola —me saluda una voz chillona de chica.

Ruedo mis ojos.

—Hola.

La miro fijamente para incomodarla y lo logro pero aún así sigue de pie frente a mí.

—¿Puedo hablar contigo?

¿Y qué estás haciendo, entonces?

—Ya lo haces, ¿no?

Ella suelta una tos apenada.

—Mucho gusto, soy Karla, ¿tú cómo te llamás?

—Regan —respondo cortante.

Repica nerviosa sus dedos en la mesa, frunzo mi ceño y me levanto de mi lugar.

—Debo irme, tengo clases. Nos vemos luego... —olvidé su nombre pero ella me lo recuerda.

—Karla.

—Bueno eso.

Me marcho lo más veloz que puedo, hoy precisamente no está siendo uno de mis días favoritos. Cruzó el pasillo que me lleva al patio trasero de la facultad pero me devuelvo al ver que la profesora de biología estaba de espaldas hablando con un estudiante.

Lo que me faltaba.

Desvío mi camino, y termino tropezando con la fastidiosa de Telma.

¡Maldición!

—Hola Regan —aprieta mis mejillas.

Como odio que hagan eso.

—Telma, tiempo sin verte. Creí que se me haría el milagro de no ver más tú insoportable cara.

Suelta una carcajada.

—Yo creí lo mismo, pero por desgracia eres el mejor amigo de mi Bam-bam.

Lucho por mantener mi paciencia.

—Tú Bam-Bam, no sé qué mierda se hizo. Cómo ves, no está conmigo.

Me marcho dejándola con la palabra en la boca. Es insoportable está chica.

Quiero llegar a casa y despejar mi mente por completo. Salgo de la facultad, de camino me encuentro con una venta de periódico. En la primera plana salía una foto de la chica de hace unos días, esa que había alborotado al pueblo con su muerte.

Llama mi atención leer lo que se decía de ella, según los testimonios de su familia y amigos era una buena chica —es lo que dice todo el mundo cuando alguien muere—. Al parecer todo a punta a qué fue un crimen pasional según los periódicos.

Noto el color castaño de sus ojos y hago una mueca de pesar al recordar la manera en la que hallaron su cuerpo.

Tenía lindos ojos.

Pobre de ella.

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Besos malévolos 🖤