†C A P I T U L O    O C H O†

†Septiembre 7†
†Primera hora de la mañana†

El reloj suena y estaba ansioso por salir de clases y aún mucho más si me voy a conseguir con la puta cara de Rocco. Entro a la cafetería, mi vista se fija directamente en él, está justo dándome su maldita espalda.

Se que Brendan me está mirando sin entender un carajo y puedo oír el murmurar de la gente. Me importa un reverendo carajo lo que piensen, váyanse todos a la mierda.

Lo volteo bruscamente y dejo caer un puñetazo en su cara provocando que este caiga de su silla. Nadie se atreve a intervenir, se que tienen miedo de mí.

—La próxima vez dile a las autoridades que la puta de tu novia le gusta revolcarse con cuánto tipo se le atraviesa.

Él se levanta y intenta devolverme el golpe pero soy más rápido que él y detengo su mano siendo yo quién le propina de nuevo otro puñetazo.

—Quizás esté revolcándose en la cama de otro mientras se burla de tu asquerosa cara.

—¡Basta, Regan! —me detiene Brendan.

Le doy una patada a la silla y empujo a Brendan para salir de la cafetería. Se que viene detrás de mí, puedo oír sus pasos seguirme.

Estrello mi mochila contra el césped y suelto numerosas insolencias, quiero golpear todo lo que se atraviese por mi jodido camino. Mi amigo me observa en silencio con sus ojos bien en grande, se que a veces hasta él mismo teme de mis arranques de ira.

Tomo asiento a su lado y mi pecho sube y baja, un calor recorré mi cuerpo a consecuencia de la propia rabia que me invade.

Brendan me observa y se que está esperando el justo momento para preguntar. Pero decido ser yo quien tome la iniciativa.

—Ayer... —digo y me detengo brevemente—, las autoridades fueron a buscarme.—revelo omitiendo la parte en la que encontré a mi tía ebria y golpeada—. Rocco sugirió que me investigarán por la desaparición de su novia, él asume que yo tengo que ver con ello y me acusó directamente.

Se levanta y me mira fijamente.

—¡¿Qué?! ¿Cómo qué desapareció?

—Como lo escuchaste.

Niega y vuelve sentarse junto a mí.

—Pero...

Lo interrumpo.

—Asumen que estoy involucrado debido a que estuve con ella días antes de su desaparición. Ella terminó con el idiota, así que él asumió que yo era el responsable.

Rodea mis hombros con un apretón y me dedica una breve mirada.

—Solo esperemos que no le suceda nada a esa chica, por ahora volvamos al cafetín. 

Asiento.

Caminamos juntos, casi que sincronizados al andar, al entrar todos nos observaban de reojo. No había señal de Rocco y su pandilla en el lugar.

Sueno mis dedos y tomo asiento, luego de unos minutos de silencio noto la presencia de Bonnie junto a mí. Estaba tan distraído que no la había notado, pero últimamente está chica está más cerca de lo que debe.

—Buen puñetazo —comenta estirando su mano en un pequeño puño hacia mí.

Ilusa, ¿qué le hace pensar que chocaré mi mano con la de ella?

Ruedo mis ojos y la ignoro por completo.

—A que sí, mi amigo es muy bueno cuando de golpes se trata —remarcó Brendan para aligerar el ambiente.

Thao deja salir una pequeña tos y pregunta:

—¿Por qué le partiste la cara a ese idiota?

Lo miro fijamente, es curioso que el más callado de estos hermanos insoportables ahora le de por preguntar en momentos incómodos.

—Me culpa de la desaparición de su novia —suelto de mala gana.

Telma casi escupe su jugo y todos me miran como si fuera un maldito mutante, excepto Brendan que ya conoce la historia.

—¿Pero cómo? —interroga Telma.

Me encojo de hombros y robo una de las galletas de chocolate de Thao.

El silencio se hace intenso en la mesa hasta que el nerd fastidioso ocupado del periódico de la facultad entra repartiendo la noticia como si fuera el fin del mundo.

Todos empiezan a murmurar y a mirarme como si yo fuera el maldito culpable de todos sus problemas.

—Estoy harto de esta mierda.

Escupo y salgo de ese lugar antes de que mi puño termine en la cara de alguien más.

Subo por el bosque para llegar al río del pueblo, tiro la mochila al suelo y empiezo a tirar pequeñas piedras a el, solía hacer lo mismo cuando era un adolescente, me escapaba de casa para calmar mi enojo cuando mi tía llegaba ebria o cuando yo no podía recordar nada sobre mí pasado. Este lugar era mi escape de la ruda realidad.

Nadie viene aquí, nadie viene a este lado del bosque y mucho menos a este río ya que desde este punto se puede observar desde una corta distancia la parte trasera de la vieja escuela del pueblo. Gracias a sus rumores absurdos de fantasmas nadie viene por estos lados. Digamos que su aspecto también es el responsable de todos esas falacias.

Aunque no creo en ninguna de las supersticiones que le atribuyen sin embargo, si es muy lamentablemente su historia. Sus paredes a punto de hacerse pedazos por si sola, son muchos los años que lleva construida, pero lo que no pudo destruir aquel incendio... lo está logrando el pasar del tiempo.

Saco una caja de cerillos y me siento junto al río, enciendo uno tras uno de cada uno de ellos hasta que ya no queda ninguno. Ver como el fuego de cada uno se apaga es la extraña manía que tengo de calmar mis impulsos. Sin embargo, también es uno de mis mayores temores.

Entre esa escuela y mi vida pasada un incendio es lo que las conecta. La única diferencia es que de aquél se conoce la responsable pero yo ni siquiera recuerdo que sucedió ese día.

†

†Por la noche†

—Vamos levántate, amargado —escucho a Brendan reprocharme o darme ánimos, que se yo.

Me acomodo aún más en la cama y lo ignoro.

—Hombre, no puedes ir por ahí de aburrido todo el tiempo.

...

—Es que ser un deprimente aburrido es su mayor pasión, creo que perdimos el tiempo en venir hasta aquí.

Mis ojos se abren en grande y quito la cobija de mi cabeza.

—¿Qué hace ella aquí? —pregunto y reprocho a la vez.

—Vaya, le hubiera pedido que hablara antes.

Le muestro el dedo corazón, Brendan me dedica una mirada agria.

—Sabes que no me gusta que nadie entre a mi habitación.

—Lo siento tu tía nos dijo que podíamos pasar —habló esbozando una sonrisa traviesa.

—Esta ebria, ¿o qué? —bromeo pero veo que ellos afirmaron sin una pizca de humor.

¡¿Queé?!

—Esperenme aquí —ordeno.

Bajo a la cocina pero no la encuentro, subo a su habitación y tampoco está ahí, bajo a la sala pero no hay señal de ella. Subo de regreso a mi habitación.

—¿Dónde está?

—Salio justo cuando nosotros llegamos —responde ella.

Ruedo mis ojos.

—No te estoy preguntando a tí —refuto.

La ignoro y fijo mi mirada en Brendan que tiene una sonrisa maliciosa.

—Ya ella te ha dado una respuesta, amigo —recalca.

Me tumbo en mi cama lleno de rabia soltando insolencias.

—¿Por qué has venido sin avisarme antes?

—Te marqué a tu celular y sale apagado así que si avisé, y estoy aquí porque queremos irnos a divertir todo el grupo completo. Sólo falta que tú aceptes.

Paso mis manos por mi cabello y niego.

—No iré a ningún lado, Brendan.

...

...

Nadie dijo nada por unos minutos.

—Te lo dije, perdíamos el tiempo —suelta Bonnie.

¡Ash, odio a esta chica!

—Si iré, denme unos segundos y estaré listo.

Brendan esboza una sonrisa y iba a decir algo pero lo detengo.

—Callate y lárgate o me arrepentiré —le advierto.

Suelta una carcajada y sale a toda velocidad de mi habitación.

Niego y me permito sonreír.

—Linda sonrisa.

Arrugo mi rostro y veo que ella aún está en su lugar.

—Pensé que ya te habías largado de aquí.

—¿Tan invisible soy?

—Tu misma lo has dicho —digo mirándola por el rabillo del ojo.

Me dedica una mirada agria y se levanta para marcharse, algo la detiene al pie de la puerta y se gira para encararme.

—Por cierto, luces bien sin camisa —señaló con su mirada mi cuerpo—. Pero eres un arrogante —añade y termina de salir.

Ruedos mis ojos y evito sonreír ante su comentario.

Unos minutos después salgo y los encuentro a todos discutiendo en el automóvil. Hay que ver qué todos son unos insoportables del carajo. Subo al auto y todos se detienen a verme pero continúan discutiendo ahora por quién será quién elija la música de fondo. Al final gana la niña pringada de Telma.

Brendan arranca el auto mientras que ella revisa el reproductor de música deteniéndose en una canción en especial y quiero arrancarme los oídos. En fin, nunca entenderé a las chicas y su asqueroso romanticismo.

Sube todo el volumen y Arcade inunda todo el auto y con ello la voz desafinada de Telma.

—I'VE SPENT ALL OF THE LOVE I SAVED —canta y más bien no sé si está es gritando.—We were always a losing game, small town boy in a big arcade. I got addicted to a losing game

Aunque quería darme contra la ventanilla admito que el ambiente estaba siendo un poco divertido. Tal vez solo deba divertirme también un poco.

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¿Qué tal les parece hasta ahora cada uno de estos personajes? ¿Qué les esta pareciendo está historia hasta ahora? Los leo en los comentarios, no me dejen con la incógnita.

Sigan leyendo un próximo capítulo 🖤
Los quiero 🖤

Anne Fernández.