✧ 𝒐. all the king's horses and all the king's men
CAPÍTULO CERO
all my enemies started
out as friends
✧
❝ Please know my actions are not motivated only by envy
I, too, have a destiny ❞
✧
Alyssa le empuja primero.
La suciedad le llena la boca, la tierra le mancha las mejillas.
Se levanta y descubre a Alyssa y Aegon riendo, apretándose el uno contra el otro y canturreando como aves de rapiña. Suelen actuar así, supone Jace, agradecido por la falta de testigos que vean su desgracia.
Sus manos lo levantan del suelo y corre hacia ella, la aborda y se la lleva consigo esta vez. Las risas cesan y él no puede evitar mirar a Alyssa, Alyssa que lo mira boquiabierta. Parece muy inocente así, piensa. Sus rizos rojos oscuros están esparcidos por la hierba y sus ojos violetas le miran con un respeto a regañadientes.
—Eres una amenaza—su voz lo saca de su ensueño.
Aegon lo aparta de su hermana y Jace rueda hacia un lado mientras sus tíos hablan en murmullos que ni siquiera él puede oír. Son gemelos, pero Jace no alcanza a comprender cómo. Donde Aegon es pálido, Alyssa es sonrosada. Pero, de nuevo, Jace no tiene derecho a juzgar, no cuando los demás ya lo juzgan por su pelo oscuro y sus ojos cobrizos.
Pero sus tíos no lo juzgan, al menos no de la misma manera que los demás. Lo consideran débil y aburrido, un poco mojigato también por hacer siempre caso a su madre, pero no es exactamente malintencionado. Es sólo cómo son y lo deja sintiéndose solo cuando su única otra compañía es Luke, pero puede manejarlo.
—Ven aquí, sobrino. —La voz de Alyssa ya no es burlona, pero es aguda y atrevida.
La mira brevemente, fijándose en su vestido verde pisoteado y su diadema dorada torcida. Se acerca a ella y Aegon suelta una carcajada.
—Alyssa—dice, y su voz es igual de aguda. Sigue siendo un niño.
Ella le pellizca las mejillas y lanza una mirada a Aegon. Ambos le apoyan las palmas de las manos en la espalda, donde el calor de ellas se filtra a través de su jubón rojo y azul. Él las mira, sintiéndose pequeño e ingenuo. Le llevan ventaja, en edad y en número, pero no hacen nada horrible.
Los tres roban pasteles de limón de las cocinas y se ríen con los labios cubiertos de azúcar.
—Ven aquí, patito—le llama su tía.
Él va hacia ella y ella le mete una fresa en la boca de capullo de rosa. Jace suelta una risita y la muerde, con el jugo chorreándole por la mandíbula.
Cuando su madre le limpia la cara, se encuentra con la parte pegajosa.
—¿Qué ha pasado aquí? —le pregunta con su voz suave.
Jace recuerda los dedos ágiles de su tía, la forma en que le cogió la mano. Así que miente.
—Comí algo, no recuerdo qué.
Rhaenyra lo mira con cariño y lo despide.
✧✦✧
—Lykiri, Moonfyre.
La bestia de Alyssa le olfatea y sopla vapor caliente sobre su mano, que tiene apretada contra su hocico. La dragona es del color de la plata hilada con membranas rosadas en las alas, pero ser hermosa no significa que sea mansa. La pequeña bestia le grazna a Vermax y Jace se estremece, intenta disimularlo y fracasa si la expresión de su tía sirve de algo.
Aegon monta su Sunfyre y Alyssa hace lo mismo con su Moonfyre. Ascienden como un arco iris mientras él se queda, deseando que su dragón le obedezca, que le sirva.
—Vermax, dohaeragon issa—dice, sintiendo que su voz se desvanece cuando su dragón se acerca.
Envidia a Aegon y Alyssa, que reclamaron a sus dragones por despecho, a diferencia de él, que tuvo el privilegio de que le regalaran un huevo de dragón. Le escuece cuando Vermax se vuelve, sin hacer caso de sus palabras.
Cuando los gemelos regresan de su vuelo, Alyssa echa un vistazo a su mohín de pena y se lo lleva con ella a pesar de los gritos de advertencia del guardianes de los dragones.
Jace se deja arrastrar por ella, como una bonita ola en el mar.
Antes de que pueda darse cuenta, sus brazos ya rodean a Alyssa y le grita al oído.
—¡No seas un bebé! —grita ella, tirando de las riendas y dejando que Moonfyre se dé una vuelta en el aire.
Jace entierra la cabeza en su espalda, agarrándose a sus cueros de montar verde oscuro.
—¡Por favor, Alyssa! —Suplica, poniéndose verde de náuseas. —Bájame.
La risa de ella empeora su humor.
—¿Eres una oveja? —Alyssa aprieta su agarre en la mano que se aferra a su cintura. —No. Eres un dragón. Pues sé un dragón.
Jace se obliga a relajarse y abrir los ojos y, cuando por fin lo hace, se sorprende con las nubes que los rodean. Son blancas con un matiz rosado en los bordes. Es hermoso como una canción. Piensa que por eso se engañan a sí mismos como dioses cuando no son más que carne y hueso.
Se le ocurre que él y Alyssa son rarezas con sus cabellos rojos y castaños al viento. No son pálidos, ni plateados, ni dorados. Son simplemente oscuros, del color de los zorros, del otoño y de la suciedad.
Cuando regresan, la Reina ya está allí con Aegon y Aemond siguiéndola. Tiene un ceño fruncido que coincide con el de Alyssa.
—Adiós, sobrino.
Jace la saluda con la mano y sonríe a Aegon, con la emoción aún palpitándole en las venas.
Ignora la expresión del rostro de Aemond.
✧✦✧
Poco después, Alyssa se une a él y a Aegon y Aemond en el patio de entrenamiento, para consternación de la Reina.
Alyssa domina la espada mejor que Aegon y los derriba a todos. Para el entrenamiento se trenza el pelo con un estilo que la hace parecerse menos a su madre y más a una princesa guerrera.
Aegon ya se eleva por encima de Jace y Alyssa y lo utiliza a su favor, a menudo formando equipo con Aemond para compensar su falta de talento, lo que deja a Jace con la pelirroja. Ella es una apasionada de la lucha y no se lo piensa dos veces antes de atacar, lo que él intenta compensar obligándola a agacharse y susurrándole al oído. A veces funciona.
—Eres un tonto—dice Alyssa, haciendo girar la espada de madera entre sus manos.
Aegon frunce el ceño.
—Eres dos veces más tonta que yo.
Aegon rechaza su espada con la suya y empuja hasta que su gemela cae. Se gana una palmada en el hombro de Criston Cole, una palmada que Jace no merece. Ser Cole es despectivo en el mejor de los casos y directamente mezquino en el peor. Deja a Jace con un sabor amargo en la boca.
—Hizo trampa—murmura Alyssa a su lado.
—Tú lo provocaste—le recuerda Jace con voz amable.
Ella se siente ofendida y le apunta con la espada.
Él la sigue y se lanza a la lucha, con la sangre cantándole.
Jace ataca y ella bloquea. Él corre y ella se agacha, es como un baile, pero intentan golpearse. Y entonces ella le sonríe, de forma tan brillante y salida de una canción que él se detiene un momento para admirarla. Pero le cuesta la victoria cuando ella le clava la espada en el vientre.
Él gime y se sujeta la piel ardiendo con las manos, pero ella ya está corriendo a regodearse con Aegon, que está triste por haber perdido ante Aemond.
✧✦✧
Jace llora cuando Harwin Strong muere.
Alyssa lo encuentra en un rincón, agitado y con mocos corriéndole por la nariz.
—Deja de llorar. —Sus palabras le hacen detenerse aunque sólo sea para llorar más.
La siente sentada a su lado en el suelo, su calor filtrándose a través de su vestido verde. La mira y se abraza las rodillas. De algún modo, con sus ojos doloridos, sólo puede ver a la Reina en el rostro de Alyssa. Huele a ciruelas y ceniza, probablemente por haber montado antes a Moonfyre.
—Susurrarán más si lo haces—le informa con un indiferente encogimiento de hombros. —¿No es cierto, mi señor Strong?
Se queda paralizado un segundo y entonces recuerda la conversación con su madre. ¿Soy un bastardo?
—Soy un príncipe.
Alyssa resopla.
—No tienes un gemelo de pelo plateado—le recuerda. —Tuviste suerte de nacer y yo nací con suerte. Aegon me salvó.
—Aegon es un tonto—dice entonces.
Su tía se ríe y le da la razón.
Cree entender por qué su madre propuso un matrimonio entre ellos. Alyssa es más amable que Aegon, más lista que Helaena, mucho más guapa que Aemond y más cercana que Daeron. Unos ojos violetas lo miran con curiosidad y él se endereza, sintiendo que le arden las mejillas al ser descubierto mirando.
—Eres amable. —Sus palabras hacen que Alyssa se estremezca como si de alguna manera hubiera dicho algo malo. —Para mí, eres amable.
—Eres un chico dulce, Jace. —Su rostro se ensombrece de pena. —Creo que habrías sido un buen marido para mí.
Se lo imagina entonces. Él con una corona dorada y una capa roja con Alyssa a su lado en uno de sus vestidos verdes. Hace que su corazón se ablande y difumina las líneas que los separan.
Le coge la mano y se la estrecha.
✧✦✧
Después de que Luke le quitara el ojo a Aemond, su familia abandonó Desembarco del Rey. Es un milagro que regresen.
Jace se queda quieto y clava los ojos en su tía mayor. Tiene un aspecto hermoso, pero salvaje; aún recuerda cómo le enseñó los dientes a Driftmark, llorando por su hermano y gritando que eran monstruos. Hoy parece mucho más apagada, pero no se le escapa que sonríe cuando Luke se estremece a su lado.
Al contrario que Helaena, no se tapa los oídos con las manos cuando Vaemond Velaryon pierde la cabeza. Sus ojos violetas se clavan en los de él, duros e implacables. Como una herida supurante. Los Verdes permanecen juntos, como un frente unido, del mayor al menor.
Le da escalofríos, porque empieza a pensar que marcharse fue un error. Ahora están rodeados de víboras y torres y todos tienen hambre de sangre.
Es mucho más tarde, cuando la luna está alta en el cielo y él se sienta junto a Aegon, cuando la mira de verdad.
Lleva el pelo rojo recogido por una trenza que le deja el cuello y la clavícula al descubierto. Un vestido verde oscuro se ciñe a su figura, mostrando su pecho, y él no puede evitar la cálida miel que se agolpa en el fondo de su vientre. Se estira y se estira hasta que no puede evitar admirar la curva de sus labios rosados, la suavidad de su piel de mármol. Quiere tenerla entre sus brazos al menos una vez.
Y lo hace.
La palma de su mano arde, se llena de ampollas de calor cuando ella la envuelve. Ella gira, yendo y viniendo como una tormenta, y entonces su cara se acerca. Puede ver las pecas de su nariz y la violencia de sus ojos. Alyssa lo rodea y Jace ya puede sentir los ojos de Aegon abriéndole agujeros en la espalda, pero lo ignora.
—Jacaerys—susurra su nombre como una plegaria.
Y luego desaparece, dando vueltas en los brazos de Aegon.
✧✦✧
Ella lo encuentra en la noche.
Se abre un pasadizo en su habitación y ella emerge como una sombra, como un sueño.
—Sobrino.
Al oír su voz, sus labios esbozan una sonrisa involuntaria.
A lo largo de los años, la única conexión con la capital habían sido sus cartas selladas con cera verde. Esta vez ella está vestida de blanco y él se encuentra en un estado similar. Se olvida de los votos, el deber y el sacrificio cuando ella se sube a su regazo. La respiración de Jace se entrecorta hermosa y dolorosamente.
—Eres un chico perverso—susurra ella, con el pulgar acariciándole los labios mohínos.
Él exhala y las manos le tiemblan a los lados. —¿Lo soy?
Sus manos le empujan de nuevo a la cama. Se siente prohibido y peligroso, y no se resiste. Alyssa desciende sobre él como una bestia y él gime y suplica en sus garras como un ciervo en manos de un cazador. Los labios de Alyssa son vino, locura escarlata. Y Jace desea su mordisco, suave agonía estrangulada. Sólo cuando su sonrisa se desvanece en la de él sabe que no es vino, que es sangre y el sabor... el sabor es suyo.
El dragón ama al ciervo, es obvio. El monstruo con escamas desgarra la garganta de ciervo y luego lo lame moribundo con el afecto más apasionado.
NOTA:
¡Hola! Me alegro de tenerlos aquí, da igual si ya me conocen por otras historias o no, me gusta que le hayan dado una oportunidad a este fic.
Lamentablemente me voy a tener que apegar en su mayoría al canon de la serie para que funcione, pero... en mi fic de silver trato de corregir todos los fallos de los guionistas y darle continuidad a sus personajes.
Jacaerys no es mi favorito, pero creo que merece que exploremos sus lados.
Únanse al canal de difusión, corazones 👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro