Capitulo veintinueve
LA JAULA DE LA SERPIENTE
SEPTIEMBRE 1981
Kendra no se había puesto a pensar en la decisión que tomó al entregarse a Lord Voldemort por propia voluntad.
Al contrario, se puso a pensar en todas las vidas que se perdieron a causa de ella.
Rivana Rosier, la madre de sus mejores amigos, Killian Salazar, el gran amor de su madre, Jennifer Salazar, Niklaus Salazar, su propio hermano, Saori Grindelwald, los señores Potter: Fleamont y Euphemia Potter, pero de todas esas muertes por la que más se sentía culpable era por la de Samantha Salazar: su media hermana.
Samantha Salazar fue la hija de Killian y Jennifer Salazar. La había visto en los recuerdos de su madre cuando le entregó sus lágrimas, ver a su hermana entre los recuerdos la hizo sentir celos y envidia, pero cuando logró ver cómo moría la pena y la tristeza la inundó por completo.
Estaba cansada de que las personas que más amaba morían por su causa, por su culpa, era hora de dejar la corona de princesa e ir a la guerra.
Las manos de Kendra se encontrabas con cadenas bajo un hechizo que Tom le había colocado al encerrarla en una celda en el sótano de la Mansión Riddle.
La puerta de su celda fue abierta revelando a su tío: Tom.
— Al fin vas a dignarte a visitarme — hablo Kendra mirando a Tom. — Creo que está reunión familiar no está llevando bien su curso ¿no crees?
Kendra movió sus manos para hacer sonar las cadenas en sus manos, Tom ignoró por completo sus palabras.
— ¿Vas a decirme donde se esconden tus hijos? — preguntó Tom mirando a su sobrina.
— Deje en claro que esto es entre tú y yo, no de mis hijos — recordó la castaña de ojos verdes.
Tom se sentó en un pequeño banco que había en la celda, se cansaba con facilidad tras el ataque, a pesar de que las pociones de Severus estaban funcionando aún se debilitaba.
— La única manera de que esto termine es con ellos, Kendra — hablo Tom mirando las manos de su sobrina. — Te ofrecí unirte a mi y dejar a todos de lado, no tendrías por que estar aquí como una prisionera serías una líder más, tendrías todo el respeto y el miedo de aquellos que nos tratan como unas abominaciones, porque tú y yo somos iguales.
"Somos iguales" se repitió en su cabeza. No lo eran, nunca lo serían.
— No lo somos — dijo Kendra mirándolo. — Yo no soy quien quiere el poder y matar a todo aquel que se interponga entre mis planes.
Tom se puso de pie caminando por la pequeña celda, restos de huesos y sangre manchaba las paredes, ¿cuántas personas estuvieron allí antes?
— Claro que lo somos, los padres que nos despreciaron nos convirtieron en quienes somos ahora.
— A diferencia de ti yo si tuve amor...
Tom golpeó la mejilla de Kendra con su propia mano, dejando una marca de anillo en la mejilla de la chica. Fue en ese momento que Tom observó la cicatriz en el cuello de su sobrina, al parecer no fue el único que salió herido aquella noche.
— ¡Los Salazar me abandonaron! — exclamó Tom.
— Mi madre te busco — dijo Kendra recordando lo que vio en el pensadero. — Ella te busco junto a Killian, querían que estuvieras con ellos.
— Cuando me buscaron ya era tarde — hablo Tom.
Kendra no sentía miedo, sabía que Tom no quería asesinarla, no cuando le era más útil con vida.
— Nunca te preguntaste quien asesino a Samantha — dijo Tom. Kendra se sorprendió ante sus palabras, los recuerdos de su madre no habían sido tan claros en esa parte. — Creo que estás familiarizada con ciertos objetos que has estado buscando y están en poder del viejo Albus — Riddle camino por la celda mientras daba su relato. — Un anillo familiar, un guardapelo y un diario sin los que posees, pero no son los únicos.
Los ojos de Kendra amenazaban con cambiar de color y ella intentaba mantener todo su autocontrol lo mejor que podía.
— Veras Nagini — siguió hablando Tom. — Se convirtió en Horrocrux gracias a tu hermana, ¿Si sabes lo que son cierto?
— Eres un monstruo— dijo Kendra mirándolo. — ¡Era solo una niña!
— Samantha Salazar fue la hija que Jennifer si cuido, si vio crecer y amo. Killian el padre más amoroso del mundo, el padre que tú madre quería que tuvieras y que tuviste a cambio un hombre que te maltrató toda tu vida hasta que te cansaste. ¿Qué acaso eso no te hace rabiar? ¿No te hace odiarla? Fuiste criada por Aberforth Dumbledore un hombre que nunca te amo y que siempre que podía te despreciaba, quien casi te deja abandonada en medio de la nieve ¿Ya lo olvidaste?
Kendra recordaba ese día, casi moría de frío de no ser por su tío Albus, la historia sería totalmente diferente.
— Mi padre pudo ser un hombre horrible, pero mi hermana no tenía que pagar los platos rotos de tu familia y la mía, fuimos criados sin amor, pero tú decidiste ser un mago tenebroso y yo decidí no ser como tú.
— Tarde o temprano te darás cuenta que tu única salida aquí soy yo y dejarás de seguir la ordenes de tu tío, dejarás de ser su marioneta y hasta entonces permanecerás aquí — Tom se disponía a salir de la celda dejando a Kendra sola. — Casi lo olvidó, Jennifer fue la Vendetta por Delphini. Bienvenida a tu jaula, serpiente.
Kendra gritó, gritó con todas sus fuerzas.
La ira la estaba consumiendo y lo único que podía hacer era llorar, llorar por la rabia y la frustración. Por el odio que sentía hacia Tom, tenía que estar en esa celda para descubrir que su familia murió por culpa suya.
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