FLEAMONT Y EUPHEMIA POTTER

SEPTIEMBRE 1979

James se encontraba pensativo.

Había estado con Remus y Lily recientemente, la pelirroja le contó las razones del porqué terminó con Coraline.

Las palabras de Lily seguían en la cabeza del azabache preguntándose una y otra vez cuál era la verdadera razón del porqué su hermana odia tanto a Kendra.

Por qué si, todo apuntaba a que Coraline Potter odiaba a Kendra Salazar, pero ¿por qué? Iba más allá de una enemistad, una competencia de casas o ver quien era mejor. Cora realmente la odiaba.

La mencionada apareció en la cocina de la casa Potter encontrando a su hermano sentado mirando algo en la mesa.

— ¿Y nuestros padres? — preguntó Cora abriendo el refrigerador.

— En su habitación, mamá se fue a dormir temprano — respondió James frotándose los ojos.

Cora dejó un vaso en la mesa acompañado de una taza donde sirvió jugo de naranja para ambos.

— ¿En qué estabas pensando, James? — pregunto Coraline sentándose.

James sabía que Cora lo descubriría, eran mellizos, James era doce minutos más grande que su hermana, pero se conocían a la perfección.

— En ti — la azabache se sorprendió. — En Kendra.

Cora rodó los ojos al escuchar el nombre de l ex Slytherin.

— ¿Por qué todo el mundo gira entorno a Kendra Salazar? Ella solo tiene que poner cara de cachorro y decir por favor para que todos en la Orden estén a sus pies — habló Cora mirando a James. — Allí estás tú, cuando está por hacer una misión suicida vas con ella o Sirius, quien siempre está detrás de ella, los tiene encantados que no se dan cuenta de quien es ella realmente.

— ¿Y quien es? — preguntó James inclinándose un poco hacia adelante.

— Una asesina — respondió Cora. — Mató a alguien cuando estaba en quinto año, claro nadie le hizo nada por ser la sobrina de Albus Dumbledore.

— ¿A quién fue?  — James comenzaba a ponerse nervioso, si Kendra había hecho lo que su hermana decía estaba en una situación grave.

— Delphini Riddle

Cora se puso de pie ignorando por completo las quejas de James tras escuchar de quien se trataba. El colegio había dicho en aquel entonces que fue un accidente entre estudiantes, cuando en realidad fue una pelea a escondidas en el bosque prohibido.

— Nadie se da cuenta de quien es realmente Kendra Salazar, culpan solo a Delphini por quien es su padre, pero ¿quien es el verdadero enemigo, James?

Desde que Aberforth había corrido a Kendra de su casa, la chica tuvo que buscar un nuevo lugar donde vivir.

Actualmente estaba viviendo con Remus Lupin y Lily Evans en el departamento que tenían.

La pelirroja sacó una bandeja de galletas recién horneadas.

— Enserio les prometo que les pagaré en cuanto pueda — hablo Kendra mirando a Lily.

Lily sonrió al escucharla, el poco tiempo que habían estado juntas se lograron entender bien.

— No tienes por que, Kendra — respondió Lily amablemente. — Además a nosotros nos gusta tenerlos.

Por la puerta de la cocina entro Remus quien cargaba en su espalda a Credence.

— Nos dio el olor de galletas de chocolate — se sonrojó Remus.

— Galetas — aplaudió Credence feliz.

Remus bajó al pequeño dejándolo en una silla. La madre del pequeño le acarició la mejilla.

Lily dejó un plato de galletas de relleno de chocolate enfrente de Credence junto a una taza de té de frutos rojos.

Remus estiró su mano para robar una de las galletas de Credence recibiendo un golpecito en la misma por parte de Lily.

— Cariño esas son de Credence — regaño la pelirroja a su actual pareja: Remus Lupin.

Los días que Kendra llevaba en aquella casa pudo notar el gran amor que se tenían los dos, aún preferían mantenerlo en secreto del resto de sus amigos, sobre todo por la reacción de Coraline.

Un estruendo fuerte se escuchó afuera del departamento, Kendra y Remus sacaron sus varitas rápidamente, Lily se puso enfrente de Credence a modo de protección con su varita en mano.

Lupin y Salazar caminaron hasta la puerta, Evans giró para ver al chico  que seguía comiendo galletas, le hizo una seña para que gustada silencio, Credence asintió llevando lo más lento que podía la galleta a su boca sin hacer ruido.

— Identifíquese — Ordenó Remus.

— Sebastián Alfred Grindelwald, hijo adoptivo de Albus Dumbledore y el mejor en Quidditch— respondió la otra persona desde el otro lado.

Kendra bajo su varita. — Déjalo pasar, solo Sebastian creería que es mejor que yo en Quidditch.

— Te escuche, solecito— murmuro Sebastian.

Remus bajo su varita para abrir la puerta de varios seguros, dejó pasar a Sebastián.

— No vengo de visita, Dumbledore los requiere en la casa Potter — hablo Sebastian tan pronto miró a los presentes.

— ¿Qué sucede? — pregunto Kendra.

— Los Potter han sido atacados.

James había salido detrás de Cora debido a la discusión que estaban teniendo, encontrándose a varios mortifagos en la sala y a uno de ellos sosteniendo a Coraline apuntándole con su varita.

El azabache estaba por sacar su varita cuando dos hombres más aparecieron bajando las escaleras trayendo con ellos a Fleamont y Euphemia Potter.

— Vaya la familia feliz de traidores — murmuró Antonin Dolohov.

— Solo queremos una cosa sensible que ustedes conocen — hablo Alecto Carrow. — ¿Dónde está la Maledictus?

— No se de quien estas hablando — respondió James.

— Mala respuesta chico — respondió Carrow.

De su varita salió un hechizo directo a los padres de los jóvenes quienes comenzaron a gritar por el dolor, la maldición Cruciatus.

— ¡Déjalos! — suplicó Coraline.

— Si el chico no coopera con nosotros tendremos que tomar medidas diferentes — continuó hablando Antonin caminando por la habitación. — Dinos, ¿donde está la serpiente?

— No se de quien hablas y aunque lo supiera no te diría — escupió James forcejeando para liberarse.

— Vaya, te acuestas con ella y ni siquiera sabes quien es — río Amycus. — Bien dicen que esas serpientes saben engañar.

Alecto Carrow levantó su varita para lanzar el hechizo que pondría final a la vida de los Potter, pero su varita escapó de sus manos.

— Si estás buscándome ven por mí y deja de atacar a familiar inocentes — hablo Kendra.

Tanto los Mortifagos como los miembros de la orden miraron a Kendra que tenía en alto su varita y con la otra mano sostenía la de Alecto.

Solo eran cuatro contra siete mortifagos. Cora y James seguían siendo sometidos por los mortifagos.

Antonin Dolohov fue el primero en lanzar un hechizo en dirección a Kendra, logrando ella lo desviará. La pequeña pelea comenzó, Remus y Lily se mantenían juntos cuidándose las espaldas, Sebastian estaba a una distancia considerable de Kendra debatiéndose contra los hermanos Carrow.

Antonin lanzó un hechizo a las espaldas de Kendra.

— A la próxima apúntame a mi — se quejó Salazar.

Una sonrisa de satisfacción se mostró en los labios de Antonin.

— ¿Estas segura que no le di a mi objetivo?

Kendra miró detrás suyo descubriendo a James junto a sus padres quienes daban sus últimos respiros de vida.

Sintió como un balde de agua helada le caía encima, tres miembros más de la Orden aparecieron al momento que los mortifagos se iban.

Coraline corrió hacia sus padres, Sirius se acercó a los Potter. El grito de James hizo erizar los vellos de su piel. Intentó retener algunas lágrimas de al ver la escena delante suyo, no pudo evitar sentir culpable por la muerte de Fleamont y Euphemia Potter.