EMBARAZADA

ENERO 1980

Kendra aún podía recordar cómo fue que se enteró de que estaba embarazada de Credence.

Ella siempre había adorado un postre en específico, pero tardó dos semanas en que no lo quisiera ni oler, fue entonces que descubrió que estaba embarazada.

— Disculpen — se excusó levantándose de la mesa. — Regresó en un momento.

La familia Black había realizado una cena junto a Kendra y Credence para festejar la llegada de Año Nuevo, el día anterior ella la pasó junto a los Grindelwald.

— Iré con ella — se estaba por levantar Sirius.

— No hijo, iré yo — Walburga lo detuvo. — Ustedes continúen.

Para todos era sorpresa como hace unos años la familia Black no podía ni verse en pintura porque se intentaban asesinar, si alguien les hubiera dicho que estarían cenando en familia probablemente se hubieran burlado en sus caras.

Walburga fue en búsqueda de Kendra la encontró en la planta de arriba, específicamente en el baño.

Le apartó el cabello para que no se manchara. Kendra estaba devolviendo la comida.

Se limpió la boca y bajo la tapa para desechar todo, se acercó al lavabo para lavar sus manos y su boca.

— Muchas gracias, señora Black — agradeció a la mujer Black.

— ¿Ya se lo dijiste a mi hijo? — preguntó Walburga.

— No.

— ¿Es de Sirius?

— No.

Walburga asintió. Se acercó a ella, Kendra en cierto momento creyó que la iba a atacar, pero quedó confundida al ver las manos de Walburga sobre su vientre.

— No importa quien sea el padre, ahora eres una Black y este bebé será bendecido con la protección de la familia — le sonrió. — Haré que el médico personal de la familia te revise mañana.

Las dos mujeres regresaron a la planta baja como si nada hubiera sucedido. Walburga le ordenó a Kreacher que trajera comida blanda para Kendra, mintiendo que anoche se había excedido y ahora se sentía mal del estómago, todos le creyeron.

La cena continuó olvidando el anterior suceso, incluso Credence comenzó a cantar junto a Regulus alguna canción muggle solo para molestar, pero al ver la sonrisa en el rostro del menor nadie se molestó.

Al día siguiente, Kendra regresó a la casa de los Black sin Credence. Espero a que Kreacher abriera para dejarla pasar.

— Ama Black — la saludó el elfo doméstico.

La joven de ojos verdes entró a la casa, sintiendo un dolor en su estómago, las manos le sudaban y sentía que en cualquier momento se desmayaría.

Al llegar a la sala vio a Walburga acompañada de Narcissa, Bellatrix y Andromeda.

— Estaremos aquí cualquier cosa, Kendra — le dijo Andromeda con una sonrisa.

— Gracias.

El doctor había llegado, Walburga y Kendra subieron las escaleras junto al médico para examinarla.

— Tengo que hacer varias pruebas para saber el resultado, sabe como es esto — le informó el médico a Kendra.

— Quiero total discreción doctor — le pidió Walburga. — Si mi marido, o alguno de mis hijos llega a enterarse que usted estuvo aquí...

— Lo sé señora Black, lo sé— respondió el médico.

Kendra se tendió en la cama esperando las instrucciones del médico, le hizo algunas cuantas revisiones con su varita antes de preparar dos pociones.

— Beba esto — le pasó una poción.

— ¿Es... seguro? — Kendra titubeó.

Walburga le dio un apretón de mano para hacerle saber que estaba con ella.

— Son seguras señora, Black.

— Es Dumbledore — le corrigió Kendra.

Bebió la poción para volver a recostarse, el hombre paso un espejo sobre el vientre de Kendra donde se pudo ver la forma de un feto.

— Por la muestra se puede decir que usted tiene entre dos a tres meses de embarazo — le informó el médico. — Felicidades, señora Dumbledore, usted será madre por primera vez.

— Sería el segundo — susurró Kendra.

Se llevó las manos al vientre y no pudo evitar soltar un sollozo, el médico salió de la habitación dejando a Kendra junto a Walburga. Al ver la reacción de la de ojos verdes, Walburga se acercó a ella.

— Cariño — la tomó de las manos. — Si no quieres al bebé estaré allí contigo, si quieres al bebé la familia estará contigo, sea cual sea tu decisión no vamos a dejarte, ahora eres una Black.

Kendra derramaba lágrimas en silencio, mirando a Walburga con atención.

¿Así se sentía el amor de una madre?

— Yo... yo nunca tuve una madre de verdad y no se como se siente eso — comenzó a hablar. — Cuando quede embarazada de Credence tenía miedo y pensaba que no sería una buena madre, cada día desde que él nació he intentado ser la mejor madre y ahora con otro bebé en medio de una guerra, me siento sofocada.

Walburga se acercó a ella para abrazarla. Le acarició la espalda suavemente.

— Kendra, estás siendo la mejor o incluso mejor que la madre que nunca tuviste y se que serás una grandiosa madre con este nuevo bebé — le tomó de las manos. — Y no estarás sola, hija.

Kendra sonrió, sentía el amor maternal en Walburga. Tal vez Jennifer murió para protegerla y así estaba decidido desde hace mucho tiempo, pero Walburga Black desde el momento en que vio a Kendra llegar a la casa Black la había cuidado de la mejor manera que podía y se sentía agradecida.