Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo cinco



NAVIDAD







Navidad había llegado y como todas las celebraciones se estaban viendo opacadas por el miedo.

Los rumores crecían día con día sobre el señor tenebroso, desde hace dos semanas la Orden no tenía indicios de alguna pista de un posible ataque y eso preocupaba a todos.

La navidad no era una festividad que Kendra festejara, su padre jamás la festejó con ella. No fue hasta que conoció a los hermanos Grindelwald que por primeras vez festejó la navidad.

— ¿Estas segura que no puedes quedarte? — preguntó Ariana a Kendra tras verla levantarse.

— No — respondió Kendra buscando su chaqueta. — Tengo que llevar a Credence con Sirius.

Sebastian rodó los ojos al escuchar el nombre de Black. — Sigo sin entender porque dejas que se lo lleve, él jamás estuvo para Credence cuando nació.

Ariana golpeó el brazo de Sebastian al escucharlo, Saori lo golpeó en la cabeza.

— Es su padre — respondió Kendra. — Que mi padre sea una mierda no significa que él lo sea.

— Pero te abandono — Sebastian recibió un nuevo golpe por parte de Saori. — ¡Hey! No soy su saco de boxeo.

— Pues no digas eso — respondió Saori. — Kendra sabe tomar sus decisiones.

— Quiero que sea mi hijo quien decida si ver a su padre o no — respondió Kendra.

Dejaron el tema cuando vieron que Credence arrastraba su pequeña mochila. Kendra lo sostuvo en brazos al igual que le quitaba la mochila.

— Regresen para mañana, porque ya envié una carta a ese señor que deja regalos y me informó que traerá muchos para cierto niño — Sebastian sonrió ante Credence quien escondió su rostro en el cuello de su madre.

Credence se despidió de sus tías y su padrino recibiendo abrazos y besos de su parte.

Kendra se apareció afuera del departamento donde Sirius vivía, estaba en el centro de Londres muggle, entró al edificio buscando el número trece.

— Llegaron — habló Sirius al abrir la puerta y ver a Kendra.

— ¡Papá! — Credence estiró sus pequeños brazos para que Sirius lo cargara.

El de ojos grises cargó a su hijo dándole muchos besos en el rostro y sacándole unas risas.

Sirius los dejó pasar, Kendra vio que era un pequeño departamento, un poco más grande que el cuarto donde vivían en Cabeza de Puerco.

— Me gustaría poner algunas protecciones más al departamento, sino te molesta.

— No, no, no — negó Sirius aún con Creedence en brazos. — Adelante.

Kendra salió del departamento colocando algunas protecciones más, mientras Credence sacaba de su pequeña mochila un par de dibujos que le quería mostrar al igual que unas cuantas fotografías.

Sirius miró una con atención, se trataba de una donde estaba él cargando a Credence recién nacido.

— Puedo darte una — hablo Kendra viendo a Sirius. — Una fotografía.

— Te lo agradecería.

El pequeño silencio incómodo se formó logrando que Kendra quisiera salir corriendo.

— Bueno, te dejo, tal vez tengan planes juntos o quieras llevarlo con tus amigos.

— Nadie vendrá — respondió Sirius rápidamente. — James y Coraline están con sus padres, Remus con los suyos, al igual que Lily y Peter, esta noche solo seremos nosotros dos.

Credence miró a su madre con un pequeño destello en sus ojos.

— ¿Peles quelate mamá? — preguntó Credence con una sonrisa.

— Credence...

— Vamos, Kendra — intentó convencerla Sirius apoyando la idea de su hijo. — Será divertido, solo nosotros tres, ¿qué podría salir mal?







Kendra se terminó quedando ha cenar con Credence y Sirius. Pero algo si salió realmente mal y fue que Black terminó quemando el pavo y los tres terminaron cenando en un restaurante de comida rápida.

— Sigo sin creer que quemaras la cena — se quejó Kendra.

— Pero eso nos privaría de una cena de campeones — dijo Sirius dejando la bandeja con dos hamburguesas y un pequeño combo infantil.

Sirius le puso la corona en la cabeza a Credence quien sonreía.

— Nuestro hijo es un príncipe. — Credence aplaudía feliz. — Y tú eres una reina.

— Credence, tu padre será el bufón del rey — hablo Kendra causando una risa en el pequeño y un puchero en Sirius.

Continuaron la noche entre bromas y risas, Kendra de vez en cuando reía se encantaba de ver a su hijo feliz. Al salir del establecimiento, Sirius cargo al pequeño sobre sus hombros.

Caminaron por las calles de Londres, según los reportes del tiempo se acercaba una tormenta de nieve.

Caminar por las calles le recordaba a su niñez cuando hacía figuras en la nieve junto a Sebastian y Saori, recordar a Ariana contándoles historias.

— Creo que alguien tiene sueño — hablo la joven de ojos verdes al ver como su hijo cabeceaba.

Sirius lo cargo en brazos mientras se dormía. Pasaron por un pequeño jardín iluminado con luces donde Kendra miró a una pareja feliz, desvió su mirada al ver cómo se daban un beso.

Las muestras de afecto en público no eran su fuerte. Y más cuando ella no las recibió.

Llegaron al departamento de Sirius, pero no pudieron cruzar la puerta.

— Muérdago — señaló Sirius arriba de sus cabezas. — Conoces la tradición.

Kendra rodó los ojos. Se acercó a Sirius dejando un beso en sus labios, muy apenas un pequeño rose.

Entraron al lugar donde Sirius dejó al niño en la cama.

— Será mejor que me vaya — anuncio Kendra.

— Quédate — le pidió Black. — Puedes dormir con Credence en la cama, yo dormiré en el sofá. Además, ya es tarde.

Kendra no se opuso, principalmente por qué era tarde y si salía sola los mortifagos podrían atacarla. Busco en el armario una vieja camisa de Sirius y se la puso.

— ¿Desde cuando tienes ese tatuaje? — preguntó Sirius al verla.

— Después que te fuiste, me lo hice.

— Kendra, yo...

— Estoy cansada, Black, me gustaría dormir.

Sirius le deseo buenas noches antes de salir de la habitación dejándola con Credence.

Jalo su cabello con frustración al alejarse de ella hace tiempo había perdido su única oportunidad de conquistarla y no se podía perdonar, probablemente jamás lo haga.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro