Reencuentro
Este capítulo sucede después de la guerra contra Jonathan, es un vistazo al futuro donde Alec murió pensando no ser amado por Magnus ni por su familia, tal vez la incluya en una futura historia quien sabe.
Ahora las dejo leer mientras voy a escribir un nuevo capítulo de Siempre seré tuyo.
Era el final de la guerra y los demonios estaban siendo empujados de nuevo al averno, Magnus utilizó todo su poder mágico para cerrar la fisura abierta en la puerta del infierno y se dejo caer esperando que alguien acabara con su vida, no importaba quien sólo queria morir, si se había mantenido con vida era para ayudar a los néfilim en la batalla, lo había hecho por Alec porque si él estuviese vivo habría peleado incansablemente junto a sus compañeros.
Uno de los demonios no cruzó el portal, levantó una de sus garras y atravesó el cuerpo de Magnus, Robert corrió desesperado seguido por su familia, le cortó el brazo a la grotesca criatura y lo sacó del cuerpo del brujo, Isabelle y Jace junto a sus parejas tenían sus espadas listas para la batalla ya no tenían fuerzas pero igual se abalanzaron contra la criatura mientras Maryse hacia presión en la herida, no lo dejarían morir, no lo perderían a él tambien.
Un nuevo portal fue abierto y por el pasó un hombre, sus ojos de gato le decían a la familia que se trataba de un brujo pero estaban equivocados era un demonio asi se presento él, se levantaron listos para pelear protegiendo al herido, el otro demonio se abalanzó contra el recien llegado pero con solo levantar la mano lo convirtió en cenizas.
- Me lo llevare, morirá si se queda
Maryse apretó sobreprotectora a Magnus contra su pecho, sabía que estaba agonizante no había un brujo cerca que tratara sus heridas y no podían marcarlo como a un néfilim.
- No! - grito Isabelle - no tocaras ni uno solo de sus cabellos - su látigo estaba vibrando, Simon a su lado tenía su arco tensó listo para liberar una flecha, era aquel arco que una vez perteneciera a Alexander, Clary llevaba su espada y a su lado Jace tocaba su marca parabatai ya plateada pidiendole a su hermano fuerza para proteger a Magnus y a su familia.
No había tiempo que perder, Magnus estaba a nada de dar su último suspiro así que él demonio hablo directamente a la mente de Robert mostrándole algo que lo sorprendió primero y después lleno su corazón de felicidad.
- Puedes llevartelo - fue lo único que logro decir.
- Pero papá es un demonio lo matará
- No lo hara este demonio es diferente se los contare después ahora no hay tiempo que perder; llévatelo y cuida de él, el es como mi hijo, no él es mi hijo si algo le pasa no importa en que plano te escondas te cazare.
El demonio solo sonrió, abrio un portal y desapareció con Magnus. Un mes después un moreno abria sus ojos, a su lado un hombre lo observaba sonriéndole.
- Hasta que despiertas dormilón
Magnus lo miró por un largo rato hasta que lo reconoció - tú, ¿qué haces aqui?, disculpa la pregunta estúpida es más que obvio, así que termine en el infierno, tenía la esperanza de volverlo a ver pensé que si hay un Dios me llevaría a su lado.
- Veo que me recuerdas querido sobrino, este es mi mundo aquel del que te hable aquel día y no es el infierno idiota, aún estas vivo pero por poco te vas para el otro barrio, tu padre estaría encantado de recibirte, por cierto estuvo aquí reclamandome por invadir su mundo y llevarme a su hijo, dijo que si querías morir lo llamaras que él con mucho gusto te haría el favor a cambió de un pequeño precio, tu inmortalidad.
- ¿Qué hago aquí? debería de estar muerto ¿por qué me salvaste?
- Tu familia, ellos suplicaban por ayuda, escuché sus ruegos así que fui.
- ¿Mi familia? yo no tengo familia
- Te equivocas, por lo que vi tienes una familia numerosa, esos nefilim son graciosos, el matrimonio te ama como a un hijo a pesar de ser menores que tú y los polluelos como a un hermano vi la preocupación por ti en sus corazones. Ahora levanta el culo de la cama y date un baño te mostrare la cuidad.
Paso 15 días explorando este nuevo mundo, era igual a donde él vivia pero a la vez era distinto. Un mundo paralelo al suyo los mismos edificios la misma gente. En unas de sus caminatas un pequeño niño choco contra él embarrandole de helado, se molesto mucho iba a reñirlo pero cuando el niño levantó su rostro se quedo mudo era Simon tan nerd y dienton como siempre.
Atras venía corriendo una pequeña pelirroja, no podía creerlo entonces se le ocurrio, si sus amigos estaban aquí de niños entonces tal vez, él... lagrimas corrieron por su rostro ante la posibilidad de encontrar a Alec. Acaricio la pequeña cabeza de Simon y chasqueo sus dedos haciendo aparecer un nuevo helado mucho más grande y colorido del que traía, una sonrisa deslumbrante apareció en el rostro del pequeño dejando ver la falta de un diente, tambien le dió uno a clary y se despidió de los niños iba a buscar a Alec.
Por más que busco no logro encontrarlo, en ese mundo no existian los nefilim, cansado y sin esperanzas volvio a casa de su tió, una semana despues lo siguio a su trabajo.
- Jamas pense que los demonios trabajaran
- Eso solo es para los flojos, algunos preferimos tener una vida mundana, por cierto querido sobrino ve dando la vuelta de regreso a casa.
No hizo caso y entro, el lugar era inmenso, su tió era director de un instituto para niños ricos. Cuando su tío lo estaba sacando pasaron por una de las aulas pertenecientes al club de música, él entro pues había reconocido a uno de los estudiantes.
- No puede ser
-Asi que no te lo esperabas, eres tú y a la vez no lo eres, esta es tu version mundana su nombre es Harry
- Entonce él...
- Esta muerto en este tiempo no estan juntos, se que lo has estado buscando pero era una busqueda inutil, él murio cuando lo perdiste a él.
Magnus no había estado cuando Alec fue asesinado por un demonio, en esos días habían terminado su relación, aunque Alec trato de hablar con él y convencerlo para volver la negativa de Magnus fue rotunda. Se fue de Nueva York con la esperanza de olvidarlo pese a las súplicas de Alec, lo amaba pero no queria sufrir su perdida la cual seria inevitable con el pasar del tiempo.
En uno de sus viajes conoció a Belfegor el demonió de la pereza o también conocido como "El señor de la apertura", se presento a él diciendo ser su tió y luego le hizo una simple pregunta "El niño néfilim que dejaste, ¿puedo quedármelo?, por supuesto respondio que no era de su incumbencia y el demonio solo desapareció. Ese día había tenido una discución con su amiga Tessa quien lo llamó cobarde por huir del amor.
Cuando se dio cuenta del terrible error que cometió volvio con la esperanza de recuperarlo, pero ya era tarde. Fue al instituto y Jace se desnudo ante él mostrandole su marca parabatai plateada, lloro por días y noches, queria morir pero decidio ayudar cuando el balance del cielo y el infierno se perdió, lucho al lado de los nefilim en nombre de Alec.
Estaba por irse cuando Harry empezó a cantar Uptown Girl mientras sus compañeros lo acompañaban en los coros y bailando, apenas unos segundos pasaron cuando apareció una mujer, era delgada y alta, fácil medía 1.85 m. parecía una modelo, su cabello era de color negro y estaba recogido en una cola alta, su rostro era precioso pero no podía ver el color de sus ojos por la distancia y porque llevaba lentes, iba vestida con una blusa blanca y una falda tubo más abajo de las rodillas ambos muy pegados a su cuerpo dejando ver sus curvas, tambien zapatos de tacon alto, eran muy altos le hicieron recordar a Isabelle, tacos aguja, esos zapatos letales que una vez casi le arrancan un dedo.
Su corazón empezó a latir desbocado y no sabía porque, solo una persona en toda su vida había hecho que su corazón palpitara con tal intensidad y era Alec, la vió caminar con gracia acercandose al grupo de chicos llevándose un dedo a los labios señal que bajaran el volumen y ellos la rodearon haciendola bailar unos pasos.
Belfegor quiso sacarlo de ahí, pero su cuerpo ya habia caminado los pasos que lo separaban de aquella mujer, cuando sus ojos se encontraron el tiempo se congeló, esos ojos tan únicos, eran los mismos ojos del hombre que perdió por cobarde, era el azul más hermoso que había visto en su vida.
Ella solo lo observó, le sonrió y lo dejo ahí se acerco al director y lo tomo de la oreja llevándoselo con ella, había mucho trabajo atrasado y él se escaqueaba de sus obligaciones.
- Me vas a arrancar la oreja dulcesito
- Si te sigues quejando no es lo único que te voy a arrancar - lo arrastraba por los pasillos
Cuando Magnus salió de su aturdimiento fue tras ella el aroma que desprendía aquella mujer era el mismo que el de Alexander no podía ser una coincidencia, después de presionar a su tío con preguntas y con decirle que si no las contestaba iba a llamar a su secretaría para que termine de arrancarle las orejas él hablo.
- Dime la verdad ella es él no es así, no lo encontraba porque buscaba a un hombre y aqui es una mujer.
Su pregunta fue contestada por alguien que hubiese preferido no volver a ver en su vida.
- Tienes razón hijo pero solo en que es él, ¿hola hermanito menor te estas divirtiendo?
- Padre ¿qué haces aqui?
- Vine por ti, por cierto esa niña también viene es de vital importancia que recupere sus recuerdos, espero que no los hayas devorado todos Bel o te mataré.
- Puedes llevarte a tu hijo pero ella se queda, es mía.
En ese momento entró dulce y Asmodeo moviendo su mano intentó quitar el hechizo de su hermano pero no pudo, solo la hizo caer inconciente y elevarse en el aire pero un aura se desprendió de su cuerpo, una sombra estaba tomando forma hasta convertirse en un hombre joven de cabellos azabache, su blanca piel llevaba runas tatuadas, era él, era Alec quien lentamente abrió sus azules ojos.
- ¿Por qué, que hago aquí?, Bel dijiste que...
- Lo se y lo siento, vuelve a dormir mi pequeño ya falta poco. Ya casi termino de tomar tu dolor cuando sea el momento despertaras a una nueva vida.
Magnus no sabía lo que estaba pasando pero tenía la certeza de algo ese hombre era Alec, su Alexander, aquel que creía muerto, corrió hacia él tomándolo en sus brazos y besando sus labios, Alec solo correspondió aunque no era consciente de ello su mente había olvidado pero su cuerpo y corazón no, se aferró al cuerpo del moreno diciendo un nombre "Magnus".
Jamás pensó volver a tenerlo, había perdido toda esperanza al saberlo muerto, pero al parecer si existía un Dios. El reencuentro con su ex novio fue mágico hasta que sus labios se separaron y dijeron tres palabras que lo aterrarón.
- ¿Quién eres Tú?
**************** Fin ****************
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