Reconciliación
Hace un año me diste jacintos por primera vez...
T.S.Eliot
Presidente Miau dormía tranquilamente en el sillón, cuándo la inesperada aparición de un portal en la sala lo hizo dar un gran salto del susto y aterrizar en los brazos del humano que mas extrañaba y deseaba desde hace mucho volver a ver: Alexander Lightwood. Es cierto que Alec había venido de visita antes, pero Presidente sabía que esta era una ocasión muy distinta a las otras. Esta vez, Alec volvería a mudarse al departamento y a vivir con él y con su humano.
El gato empezó a ronronear, una señal que el brujo y el cazador de sombras tomaron muy bien.
Alec dejó a Presidente Miau en sillón y el gato volvió a dormirse.
Magnus aprovechó que su novio tenía las manos libres y empezó a besarlo.
-Se siente bien volver- dijo Alec.
-Se siente maravilloso besarte y tenerte en mi departamento- le susurró Magnus a Alec en la oreja.
***
Alec se dirigía a la sala después de ordenar sus cosas en la habitación que compartía con Magnus. Mientras, el brujo preparaba el sillón para hacerlo lo mas cómodo posible. Alec preparaba las palomitas.
-Que te gustaría ver, garbancito?- le pregunta Magnus mientras revisaba su biblioteca de películas.
Alec se acerca a su novio y empieza a ver los títulos. Recordaba haber visto la mayoría con Magnus durante sus citas en el departamento, aunque no admitiría a nadie que ellos se la habían pasado besándose en vez de ver la película.
-Mira amor- dijo Magnus mientras tomaba uno de los DVD- la primera temporada de La isla de Gilligan. Aún recuerdo cuándo la miramos por primera vez.
-Magnus- dijo Alec- Ni siquiera vimos mucho. Solo vimos dos capítulos y el resto nos la pasamos besándonos. Además, tuve mucho de Gilligan para una vida con solo ver dos capítulos.
-Podríamos revivir el momento- Magnus empezó a acercarse a los labios de su novio.
-Solo no me hagas volver a verla.
-Prefieres hacer algo mas, mi nefilim pervertido?
-Quiero hacer muchas cosas contigo en este momento.
-Que bueno, porque yo quiero revivir el momento. Y no hablo de la serie.
-Yo pensaba lo mismo.
Ambos unieron sus labios de nuevo. Magnus llevó a Alec al sillón y empezó a besarlo con ferocidad. Alec devolvía los besos a gusto y enrolló las piernas en la cintura de Magnus. Ambos estaban muy atrapados en ellos mismos y estaban a punto de pasar a algo más, cuando escucharon el sonido del microondas que avisaba que ya estaba lista las palomitas.
Alec y Magnus volvieron a besarse antes de separarse. Alec fue por las palomitas y Magnus eligió una comedía romántica
Mientras veían la película tomados de la mano, Alec acuesta su cabeza en el cuello de Magnus y respira su aroma a sándalo y azúcar quemada. Magnus besa la frente de Alec.
Ambos reconocían que estrenaban esos momentos íntimos. Momentos en los que disfrutaban de la cercanía del otro porque sabían que no necesitaban nada más que eso: su mutua compañía.
Claro que durante la película hubo besos robados y miradas cursis. Cuándo el filme terminó, ambos apagaron la tele y empezaron una sesión de besos dulce y lenta.
Y así, se fueron a la cama entre besos e iniciaron otra sesión entre las sabanas.
Terminaron con los labios hinchados y exhaustos. El nefilim y el brujo no habían hecho el amor esa noche, solo estaban acostados en la cama, abrazados. Un leve rastro de magia azul emitido por las manos del brujo acariciaba la espalda del cazador de sombras. Ambos recordaban que muchas de las noches que tuvieron juntos, terminaban de esta forma.
No necesitaban decirse que se amaban, pues sabían lo que otro pensaba. Como si el silencio fuera un lienzo.
Tenían el corazón en la mano del otro, y lo sabían.
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