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Los niños estarán bien 2/2

...y furtivo entró a mi jardín
cuando la noche envolvió al follaje.

Por la mañana satisfecho vi
a mi enemigo exánime bajo el árbol.
William Blake
Un árbol con veneno.

Magnus sintió que desfallecía en los brazos de su esposo. Como es que esa perra había regresado? Y para atacar a su familia!
Pero la ira estaba teniendo un efecto en Magnus, él no iba a permitir que su familia saliera herida por los actos de esa  cruel reina de las hadas. Alec que no aún seguía en shock por la por la nota se decidió seguir a su marido.
Ambos llegaron al Instituto donde encontraron a una preocupada Catarina. Ella le había dicho a Clary, Jace, Simon e Izzy sobre lo que había sucedido con Raphael y Max.
Estaban decididos a encontrarlos y nada los detendría.

***

Max sintió que había estaba en un suelo frío. Cuándo despertó, se encontró a su hermano junto a él. También habían cinco niños allí, todos asustados.
El pequeño brujo descubrió que estaba en una pequeña cárcel de madera en medio de un oscuro bosque. Intentó parecer, pero en cuanto lo hizo, una figura emergió de las sombras. Era la figura de una mujer que en el pasado tuvo un bello aspecto, pero ahora, tenía una apariencia cansada. Su pelo rojo, aún brillando como la sangre.
El pequeño sentía que las lágrimas luchaban por salir de sus ojos, pero pensó que tenía que ser valiente como sus padres. No podía decepcionarlos.
La mujer lo miró con una sonrisa maligna en sus ojos.

La mujer se acercó a un cuenco y puso la mano en el. Después, agarró algo de agua entre sus dedos y todo el contenido del cuenco quedó esparcido en el aire como si se tratara de un velo. Era magia maravillosa y a la vez terrible.
El agua cambio de estado liquido a solido.

El cristal comenzó a mostrar una imagen, se trataba del Instituto de Nueva York.

***

-Encontraré a esa hija de perra y la quemaré viva- dijo Magnus- Nadie se va a atreverse a tocar un solo cabello de mis niños y salir ileso.
-Yo la convertiré en un alfiletero- fue lo único que dijo Alec.

Los cazadores se sombras y los dos brujos estaban pensando en como encontrarían a los niños. De repente, una imagen apareció ante ellos: la reina Seelie.

-Cuánto han crecido estos años- dijo la reina en tono de burla.
-Vas a pagar por lo que has hecho- dijo Magnus.
-Que modales los tuyos, Magnus Bane- dijo la reina- Si te portas de este modo, dejaré de considerar que tus niños vivan.
-No los toques- exigió Alec.
-Como quieras, niño arquero- dijo Seelie con molestia.
-Ya dejate de juegos- dijo Jace- Que quieres?
-Quiero que el niño arquero vaya a mi reino antes de la medianoche. Prometo no tocarlos hasta que llegues. Si no estás allí, mataré a los mundanos y tus mocosos.

Y dicho esto, desapareció.

***

-Que será lo que quiere?- dijo Clary.
-La reina dijo que estés allí en medianoche- dijo Simon a Alec- Si es a medianoche, es porque quiere hacer un hechizo.
-Y tu como sabes eso?- preguntó Jace.
-Todos los hechizos malignos se hacen a medianoche- dijo Simon como si fuera lo mas obvio del mundo- La luna suele tener un afecto maligno en los malos.
-No podemos ignorar el instinto nerd de Simon- dijo Jace con sarcasmo.
-Voy a ir- soltó Alec.

Todos se quedaron callados

-No importa lo que Sheldon diga- dijo Magnus a Alec- No irás.
-Pero si no lo hago- dijo Alec- Ella matará a los mundanos y a nuestros hijos. No puedo permitirlo.
-Yo no voy a permitir que te hagan daño- dijo Magnus- Tiene que haber otra manera. No voy a perderlos a los tres.
-Magnus, mi amor- dijo Alec- Es la única manera.
-No- dijo Isabelle- Magnus tiene razón, siempre hay otra manera. No voy a perder a mi hermano y a mis sobrinos.

El grupo empezó a idear un plan, a solo una hora de la medianoche.

***

Los hermanos se quedaron viendo como la pared de cristal volvía a convertirse en agua y como esta regresaba al cuenco. La reina dio una maligna sonrisa.
-Te arrepentirás si los lastimas- Max reconoció la voz: era de su hermano. Una voz que trataba de sonar firme.
-Y tu harás algo al respecto- dijo la reina a Raphael- Se supone que debo temerte?
-Mi papá es el mejor el cazador de sombras del mundo- fue la única respuesta que dio su hermano.
-No por mucho tiempo, pequeño nefilim. Alguien morirá y vivirá esta noche.

***

Faltaban diez minutos para la medianoche y Alec estaba en el extenso bosque de la visón de la reina, claro que ese bosque era territorio de las hadas.
El cazador sabía que no estaba solo, pues sus amigos y su novio permanecían camuflados y escindidos para que la reina no los descubriera.
Alec vio la jaula de madera y se acercó a ver a sus hijos. Como estaban encerrados, Alec no pudo abrazarlos, por lo que tuvo que resignarse a tomarles las manos.
-Papi- dijo Raphael. El pequeño Max estaba a punto de llorar por el miedo. Su padre secó sus lágrimas.
-Todo estará bien- les dijo Alec- Los sacaré de aquí.
-No hoy, cazador de sombras- dijo una voz.

Alec se dio vuelta y la vio: la reina Seelie.
Ambos se lanzaron miradas de odio.
-Ya estoy aquí- dijo Alec- Que es lo que quieres?
-Tu shadowhunter- le dijo la reina- me  devolveras a quien amo.

Entonces, la reina hizo que unas raíces emergieran de la tierra y que se  enrocaran en los pies de Alec. El cazador usó una espada serafín para cortar las raíces. Al principio funcionó, pero no fue por mucho. Las raíces crecieron y estas inmovilizaron a Alec.
La reina hizo que el agua del cuenco cubriera por completo a Alec.
Entonces, Magnus y los demás salieron de las sombras y estuvieron dispuestos a atacar a la reina y salvar a su compañero. La luz de la luna cubrió a Alec y luego, todo quedó en absoluto silencio.

Pero no por mucho tiempo, púes empezó a escucharse el ruido del hielo romperse. Todos se quedaron callados al ver a Alec, solo que ya no era Alec.
Ahora era un hombre de cabellera larga y un tatuaje de hoja en su rostro. Sus ropas eran las de un guerrero seelie. La reina sonrió y de un árbol sacó una armadura y se la otorgó al caballero seelie.
-Gracias por traerme de la muerte, mi reina. No se como agradecerle.
El caballero besó la mano de la reina.
-Es bueno que hayas regresado, Meliorn. Mi caballero. Mi amor.

***


Magnus se quedó pasmado en el lugar.
Como pudo perder a su Alec? No, no podía perderlo. Alec estaba ahí, aunque las circunstancias parecían decir lo contrario.
-Maldición- dijo Jace- Odio cuando Simon tiene razón
-Alec- gritó Magnus.
Meliorn y la reina fijaron su vista en Magnus. El rostro del cabello hada cambió de furioso a divertido.
-El nefilim grita tu nombre, brujo. Aquí mismo- dijo el hada, señalando su cabeza- Pero no será por mucho tiempo, en unas horas, el desaparecerá y ustedes estarán muertos.

Jace no pudo soportarlo y se lanzó a atacar al caballero hada. Meliorn esquivó a Jace y ambos iniciaron una lucha. La reina Seelie no se quedó atrás. Ella empezó a usar su magia y gruesas raíces emergieron de la tierra a atacar a los nefilims y el brujo. Los niños empezaron a aterrarse.
Tenemos que ayudar a papá, pensó Raphael. Pero la pregunta era: Como?
Isabelle, Clary y Simon vieron el aprieto en el que los niños se encontraban y se dirigieron a protegerlos.

Mientras, Magnus y la reina estaban enfrascados en un combate. Puede que la reina no fuera una bruja (aunque en el sentido de la palabra, si lo era), Magnus reconocía que era tan poderosa como una.
-Como traigo a Alec de regreso- le dijo Magnus mientras le lanzaba una esfera de energía.
-No hay nada que puedas hacer- dijo la reina mientras levantaba un muro de tierra para protegerse del ataque- tu amante arquero ya no existe.
-No!- gritó Magnus.

Mientras, Isabelle, Simon y Clary, protegían a los niños. Pero cada vez era mas difícil. El pequeño Raphael vio el cuchillo de Simon y con esfuerzo logró alcanzarlo. El pequeño cazador usó el arma para escapar y correr hacia el caballero hada. Esquivando todos los obstáculos de la batalla.
-Papá- le gritó Raphael. En cuanto lo hizo, todo quedó en silencio- papá, se que estás ahí.

Meliorn miró al pequeño. Desde la lejanía, se escuchó la voz de Magnus llamando a su hijo.
El caballero hada miró al pequeño cazador de sombras.

-Se que estás ahí- volvió a repetir Raphael- Recuerdas cuando me leías en la noche, a mí y a Max? Recuerdas los juegos? O las palabras de consuelo tras alguna pesadilla? No quiero perderte.

Raphael empezó a llorar y Meliorn dirigió su espada al pequeño.
-Tu padre no está aquí- fue lo que dijo Meliorn.

El caballero hada dirigió su espada a Raphael, pero cuando iba a cortar su cuello, sintió que algo lo detenía. Meliorn empezó a retorcerse y reina gritó.
Tomó el cuchillo que tenía en su cinturón y lo lanzó hacia Raphael. Sin embargo, Meliorn usó su espada para bloquear el cuchillo. Meliorn tomó el arma de la reina y se lo lanzó. El arma se clavó en el pecho de la reina Seelie.
Todos se quedaron callados, pues sabían que quién en realidad salvó a Alec, fue Raphael.

-No- gritó Meliorn, recuperando el control- Mi amor. Mi reina. Que he hecho?

De improviso, la cara del caballero hada empezó a agrietarse como un jarrón cuándo se rompe. Meliorn se arrojó al piso en cuclillas y se tapó la cara con las manos. Su piel empezó a agrietarse, al igual que el resto de su cuerpo.

-Te maldigo, Alexander Lightwood- fue lo último que dijo Meliorn antes de terminar de quebrarse y hacerse polvo de hada.

***

A

l despertar, Alec descubrió de inmediato que no estaba en el bosque del reino de las hadas, el estaba en la enfermería del Instituto. Recordaba vagamente que el alma del caballero hada muerto, Meliorn, lo había controlado. Los recuerdos de cuando estaba fuera de sí, acudían a su cabeza como si estuviera viendo todo a través de vidrio. Luego, solo se había desmayado.
Intentó levantarse de la cama, pero unos cuerpos se lo impedía. Se trataban de Magnus, Raphael y Max. Su familia.
El cazador besó las frentes de sus hijos y por último, besó los labios de su novio. Por más dormido que estuviese, Magnus despertó en cuanto sintió los labios de Alec sobre el.
-Mi Alec- dijo Magnus- Creí que te perdería.
-Jamás- dijo Alec con cariño- Nunca pienses eso, brujo tonto.

El resto del día, sus hijos y su marido jamás lo abandonaron. En un momento, Isabelle, Jace, Clary y Simon, fueron a verlo. Ellos le contaron que mató a la reina Seelie mientras estaba bajo el hechizo y en cuánto la reina murió, Meliorn se hizo una montaña de polvo y que en ella lograron encontrarlo. Como si lo cubriera una armadura que de la nada se hace polvo. Incluso Magnus admitió que se trataba del hechizo necromantico mas extraño que había visto. 
En cuanto a los niños mundanos, ellos regresaron a sus hogares al cuidado de algún pariente.
-Nunca creí que la reina usara mundanos para lograr distraernos con un fin maligno- dijo Simon.
-La reina es capaz de cualquier cosa- dijo Clary.
-Bueno- dijo Isabelle- Lo era. Ahora que Alec acabó con ella, no tendremos de que preocuparnos.
-Nunca me agradó- dijo Jace- Nadie la extrañará.
-Bueno- dijo Magnus- Ahora quiero que me dejen un rato con mi familia.
-Nosotros somos familia- dijo Simon.
-No te desanimes, Smedley- dijo Magnus- Aún te invitaremos a las fiestas de navidad. Ahora, fuera.

Los cuatro cazadores empezaron a marcharse de la enfermería. Alec incluso creyó escuchar a Jace decir algo como no en frente de los niños.

Magnus besó las frentes de sus hijos y luego los labios de su novio.
Después de eso, hizo aparecer un balde de helado de chocolate y cuatro cucharas.
-Un poco no te hará mal- le dijo Magnus pícaramente a Alec.
-Si tu lo dices- dijo Alec a Magnus, con una sonrisa.
-Helado, helado, helado- dijeron entusiasmados Max y Raphael.

El cazador de sombras miró a su familia y sonrió.

-Los amo- dijo.
-Nosotros también te amamos- dijeron Max, Raphael y Magnus.

Los cuatro se llevaron a la boca una cucharada de helado al mismo tiempo.


***

Espero que les haya gustado.
No lo subí antes por qué tuve que ir al profesorado y no me dio tiempo.

Que les pareció el capítulo?

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