Las sabanas cubrían la desnudes de los dos cuerpos masculinos que yacían en una cama.
Mientras uno dormía, el otro no.
Magnus miraba el techo de la habitación, pensando en lo que había pasado. Mientras, Alec dormía profundamente. En paz, sabiendo que estaba junto a Magnus.
Una secuencia de imágenes pasaban por la cabeza de Magnus. Alec besándolo. Alec gimiendo su nombre. Alec con la espalda arqueada cuando lo penetró por primera vez.
Magnus sabía, que había sido el primero de Alec y sabía que habían avanzado de nivel en su relación.
El asiático se separó con cuidado del cuerpo de Alec y se puso un par de pantalones. Sin evitarlo, sonrió al ver la marca del cuello del cazador y saber que había sido el quien se la hizo.

Magnus se asomó a la ventana de su habitación del hotel en París y observó con atención la torre. Aún recordaba cuándo había subido por primera vez a la torre y conoció a una joven francesa que estaba de viaje por la ciudad. Recordó cuando la invitó a su casa y ambos habían tenido una muy sensual y excitada noche.
Magnus pensó en los amantes del pasado. El les había entregado amor, pero ellos no se lo devolvieron. Cuándo damos amor, esperamos recibir lo mismo.

Magnus pensó en Alec. El cazador no era malo en la cama, pero sabía que con el, era diferente.
Por primera vez, Magnus pensó que si abría su corazón, nada malo pasaría. Que Alec era el chico indicado...
Pero Magnus tenía miedo. Tenía miedo de lastimarlo o que el lo lastimara.
Pero Alec no lo haría, pensó, Alec nunca me lastimaría. El es diferente.

Magnus sonrió como tonto enamorado. Aunque sabía que lo era. Magnus sabía que estaba enamorado de un Lightwood.

Caminó hacia la cama y se acurrucó junto a Alec.
Aquél amante que lo ilumina como la luz del sol. Que entrega amor en cada beso, caricia y dulce palabra que le da.
Besó la mejilla de su novio, lo abrazó y se dejó arrastrar al mundo de los sueños hermosos. En ninguno, faltó un par de ojos azules.

Al día siguiente, despertaría junto a esos ojos azules y seguiría a su lado por todo lo que la vida les permitiría.