A Robert no le importa
Magnus despertó con una sonrisa en su rostro. Se estiró para tratar de encontrar el cuerpo de su novio junto al suyo, pero no fue así. Magnus dio un gruñido de disgusto y confusión.
Se levantó de la cama y se miró al espejo. Se sintió orgulloso por haber comprado ese pijama de flamencos violetas y cabezas verdes de alienígenas en un fondo color rosado salmón.
Se dirigió a la cocina y vio una taza de café preparado y unas tostadas. A su lado, un jarrón con una rosa
Magnus tomó la flor y la dirigió a su nariz. Se dejó embriagar por el dulce aroma de la planta y supo de inmediato, que se trataba de una de las flores del invernadero, debido al dulce aroma que solo aquellas flores tenían.
El brujo sonrió, sabía que su novio era alérgico a la mayoría de las flores de allí y por lo tanto, el invernadero era su lugar menos favorito. Pero aún así, no lo detuvo para buscarle una rosa.
Magnus usó su magia para recalentar el desayuno mientras leía una nota que estaba junto a la flor.
Se que no es así como querías pasar nuestra semana aniversario, pero mi padre me llamó para una emergencia. Prometo recompensarlo y conseguiré toda la semana libre.
Te amo.
Alec.
-Robert- dijo Magnus con molestia.
Magnus empezó a beber el café que su novio le había dejado. Su vista se fue al sillón y recordaba la charla que tuvo con su garbancito sobre tener una semana de aniversario y no un día.
Se suponía que ambos empezarían la mañana haciendo el amor y estarían todo el día en esa cama.
Pero no! Robert tenía que arruinarlo.
-Que té parece un nuevo compañero de juegos, Presidente?- le preguntó Magnus a su gato cuando hizo aparición en la sala.
El gato solo se le quedó viendo y después se fue al sillón a tomar una siesta.
-Tienes razón- le dijo Magnus- Alec me mataría si hago eso.
Magnus no soportaba estar lejos de su novio. Ya hasta empezaba a creer que era adicto a ese hermoso nefilim de ojos azules. Magnus también reconocía que era adicto a todo de Alec y no había pasado ni cinco desde se charla con Presidente que había decidido ir al Instituto.
Se puso lo mas atractivo que había encontrado y usó un portal a buscar a su novio.
***
Magnus estaba afuera del Instituto y llamó a la puerta. El brujo ingresó al edificio en cuánto la enorme puerta se abrió.
-Magnus Bane- dijo Maryse Lightwood- que haces aquí?
-Vine a ver a Alec- dijo Magnus.
-Y crees que puedes aparecerte de esa forma cuando quieres?- preguntó indignada la mujer.
-Tengo un permiso- argumentó Magnus mientras le alcanzaba un papel.
-Esto dice Puedo hacer lo que quiero!- dijo la señora Lightwood.
-Ahorremonos el drama, Maryse- dijo Magnus. Ignorando lo qué dijo Maryse- Dime donde está Alec.
-Alec no está- dijo Maryse- Se fue con Carter.
-Quién es Carter?- preguntó Magnus.
-Es un brujo que llegó a Nueva York hace unas horas- respondió Maryse- Es de Chicago y quería hablar con Alec sobre la alianza que hizo con el clan de vampiros y la manada de hombres lobo de Nueva York. Robert llamó a Alec para que pudiera hablar con Carter.
-Robert!- dijo Magnus.
El brujo se dirigió a la oficina del director del Instituto y allí encontró al señor Lightwood. Estaba leyendo unos papeles.
Magnus entró a la oficina.
-Hola, Magnus- le saludó Robert con cordialidad.
Pero Magnus Bane no estaba para cordialidades.
-Hola, Robert- dijo Magnus- Quiero hablarle sobre algo.
-De qué?- preguntó el Inquisidor.
-Sobre que arruinó el primer día de mí semana de aniversario con Alec- dijo Magnus.
-Dejate de dramas- le dijo Robert- Alec sabe que es mas importante su deber con la Clave.
-El pidió la semana libre- dijo Magnus.
-El deber de un nefilim nunca termina- dijo Robert.
Magnus salió de la oficina con notable molestia. Sabía que no podría seguir discutiendo con su suegro. Por lo tanto, decidió ir a su departamento.
Antes de invocar un portal que lo llevaría al loft, convirtió a Robert en la nueva mascota peluda y pequeña del Instituto. Por supuesto, el hechizo solo duraría un día. Pero esa fue una venganza suficiente para Magnus.
***
Magnus pasó el resto en el loft, en pijama y viendo las películas favoritas de él y Alec.
Y sí Carter era más guapo que él? Y sí Alec se aburría de él y se iba con Carter? Y si ahora estaban comiendo un helado o algo así?
Magnus sabía que no podía dudar de la lealtad de su ángel de ojos como el mar, pero lo extrañaba demasiado.
Ya eran las ocho de la noche y Magnus se había comido dos potes de chocolate entero. Dejó el que se había terminado en piso. Presidente empezó a acercarse al brujo y empezó a lamer la sobra de helado de chocolate. Magnus lo tomó entre sus brazos y el mínimo empezó a quejarse.
-Tu eres el único que se queda, Presidente- dijo Magnus- Y te amo por eso.
El gato solo maullo, sin saber que hacer o decir para que pueda reconfortar a su excéntrico dueño.
-Recuerdo que antes de ti tenía otro gato- le dijo Magnus- Él me dio el consejo más importante: confiar en la opinión de mi gato con respecto a mi citas.
Por eso, Alec es mi favorito. Pensó el gato.
Presidente Miau volvió a maullar.
Antes de seguir conversando con él animal, Magnus recibió un mensaje de su Alec.
Ven al parque.
Magnus se extrañó y chasqueo los dedos. Al siguiente segundo, estaba vestido con un pantalón jean, una camisa color vino, una par de botas y un montón de collares. El cabello lo tenía en punta y de color azul.
El brujo activó un portal y fue al parque. Allí, vio a Alec.
Había un montón de luces de colores y un picnic.
El brujo se acercó a Alec. El cazador besó los labios de su novio.
-Feliz semana de aniversario- dijo Alec cuando se separó de los labios de su brujo.
-Alec- respondió Magnus- Esto es maravilloso. Me encanta.
-Que bueno- dijo Alec- El lugar tiene un glamour para qué nadie nos moleste.
El cazador de sombras abrió la cesta y sacó una botella de jugo y una bandeja de sanguches.
Magnus levantó una ceja y Alec sonrió. Eso trajo recuerdos al brujo. Hubo una vez en la qué él y Alec habían hecho un picnic e incluso habían comido lo mismo.
Después de la comida, pasearon por el parque. Tomados de las manos.
Magnus ya quería llegar al departamento y tener una ansiada sesión de besos. Como muchas de las que habían tenido en el pasado y aún tenían.
-Y qué pasó con Carter?- le preguntó Magnus.
-Carter?- Alec parecía no saber de lo qué Magnus hablaba.
-Si, Carter- dijo Magnus. Alec aún tenía la cara de confundido- Ya sabes, el brujo que vino de Chicago.
-Magnus, no hay ningún Carter- dijo Alec.
-Pero tu padre me dijo...
-Oh, ya veo de lo qué hablas- respondió Alec- Desde hace unos días quería darte esta sorpresa. Le pedí a mi padre que me ayudara diciendo que tenía una misión importante o algo así.
-Entonces, no hay ningún Carter y lo qué el me dijo fue una excusa para que prepares mi sorpresa?- dijo Magnus.
-Claro, cariño- dijo Alec.
Magnus sabía que tendría que asumir las consecuencias de convertir a Robert en un pequeño gato. Sin que Alec se diera cuenta, chasqueo los dedos para que su suegro volviera a la normalidad.
-Estás bien?- le preguntó Alec mientras ponía su cabeza en el hombro de Magnus.
-Por supuesto- dijo Magnus mientras besaba a su novio y teniendo en él toda su atención- Solo pensaba en la hermosa sorpresa que me diste y en lo mucho que te amo.
-Yo también te amo, Magnus.
-Feliz semana de aniversario, Alec.
Magnus nunca deja de exagerar las cosas🙈😂
Espero que les gustara esta historia.
Que les pareció?
Besos😘
Caro.
Ya somos 5k!
Gracias por leer, comentar y votar. También gracias por seguir estas pequeñas historias de Malec.
Se los ama💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro