Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

MALDITOS CORRUPTOS ASESINOS - CAPÍTULO 2


2

Suena un móvil en el dormitorio de la principal residencia oficial del presidente de la Nación Argentina, la Quinta presidencial de Olivos: un predio de 30 hectáreas situado en la zona norte del gran Buenos Aires.

El sol aún no aparece y el móvil privado del ex presidente Néstor Kirchner insiste hasta que logra interrumpirle el sueño

—¿Qué ocurre? —ofuscado pregunta Néstor Kirchner y calla.

Aunque el dormitorio matrimonial está en un rincón apartado y privado del chalet presidencial, duda de si está aislado lo suficiente como para continuar con la conversación. Desconfía de todos, porque además de la familia presidencial, dentro de La Quinta de Olivos hay gente armada custodiando la seguridad, personal de maestranza, para el mantenimiento y para otros servicios, y duda de todo lo que lo rodea, porque las paredes y otros objetos pueden tener oídos.

"No tengo intimidad, este lugar está siempre lleno de gente; ni siquiera puedo darme el gusto de salir a caminar en pijama por el hermoso parque que atesora una variada y valiosa vegetación, y disfrutar de su reparador microclima que es un verdadero oasis dentro del área metropolitana de Buenos Aires que está plagada de cemento —se queja una vez más Néstor Kirchner— Me siento mucho más cómodo en nuestra casa junto al Glaciar Perito Moreno, en el El Calafate, Patagonia.

El ejercicio del poder requiere privacidad, la necesaria para las cuestiones opacas a las que echan mano casi todas las presidencias, y como aquí no me siento seguro, por las dudas me limito a escuchar y me cuido de responder con monosílabos".

—Jefe, perdón por la hora, pero recibí el habitual informe anticipado de lo que saldrá en los medios, y como interpreté que es importante y urgente, me atreví a llamarlo para avisarle que Ricardo Jaime es la noticia del día —se apresura a decirle su secretario privado de confianza.

—¡Ajá!, quiero los detalles —le pide el ex presidente en voz baja para evitar despertar tanto a su mujer que duerme a su lado, como sospechas en los posibles oídos alertas que merodean; al tiempo que se despereza estirando los brazos con las manos en la nuca.

—Sin bien ya se rumoreaba que Ricardo Jaime lleva un estilo de vida que puede justificar con sus ingresos, ahora José Pulicier en su nota editorial de opinión da a conocer detalles de la vida lujosa de Ricardo y da a entender que él es solo uno de los tantos brazos recaudadores del poder, y que se debe seguir el rastro hacia arriba hasta llegar a la cabeza de la organización ilícita. Los cañones le disparan a Ricardo y todo indica que seguirán haciéndolo, y no descarto que alguna bala le pegue a alguien más.

—Yo me encargaré de hablar con Ricardo, tú ocúpate de lo que ya sabes, ¿comprendido? —ordena Néstor disimulando su bronca.

—Ya me ocupé de mover los hilos —. El secretario privado internamente se vanagloria de su eficiencia, deseoso de ganar puntos y de ser recompensado por el jefe. —Hablé con los empresarios amigos que compraron medios por su pedido y con los medios que nos lamen la mano a cambio de publicidad oficial, y logré que se comprometan a difundir que todo es una sucia jugada de la oposición para desprestigiar a nuestro gobierno. Evadirán el tema y pondrán el acento en los logros de la Secretaría de Transporte a cargo de Ricardo. Paralelamente y como lo hemos hecho en otras ocasiones con quienes nos enfrentan, ya comenzamos el sutil trabajo de "ablande" para con José Pulicier y el multimedio donde trabaja, para que desistan de seguir dándole cuerda al tema y a la investigación. Más adelante y según como se vayan dando los hechos, podemos presionar al amigo de José Pulicier que gana muy bien como directivo en uno de nuestros medios y que no creo que desee perder su buen trabajo teniendo una familia que mantener, para que lo convenza de que se deje de joder y que se nos una, ya que si lo hace, habrá buen dinero para él.

—Bien hecho, pero no es suficiente —aclara Néstor con tono de insatisfacción.

—Deje que adivine... —se adelanta a decir el secretario privado con la intensión de ganar más puntos—, debemos descubrir la fuga. José Pulicier obtiene buena información y me temo que proviene de alguien de nuestro entorno. Debemos desenmascarar a quien nos traiciona.

—Sí, es muy importante.

—Pincharemos las comunicaciones para averiguar con quién habla y lo vigilaremos durante las veinticuatro horas. Es divorciado y vive solo desde hace seis años, pero averiguaremos todo de él: con quién se reúne, dónde va por la noche, con quién se acuesta, los movimientos de sus cuentas bancarias..., todo, hasta dar con su fuente de información.

—De acuerdo, pero con suma discreción. Mantenme al corriente de todo —ordena Néstor Kirchner y corta.

El tema de conversación lo tenía tan absorto, que recién advierte que su esposa y actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, está acostada a su lado y observa con atención su aspecto de preocupación. Su marido tiene los ojos hinchados e irritados, pero no de cansancio, ha dormido lo suficiente.

Cristina espera ansiosa que le cuente lo que está sucediendo. En la intimidad, Néstor se arrima a su mejilla y en susurros le cuenta, y al terminar, ella se incorpora de un brinco.

—¡Ricardo es un imbécil! Se mandó varias cagadas que pueden afectar a nuestro gobierno—– espeta irritada mientras Néstor le hace gestos para que baje la voz.

—Mi amor, no necesitas que te diga cómo evitar hablar y esquivar el tema de Ricardo, así que mantente al margen y despreocúpate.

—La bola de nieve comenzó a rodar y no estoy segura de que la podamos detener. La empujarán los políticos y medios, tanto independientes como opositores, y se le sumarán fiscales y otros que nos odian. Todos estarán pendientes de los movimientos de Ricardo y harán lo posible para involucrarnos. ¡No podremos controlarlo todo!

—Seguro que no, pero podemos manipularlo para evitar que la mierda nos salpique. Tranquila, sigue con tu agenda como si nada y deja que yo me ocupe.

Aunque su esposa es la presidenta, todos saben que él es el verdadero líder al que deben venerar, porque de él emana la fuerza del poder que tanto atemoriza y que implacable ejerce desde el acto del 25 de mayo de 2003 en el que asumió la presidencia. Luego que le colocaron la banda presidencial, a Néstor Kirchner le entregan el bastón de mando, y ante la sorpresa de todos, se pone a jugar con el símbolo de poder. Contento como niño con juguete nuevo, hace malabares con el bastón de mando mientras sigue los movimientos con su ojo estrábico. Sorprende a todos su alegoría del poder; toda una señal premonitoria de lo que padecerá el pueblo argentino.

—"Turco"... —en tono amistoso, Néstor le dice utilizando uno de los apodos con que denomina a Ricardo Jaime—, últimamente y por lo torpe, te pareces al pato criollo: "Cada paso, una cagada".

—Soy el centro de las noticias y eso no me conviene a mí, ni a nadie. Estoy seguro que alguien me odia y está filtrando información.

—Pero vos te encargas de darles letra —lo interrumpe con voz áspera, sin disimular su mal humor— Ricardo, amigo mío, nunca te olvides que de mi mano te llevé a lo más alto, y que disfrutas de la más efectiva protección por estar arriba a mi lado; pero no me defraudes, si jodes nuestra misión terminarás cagándonos a todos. No hables con ningún periodista y reunámonos en privado ni bien vuelvas a Buenos Aires — le ordena Néstor sin disimular su bronca, y corta la comunicación.

Néstor me habló con un tondo distinto al habitual —. Advierte Ricardo Jaime. —Nos conocemos bien. Nos hicimos muy buenos amigos desde que comenzamos a militar juntos en la Patagonia. Es tal la confianza que nos tenemos, que no dudó en pensar en mí antes que asumiera como presidente, y le pidió a nuestro común amigo, Julio De Vido, que me llamara.

—¡Hola! ¿Cómo estás? —. Le pregunta Ricardo Jaime a Julio De Vido al atender la llamada.

Si bien para hacer política en su provincia natal, Córdoba, Ricardo se había distanciado de Julio y de Néstor, su relación de años con ambos seguía tan intacta como siempre.

—Néstor me pidió que me haga cargo del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios; y quiere que tú lo hagas de un área muy "sensible", la Secretaría de Transporte —. Julio De Vido le hace extensiva la propuesta de Néstor.

—Pero soy el Vice Ministro de Educación de la provincia de Córdoba, y además, ¡no sé nada de transporte! —. Duda Ricardo si debe aceptar.

—¿Y eso qué importa? A Néstor le da igual que sepas o no sobre transporte y menos tu eficiencia en la gestión pública, lo único que le importa es la confianza que te tiene y tu eficiencia para "recaudar para la causa". Si bien en lo formal dependerás de mí, en los hechos tendrás línea directa con Néstor.

—Cuenten conmigo— Sin dudarlo Ricardo acepta, y así es como queda sellada la suerte de los bolsillos y de la vida de los pobres argentinos.

Aunque pasó mucha agua bajo el puente desde que Néstor decidió que yo era el más indicado para la función de Secretario de Transporte, todavía seguimos siendo buenos amigos; así que el tono con el que me acaba de hablar, ha de ser una más de sus repentinas "calenturas —. Admite Ricardo, y no se inmuta por lo que acaba de escuchar.

Lo que realmente me tranquiliza, es que todos los que pertenecemos al círculo íntimo del poder estamos en el mismo lodo, y embarrados hasta el cuello. Solo si nos aferramos de la mano entre todos para protegernos, no nos hundiremos y ahogaremos. Cuento con este reaseguro además de la amistad que nos une con Néstor.

¿Por qué tanto alboroto? Después de todo, ¿qué tiene de malo que me haya hecho millonario? —Ricardo Jaime esboza una sonrisa golpeándose con dos dedos en el hombro como prueba del poder que le da el ser el Secretario de Transporte, y en agradecimiento a que se haya enriquecido ejerciendo la función pública, besa sus dedos y luego eleva el brazo con su índice señalando a las alturas, para extender su gratitud a su amigo, el jefe supremo —Te he servido y continúo sirviéndole a tu esposa, la Presidenta. Soy de los que más aporta a la causa y a sus bolsillos. ¡Deberían agradecerme en vez de criticarme!

¿De qué me sirve tener tanto dinero, si no lo puedo disfrutar ni ostentar a gusto?

Con su brazo en alto, Ricardo Jaime cierra el puño y eleva el dedo medio, y con todo lo que significa esa señal, gira sobre sus pies imitando un paso de baile, para burlarse de la última frase que Néstor dijo antes de cortar la comunicación.

¿Por qué el matrimonio presidencial me recrimina? Deberían comer y dejar comer. Ellos tienen una obsesión enfermiza por sumar poder y acumular dinero. Guiados por su codicia sin límites, no se cansan de sumar millones a sus bolsillos.

Yo conozco mejor que nadie las zonas oscuras de su gestión y soy el que más les recauda, y esa complicidad es la que me da tranquilidad y seguridad.

Cuando Néstor le dijo a su equipo de gobierno que: «Hay que construir los resortes de poder y desarticular los intereses, con o sin confrontación. La única manera que hay para gobernar es teniendo un Estado fuerte que pueda imponer condiciones. Claro que necesitamos tiempo, pero no hay ni un minuto que perder», no liberó a los del núcleo íntimo del poder a presionar para conseguir el objetivo sin importar los medios que utilicemos; y a mí me tocó la parte vital de conseguir dinero para financiar las campañas políticas, y para acumular poder económico. Lo estoy haciendo bien y en especial el de llenarles los bolsillos, así que mejor me tranquizo y, ¡a disfrutar!

En la residencia presidencial de arquitectura heterodoxa, romántica y con resonancias barrocas, las primeras luces del alba vistas desde los amplios ventanales pintan sombrías, se presiente la tormenta que se avecina y hay que abrir el paraguas antes que sea demasiado tarde.

—No hay ni un minuto que perder, debemos luchar en todos los ámbitos —ofuscada, la Presidenta le recalca a su marido antes de partir hacia la Casa de Gobierno.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro