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Epilogo

Singto miro por el rabillo del ojo como los otros salían de aquella casa, cosa que les agradecía, no quería que nadie lo viera en ese momento, era duro tener que despedirse, pero era algo que tenía que hacer, lo habia prometido, no podía dejar que el mal lo consumiera también, vio lo que la oscuridad podía hacerle a una persona, no necesitaba que otro loco sediento de sangre estuviera suelto por las calles de Bangkok.

—Debes estar feliz, lograste hacer justicia, Glenn ya no dañara a nadie más—. Comenzó la conversación la mujer orgullosa por lo que habia hecho su hijo.

—Sí, estoy feliz—. Una sonrisa triste adorno su rostro.

—Cambia esa cara, se feliz de que ese monstruo ya no matara, todo ha terminado...

—Sé que debería estar feliz por ello y lo estoy, créeme mamá estoy feliz de que se hará justicia, pero eso implica que no te veré mas, le prometí a Fluke que me quitaría el anillo y se lo entregaría.

—Sabia decisión—. Asintió la mujer con una sonrisa en sus labios.

—Ya no poder hablar contigo, hay tantas cosas que quería decirte, preguntarte, sin embargo, ¡tú desapareciste! —. La miro con algunas lágrimas en los ojos.

—Fue lo mejor, no debías acostumbrarte a verme, Singto yo ya estoy muerta, no pertenezco al mundo de los vivos, todo eso que me quieres decir ya lo sé, yo también te amo, en cuanto a las preguntas también tienes las respuestas, desaparecí de tu presencia porque si no sería más difícil dejarme ir, querrías quedarte con ese anillo para siempre solo para hablar conmigo y no lo puedo permitir hijo, no te protegí a costa de mi descanso eterno para que terminaras maldito por ese anillo—. Ella lo miro amablemente, como solo una madre lo podría hacer.

—Entiendo todo eso, pero igual es doloroso, me hubiera gustado tener más tiempo contigo...

—Y lo tendrás, solo que no me veras, estaré a tu lado hasta que quien sea que rige la vida y la muerte decida que he pagado mi falta, si necesito decirte algo o tú quieres hablar conmigo, puedes pedirle a Fluke que lo haga.

—¿Porque lo molestaría para eso?

—¿Y porque no lo harías?, ¿no son amigos?, además ya yo hablé con él y está dispuesto a ser nuestro intermediario de vez en cuando, esto no es un adiós, sino un hasta luego, se feliz hijo, es momento de que dediques tiempo a ti mismo y hagas lo que siempre has querido hacer.

—Lo hare, hare lo mejor posible para vivir mi vida sin ti.

—Adiós hijo—. Y con eso la mujer desapareció dejándolo completamente solo en aquella habitación.

Algunas lágrimas de tristeza recorrieron su rostro, estaba triste, pero entendía que así debían de ser las cosas, él estaba vivo y tenía muchos años por delante antes de que se volvieran a reunir, con cuidado se quitó aquel anillo de su dedo y lo metió en la caja negra, le dio un último vistazo a la habitación y salió por la puerta dejando atrás ese capítulo de su vida, habia logrado hacer justicia.

Mientras aquella conversación se daba dentro de la casa, Fluke camino hacia su auto abrió la maleta y guardo la vasija en una caja especial para contenerla, el destino final para aquel recipiente era una caja fuerte que tenía en su museo subterráneo, allí nadie la tocaría, ni tendría la tentación de abrirla para liberar nuevamente a la sombra maligna, incluso en ese momento aquella cosa estaba luchando por salir.

—Entonces, ¿está hecho? —, hablo Kao cuando el rubio termino de cerrar el maletero.

—Sí, ya todo termino— Se giró y miro a los dos fantasmas que ahora tenía al frente.

—¿Por qué no me dijiste que Kao todavía estaba aquí? —, pregunto Gulf con un puchero en sus labios, estaba contento por volverlo a ver.

—Te hubiera distraído, estabas en una situación complicada y no podías estar pendiente de su presencia, quería que estuvieras concentrado—, respondió con la verdad el rubio.

—Entiendo, pero aun así me hubiese gustado saberlo, ahora entiendo que era eso cálido que sentía algunos días cuando estaba en la cafetería—. Se cruzó de brazos algo molesto.

—Pues, eso ya no importa, ahora están juntos y pueden hacerse compañía por el resto de su no vida o simplemente pueden cruzar la luz y estar tranquilos en el más allá, ustedes deciden que hacer ahora—. Les sonrió cuando vio como aquellos fantasmas se tomaban de las manos, eso quería decir que sus sentimientos fueron reales, que Kao si llego a querer a su primo.

—Sí, tenemos toda la eternidad para decidir qué hacer—. Sonrió Gulf recostando su cabeza en el hombro del serio Kao —¿Que pasara con Glenn? —, pregunto curioso el fantasma.

—Como aún está vivo, nuestro equipo lo llevara al hospital junto con la carpeta de pruebas que recaudo Singto durante años, lo más probable es que termine en un manicomio, cuando lo interroguen y empiece hablar de una sombra, no van a querer meterlo en una cárcel con reos comunes.

—Creo que es un justo castigo para sus crímenes—. Estuvo de acuerdo Gulf.

Unos minutos después, vieron como un afectado Singto salía de aquella casa, se podía notar que la conversación que había tenido con su madre lo había dejado un poco mal, era su adiós con ella, ya no la volvería a ver.

—Ya está hecho, no veré nuevamente a mi madre—. Le entrego la caja con el anillo al rubio.

—Es lo mejor, no podías dejar que la energía de esta cosa se terminara de apoderar de ti—. Guardo la caja en el bolsillo de su chaqueta —Ya sabes que si necesitas decirle algo o ella tiene un mensaje para ti, siempre estaré dispuesto a ser su intermediario, por lo menos lo hare mientras yo siga con vida—. Una media sonrisa pinto los labios de Fluke, sabiendo que tarde o temprano también llegaría su día.

Singto solo asintió y se subió al asiento de copiloto, quería dejar todo aquello atrás lo mas rápido posible, Fluke tardo unos segundos más en su subirse, porque con un gesto de sus manos, el equipo de limpieza salió de sus vehículos y coloco manos a la obra, esta vez no tenían cuerpos de los cuales deshacerse, sino que se encargarían de borrar todo rastro del ritual que realizaron para desterrar a la sombra, colocar el arma en manos del cuerpo de Gulf y sembrar las pruebas irrefutables de que Glenn Yong era un asesino en serie.

La noticia de la muerte de uno de los herederos del imperio Natouch, circulo en las primeras páginas de los periódicos más importantes del país, los periodistas a acosaron a Fluke por algunos días queriendo obtener los detalles del suceso, a lo que el siempre respondió, que la justicia se estaba encargando de todo, después de todo con la muerte de su primo, muchos casos que involucraban a Glenn Yong habían sido reabiertos, las pruebas que encontraron en su casa, eran irrefutables, aquel hombre tuvo años perpetrando crímenes sin que nadie supiera de ello.

El funeral de Gulf Kanawut fue tranquilo, solo los empleados de la cafetería, algunos amigos y Singto fueron quienes lo acompañaron durante aquel tramite, en el cual Fluke siempre mostro un rostro serio, sin ninguna emoción, dándole a entender a todos que no debía ser molestado, aunque no pareciera al rubio le dolía haber perdido a su única familia, lo único que lo consolaba es que aun podía verlo y hablar con él.

—Bueno, Glenn Yong fue condenado—. Singto choco su vaso de whisky con el del rubio que se dejó car en el sofá de la oficina.

Acababan de llegar de la última audiencia que dictó sentencia aquel hombre, fueron dos semanas en las cuales estuvieron viendo cómo se llevaba a cabo aquel juicio, el abogado defensor nunca tuvo una oportunidad, lo único que pudo lograr con todo aquello fue que su defendido cumpliera su condena en la unidad de enfermos mentales, las declaraciones de Glenn fueron determinantes para ello, al subirlo al estrado de todo lo que pudo hablar fue de la sombra que lo obligaba a cometer sus crímenes, que debía alimentarla con sangre.

Incluso los señalo a ellos, acusándolos de haberlo separado de su fiel compañera, que por su culpa habia perdido a lo único que le daba sentido a su vida, por supuesto nadie le creyó, eso solo demostró lo que ya venían sospechando durante el proceso, aquel hombre estaba completamente loco, así que no quedó más remedio que declararlo culpable de todos sus crímenes.

—Así es, conseguiste lo que querías, le hiciste justicia a todas sus víctimas.

—Me hubiese gustado que fuera antes, pero me conformo con esto, ahora puedo decir que cerré un capitulo en mi vida.

—¿Qué harás ahora? —. Fluke estaba curioso por saber cuál era el siguiente paso a seguir por su acompañante.

—Lo de siempre, ocuparme de mis negocios—. Se encogió de hombros —No te libraras de mí, seguiré compitiendo por obtener las antigüedades antes que tú.

—Por mi está bien, solo no te debes meter en mi camino cuando de un objeto maldito se trate, de esos me ocupo yo—. Ambos se sonrieron sabiendo que aquella extraña relación que habían creado seguiría avanzando hasta ver en que terminaría.

No eran tontos, los dos se habían dado cuenta que se sentían atraídos por el otro, pero estuvieron tan absortos en resolver el problema de Glenn Yong, que no exploraron más allá de sus encuentros de negocios esa extraña tensión que se producía cuando se encontraban, con eso resuelto, ahora tenían todo el tiempo del mundo para averiguarlo.

—¿Qué decidieron? —, pregunto Fluke a los dos fantasmas que tenía en frente.

Ya habia pasado medio año de la muerte de Gulf, tiempo en el cual con la ayuda de su primo coloco en orden todas las cosas que habia dejado pendiente, la cafetería seguía funcionando como siempre; Fluke ahora iba tres veces por semana a supervisar que todo estuviera bien, dejo a su empleada más antigua como encargada, no quiso cerrarla, aquel lugar siempre fue el bebé de su primo, así que decidió conservarla como un recuerdo de lo que habia hecho su primo en su paso por la vida.

—Vamos a cruzar la luz—, respondió Gulf con una sonrisa.

Después de discutirlo con Kao, visitar algunos lugares juntos y ver como su primo habia conseguido a alguien que le hiciera compañía, decidió que era momento de seguir, nada hacían vagando por la tierra, no podían interactuar con los humanos, nadie más aparte de Fluke los veía, estar allí era un poco aburrido, ni siquiera se podían tocar de la manera que querían, además de que tenían la oportunidad de pasar la eternidad juntos, sabían que pagarían por los crímenes cometidos, pero estarían juntos.

—Sabia decisión, es momento de que avancen al más allá...

—Lo sé, solo no quería irme y dejarte solo, pero no lo estarás, me alegro de que tengas a alguien que cuide de ti—. Esas palabras hicieron que un tenue sonrojo adornara las mejillas del rubio, sabía perfectamente a que se refería.

—Fue un placer conocerte Fluke—. Intervino ahora Kao —Debo decir que fue interesante conocer todas lo que haces por mantener los objetos malditos fuera de las manos inexpertas, creo que tu maldición es un regalo que ha ayudado a muchos a continuar con su vida.

—Lo es, porque yo quise que fuera así, papá me enseñó a no dejarme consumir por ella, siempre le estaré agradecido, si lo ven denle mis saludos—. Le regalo una nueva sonrisa a los fantasmas.

—Así lo haremos primo, le diremos que lograste ser feliz a pesar de las circunstancias, se feliz Fluke, no le des la espalda al amor, vive el presente sin pensar en lo que pueda pasar en el futuro, ya llegara tu momento, espero que sea tarde en tu vida, no quiero verte pronto en el más allá—. Bromeo Gulf, antes de tomar la mano de Kao y desaparecer con él en la luz.

Fluke solo lo miro marcharse, con una sonrisa y una lagrima corriendo por su mejilla, el ultimo pariente que tenía vivo habia logrado descansar en paz, ya no tendría la necesidad de matar a nadie más, estaba feliz por él, de verdad lo estaba, sin embargo, se iba dejándole un gran vacío en su corazón que esperaba que poco a poco fuera sanando.

Ahora solo quedaba un Natouch portador de la maldición, era el último que quedaba con vida, con él acababa aquella historia y mientras eso sucediera, allí estaría para alejar de las manos inexpertas cualquier objeto que pudiera estar maldito y que hiciera pasar a otra persona por todo lo que ellos vivieron, ese era su propósito de vida, él y Singto se encargarían de ayudar a los inocentes.

Y así llegamos al final de esta historia, espero que les haya gustado.


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