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Capítulo 9

La tortura hacia Gulf se habia incrementado, Glenn estaba completamente fuera de sí, probando aquella sangre que iba haciendo cada vez más fuerte a su acompañante, se sentía muy excitado con todo aquello, habían sido dos años de sequía en donde no habia visto aquel preciado líquido que le ayudaba a vivir en compañía de su amada compañera, la única que ha estado a su lado desde el momento de su nacimiento, por eso no tenía problema alguno que ella tomara posesión de su cuerpo de vez en cuando para hacer lo que quisiera.

Sin embargo, él era consiente de todo lo que estaba sucediendo, cada cosa que habia hecho la sombra él la vivió como un evento propio y por eso, no podía dejar de causarle curiosidad la manera en que Gulf sonreía tras cada corte que recibía en su cuerpo, otra cosa que adoraba en sus víctimas eran los gritos, la forma en que todos lloraban, gritaban y suplicaban que no los mataran, pero esta vez no estaba sucediendo nada de eso, aquel pelinegro parecía feliz con su tortura.

—¿Por qué sonríes? —, pregunto con el permiso de la sombra, quería saciar su curiosidad.

Como respuesta solo recibió una carcajada del pelinegro, en sus ojos se podía ver el brillo de la profunda alegría —Estas cumpliendo mi sueño Glenn, desde que se lo que soy y lo que hago, he querido que este día llegue.

—No entiendo...

—Yo también estoy maldito, hoy yo también venía con un plan—. La sonrisa en sus labios se hizo más grande y llamo con la cabeza a su acompañante para que se acercara —¿Te digo un secreto?, ¿quieres que te diga que tenía planeado? —, susurro con regocijo haciendo que Glenn se acercara un poco más para poder escucharlo mejor —Iba a matarte—. Gulf paso su lengua por la mejilla contraria —Tenía planeado que tuviéramos sexo salvaje para después en medio del clímax ahorcarte con mis propias manos, iba a ser una muerte muy placentera—. Mordió el lóbulo de su oreja sensualmente, él también quería jugar —¿No hubiera sido poético? —. Se recostó en la silla esperando una respuesta.

Glenn solo se apartó riendo como un desquiciado, al parecer se habia encontrado con alguien interesante, si las circunstancias fueran otras, quizás hubieran sido una increíble pareja, dos asesinos saciando su sed de sangre, pero las cosas no eran de ese modo, aquel pelinegro era su víctima, no habia tiempo de buscar alguien más para alimentar a la sombra, necesitaban sangre para que siguiera subsistiendo.

—Muy interesante ese plan tuyo, he de admitir que hubiera sido algo poético, pero el que manda aquí soy yo—. Lo tomo nuevamente del cabello y lo hizo hacia atrás, ya no jugaría mas con su presa, habia llegado el momento de terminar todo aquello, no era tonto, sabía que no estaban solos y no le convenía que las cosas se alargaran más de lo necesario.

Así que, sin miramientos y en un solo movimiento corto la garganta del hombre que hasta ese momento habia sido conocido como Gulf Kanawut, se regocijo en la forma en que la vida iba abandonando poco a poco sus ojos y la sangre que brotaba a chorros de por su piel salpicaba su ropa y parte del suelo, estaba hecho, habia matado una vez más para conseguir su objetivo, era momento de alimentarse, no obstante, antes de que pudiera poner sus labios en aquel liquido rojo, la puerta de la casa fue abierta de manera brusca, dejando entrar a dos nuevas figuras vestidas completamente de negro.

—Hola Glenn, veo que mataste a mi primo—, hablo Fluke apuntándolo en la frente con un arma de fuego —Como comprenderás no puedo permitir que te vayas sin pagar—. Miro hacia la esquina en donde estaba parado Gulf con una sonrisa.

—¿Que te hace pensar que dejare que me mates?, ¡tú no sabes quién soy yo! —. El hombre estaba completamente furioso habían detenido su alimentación; cosa que era el plan del rubio desde un principio, no podía dejar que la sombra se volviera más poderosa, de eso dependía que pudiera contener su poder.

—Por supuesto que se quién eres, ¿creíste que no te iba a investigar?...

—Singto Prachaya eres un desgraciado bastardo, debi matarte cuando tuve la oportunidad, pero el estupido fantasma de tu madre se interpuso en mi camino, por cierto, ¿en donde esta?, ¿ya cruzo a la luz?, ¡cierto!, ¡no puede hacerlo!, se convirtio en un alma penitente nunca podrá descansar en paz—. Se carcajeo con suficiencia, quería provocar al moreno para que se acercara y poder clavarle el cuchillo.

—¡Detente! — Fluke tomo a su acompañante del brazo antes de que pudiera avanzar —No le des el gusto— Y a continuación acciono el arma de fuego hiriéndolo en la pierna.

—¿Que me hiciste? —, grito cayendo al suelo y tomándose la pierna, sentía como si se estuviera quemando de adentro hacia afuera, la sombra se estaba volviendo completamente loca.

—Veras Glenn, estas no son balas normales—. Fluke camino hasta su posición y se agacho para pasarle la pistola de manera amenazante por el rostro —Son balas bendecidas por los monjes y varios sacerdotes, otra de estas en medio de tu frente y estarás muerto, la sombra no podrá hacer nada por ti —¡Atalo! —. Se dirigió a Singto, quien fue hacer rápidamente lo que le pedía —No intentes desatarte, esas cuerdas también están benditas—. Advirtió sin dejar de apuntarlo.

—¡No van a vencer a la sombra!, yo solo soy un recipiente, cuando me maten será libre de poseer a alguien más, ¡son unos estúpidos!, ¡no podrán terminar con ella! —, rio maniáticamente creyéndose el ganador.

Alegría que no le duro mucho, porque sintió una cachetada en su rostro, Singto se habia acercado a él y lo tomo de la mandíbula para que lo mirara a los ojos, tenía que ver el odio que habia en ellos, lo odiaba; odiaba la manera en la que habia matado a sus compañeros de clase a sangre fría y a todas aquellas inocentes personas a lo largo de los años.

—La sombra tampoco saldrá de esta habitación, eso lo puedes tener por seguro—. Se apartó dejando ver como el rubio comenzaba a disponer algunos objetos en el suelo, antes de dirigirse a donde estaba atado su prisionero y pintar una serie de símbolos a su alrededor.

—¿Crees que eso va a servir? —, grito Glenn tratando de desatarse.

—Si lo hace o no, lo sabremos en unos instantes—. Se encogió de hombros Fluke tomando un libro del pequeño altar que habia montado y busco la hoja marcada —Después de todo, este solo es el plan A, también tengo plan B, C y D, alguno funcionara—. Sonrió con suficiencia.

—Esta vez escogiste a la víctima equivocada—. Singto se apartó, tomo una vasija con símbolos marcados del improvisado altar, para luego colocarse en su posición designada en aquel ritual que estaba a punto de suceder.

Fluke lo miro y asintió, cerró los ojos tomando una respiración profunda y comenzó a recitar:

En esta hora, en esta tarde, por la venia de todo lo divino, de todo lo santo, recurro a las fuerzas más allá de mi comprensión para erradicar el mal de esta habitación—. Tomo una botella de agua y comenzó a rociar con ella el cuerpo de Glenn, quien comenzó a gritar como loco, porque sentía que cada gota que caía sobre su piel lo quemaba, se trataba de agua bendita recolectada de uno de los templos más importantes de la ciudad.

Por el poder del creador, destierra de este cuerpo, de esta casa, la presencia del maligno espíritu, líbranos de su presencia, de su influencia, del mal que ha propagado durante tanto tiempo—. Para ese momento el cuerpo del hombre amarrado aquella silla habia comenzado a retorcerse, los ojos de Glenn se habían vuelto completamente negros y amenazaba a los presentes con una voz completamente siniestra, prometiéndoles que los mataría a cada uno de ellos de una manera atroz y que los fantasmas en aquella habitación también desaparecerían bajo su venganza.

Sin embargo, ninguno de ellos le presto atención, Singto seguía firme sosteniendo la vasija sin moverse de su lugar, estaba esperando el momento correcto en el que tenía que intervenir en aquel ritual, mientras en la esquina de la habitación, Gulf, Kao y su propia madre veían con un brillo en los ojos como aquel hombre gritaba de agonía, la sombra se estaba haciendo visible, poco a poco hilos de humo de color negro rodeaban a Glenn, su parasito acompañante estaba tratando de hacer lo que podía para mantenerse aferrada a ese plano terrenal, lo cual era imposible, porque Fluke sabía perfectamente lo que hacía, ingreso al círculo que habia dibujado y coloco sobre la frente de Glenn una turmalina negra, para seguir diciendo:

Quita el poder al mal, que la luz ilumine en donde existe oscuridad, que por la voluntad del poderoso la sombra que acompaña a este cuerpo sea expulsada aquí y ahora—. En ese momento Fluke cerro el libro que tenía entre sus manos y se concentró en mantener la piedra en su lugar, la sombra habia comenzado a emerger del cuerpo de Glenn Yong, poco a poco aquel humo negro que siempre lo acompaño se estaba desprendiendo de su ser, en medio de gritos agónicos que hubieran alertado a los vecinos, pero para su suerte aquel hombre cuando compro la casa la insonorizo sabiendo que en cualquier momento cometería un asesinato y no necesitaba que nadie se enterara de ello.

Estuvieron en esa posición, por lo que parecieron unos interminables cinco minutos hasta que la silueta de aquella cosa estuvo completamente formada fuera del cuerpo, la sombra intento meterse en el cuerpo de Fluke, pero la turmalina hizo su trabajo y creo un escudo entre él y ella, habia llegado el momento de la última fase del ritual, así que Singto coloco la vasija en el suelo y comenzó a recitar su oración:

Invoco al mal en esta habitación, invoco al mal en esta habitación, invoco al mal en esta habitación, llamo al espíritu maligno que acompaña al hombre conocido como Glenn Yong, lo llamo en nombre del creador, su tiempo en la tierra ha terminado, el mal no reinara entre los humanos, debe ser contenido—. Al terminar esa frase el humo negro comenzó a dirigirse hacia su cuerpo, pero antes de que pudiera tocarlo hizo que ingresara en la vasija para seguir recitando —El mal debe ser sellado, para no dañar a alguien más con su presencia, él mal no puede reinar sobre el bien, no debe hacer daño a los mas débiles, ingresa en esta vasija sagrada para siempre, de donde nadie podrá sacarte en esta vida, ni en la siguiente, paga tus culpas por toda la eternidad—. Termino de decir cerrando el recipiente, cuando lo último de la sombra habia ingresado.

En ese momento, él y Fluke cayeron exhaustos al suelo, lo habían logrado, el plan A funciono tal y como el rubio lo trazo, corrieron con la suerte de no necesitar hacer algo más, pero habían usado demasiada de su energía en tratar de combatir la necesidad que sintieron sus cuerpo de unirse con aquella sombra que lucho contra ellos hasta el final, aquella cosa intento tentarlos con su poder a lo largo de todo el ritual, pero quizás el anillo que tenía Singto puesto y la maldición de la que ya era poseedor Fluke, los habían protegido de ser poseídos.

—¡Eso fue increíble—! Aplaudió Gulf desde su lugar emocionado por todo lo que habia visto.

—Sí, sí, fue bastante espectacular, pero ¿qué paso con Glenn?, ¿está vivo? —, pregunto ahora Kao acercándose a mirar más de cerca el cuerpo que permanecía inerte en aquella silla.

—Muerto no está, si lo estuviera ya lo tendríamos vagando por la habitación también—. Aporto la mamá de Singto también acercandose a mirar.

Fluke solo los observo desde su lugar con una ceja levantada, no quería mover ni un musculo, pero tenía que revisarlo para ver que habia sucedido, así que con mucho pesar se levantó y le coloco sus dedos en el cuello, buscando hasta que sintió débilmente su pulso —Aun está vivo, no sé por cuanto tiempo, pero aun esta con vida.

—Entonces, se va a quedar caminando por allí como si nada—. Se cruzó de brazos Kao frunciendo el ceño, cosa que dejo de hacer porque Gulf se acercó a su lado e hizo que se relajara tomando sus manos entre las suyas, el pelinegro estaba feliz de volver a ver a su novio más amado, ahora entendía que aquello cálido que habia sentido en el último tiempo habia sido su presencia.

—No, tengo la evidencia suficiente como para meterlo en la cárcel, ningún abogado podrá demostrar su inocencia—, hablo Singto entregándole la vasija a Fluke, quien la recibió con cuidado viendo como el otro procedía a caminar hacia su madre, habia llegado el momento de la despedida.

Así que, con un movimiento de su cabeza, le pidió a su primo y a Kao que lo siguieran fuera de la casa, quería darle un momento privado al moreno, después de todo ya no volvería a ver a su madre...

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