Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5-TRISTEZA

Un nuevo capitulo, a ver si este os gusta más que el anterior, que parece que os gustó poco ;P

Ya sabeis, estrellitas, comentarios...

Por cierto, a ver quién averigua la contraseña del móvil de Kara jajajaaja

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Tu madre la ayuda. Tú la agobias."

KARA

19 de Julio de 2020

Subí con la madre de Lena a mi habitación. Le hice un gesto para que se sentara en la cama y me quedé de pie frente a ella tras cerrar la puerta.

-Lillian: Ven Kara, siéntate conmigo.

-Kara: Señora Luthor, lo que le dije a su hermana....

-Lillian: Por favor Kara, disculpa a Cat. Ella sólo dijo eso porque no es la primera vez que algo así pasa en nuestra familia. Lo hicieron con mi marido, con el suyo, y con nuestro padre. Siempre habrá gente capaz de cualquier cosa por el dinero. Incluso usando a niños inocentes como trampa para conseguirlo. Pero no es de eso de lo que quiero hablarte. Quiero que me contestes a una pregunta. ¿Amas a mi hija?

-Kara: ¿Qué...?

-Lillian: ¿Amas a Lena? Porque ella está dispuesta a involucrarse en la vida de esa niña y sé que ella está enamorada de ti, puedo notarlo en la forma en la que te mira y en cómo se contiene para no tocarte o besarte. Pero... ¿tú sientes lo mismo por ella?

-Kara: Yo... No lo sé...

-Lillian: Kara, como ya sabes, Lena es...

-Kara: Especial. Lo sé. Es maravillosa, estos días con ella me he sentido protegida y querida. Nunca me había sentido así, nadie me había tratado con tanto cariño. Al menos nadie que no fueran mi madre o mi hermana. O mi amiga...

-Lillian: Sí, Lena es especial. Pero no sólo por lo que dices. Si no también por su condición. Lena ha sufrido muchas burlas y rechazos debido a su intersexualidad. He visto a mi hija llorar y sufrir incontables veces, y no quiero que lo siga haciendo, Kara. Lena merece a alguien que la quiera, la respete y la entienda. Alguien que también la cuide y alguien con quien ella también pueda sentirse segura y amada. ¿Crees que tú podrías ser esa persona? Porque si no, Kara, es preferible que le dejes las cosas claras desde un principio. Lexie siempre va a ser mi nieta, y ni a ella ni a ti os va a faltar de nada, estés o no con Lena. Pero por favor, te pido que no le hagas sufrir. Que estés segura de lo que quieres. Y si tienes que ponerle límites a Lena y decirle que no la amas y no la quieres como pareja, hazlo ahora. Antes de que ella se ilusione más contigo.

-Kara: Yo no quiero hacer daño a Lena. Quiero que sea feliz. No sé lo que siento por ella, aún no. Sólo sé que me gustaría ver esos ojos y esa sonrisa cada día al despertarme y antes de dormirme. Sé que su presencia me hace sentir nerviosa, porque a veces mi mirada se va a sus labios y me asusta que me vea mirándola así. Sé que... - dije, llevándome la mano a mi vientre – cuando Lexie estaba inquieta aquí dentro y no dejaba de moverse y dar patadas, cuando Lena me hablaba, ella se calmaba. Creo que en el fondo, Lexie sabía que Lena era su madre, la reconocía. Incluso llegué a soñar con eso alguna vez. Soñé que Lena era la madre de Lexie. Pero yo jamás imaginé que era ella. Aquella noche, no le vi la cara, ella llevaba una máscara y le pedí que no se la quitara porque me parecía divertido. Y sabía que ese fantasma, era el padre de Lexie.

-Lillian: No necesito los detalles de esa noche... - dio cogiendo mi mano y riéndose.

-Kara: Sé que siento algo por Lena. No sé si la amo. Pero creo que podría llegar a hacerlo y me gustaría aprender a hacerlo.

-Lillian: Bien... Imagino que la enorme cantidad de flores que hay ahí abajo son cosa de mi hija.

-Kara: Sí. Se equivocó al hacer el pedido. Estos días no ha querido separarse de Lexie y tampoco ha dormido mucho, ha estado pendiente de ella y de mí todo el tiempo, incluso cuando mi madre y mi hermana estaban conmigo.

-Lillian: Lo imaginaba... - dijo riéndose- En fin, ahora me llevaré a mi hermana, a mi otra hija y a su novia para que tú puedas descansar un rato. Me llevaría también a Lena, pero estoy convencida de que querrá quedarse un poco más con vosotras. Yo pasaré a veros dentro de un par de días, así podrás estar más tranquila.

-Kara: Gracias...- dije. En ese momento, Lillian me abrazó.

-Lillian: Gracias a ti, Kara. Hacía mucho que no veía sonreír así a Lena. Por favor, cuídala y no le hagas daño. Los Luthor no somos malos, pero si hacen daño a los nuestros, podemos ser temibles. Y sí, es una amenaza, jovencita – dijo levantándose – Una amenaza que sólo debes temer si dañas a mi hija. ¿Entendido?

-Kara: Sí... - dije levantándome – Lillian...

-Lillian: ¿Sí?

-Kara: ¿Qué flores le gustan a Lena?

Lillian me sonrió y acarició mi mejilla.

-Lillian: Te mandaré un informe completo sobre mi hija mañana... Ahora volvamos abajo. No me fío de que mi hermana no pueda controlar esa lengua afilada que tiene a veces y acabe con la paciencia de tu familia.

-Kara: Sí, vamos...

Volvimos a bajar y vi a Alex con la hermana de Lena, ambas haciéndole cosas a Lexie.

-Lena: Sabéis que Lexie ahora mismo no puede ver lo que hacéis, ¿verdad? – dijo cruzada de brazos.

-Alex: Pero es divertido hacerle monerías.

-Sam: Creo que estoy celosa de esa niña. Desde que hemos llegado, tu hermana me ha ignorado por completo – bromeó – Aunque esto igual le motiva para acabar antes con su proyecto...

-Kara: Bueno, ya está bien. Lexie tiene que comer y dormir, así que vamos, apartaos... - dije acercándome a cogerla.

-Lillian: Nosotras deberíamos irnos. Kara y Lena tienen que adaptarse a su hija y no podrán hacerlo si estamos todas aquí dando vueltas como moscas. Maggie, Sam, Cat... Vamos.

Las cuatro mujeres cogieron sus cosas y, tras despedirse de nosotras, se marcharon. Me senté a dar de comer a Lexie, mientras Alex y mi madre recogían.

-Alex: Yo también me voy, entro a trabajar en el turno de noche y me gustaría dormir un poco antes de irme.

-Kara: Mamá, tú te quedas, ¿verdad?

-Eliza: Claro cielo, te dije que me quedaría contigo un tiempo para ayudarte.

-Lena: ¿Te importa si me quedo un rato más?

-Kara: Puedes quedarte el tiempo que quieras.

-Lena: Gracias...

Después de que Lexie comiera y sacarle los gases, Lena se encargó de dormirla. La llevamos a su cuna y cogí el comunicador de bebés que Nia nos regaló ayer cuando vino a vernos al hospital. Un regalo que me iba a venir muy bien, estaba segura.

Mi madre hizo algo de cenar y cerca de las diez de la noche, se fue a dormir. Lena y yo nos quedamos un rato más en el salón, en silencio, mirándonos.

-Kara: ¿Quieres... quedarte a dormir?

-Lena: ¿No te importa?

-Kara: No, claro que no. Pero hay un pequeño problema.

-Lena: ¿Cuál?

-Kara: Mi madre está durmiendo en la única habitación de invitados que tiene cama. La otra sólo tiene la cuna de Lexie, que también está ocupada. Y además, dudo mucho de que entraras en ella... - dije.- así que...

-Lena: Puedo dormir en el sofá, no hay problema.

-Kara: ¿En el sofá? No, no puedo dejarte dormir en el sofá. Puedes... Bueno, mi cama es lo suficientemente grande para las dos y...

-Lena: ¿Me estás pidiendo que duerma contigo? – preguntó, levantando su ceja.

-Kara: Sí. Supongo que... sí. No pienses mal, es sólo que... mañana tienes que ir a trabajar y no me gustaría que tuvieras dolor de espalda por mi culpa. Así que mejor si duermes en la cama.

-Lena: Si insistes... Por cierto, deberíamos pasar la cuna de Lexie a tu habitación. Es mejor que no la dejes sola hasta los seis meses o el año.

-Kara: Lo sé. He estado leyendo libros sobre maternidad todos estos meses. Pero no quería que mi madre y mi hermana vieran la cuna y, como se adelantó, ya no pude llevarla a la habitación.

-Lena: Lo haremos ahora. He visto que tiene ruedas.

-Kara: Sí... - dije- voy a... tomarme un poco de leche caliente, ¿tú quieres algo?

-Lena: No, gracias. Iré llevando a Lexie a tu cuarto.

-Kara: Vale... Le tocará comer en media hora, así que es posible que se despierte.

-Lena: La entretendré hasta que subas – dijo sonriéndome.

Fui a la cocina y me preparé un vaso de leche caliente. Me lo tomé despacio, dando tiempo a Lena para que cambiase de sitio la cuna y se metiera dentro de la cama. Quince minutos después, subí.

-Kara: ¿Se ha hecho caca? – pregunté, cuando vi a Lena cambiándola.

-Lena: Sí. Pero ya está todo controlado – dijo - ¿Puedes tirar esto, por favor? – me tendió el pañal sucio y yo lo tiré en la habitación de Lexie, en el cubo que había para eso. No me apetecía bajar. Cuando volví, Lena ya estaba empezando a ponerle a Lexie un pijamita de los que tenía en la bolsa que Alex me llevó al hospital. - ¿Te gusta este, o quieres ponerle otro? No hace frío, pero es mejor que duerma con un pijamita fino.

-Kara: Ese está bien... Dámela, le daré de comer – dije sentándome en la cama y colocándola para que se enganchara en mi pezón izquierdo. Lena se sentó a mi lado, acariciando la cabecita de Lexie y mirándola comer.

-Lena: Podría pasarme horas mirándola comer. Es una imagen preciosa. ¿Puedo haceros una foto?

-Kara: Claro...

Lena fue a por su teléfono y nos sacó una foto mientras Lexie comía. Cuando terminó y le sacamos los gases, Lena sacó otra foto mientras yo acunaba a Lexie para dormirla. Cuando la dejé de nuevo en su cuna, nos metimos en la cama. Yo me quedé en el lado izquierdo, junto a la cuna, mientras Lena se quedaba en el derecho, al lado de la ventana. Yo me pegué todo lo que pude al borde de mi lado y vi que Lena hacía lo mismo.

20 de Julio de 2020

Me desperté al escuchar llorar a Lexie de nuevo. Lena y yo habíamos pasado toda la noche levantándonos cada tres horas para dar de comer a Lexie. Aunque creo que Lena no durmió tanto, pues dos de las veces la vi ya levantada acunando a Lexie, tratando de calmarla.

Intenté moverme, pero noté que algo me lo impedía. Al mirar que era, vi que Lena me estaba rodeando con su brazo y estaba pegada a mí. Me gustó la sensación, más de lo que habría imaginado. La moví con cuidado, tratando de no despertarla. Miré el reloj de mi mesilla y vi que aún podía dejarla dormir un poco más. Cogí a Lexie y me la llevé antes de que llorase más fuerte y despertase a Lena. Bajé a la cocina con Lexie en brazos y vi a mi madre en la cocina, preparándose un café.

-Kara: Buenos días...

-Eliza: Buenos días.

-Kara: ¿Puedes preparar otro café?- dije, mientras daba el pecho a Lexie.

-Eliza: Aún no deberías tomar café.

-Kara: No es para mí.

-Eliza: ¿Para Lena entonces? – Preguntó mientras yo la miraba – Sé que se ha quedado a dormir. Os vi anoche cuando fui para ayudarte cuando Lexie lloró pidiendo su comida.

-Kara: Bueno, se hizo un poco tarde y...

-Eliza: No tienes que darme explicaciones, Kara. Estoy segura de que Lena se quedará más de una noche aquí. – dijo sonriéndome. Se acercó y me dio un beso en la cabeza, dejando un vaso de leche frente a mí. – El café estará enseguida.

-Kara: Vale... - dije mientras Lexie terminaba de comer. Cuando terminó, mi madre la cogió en brazos y bebí mi leche con un par de magdalenas. Después me levanté y cogí una bandeja, dejándola sobre la encimera. Preparé unas tostadas y las dejé en la bandeja, cogí unos paquetitos individuales de mermelada y mantequilla y los puse junto a las tostadas, con un cuchillo para untar. Finalmente, eché el café en una taza - ¿Te quedas con Lexie un momento? Voy a llevarle esto a Lena.

-Eliza: Claro...

Subí con la bandeja a la habitación y dejé la bandeja en mi lado de la cama, donde Lena no pudiera golpearla.

-Kara: Lena... -dije despertándola con suavidad. Cuando abrió los ojos, me miró y sonrió. En esos momentos tuve deseos de besarla, pero me obligué a apartarme.

-Lena: Buenos días...

-Kara: Hola... Son las ocho y media. Te he traído el desayuno.

-Lena: ¿Las ocho y media? Llegaré tarde.

-Kara: Tranquila, no tienes ninguna reunión hasta la tarde, y eres la jefa, puedes permitirte llegar tarde un día. Y más cuando has estado toda la noche despierta... - dije sonriéndola. Me moví para coger la bandeja y dejarla sobre las piernas de Lena cuando ella terminó de sentarse en la cama. – No unté las tostadas, porque no sé cómo te gustan. Lo siento.

-Lena: No importa, así están bien, gracias. Pero podría haber bajado a desayunar. – dijo, empezando a untar la mantequilla en una de ellas. - ¿Y Lexie?

-Kara: Abajo, con mi madre. – dije sentándome a su lado.

-Lena: Puedo quedarme aquí si quieres. Llamaré a Sam y le diré que cancele todas las citas y...

-Kara: No. Lena, esas citas son importantes para la empresa. Ya cancelaste todas las citas del viernes por mi culpa. Tienes que ir. Mi madre estará conmigo, mi hermana vendrá después de dormir un poco tras acabar su turno y Nia lo hará cuando salga del trabajo, así que estaré bien acompañada.

-Lena: ¿Segura?

-Kara: Sí. Tú vete tranquila, estaremos bien.

-Lena: Pero si pasa cualquier cosa...

-Kara: Te llamaré enseguida. Pero no va a pasar nada. – dije acariciando su mejilla. Lena me sonrió y siguió desayunando.

Cuando terminó, me llevé la bandeja a la cocina mientras Lena se vestía. Cuando bajó, estaba cambiando a Lexie. Lena se acercó y se quedó mirándonos.

-Lena: Volveré en cuanto termine. Te llamaré a la hora de comer – dijo, besando mi mejilla. Luego acarició la mejilla de Lexie, dándole otro beso – Pórtate bien con mamá, ¿vale?

LENA

25 de Julio de 2020

Habían pasado ya nueve días desde que Lexie nació y seis desde que la llevamos a casa. Eliza se estaba quedando con Kara y trataba de ayudarla en todo lo que podía. Alex apenas había podido pasar porque estaban en un operativo que requería que Alex pasara la mayor parte del tiempo trabajando. Nia había tenido que irse con su jefa de viaje a una convención de psicología. Y yo sólo pude quedarme las dos primeras noches, ya que al tercer día, tuve que irme a Irlanda a resolver un asunto urgente de la empresa que requería que fuera en persona. Pero hablaba con Kara y Eliza a diario.

Los dos días que me quedé a dormir, Kara estaba feliz y se portaba de maravilla conmigo. Me llevaba el desayuno a la cama, se preocupaba de despertarme a tiempo para ir a trabajar, incluso me había mandado un ramo de plumerias blancas, mis flores favoritas a la oficina. Kara, antes de dar a luz, se había encargado de buscarme una secretaria para sustituirla cuando llegara el momento. Y debía reconocer que Caitlin era maravillosa, pero me costaba acostumbrarme a ella. Caitlin era compañera de Kara en la universidad y sabía que el puesto le iría bien hasta que ella pudiera volver.

Kara también se había enfadado conmigo cuando, al tercer día de estar en casa, justo cuando tuve que irme, recibió un dormitorio nuevo completo para Lexie que las dos habíamos visto al día siguiente de salir del hospital mientras mirábamos otras cosas como biberones, chupetes y un saca leches para que Kara no tuviera que estar tan pendiente de darle el pecho a Lexie y pudiera descansar algo mientras alguna de nosotras le daba el biberón. El dormitorio incluía una cuna, un armario, un cambiador, una mesilla, un cubo para pañales y una mecedora para cuando Kara quisiera dormir a Lexie algo más cómoda. También había comprado un cochecito nuevo más cómodo para Kara y para Lexie. No había comprado nada de ropa porque eso era algo que quería hacer con ella.

Pero los tres últimos días había notado a Kara diferente. Estaba más apagada, como desganada.

Hoy era sábado y había ido a casa de Kara directamente desde el aeropuerto. Al llegar, vi a Eliza con Lexie en el salón, mientras le daba el biberón. Al preguntarle por Kara me dijo que seguía durmiendo y subí a verla. Al entrar en la habitación no la vi en la cama, pero al pasar junto al baño de la habitación, escuché el agua de la ducha.

-Lena: ¿Kara? – Pregunté - ¿Estás ahí dentro?- No obtuve ninguna respuesta – Kara, ¿estás bien? ¡Kara, si no contestas, voy a entrar, ¿me oyes?! ¡Kara! – insistí. Como seguía sin contestarme, abrí la puerta. Esperaba que estuviera cerrada, pero para mi sorpresa, estaba abierta - ¿Kara? – pregunté entrando. Vi a Kara sentada en el suelo de la ducha, con las piernas pegadas a su pecho y sus brazos rodeándolas, completamente desnuda, dejando que el agua cayese sobre ella. Supe que estaba llorando y me acerqué – Kara... ¿Qué pasa?

-Kara: Vete, Lena...

-Lena: No. – Dije acercándome despacio- Ven, levántate...

-Kara: Por favor, vete...

-Lena: No voy a irme. No hasta que me cuentes qué te pasa – dije mirándola. Kara siguió llorando y yo empecé a preocuparme. Pensé que posiblemente Kara podría estar empezando a sufrir una depresión posparto y esa idea me partió el corazón. Me acerqué a la ducha y estiré la mano para cortar el agua.

-Kara: No... Déjalo así.

-Lena: Está bien... - dije mirándola durante unos segundos – Entonces, si no sales tú, tendré que entrar yo.

-Kara: Quiero que te vayas, Lena. Déjame sola.

-Lena: Sabes que no lo haré – dije metiéndome en la ducha y notando cómo el agua caía sobre mi ropa.

-Kara: ¡Lárgate y déjame en paz!

-Lena: No... - dije agachándome, cogiendo su rostro entre mis manos y haciendo que me mirase. No podía distinguir las lágrimas de Kara con el agua que caía de la ducha, pero sabía que estaban ahí. Kara hizo un movimiento para quitar su rostro de mis manos y volvió a esconder la cabeza entre sus piernas – Mírame... Por favor... - susurré.

Sabía que tenía que ser paciente con ella. Y sabía que Kara no tenía aún una depresión posparto en sí. Lo de Kara era lo que se conocía como la tristeza posparto. Solían tenerla un ochenta por ciento de las mujeres que acababan de ser madres y podía aparecer unos pocos días después de dar a luz, como en el caso de Kara. Sabía que si conseguía ayudarla y hacerla reaccionar a tiempo, esto sería algo pasajero que no duraría mucho más que un par de semanas. Suspiré, pensando cómo hacer para sacar a Kara de la ducha.

-Lena: Kara... Eh... ¿Por qué no vamos a la habitación y me cuentas qué pasa, eh? – Dije acariciando su pelo – Por favor, me está matando verte así. -Cuando dije eso, Kara me miró durante unos segundos, pero no dijo nada – Bueno, si lo miramos por el lado bueno, mi ropa ya se está lavando. Nos ahorraremos tener que meterla a la lavadora – dije, intentando hacerla reír, sin resultado – Kara, cariño... No puedes hacer esto... Si estás mal, o estás agobiada... Habla conmigo y vemos qué se puede hacer. Pero no te quedes callada.

-Kara: Yo...- susurró, sin mirarme.

-Lena: Kara... Eh... No puedo escucharte con el agua y la cabeza ahí escondida como un avestruz... Vamos a la habitación. ¿Sí...? - Kara me miró y asintió. Me levanté y la ayudé a levantarse. Salimos de la ducha y cogí una toalla, envolviendo a Kara en ella y abrazándola – Dame un segundo que coja otra toalla para mí – dije apartándome poco después. Abrí el mueble y saqué otra toalla, envolviéndome en ella. Sujeté a Kara y la guié hasta la cama, donde hice que se sentara. Volví al baño a por otra toalla y me senté frente a Kara, comenzando a secar su pelo – Al final iba a tener razón tu madre con lo de que iba a tener que cuidar a dos niñas...

En ese momento, Kara empezó a llorar con más fuerza. La miré, sin entender qué acababa de pasar. ¿Qué había dicho?

-Kara: ¿Tú también piensas que seré una madre horrible y no podré cuidar sola a Lexie?

-Lena: ¿Qué...? ¡NO! ¡¿Quién te ha dicho eso?!

-Kara: Nadie... Pero es que...

-Lena: ¿Qué ha pasado? Deja de llorar y cuéntame por qué estás así.

-Kara: Es que... No sé si voy a poder con esto, Lena.

-Lena: ¿Poder con qué? Kara, tienes a tu madre, que te ayuda, tu hermana...

-Kara: Mi hermana me agobia... Cada vez que viene, no hace más que preguntarme si Lexie ha comido, si la he bañado, si he comido yo...Además, cuando Alex está aquí, no puedo estar ni un solo segundo con mi hija.

-Lena: ¿Has hablado con ella?

-Kara: Es imposible hablar con Alex...

-Lena: Vale, yo me encargaré de eso. ¿Qué más?

-Kara: Estoy agotada... No consigo dormir por las noches, me paso toda la noche pendiente de si Lexie tiene que comer, o si hay que cambiarla... Mi madre está al final del pasillo, pero no quiero despertarla porque tiene que descansar. Hace la comida y me ayuda con la casa, y se lo agradezco. Pero no puedo tenerla pendiente de Lexie y de mí las veinticuatro horas. Ayer tuve que echar a Alex a gritos, porque no podía más.

-Lena: Está bien... Haremos una cosa. Mírame. Kara, mírame... - dije. Y ella me miró – Llamaré a mi tía. Le pediré que venga a ocuparse de L-Corp estos días que queden hasta que cerremos para la reforma. Yo me quedaré contigo y entre las dos nos ocuparemos de Lexie. Sobre todo por las noches. Tienes que dormir...

-Kara: No... Tú...

-Lena: Sí, Kara. No te preocupes. En cuanto a tu madre y a tu hermana... Si quieres, puedo hacer que Frank lleve a tu madre a su casa todas las noches para que ella pueda descansar en condiciones y de Alex, ya me encargo yo. Tiene que entender que Lexie es su sobrina y que la que tiene que formar un vínculo más fuerte con Lexie eres tú, que eres su madre, no ella. Está bien que se preocupe por su sobrina, pero no puede querer ser más madre suya que tú.

-Kara: Alex se enfadará.

-Lena: ¡Pues que se enfade! – Dije, apartando el pelo de su rostro – Escucha... Ahora lo que vas a hacer es: Lo primero, dejar de llorar. Lo segundo, volver al baño y secarte bien ese precioso pelo rubio que tienes. Tercero. Te vas a poner un pijama, te vas a meter en la cama y no te vas a levantar de ahí en todo el día. Me vas a decir qué quieres para comer y para cenar, lo que más te guste, lo que más te apetezca, y lo prepararé para ti. Mientras, me ocuparé de que Lexie coma, duerma, y esté limpia. ¿Vale?

-Kara: Pero estarás cansada... Lena, has estado más de trece horas en un avión.

-Lena: Trece horas y media, de las cuales he pasado la mayor parte durmiendo, así que estoy perfectamente.

-Kara: ¿No estás enfadada conmigo?

-Lena: No, cariño. No estoy enfadada. Al contrario. Sólo puedo admirarte, Kara. Muy pocas chicas habrían hecho todo lo que tú hiciste cuando te enteraste de que Lexie venía en camino. ¿Trabajar y estudiar mientras un bebé crecía dentro de ti? Eso es para aplaudirte.

-Kara: pero se lo oculté a todo el mundo, Lena. Mi madre y mi hermana no pudieron disfrutarlo. Tú tampoco... Si lo hubiera dicho cuando empecé a trabajar en L-Corp a lo mejor tú te habrías enterado antes y...

-Lena: ¿Te sientes culpable, es eso? – Kara asintió – Pues no lo hagas. Hiciste lo que creíste correcto. Y lo hecho, hecho está, no le des más vueltas. ¿De acuerdo? Ahora ve a hacer lo que te he dicho. Y dime, ¿qué te apetece comer hoy?

-Kara: ¿Sabes preparar platos irlandeses? Me gustaría probar alguno.

-Lena: Por supuesto. Una comida típica Irlandesa para mi preciosa rubia – dije, acercándome a besar la frente de Kara. Pero en ese momento no pude contenerme más y acabé besándola en los labios. Me aparté rápidamente – Lo siento...

-Kara: ¿Por qué me has...?

-Lena: Lo siento... Yo... Llevo mucho tiempo conteniéndome y...

-Kara: No lo hagas.

-Lena: ¿Qué?

-Kara: No te contengas... Lena, yo... Quiero estar segura de lo que siento por ti, que no estoy confundiendo las cosas. Que no confundo agradecimiento con amor... Necesito tiempo para eso. Pero si quieres besarme, no te contengas. Por favor.

-Lena: Está bien. No me contendré. Ahora ve al baño, vamos.

Mientras Kara iba al baño, yo fui al cuarto de Lexie. Me fijé en que seguía igual. Kara aún no había montado los muebles nuevos, que seguían en sus envoltorios en la pared frente a la puerta. Los revisé con la intención de empezar a montarlos yo misma, pero no tenía herramientas para hacerlo. Y dudaba que Kara las tuviera.

Bajé a la planta de abajo y vi a Lexie dormida en su carrito mientras Eliza estaba sentada un rato viendo la televisión. Acaricié la carita de mi hija con cuidado de no despertarla, y fui a la cocina. Abrí la nevera, mirando qué tenía Kara y qué podría prepararle de comida. Después de echar un vistazo y ver que Kara tenía algo de ternera en la nevera, decidí prepararle un estofado de ternera y guinness. Faltaban algunos ingredientes, como la cerveza, tomillo y pimienta, así que envié a Frank a comprarlo todo, junto con algunas herramientas para poder montar los muebles de la habitación.

Como aún era temprano y no podría empezar a cocinar hasta que Frank volviera, me senté un rato junto a Eliza, contándole la situación de Kara.

-Eliza: Yo... No me había dado cuenta.

-Lena: Tranquila Eliza, es normal... - dije acariciando su mano – Yo vi a Sam pasar por eso cuando tuvo a Ruby hace seis años. Por eso he podido verlo hoy en Kara. Con suerte, sólo le durará un par de semanas y no irá a más. Pero tendréis que tener paciencia con ella.

-Eliza: Claro...

En ese momento llamaron al timbre y fui a abrir.

-Alex: ¡Lena, has vuelto! – dijo entrando y corriendo hacia el carrito de Lexie - ¿Cómo está esta cosita, hoy ,eh?

-Lena: Dormida, así que déjala donde está – dije, cuando vi que iba a cogerla.

-Alex: Vamos, sólo quiero achucharla un poquito. ¿Ya ha comido?

-Lena: Podrás hacerlo cuando se despierte, ahora déjala dormir.

-Alex: Pero si no se va a enterar, Lena...

-Lena: Alex... Sí se despierta, estará irritable y eso pondrá nerviosa a tu hermana. – dije, apartando el carrito de Alex.

-Alex: ¿Qué pasa, que ahora eres una experta en embarazos y bebés? – preguntó, molesta.

-Lena: No soy una experta. Pero al contrario que tú, yo sí acabé mi carrera de medicina. Y he estado leyendo sobre el tema desde que Kara se puso de parto. Así que creo que sé mejor que tú lo que les conviene a mi hija y a su madre.

-Alex: ¿Perdona?

-Lena: Ven, salgamos fuera. Quiero hablar contigo.

-Alex: ¿Es necesario salir?

-Lena: Tu hermana no tardará en bajar y no quiero que nos vea discutir. Por favor, ven conmigo al jardín – dije, empezando a caminar hacia el jardín. Noté que Alex me seguía, molesta.

-Alex: Te recuerdo que soy policía, Lena. Si piensas golpearme, piénsatelo bien antes de hacerlo.

-Lena: No voy a golpearte. – Dije, cruzándome de brazos y suspirando- Alex, Kara está mal.

-Alex: ¿Cómo que está mal, a qué te refieres?

-Lena: Tu hermana está pasando por lo que podría considerarse el principio de una depresión posparto.

-Alex: ¿Qué...? Pero... No lo entiendo. La ayudamos, intentamos que descanse, y...

-Lena: Tu madre la ayuda. Tú la agobias.

-Alex: ¿Perdona?

-Lena: Alex, es razonable que quieras pasar tiempo con Lexie, nadie va a impedirte eso.

-Alex: Tú acabas de hacerlo.

-Lena: Déjame terminar, por favor. Kara agradece vuestra ayuda, de verdad que sí. Pero el que cada vez que vienes, cojas a Lexie y no la sueltes hasta que te vas, impidiendo que Kara se encargue de ella... Digamos que a Kara no le gusta. Eres su tía, Alex, no su madre. Kara sabe perfectamente cuándo tiene que darle de comer, dormirla, bañarla o jugar con ella. No hace falta que se lo estés preguntando cada vez que vienes a casa.

-Alex: ¿Eso te ha dicho Kara que hago?

-Lena: Sí. Puede que tú no te des cuenta de lo que haces, que no lo hagas a propósito. Como te he dicho, es normal que quieras pasar tiempo con tu sobrina. Puedes cogerla en brazos, pero devuélvesela a Kara para que ella y la niña se acostumbren la una a la otra. Si la acaparas durante la hora que estás aquí, estás interfiriendo en que Kara y Lexie creen ese vínculo madre e hija que necesitan. Así que por favor, te pido que hasta que Kara se sienta mejor, no acapares tanto a Lexie. Si sigues así, Kara podría empeorar y no querrás que tenga una depresión que le dure meses, ¿verdad? Créeme, Alex, no es agradable ver a una persona a la que quieres sufrir así. Yo vi a Sam pasar por eso durante seis meses. En su caso, por todo lo contrario. Su madre no quería saber nada ni de ella ni de su nieta. Sam estaba completamente sola. Y eso no es bueno, pero tampoco lo es la ayuda en exceso. ¿Entiendes lo que te quiero decir? Sólo quiero lo mejor para Kara, y quiero que se recupere lo antes posible. Kara sólo lleva unos días sintiéndose así, estamos a tiempo de ayudarla. Pero tú también tienes que poner de tu parte.

-Alex: Yo... No sabía que Kara se sentía así. Pensaba que... Sólo quería que Kara aprovechase para descansar y...

-Lena: Ella pensaba que no la veíais preparada para ocuparse de Lexie. Y se siente culpable por haberos ocultado su embarazo y que no pudierais disfrutar de él. Ahora voy a pedirte algo muy difícil para ti, Alex, pero considero que es lo mejor para Kara.

-Alex: ¿Qué?

-Lena: Por favor, no vengas durante un par de días. Deja que Kara y yo nos ocupemos de nuestra hija. Y luego, pasados esos dos días, vuelve y compórtate como la tía y la hermana que Lexie y Kara necesitan. Demuestra cuánto las quieres, pero sin pasarte. El exceso de cariño también puede ser... abrumador.

-Alex: ¿Me estás pidiendo que no vea a mi hermana y a mi sobrina?

-Lena: Sólo durante dos días. Por favor Alex, déjame ayudar a Kara.

-Alex: ¿Dos días...? – preguntó, pensativa - ¿Lo prometes?

-Lena: Dos días. Después vuelve y veamos cómo se siente Kara ante tu presencia.

-Alex: Está bien... ¿Puedo al menos ver a Kara ahora?

-Lena: Claro... -Dije. Alex volvió a caminar hacia el interior de la casa y sujeté su brazo, haciendo que se detuviera – Alex... No quiero separarte de tu hermana, no pienses eso. Sólo quiero que Kara esté bien, porque verla como la he visto hace un rato en esa ducha, me ha destrozado por dentro. ¿Entiendes? Preferiría mil veces ser atropellada por un tren que ver a tu hermana llorar de esa manera de nuevo.

-Alex: Lo entiendo... Y Lena... Por favor, no dejes que te atropelle un tren. No creo que Kara pudiera soportarlo. Ella aún no se ha dado cuenta, pero creo que te ama.

-Lena: Lo sé. Pero le dejaré su tiempo para que sea ella quien aclare sus sentimientos. No voy a meterle prisa.

-Alex: Espero que lo vuestro acabe bien, de verdad, Lena, me gustaría tenerte en la familia.

-Lena: Gracias... - dije soltándola.

Volvimos a entrar y vimos a Kara bajando las escaleras. Alex se acercó a ella.

-Alex: Hola...

-Kara: Hola.

-Alex: Lo siento, tengo algo de prisa. Me escapé un ratito del interrogatorio para ver cómo estabas. ¿Sabes? Voy a preguntarle a Sara si quiere comer conmigo.

-Eliza: ¿Sara...? ¿Tu nueva compañera? ¿La novata estúpida, que no resultó ser ni tan novata ni tan estúpida?

-Alex: Esa misma. Y si me dice que sí, tendré que ver dónde la llevo. ¿Cómo se llamaba el restaurante ese italiano que te gusta tanto? – Preguntó mirando a Kara - ¿El feo volador?

-Kara: El fideo y el tenedor...

-Alex: ¡Eso!

-Eliza: Sinceramente, no sé cuál de los dos nombres que habéis dicho suena más ridículo.

-Alex: Sí... El dueño debía estar drogado cuando escogió el nombre. – Acarició la mejilla de Kara y la besó – Dale un besito a mi sobrina cuando se despierte, no quiero molestarla ahora. Luego te llamo y te cuento cómo ha ido, ¿vale?

-Kara: Vale... - dijo algo confusa, mientras veía a Alex marcharse. Luego me miró a mí. - ¿Qué...?

-Lena: Sólo tuve una pequeña conversación con ella... - dije acariciando su mejilla - ¿estás mejor?

-Kara: Sí... No lo sé...

-Lena: Kara... No te lo tomes a mal, pero igual te vendría bien ver a un psicólogo o algo.

-Kara: ¿Por qué?

-Lena: Porque igual puede ayudarte mejor que nosotras. Kara, estás empezando a tener depresión y un psicólogo... Bueno, está más acostumbrado a tratar con ese tipo de...

-Kara: ¿Crees que tengo un problema?

-Lena: Iba a decir sentimientos. Tú no tienes ningún problema. Lo que tienes es un caos de sentimientos que no sabes controlar ahora mismo. Y quizás él, o ella... Pueda ayudarte.

-Eliza: Lena tiene razón.

-Kara: ¿Y por qué iba a hablar de mis sentimientos con un desconocido?

-Lena: Porque a veces nos sentimos más cómodos hablando las cosas con alguien que no nos conoce, antes que con nuestra familia. Créeme, a mí me pasó. Tuve que ir a una psicóloga cuando tenía diez años y los demás niños se metían conmigo por mi condición. Y seguí viéndola durante años. Sobre todo cuando empecé a sufrir rechazos de otras mujeres cuando conocían a... "Lenito" como lo llama mi hermana – dije riéndome. - Esa mujer me enseñó que no debía hacer caso de lo que los demás pensaran de mí. Que a la gente que de verdad me quería no le importaban esos detalles. Y que algún día encontraría a alguien que supiera valorarme por quién y cómo era.

-Kara: ¿Sigues viéndola? Podría ver a esa mujer...

-Lena: No... Por desgracia murió hace un año. Pero... Nia trabajaba para una, ¿no? Igual ella puede conseguirte una cita.

-Kara: ¿Vendrías conmigo?

-Lena: Si es lo que quieres... Claro que sí.

-Kara: Vale... ¿Puedes llamar tú a Nia y preguntarle?

-Lena: Claro. Al menos lo aceptas. Y eso es bueno, Kara... - dije dándole un rápido beso en los labios.

Kara fue a sentarse al sofá mientras y en ese momento, llamaron a la puerta. Abrí y Frank me entregó todo lo que le había pedido.

-Frank: ¿Quiere que me ocupe de lo que haya que arreglar? – preguntó, mientras dejaba las herramientas en el suelo.

-Lena: No, no te preocupes. Puedes irte, si te necesito te llamaré.

-Frank: Por supuesto – dijo marchándose.

-Kara: ¿Qué es eso?

-Lena: Herramientas. Para poder montar la nueva habitación de Lexie. Y... algunas cosas que me faltaban para la comida. Voy a prepararte un estofado de ternera tan rico, que repetirás cuatro veces.

-Kara: No tengo mucha hambre.

-Lena: Pero la tendrás, te lo aseguro. – dije, caminando hacia la cocina - ¿Quieres ayudarme? – Kara negó con la cabeza – Está bien... ¿Y tú Eliza, me ayudas?

-Eliza: Claro.

Dejé las cosas sobre la encimera y luego volví al salón, para dejar el carrito de Lexie al lado de Kara.

-Lena: ¿Quieres que te la deje aquí, o la llevo conmigo y aprovechas a dormir un poco?

-Kara: ¿Puedo dormir?

-Lena: Puedes intentarlo...

-Kara: Creo que haré eso.

-Lena: Entonces ve arriba, estarás más cómoda que en el sofá. Yo me ocupo de esta pequeña máquina de hacer caca, comer y dormir.

-Kara: Vale... - dijo levantándose y empezando a caminar – Se detuvo y me miró durante unos segundos. Luego se acercó, me miró a los ojos, cogió mi rostro entre sus manos y me besó, apartándose poco después – Me voy a la cama.

-Lena: Sí... - dije mirándola.

Cuando Kara se fue, empecé a preparar la comida. Al acabarla, subí a la habitación. Al entrar vi que estaba despierta.

-Lena: ¿No has dormido? – pregunté, sentándome en la cama.

-Kara: No... Lo he intentado, pero...

-Lena: Tal vez un masaje relajante ayude. Puedo darte uno después de comer, ¿quieres? – dije mientras acariciaba su espalda.

-Kara: Sí... ¿Llamaste a Nia?

-Lena: No. No tengo su número y no quise molestarte por si dormías. Pero si me das su número la llamaré ahora mismo.

-Kara: Coge mi teléfono. Esta sobre la mesilla.

-Lena: ¿Cuál es la contraseña? – pregunté al cogerlo y ver que estaba bloqueado.

-Kara: Lena... - dijo sonrojándose.

-Lena: Te prometo que sólo la usaré esta vez. Jamás se me ocurriría mirar tu teléfono a escondidas.

-Kara: No... La contraseña es Lena.

-Lena: ¿Lena? Kara, la contraseña sólo son números.

-Kara: Estoy segura de que la adivinarás. Tienes tres intentos...

-Lena: ¿Y si lo bloqueo?

-Kara: No lo creo. Eres demasiado inteligente.

-Lena: Lo intentaré dos veces. Si fallo, tendrás que decírmela.

-Kara: Vale...

Empecé a pensar y enseguida creí tener la solución. ¿realmente era tan fácil? Bueno, fácil para mí. Sin duda, era una forma inteligente de escoger una contraseña. Metí los cuatro números y el teléfono se desbloqueó.

-Lena: Soy un genio... - dije, mostrándole el teléfono a Kara y sonriendo.

-Kara: Por supuesto...

-Lena: Bien, iré a llamar a Nia. Tú ve bajando, la comida está lista. – Dije. Kara se levantó y bajó hacia el salón. Mientras, yo busqué el número de Nia en la agenda de Kara, sin entretenerme a mirar el resto de sus contactos, y llamé. - ¿Nia? Hola, soy Lena, oye, necesito pedirte un favor. Es para Kara....

Cuando terminé de hablar con Nia, bajé al salón. Kara estaba sentada en el sofá, dando de comer a Lexie.

-Kara: ¿Hablaste con ella?

-Lena: Sí. Tienes hora el Lunes a las once de la mañana.

-Kara: ¿Tan rápido?

-Lena: Le conté lo que te pasaba y le dije que era una urgencia. Nia me dijo que su jefa suele dejar dos horas despejadas cada día para tratar posibles urgencias. Una por la mañana y otra por la tarde. Me dio la primera que tenía.

-Eliza: Eso está bien...

-Kara: Supongo... - dijo mientras Lexie terminaba de comer y le sacaba los gases.

-Eliza: Sentaros, os serviré la comida.

-Lena: Dame a Lexie, yo la dormiré. Tú come tranquila.

Puse a Lexie en su carrito y luego puse el carrito a mi lado en la mesa, para irla moviendo y tratar así de dormirla. Eliza nos sirvió y Kara miró el plato durante unos segundos, antes de empezar a comer.

-Kara: Está muy bueno... - dijo - ¿Qué dijiste que era?

-Lena: Estofado de ternera. Lleva una cerveza típica de Irlanda. Guinness. ¿Te gusta?

-Kara: Mucho...

-Lena: Entonces te prepararé más platos de allí.

-Kara: Me encantaría.

-Eliza: Tienes que enseñarme a hacerlo.

-Lena: Claro... Normalmente lleva ciruelas pasas, pero no sabía si os gustaban, así que no quise arriesgarme. Y, personalmente, a mí me gusta más sin ellas. Las ciruelas rebajan el sabor de la cerveza, que es donde está realmente la gracia de este plato.

-Eliza: Entonces será sin ciruelas.

Kara acabó repitiendo. Cuando terminamos de comer, ayudé a Eliza a recoger y luego me acerqué a Kara.

-Lena: ¿Quieres intentar dormir un poco? ¿Probamos con el masaje? – pregunté, agachándome frente a ella -Hay que hacer desaparecer esas ojeras, pareces un mapache... - dije, acariciando las ojeras bajo sus ojos, intentando hacerla reír. Kara asintió. Me levanté y le tendí mi mano. Ella la cogió y subimos a su cuarto.-Siéntate en la cama... - Le pedí. Kara se sentó en el centro más o menos, cruzando sus piernas. Yo me senté tras ella y empecé a masajear sus hombros – Estás muy tensa. Relájate... - susurré en su oído. Tras un largo masaje, Kara acabó tumbándose en la cama. Pude notarla más relajada y eso también me tranquilizó un poco a mí. Dejé un suave beso en su frente y me iba a ir cuando ella sujetó mi mano.

-Kara: ¿Te quedas conmigo?

-Lena: Claro... - dije tumbándome a su lado, boca arriba. Kara se giró y se abrazó a mí, apoyando su cabeza sobre mi pecho.

-Kara: ¿Puedes abrazarme, Lena?

-Lena: Claro que sí... - dije abrazándola - ¿Así?

-Kara: Sí... - dijo mirándome – tu corazón late muy rápido...

-Lena: ¿Sí? – dije, intentando controlarme. Tenerla así, hacía que quisiera besarla y hacerle el amor durante horas. Pero no era el momento de pensar en eso.

-Kara: Sí... Ya va más despacio. Es relajante...

-Lena: Intenta dormir...

-Kara: Si me duermo... ¿Seguirás aquí cuando despierte?

-Lena: ¿Y dónde iba a irme? Ahora mismo este es el único sitio donde quiero estar.

-Kara: Lena... ¿cómo es Irlanda?

-Lena: Pues es... - dije, empezando a hablar. Le hablé de los castillos, de lo verde que era... Cuando quise darme cuenta, Kara se había quedado dormida - scíth a ligean mo shaol (descansa, mi vida).

No me atrevía a moverme para no despertarla. Eliza apareció poco después, con Lexie en brazos.

-Eliza: Tiene hambre... ¿Kara está dormida? – susurró.

-Lena: Sí... ¿Te importa darle un biberón a Lexie? – Respondí en el mismo tono.

-Eliza: Claro que no. Sólo queda uno. Kara tendrá que sacarse leche luego.

-Lena: Se lo diré cuando despierte. Gracias, Eliza.

-Eliza: No, gracias a ti. Parece tranquila.

-Lena: Sí...

-Eliza: Me llevo a Lexie para que no la despierte.

-Lena: Gracias...

Al final yo también me quedé dormida. Me desperté al notar que alguien me movía.

-Eliza: Siento despertarte Lena...

-Lena: ¿Pasa algo?

-Eliza: Lleváis cuatro horas durmiendo y Lexie tiene hambre... No queda leche.

-Lena: Claro... - dije moviéndome – Kara...

-Kara: Hummm... - dijo abrazándose más a mí, lo que hizo que Eliza sonriera.

-Lena: Kara, cariño... No queda leche y Lexie tiene que comer. Despierta...

-Kara: Un poquito más...

-Lena: No puede esperar más... Ya se ha pasado su hora de comer... - Kara abrió los ojos y me miró – Lo siento... Te dejaré dormir más esta noche. Pero ahora Lexie te necesita.

-Kara: Vale... ¿dónde está?

-Eliza: Abajo. Voy a buscarla.

Kara se sentó en la cama mientras Eliza salía.

-Lena: ¿Dormiste bien?

-Kara: Sí... ¿Tú dormiste algo?

-Lena: Sí... - dije levantándome.

-Kara: ¿Dónde vas?

-Lena: Al baño. Ahora vengo.

Cuando volví, Kara estaba dando de comer a Lexie. Me senté a su lado y esperé a que terminara. Eliza nos dijo que acababa de cambiarle el pañal a Lexie, así que cuando terminó de comer, la dormimos y la pusimos en la cuna. Quería mantener distraída a Kara, así que la llevé al cuarto de Lexie.

-Kara: ¿Qué hacemos aquí?

-Lena: Bueno... He pensado que antes de montar los muebles, podríamos pintar un poco este cuarto y dejarlo más bonito. Lexie aún tardará en dormir aquí, así que no habrá problema por el olor a pintura. ¿Cómo te gustaría que fuera?

-Kara: No sé... Me gusta así.

-Lena: ¿Blanco?

-Kara: Bueno... Tal vez... Un amarillo clarito...

-Lena: Amarillo me gusta – dije abrazándola por detrás y dejando que Kara se apoyase en mí. - ¿Qué más?

-Kara: No quiero ositos. Todos los bebés tienen ositos. Quiero algo original.

-Lena: ¿Cómo qué?

-Kara: No sé... ¿Vaquitas?

-Lena: Bien, vacas...

-Kara: O quizás...

-Lena: ¿En qué piensas?

-Kara: Pues... Planetas. Y naves espaciales y estrellas, muchas estrellas. Algunas incluso de esas que brillan en la oscuridad.

-Lena: Me gusta... ¿Y no quieres dinosaurios?

-Kara: Pues sí, me gustaría, pero... ¿Y si a ella le dan miedo? – dijo, mientras ponía sus manos sobre las mías, acariciándolas. Me gustaba esa sensación.

-Lena: Bueno, no tienen que ser realistas. Pueden ser como esos dibujos animados de la tele. Son graciosos y a los niños les encantan.

-Kara: Dinosaurios entonces.

-Lena: ¿Cuándo quieres empezar a pintarlo?

-Kara: Pues... ¿podemos esperar un poco? Me gustaría pintarlos yo, pero ahora mismo no tengo ganas, ni fuerzas...

-Lena: Esperaremos entonces – dije besándola en la mejilla – Con suerte, en un par de semanas tendrás ganas de eso y de más... - dije. Kara se giró hacia mí.

-Kara: Lena...

-Lena: Dime.

-Kara: Yo... ¿Puedo besarte?

-Lena: ¿Quieres hacerlo? – Kara asintió – Entonces no lo pidas, sólo hazlo.

Kara se acercó despacio y me besó en los labios. Un beso corto, que duró menos de lo que me habría gustado, pero tierno, cálido. Cuando se apartó, me abrazó, escondiendo su cabeza en mi cuello.

-Kara: Yo nunca he estado con una mujer, Lena. Creo que me gustas... Y creo que podría llegar a enamorarme de ti. Sólo... - dijo mirándome - ¿Podrás tener un poco de paciencia conmigo?

-Lena: Claro que sí...

-Kara: ¿Podemos ver un rato la tele? – dijo, cambiando de tema.

-Lena: Iré a por el monitor de bebés, ve bajando.

-Kara: ¿Vamos a dejarla ahí sola?

-Lena: Estará bien. Si llora, podremos oírla y verla.

-Kara: Vale...

Mientras Kara bajaba fui al cuarto y cogí el monitor, tras asegurarme de que Lexie dormía tranquila. Cuando bajé abajo, Kara estaba sentada en el sofá. Eliza estaba en uno de los sillones, dormida. Me acerqué y me senté al lado de Kara.

-Lena: ¿Qué quieres ver? – pregunté dejando el monitor sobre la mesa, enfrente de Kara.

-Kara: No sé... ¿Una película?

-Lena: Me parece bien. Puedes sacarte leche mientras, así tendremos algunos biberones en la nevera para que esta noche puedas dormir un poco más. Yo me ocuparé de ella.

-Kara: Sí, vale...

Mientras veíamos la película, Kara se sacó algo de leche y después apoyó su cabeza sobre mi hombro.

La película había acabado y estábamos viendo un programa aburrido en la tele cuando Lexie empezó a llorar. Subí a cambiarla y la bajé con nosotras al salón, poniéndola en el carrito. Un rato después, Kara volvió a darle de comer. Luego Alex llamó para hablar un rato con su hermana, cenamos algo ligero y llamé a Frank para que llevase a Eliza a su casa.

-Eliza: ¿Seguro que no quieres que venga mañana?

-Lena: Segura. Aprovecha y descansa tú también. Kara y yo nos apañaremos bien.

-Eliza: Llamarme si me necesitáis.

-Lena: Por supuesto.- dije entrando cuando Eliza se fue. Miré a Kara, que tenía a Lexie en brazos y la intentaba dormir. – Vamos arriba, tú también tienes que dormir otro poco.

-Kara: ¿Y tú?

-Lena: Yo también. Pero esta noche, no te despertaré. Yo me encargaré de ella.

-Kara: ¿Podrás sola?

-Lena: Si no puedo, te despertaré.

-Kara: Vale...

Subimos arriba y acostamos a Lexie. Después, me puse uno de los pijamas de Kara que ella había sacado para mí, a pesar de tener uno en mi maleta, y nos metimos en la cama. Kara volvió a abrazarse a mí, igual que había hecho por la tarde y se quedó dormida poco después mientras seguía contándole cosas de Irlanda.



--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Una cosita.  Aparte de esta, ahora mismo estoy escribiendo como 3-4 historias mas. No subiré ninguna hasta que esta acabe, o esté a punto  de acabar.

Pero quiero que me ayudeis con nombres. Soy muy muy mala a la hora de elegir nombres y esto sería una gran ayuda, además de saber que os gustarán. Así que, comentar  en cada opcion para que sea mas facil


-Bebé Supercorp Niño

-Bebé supercorp Niña

-Un nombre masculino para el apellido Zor-el

-Nombre para un restaurante, un hotel  y una empresa de seguridad

-Un trabajo en el que os gustaría ver a Kara y a Lena diferentes a lo de siempre o poco vistos

-Lugares importantes (empresas, edificios....) de los que Kara podría ser dueña


Si se me ocurre algo más ya os preguntare en próximos capítulos jajajaj


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro