16-UN BUEN FINAL
Bueno, os dejo con el último capítulo de esta historia. Hay una razón por la que he tardado en dejarlo, pero lo explico al final del capítulo. Sólo espero que os guste, y espero ver estrellitas y comentarios, que en el anterior hay muy poquitos comentarios eh? Aunque no os culpo, sé que los últimos capítulos no han sido tan buenos como los anteriores.
Bueno, lo dichos, os dejo con el capítulo, disfrutarlo
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"¿Oh dios? Vaya, no es la respuesta que esperaba. ¿Acaso no... No te alegra?"
LENA
8 de Marzo de 2022
Los días fueron pasando y, tal y como imaginé, Lex no tardó en ponernos una demanda exigiendo una mayor parte de la herencia de mi padre. Kara y Sam tuvieron que moverse rápido para que el juicio se celebrase lo antes posible, pero este no pudo celebrarse antes de tres semanas, ya que tuvimos que esperar por un par de pruebas contra Lex. Las más importantes. Y para ello, tuvimos que hacer que el propio juez se encargase del tema para evitar que dijeran que habíamos falsificado los resultados de algún modo.
Estábamos esperando para entrar en la sala, cuando Sam habló.
-Sam: Bien Kara, ¿te ocuparás tú entonces?
-Kara: ¿Yo? Sam, no sé si estoy preparada para algo así. Esto es muy importante para todas y si la cago...
-Sam: No lo harás. Kara, antes o después tendrás que enfrentarte a algo grande. Esto lo es.
-Kara: Pero no quiero decepcionar a nadie si esto sale mal.
-Lena: No lo harás.
-Maggie: Sabemos que harás lo que puedas.
-Sam: Yo estaré ahí si necesitas ayuda. Pero tú serás la abogada principal en este caso.
-Kara: ¿Y has esperado a hoy para decírmelo? ¿Por qué?
-Sam: Porque si te lo hubiera dicho antes, habrías estado nerviosa estas tres semanas.
-Kara: ¡Estoy atacada ahora mismo, Sam, no puedo hacerlo!
-Lillian: Kara... Mis hijas y Sam confían en ti. Y yo también. No lo dejaríamos en tus manos si no pensáramos que puedes machacar a Lex y sus abogados. Créeme, las Luthor no dejaríamos nuestro futuro en manos de cualquiera.
-Kara: Pero...
-Sam: Tranquila...
-Lena: Lo harás bien, cariño – dije besándola y cogiendo su mano.
-Kara: Me están dando ganas de vomitar... - dijo.
Poco después, nos llamaron para entrar. Lex pasó a nuestro lado, sonriendo, mirándome con superioridad.
Y veinte minutos después aquí estábamos, mi madre, mi hermana, Kara, Sam y yo, sentadas ante el juez mientras el abogado de Lex soltaba un aburrido discurso.
-Abogado de Lex: ... Por lo que mi cliente sospecha que sus hermanas y la esposa del señor Lionel Luthor, aprovecharon que no estaba en condiciones de decidir por sí mismo durante su enfermedad para obligarle a que en su testamento dejase una menor cantidad para su primogénito, es decir, mi cliente.
-Kara: ¡Protesto! – gritó. – Como puede ver al tenerlo delante, señoría, el testamento del señor Luthor no fue modificado en ningún momento durante su enfermedad. Por lo que esa acusación no tiene ni pies ni cabeza.
-Juez: Se acepta, señora Danvers.
Lex miró a Kara con furia mientras ella volvía a sentarse. Tras otros diez minutos, el abogado de Lex se sentó.
-Juez: Señorita Danvers... Su turno.
Kara me miró y luego miró a Sam, que asintió con una sonrisa. Kara se levantó y se dirigió al centro del estrado.
-Kara: Vale... - dijo nerviosa- Bien... No la cagues, Kara- susurró, respirando profundamente con la mano sobre su estómago.
-Juez: ¿Señora Danvers?
-Kara: ¡Sí! Perdón, sólo estaba... Bien, quiero comenzar diciendo que, como puede comprobar en la carpeta que tiene enfrente, podrá ver que el dinero que el señor Lex Luthor recibió tras la muerte de su... padre... no es el único dinero que recibió en realidad. Todos los meses, el señor Lionel Luthor ingresaba puntualmente una importante cantidad de dinero en una cuenta a nombre de Alexander Luthor y su madre, hasta que Lionel Luthor falleció. Dinero, que la madre del señor Lex apenas tocó, a excepción de un par de veces, como podrá ver en los papeles que tiene delante. Como podrá ver, la suma de todos esos ingresos es lo suficiente alta como para que el señor Lex hubiera podido vivir cómodamente o incluso invertirlo en algún negocio que le generase más ingresos. Pero no, en cuanto la madre del señor Lex falleció y la cuenta pasó totalmente a él – señaló a Lex – él decidió gastar ese dinero en apuestas. Incluso perdió el negocio que montó con la herencia de su padre en una de esas apuestas. Un negocio que al parecer no supo dirigir adecuadamente a pesar de haberse criado en ese entorno y saber cómo funciona el mundo de la... prostitución.
-Abogado de Lex: ¡Protesto!
-Juez: Se acepta.
-Kara: Vale... A lo que quiero llegar es... a que mis clientas no tienen la culpa de que su... hermano no haya sabido administrar su dinero ni su negocio y que tuviera una adicción al juego tan grande que le llevó a perder su medio de ingresos.- Me miró y sonreí, intentando calmarla.- En segundo lugar... Esta mañana hemos recibido la copia de los resultados de las dos pruebas que usted solicitó. Y hago hincapié en el USTED, para que todo el mundo sepa que ni el grafólogo ni los laboratorios responsables de los análisis de esas pruebas fueron elegidos ni por mí, ni por mi compañera, y mucho menos por ninguna de las señoras Luthor, por lo tanto no hay forma posible de que esos resultados hayan podido ser alterados, modificados o falsificados. La primera de esas pruebas es una prueba de ADN que confirma que Lionel Luthor NO es el padre de Lex.
-Lex: ¡Mentira! – gritó- ¡Se hizo una prueba de ADN que lo confirmó en su día!
-Juez: ¡Señor Luthor, cállese! Continúe, señora Danvers.
-Kara: Gracias. Una de las hijas del señor Luthor, descubrió, cuando tenía dieciséis años, por casualidad, unos documentos y una carta escrita a mano en el despacho de su padre que confirmaba que Alexander Luthor no era su hijo. Ella le preguntó a su padre si esos papeles eran auténticos, a lo que él le respondió que sí. Motivo por el cual, tras su muerte, la hija del señor Luthor decidió guardar esos documentos en un lugar seguro, junto con una muestra de sangre de su padre. En esa carta, escrita a mano por el propio Lionel, él admite que Lex no es su hijo, pero aceptó darle su apellido y pagarle a su madre una cantidad mensual para ayudarla a que pudiese criar a su hijo a cambio de que nunca acudieran a ningún medio diciendo que Lex era su hijo con intención de sacarle dinero, y que le dejasen tranquilo tanto a él como a su familia. Como ve, se confirma que la carta fue escrita y firmada por el propio Lionel Luthor. Todo esto nos lleva a la conclusión de que Alexander Luthor No es hijo de Lionel Luthor, por lo que el hecho de que le reconociera como tal y le ayudase económicamente, dejándole una pequeña parte de su herencia, fue simplemente una buena acción por parte del padre y marido de mis clientas, para evitar que un niño pequeño viviera en la calle y pudiera tener un futuro.
-Juez: Bien... - dijo revisando los documentos.- Con todas estas pruebas, mi decisión es sencilla. Señor Alexander Luthor, usted no recibirá ni un solo dólar más por parte de la familia Luthor. Podrá conservar el apellido si lo desea, pero no podrá exigirles más dinero ni molestarlas de ahora en adelante.
-Lex: ¡Eso no es justo!
-Kara: Una última cosa. Como muestra de buena voluntad de parte de la familia Luthor, Lillian, Lena y Maggie han recuperado el negocio del señor Alexander, poniéndolo a su nombre y le ofrecen un cheque por valor de cien millones de dólares, a cambio de que no vuelva a parecer en sus vidas. Como maneje su negocio, o lo que haga con ese dinero a partir de ahora el señor Lex, no es de la incumbencia de la familia Luthor ni de L-Corp- se acercó a dejar el cheque y los papeles de titularidad del negocio frente a Lex- Le recomiendo que esta vez tenga más cuidado. No habrá más dinero para usted.
-Abogado de Lex: Lo aceptamos.
-Lex: ¡¿Qué?! ¡No!
-Abogado de Lex: Cállate y acéptalo.
-Juez: Si tiene algún problema, le recuerdo que las señoritas no están obligadas a darle ese dinero. El negocio ya está a su nombre, así que tiene que quedárselo, pero el cheque...
-Abogado de Lex: No hay ningún problema. Mi cliente acepta y agradece la muestra de buena voluntad de la familia Luthor.
-Juez: Bien, pues una vez aclarado todo, doy el juicio por finalizado.
Cuando el juez se marchó, Sam casi dio un salto en la mesa.
-Sam: ¡Has estado genial, Kara!
-Lena: Ella siempre lo está- dije besando a Kara.
-Kara: Tampoco ha sido gran cosa...
-Maggie: ¿Que no? ¡Les has pateado el culo a Lex y a su abogado!
-Kara: Necesito ir al baño.
-Lena: ¿Estás bien? – pregunté, mirándola.
-Kara: Sí. Sólo...
-Sam: ¿Sigues nerviosa? El juicio ya ha terminado. Y has ganado.
-Kara: Hemos ganado. No lo he hecho sola.
-Lillian: Eso es cierto, Sam. Las dos os lo habéis preparado muy bien estas semanas. Esto hay que celebrarlo.
-Kara: Lena, amor, ¿puedes terminar de recoger mis papeles? – dijo, mientras salía corriendo.
-Lena: ¿Kara?
-Sam: Tranquila, en mi primer juicio importante me pasó lo mismo. Son los nervios. Dale unos minutos.
-Lena: Claro... – dije guardando los papeles de Kara en su cartera.
Cuando terminamos de recoger todo, salimos de la sala y esperamos a Kara fuera. Volvió unos minutos después, sonriendo al verme.
-Kara: Lo siento... Los nervios.
-Lena: ¿Mejor?
-Kara: Sí... Aunque creo que había alguien en uno de los baños y salió corriendo al poco de entrar yo.
-Maggie: No necesitamos detalles, gracias.
-Kara: Por cierto, Lillian, lo de la celebración me parece una idea genial. ¿Por qué no lo celebramos en casa este viernes por la noche?
-Lillian: Claro...
-Lena: ¿El viernes? ¿Y por qué no hoy?
-Kara: Lena, amor.... Me encantaría celebrarlo esta misma noche – dijo cogiendo mi mano – Pero estas últimas semanas han sido agotadoras y quiero pasarme los próximos tres o cuatro días durmiendo.
-Lillian: Por mí bien.
-Sam: Estoy de acuerdo con Kara, yo también necesitaré dormir al menos un día entero. Espero que nuestra jefa lo entienda y nos dé un par de días libres. – dijo mirando a Kara y sonriéndola. Kara agachó la mirada y luego me miró.
-Lena: Por supuesto, os los merecéis. ¿Nos vamos?
Salimos del juzgado y estábamos a punto de subir a nuestros taxis, cuando Lex se acercó, furioso.
-Lex: ¡Esto no va a quedar así! ¡¿Me oyes?!
-Lena: Lex... Por favor, ya has hecho bastante el ridículo ahí dentro. No lo hagas también aquí fuera. Tienes un negocio y un buen cheque en el bolsillo. Lárgate y deja de molestar.
-Lex: ¡Un negocio arruinado y un cheque que....!
-Lillian: Un cheque que puede ayudarte a levantar tu negocio, o empezar uno nuevo. Sólo asegúrate de saber invertir tu dinero y no perderlo jugando. Lena ha sido bastante generosa al ofrecer darte esos cien millones. Para tu información, el resto de la familia estábamos en contra, pero ella no quería dejarte en la miseria y que te pudrieras como un trozo de papel viejo tirado en el suelo.
-Lex: ¡Voy a...!
-Kara: No vas a hacer nada – dijo, poniéndose entre Lex y todas nosotras- Tienes dos opciones: La primera, coges el dinero, tu negocio y desapareces de la vida de Lena y su familia para siempre, conservando un apellido que, aunque no te pertenece, ni tampoco te mereces, podrá abrirte muchas puertas... O... La segunda opción. Damos orden de inmediato de cancelar el cheque, por lo que no podrás cobrarlo, y además, pediremos que el apellido Luthor te sea legalmente retirado, puesto que Lionel Luthor NO era tu padre y tanto sus hijas como su esposa, pueden pedir que se te retire. Lo cual sería una malísima idea. Porque... ¿Qué te quedarías, con un simple... Lex Smith? Porque ese era el apellido de tu madre, ¿no? Smith. Un apellido bastante común. Créeme, nadie querrá hacer negocios con alguien que tenga un nombre tan ridículo. Lex Smith suena más a marca de tabaco barato que a gran empresario. – Lex miró a Kara, en silencio y Kara sonrió – ¿No me estás entendiendo? ¿Uso un lenguaje demasiado complicado para ti? Déjame ver cómo podría... Ah sí, seguro que de esta forma lo entiendes. Si juegas bien tus cartas y te retiras de la partida ahora, podrás conservar tu negocio, tu dinero y tu apellido. Por el contrario, si decides tentar a la suerte con una carta más... Lo perderás todo. Ni negocio, ni dinero, ni apellido Luthor. Te quedarás en la calle, viviendo como la rata que eres. Agradece lo que la familia Luthor hizo por tu madre y por ti y no vuelvas a molestar. Porque si lo haces, si sigues acosándolas, a cualquiera de ellas, te juro que yo misma me encargaré de que acabes el resto de tus días en una jaula. Y la verdad, la vida de Hámster es muy aburrida. Al menos las ratas tienen la suerte de poder vivir en libertad. ¿He sido clara? Y que conste que esto no es una amenaza, sino un aviso de lo que puede pasar.
Lex miró a Kara, apretando los dientes y se fue, en silencio.
-Lena: Vaya, eso ha sido impresionante – dije besando a Kara - ¿Pero a qué ha venido eso?
-Kara: No voy a permitir que nadie se meta con mi mujer. O con mi familia. Además, él no es nada tuyo, ya ni siquiera es tu hermano, nunca lo fue. Por lo tanto, no tiene ningún derecho a hablarte como le dé la gana. No delante de mí.
-Maggie: ¿Te ha mordido un doberman, un pitbull o algo así? Porque te has convertido en una perra despiadada en cuestión de segundos. ¿Qué ha pasado con la dulce y tranquila Kara?
-Kara: La Kara dulce y tranquila sólo está para quien se la merece.
Finalmente, Kara y yo entramos en nuestro taxi y nos fuimos a casa, donde pasamos el resto del día jugando con Lexie.
KARA
11 de Marzo de 2022
-Kara: ¿Has traído el regalo? – pregunté mientras terminaba de poner los platos en la mesa.
-Alex: Sí, lo he dejado en el armario del cuarto de invitados, bajo toda esa tonelada de sábanas. ¿Se puede saber porqué tenéis tantas?- dijo, acercándose con los vasos.
-Kara: Las cambiamos a menudo. Manchamos muchas.
-Alex: ¿Y qué narices hacéis para manchar tantas?
-Kara: ¿De verdad tengo que explicártelo?
-Alex: Es que es raro que... ¡Oh, joder, no! ¡No me digas que es por....! ¡Joder, Kara!
-Kara: ¿Qué? Tú eres la que has preguntado. – dije riéndome- Es broma. En realidad guardamos las sábanas de todas las camas ahí. Las nuestras, las del cuarto de invitados, las de la cuna y la cama de Lexie... Aunque los últimos dos juegos son un regalo de Cat. La última vez que vino de visita nos las trajo diciendo que seguramente las nuestras ya estarían al borde del suicidio y deberíamos plantearnos cambiarlas.
-Alex: Oh dios, qué asco. Kara, eres mi hermana pequeña. Sólo de imaginarte haciendo... guarradas con Lena... No, mejor no lo imagino o jamás podré sacar esa imagen de mi cabeza.
-Kara: Tampoco creas que hemos tenido tiempo de hacer tantas... Además, como si tú no hicieras guarradas con Sara.- dije, mientras caminaba hacia la cocina para coger los cubiertos.
-Alex: ¡Sí, las hago, todos los días! ¡Pero Sara no tiene ahí abajo una manguera que puede hacer que su orgasmo llegue hasta el techo!
-Kara: Mira, la que no quiere imaginar cosas. Para tu información, a mí tampoco me apetece imaginar a mi hermana mayor haciendo guarradas con su prometida a diario... ¡Y no hablemos de eso delante de Lexie! – Dije señalando a Lexie, que jugaba en el suelo con unos bloques de construcción – No quiero que tenga que empezar a ver a un psicólogo tan pronto... - terminé de colocar los cubiertos y me apoyé en la mesa, mirando al suelo.
-Alex: Kara... ¿Estás bien?
-Kara: Sí sólo... ¿Crees que a Lena le gustará el regalo?
-Alex: ¿Hay algo que te haga pensar que no le gustará?
-Kara: No...
-Alex: ¿Entonces de qué te preocupas? Estoy segura de que a Lena le encantará el gusano que vas a regalarle.
-Kara: ¡No voy a regalarle un gusano!
-Alex: Cierto, ya tiene uno, ¿para qué quiere otro?
-Kara: Lena no tiene ningún gusano.
-Alex: Es verdad, lo que tiene es una serpiente.
-Kara: Alex...
-Alex: Lo que quiero decir, Kara... - dijo cogiendo mis manos – Es que Lena estaría encantada aunque le regalases una caja llena de gusanos vivos para ir de pesca. Además, tu regalo es un millón de veces mejor.
-Kara: A lo mejor debería esperar un poco para darle el regalo. ¿No le parecerá un poco raro?
-Alex: ¿Acaso no puedes hacerle un regalo a tu mujer porque te apetece? ¿Dónde dice que solo puedan hacerse regalos en cumpleaños, navidad y San Valentín, eh?
-Kara: Tienes razón... Aunque debería haber comprado uno más grande, ¿no será demasiado pequeño?
-Alex: No, el tamaño es el correcto.
-Kara: Bien... - dije mirando mi teléfono, que acababa de sonar – Es Sam, ella y Maggie han recogido a Lena de L-Corp y ya vienen.
-Alex: Entonces las demás no tardarán en llegar.
Y así fue. Diez minutos después, mi madre y Lillian fueron las primeras en llegar. Después llegaron Nia y Andrea, que trajeron una tarta de chocolate para el postre. El siguiente en llegar fue Winn, que apareció con Beth, su novia, a la que teníamos ganas de conocer. Y casi media hora después de que mi madre y Lillian llegaran, aparecieron Maggie, Sam y Lena por la puerta. Sara tardaría al menos otra media hora más, ya que había tenido que ir a trabajar hoy.
-Lena: Vaya, veo que ya tienes todo listo – dijo besándome.
-Kara: Casi. ¿Qué tal el día?
-Lena: Aburrido... Y largo. Aún echo de menos tenerte al otro lado de la puerta siendo mi secretaria.
-Kara: Tampoco me tienes tan lejos. Mi despacho está dos puertas más allá del tuyo.
-Lena: Eso es demasiado lejos para mí.
-Lexie: ¡Mamá! – gritó
-Lena: Hola cielo... Lo siento, mi otra chica favorita me reclama – dijo sonriéndome y acercándose a Lexie.
-Kara: Ve. Yo iré a cambiarme.
-Lena: ¿Cambiarte?
-Kara: Sí. Quiero ponerme algo más decente. No quiero sentarme a cenar vestida con una camiseta y un pantalón deportivo viejos.
-Lena: Bueno, no sería la primera vez.
-Kara: Estamos de celebración, amor. No es adecuado – dije mientras caminaba hacia el cuarto.
Me cambié rápidamente, poniéndome un pantalón vaquero y una camiseta. Fui a buscar el regalo de Lena y lo escondí bajo una camiseta limpia para Lexie. Después volví a bajar y dejé el regalo y la camiseta bajo un cojín del sofá, aprovechando que Lena estaba distraída hablando con Maggie y jugando con Lexie.
Estuvimos hablando y tomando algo hasta que Sara llegó y después todas nos sentamos a la mesa.
-Nia: No sabéis cómo me alegro de que todo el tema del juicio haya terminado bien. Kara ha estado muy estresada estos días. Nunca la había visto tan nerviosa.
-Sam: Kara estuvo brillante. Como siga así, en un par de años podría quitarme el puesto.
-Kara: Yo no haría eso. Además, aún tengo mucho que aprender de ti.
-Lillian: No seas tan modesta Kara. Tienes carácter Luthor y lo has demostrado. Cada vez estoy más segura de que Lena no habría podido escoger a nadie mejor por mucho que buscara.
-Kara: Bueno, sólo hice mi trabajo.
-Alex: Habría matado por estar allí...
-Kara: Eres policía, Alex. No puedes matar así como así.
-Alex: Mierda, tienes razón.
-Winn: ¿A nadie se le ocurrió grabarlo?
-Kara: Winn, es un juicio...
-Winn: ¡Sí, contra un Luthor! Bueno, un Luthor que no es Luthor. ¡Deberían haberlo televisado!
-Kara: Entonces ahora estaríamos celebrando mi funeral, porque me habría dado un ataque cardíaco de los nervios.
-Andrea: No seas exagerada...
-Maggie: ¿Exagerada? Tuvo que irse corriendo al baño a vomitar de los nervios que tenía.
-Lena: Dejad de meteros con ella. Kara no está acostumbrada a tanta presión. Era un juicio importante. Además, las reacciones de Kara ante la presión pueden ser bastante... Inesperadas.
-Sara: ¿Cómo de inesperadas?
-Lena: Bueno, hace un par de meses vimos una película de terror en la televisión. Nos fuimos a dormir y Kara se despertó de madrugada para ir al baño. Pero en ese momento yo le pregunté que dónde iba y se pegó tal susto, que acabó haciéndose pis encima y tirándome una zapatilla a la cabeza. Por suerte, tiene mala puntería. Aunque la pobre lámpara pagó las consecuencias de eso.
-Kara: ¡Lena! – grité, mientras veinte ojos se posaban en mí.
-Alex: Bueno, eso no es nada. ¿Veis esta cicatriz? – dijo, enseñando su brazo.
-Kara: No... ¡Alex, ni se te ocurra!
-Alex: Es por culpa de Kara. Ella estaba estudiando y mi madre me mandó a preguntarle si quería que le llevase algo de comer o de beber. Kara estaba tan concentrada, que ni se enteró de que entré en la habitación. Cuando apoyé la mano en su escritorio y abrí la boca para preguntarle se pegó tal susto, que casi se cae de la silla y, para no acabar con el culo en el suelo, sólo se le ocurrió clavar el lapicero en la mesa. Pero no era la mesa, sino mi brazo.
-Maggie: ¡Auch! Eso debió doler.
-Kara: Me sentí tan mal que pasé un mes entero pidiéndole perdón cada vez que la veía y haciéndole la cama.
-Lena: Pobre... ¿Qué edad tenías?
-Kara: Dieciocho.
-Lena: Vaya, pensé que serías más pequeña.
-Kara: ¡Sólo estaba agobiada por los exámenes! ¡Yo no quería clavarte ese lapicero! – grité, empezando a llorar.- ¡Y sí, rompí la lámpara, pero en mi defensa debo decir que era horrible y llevaba tiempo queriendo deshacerme de ella!
Vi que Lena y Alex se miraron, poniéndose muy serias.
-Lena: Oye, cariño...
-Alex: Lo siento... No queríamos avergonzarte. Sólo...
-Kara: ¡Pues lo habéis hecho! – grité, levantándome de la mesa y caminando hacia el baño.
-Alex: ¡Oye, tú también cuentas cosas vergonzosas sobre mí! ¡Además, he contado cosas peores sobre ti y no te has puesto así!
-Lena: Iré con ella... - dijo mientras yo entraba en el baño y cerraba con un portazo.
-Kara: Cálmate, Kara... - dije apoyándome en el lavabo – No ha sido para tanto, pareces idiota...
En ese momento, escuché un golpe en la puerta.
-Lena: Kara, cielo, ¿estás bien?
-Kara: ¡Sí, salgo enseguida! – dije mientras me lavaba la cara.
-Lena: ¿Seguro que estás bien? No pretendíamos molestarte.
-Kara: Lo sé, dame cinco minutos, por favor.
-Lena: ¿No vas a dejarme entrar?
-Kara: No.
-Lena: Está bien, te daré esos cinco minutos, pero pienso quedarme aquí fuera. Y si en cinco minutos no has salido, tiraré esa puerta abajo, ¿entendido?
-Kara: Sí... - dije, sentándome en el borde de la bañera.
Justo cinco minutos después salí, algo más tranquila.
-Lena: ¿Mejor? – preguntó, acariciando mi mejilla.
-Kara: Sí, lo siento...
-Lena: ¿Qué te ha pasado?
-Kara: No lo sé... Estoy un poco cansada. Hoy Lexie me ha tenido todo el día corriendo de un lado a otro. Era mucho mejor cuando no andaba...
-Lena: Anda, ven... - dijo abrazándome – Puedo tomarme unos días y ayudarte un poco con Lexie. Realmente pareces agotada.
-Kara: Lo hablamos después, ¿sí? Volvamos a la mesa.
-Lena: Bien...
-Eliza: ¿Todo bien, cielo? – preguntó cuando Lena y yo nos sentamos.
-Kara: Sí. Lo siento, estoy algo cansada. – dije mientras acariciaba el pelito de Lexie, sonriéndola.
-Lillian: Sí... No es tan fácil cuando empiezan a correr por todas partes, ¿verdad?
-Kara: Desde luego... - dije sonriendo.
La cena siguió entre risas e historias de todas de cuando eran pequeñas. Al parecer, no quisieron que yo fuera la única que quedase en ridículo esa noche.
-Sam: Iré a por la tarta – dijo mirándome.
-Kara: Te acompaño.
-Alex: Y yo...
-Maggie: Por favor chicas, que es sólo una tarta, no la pastelería entera. ¿cuántas personas se necesitan para traer una tarta de doce porciones?
-Sam: Tres.
-Maggie: ¿Tres? ¿Desde cuándo?
-Sam: Una para llevar la tarta.
-Kara: Otra para llevar los platos.
-Alex: Y otra para llevar el cuchillo y las cucharillas. Tres.
-Maggie: Vale, me habéis convencido. Aunque Kara, puedes comerte mi trozo si quieres.
-Kara: ¿Estás bien? Apenas has comido nada.
-Maggie: Sí. Es sólo que ya me siento como un globo a punto de explotar. Me da miedo meterme algo más en el cuerpo y que estalle redecorándoos la casa de un precioso rojo vísceras.
-Alex: Gracias Maggie, eso es una imagen muy....
-Andrea: Asquerosa.
-Alex: Exacto. Gracias.
Fui a la cocina y Sam y Alex me siguieron. Mientras sacaba la tarta de la nevera, Sam me miró.
-Sam: ¿Qué, cuándo vas a darle su regalo a Lena?
-Kara: No lo sé, estoy un poco nerviosa. ¿Y si no le gusta?
-Alex: ¿Ya estás otra vez con eso?
-Kara: Alex, no es un jersey que pueda devolver si no le gusta, ¿sabes?
-Alex: Oh, vamos, Kara...
-Kara: Vale, dejaré de pensar que no le va a gustar. Pero si no le gusta, me mudo contigo y con Sara.
Cogimos la tarta, los platos y los cubiertos y volvimos a la mesa. Sonreí a Lena y empecé a cortar la tarta, repartiéndola en varios pedazos.
-Sam: ¿Seguro que no quieres, Maggie?
-Maggie: No...
-Sam: De acuerdo.
Empecé a comerme mi trozo de tarta y Sam y Alex empezaron a echarme miraditas. Al final, me rendí, dejando mi cuchara en el plato y alargando el brazo hacia el sofá que tenía detrás de mí y donde había escondido el regalo de Lena.
-Kara: Esto... Lena, amor, yo... Tengo un regalo para ti.
-Lena: ¿Un regalo? ¿Por qué? No es mi cumpleaños.
-Kara: Lo sé. Pero... Creo que te gustará – dije tendiéndole la caja.
-Lena: Vaya... - dijo dejando la caja sobre la mesa y empezando a abrirla, confusa. Sentí mi corazón a mil cuando Lena dejó la tapa sobre la mesa y empezó a retirar el papel que envolvía el regalo. Noté que alguien cogía mi mano y me giré para ver que era Alex. Estaba tan nerviosa que no vi que se había levantado y estaba a mi lado.- Esto es... Cielo, ¿le compraste una camiseta a Lexie por internet? Creo que se han confundido de talla. Y creo que me diste el regalo de navidad de Lexie en vez del que tenías para mí.
-Kara: No, la... La talla está bien.
-Lena: Pero esta camiseta es para un recién na... - dijo, callándose de golpe al mirar de nuevo hacia la caja y ver lo que aún quedaba en su interior. Sin soltar la camiseta, Lena sacó la prueba de embarazo con resultado positivo y se quedó mirándola en silencio. Después me miró a mí - ¿es en serio?
-Kara: Sí... Estoy embarazada.
-Lena: Estás... Oh, dios...
-Kara: ¿Oh dios? Vaya, no es la respuesta que esperaba. ¿Acaso no... No te alegra? – dije, apretando la mano de Alex.
-Lena: ¿Qué?... ¡Sí! ¡Mi amor, claro que sí me alegra! – dijo soltando las cosas en la mesa y acercándose a mí- Es sólo que no esperaba una noticia así. ¡¿Cuánto hace que lo sabes, de cuánto estás?
-Kara: Diez semanas. Dos... meses y medio.
-Lena: ¡Oh, joder! Ven aquí – dijo haciendo que me levantara. Me abrazó y me besó, poniendo una mano sobre mi vientre - ¡Vamos a tener otro bebé! ¿Estás bien, cómo te encuentras tú? No te he visto tener síntomas ni...
-Kara: Estoy bien... Cansada. Pero bien.
-Sam: No le has visto tener síntomas porque tú llegabas antes al trabajo que ella y luego Kara se pasaba casi todo el tiempo encerrada conmigo. Sobre todo estas últimas semanas preparando lo del juicio de Lex.
-Lena: ¿Tú lo sabías, Sam?
-Sam: Pues claro. Cuando Kara vomitó el desayuno una mañana y luego casi se desmaya en el despacho, até cabos.
-Lena: ¿Cuándo pasó eso? ¿Y por qué nadie me lo contó?
-Kara: Porque yo se lo pedí. Quería estar segura antes de decirte nada. Y fue ese día que te dije que me iba con Alex porque iba a acompañarla a comprar algunas cosas. Tú tenías esa reunión tan importante, de la que saliste tan tarde. Llamé a Alex porque no me encontraba bien y no quería irme sola a casa. Pasé por la farmacia, compré la prueba de embarazo y... salió positiva.
-Eliza: ¿Entonces... voy a ser abuela otra vez?
-Lillian: Perdona cariño, pero la pregunta correcta es... ¿Vamos a ser abuelas otra vez?
-Kara: Sí.
-Nia: ¡Eso es maravilloso!
Después de varios abrazos, besos y felicitaciones, me fijé en que Maggie volvía del baño completamente pálida.
-Kara: Maggie, ¿estás bien?
-Maggie: Yo... No. Lo cierto es que... Empecé con contracciones antes de venir, pero Sam parecía tan ilusionada con esta fiesta para Lena... Ahora entiendo por qué, y siento estropearla, pero... Acabo de romper aguas en vuestro baño. Creo que debería ir al hospital.
-Sam: ¡¿Qué?! ¡Maggie!
-Maggie: Lo que menos necesito ahora es que me regañes, ¿vale? Esta mierda duele... - dijo, sujetándose el vientre y encogiéndose.
-Sam: Eh, cielo... - dijo ayudándola –vamos.
-Lillian: Yo os llevo.
-Lena: Ir yendo vosotras. Vamos a vestir a Lexie y vamos al hospital.
-Lillian: Kara debería descansar un poco.
-Kara: Estoy bien, nos vemos allí.
A partir de ese momento, todo fue un caos. Sam y Lillian ayudaban a Maggie a llegar hasta el coche y mi madre las acompañaba.
Alex y Sara decidieron ir delante, abriéndoles paso con la sirena de policía que llevaban en su coche. Winn, su novia, Andrea y Nia les siguieron.
Cuando nos quedamos solas, Lena se acercó a mí.
-Lena: Mi madre tiene razón. Quizás deberías quedarte aquí con Lexie y dormir un poco.
-Kara: pero no quiero dejarte sola mientras esperas.
-Lena: No voy a estar sola. Y un hospital no es lugar para una embarazada. Ya sabes que muchas veces se sale de allí con cosas que antes no tenías.
-Kara: Pero...
-Lena: Escucha, no pude hacerlo bien con Lexie, pero ahora quiero lo mejor posible. Quiero cuidarte, darte todos los caprichos que tengas... Y asegurarme de que comes y descansas como es debido.
-Kara: Pero...
-Lena: Esto aún puede llevarle a Maggie varias horas, ¿cierto? – preguntó, y yo asentí – Entonces haremos una cosa. Quédate en casa y duerme un poco. En cuanto nazca, te llamaré para que te prepares, vendré a buscarte y te llevaré al hospital. ¿De acuerdo?
-Kara: Está bien – dije.
-Lena: Bien... -dijo besándome - ¿Quieres que te ayude a recoger un poco antes de irme?
-Kara: No. Ya lo hago yo. No creo que pueda dormir, así que aprovecharé el tiempo recogiendo.
-Lena: Está bien... - dijo, mirándome en silencio - ¿Sabes que estás preciosa?
-Kara: ¿Ah, sí? – le sonreí y me acerqué a ella.
-Lena: Sí. Siempre lo estás, pero lo de hoy no es normal. Será por el embarazo, que te sienta muy bien.
-Kara: Será... - susurré, rozando sus labios con los míos, provocándola.
-Lena: Kara... Te juro que me muero de ganas por hacerte mía ahora mismo, pero Maggie me necesita...
-Kara: Lo sé. Ve con ella, ya celebraremos esto – dije acariciando mi vientre aún plano – cuando volvamos de ver a nuestro sobrino y hayas dormido un poco.
-Lena: Me parece bien.
-Kara: Ahora vete, amos, y ten cuidado conduciendo.
-Lena: Por supuesto... Te amo.
-Kara: Te amo. Venga, vete, antes de que me lo piense mejor y te secuestre toda la noche. - Lena soltó una carcajada y cogió su bolso y las llaves del coche, saliendo. Miré a Lexie, que se había quedado dormida- Genial, supongo que tú no vas a ayudarme a recoger todo esto, ¿verdad? – pregunté mientras la cogía en brazos –Vamos, te llevaré a tu cama...
LENA
4 de Octubre de 2022
-Kara: ¿Pediste la comida para el sábado?
-Lena: Sí, cielo, está todo organizado, no te preocupes. – dije, mientras conducía hacia la casa donde vivían mi madre y Eliza.
-Kara: Vale... - dijo mirando por la ventana.
-Lena: No parece que te haga mucha ilusión que dejemos a Lexie con sus abuelas y te lleve a tu restaurante favorito por tu cumpleaños.
-Kara: Claro que me hace ilusión, amor. Es que estoy un poco cansada.
-Lena: Podemos volver a casa si quieres.
-Kara: No. Sé lo que cuesta conseguir una mesa en ese sitio, y seguro que pagaste por adelantado para confirmar la reserva.
-Lena: No me importa perder el dinero de la reserva si te refieres a eso.
-Kara: Sé que no te importa. Pero te has cogido el día libre del trabajo para estar hoy conmigo.
-Lena: Puedo estar contigo en casa.
-Kara: No. De verdad, Lena, me apetece ir al restaurante. – dijo sonriéndome. – Abriré la ventanilla. Seguro que si me da un poco el aire, me espabilo un poco.
-Lena: Está bien.- Dije devolviéndole la sonrisa.
Cuando llegamos, empecé a soltar a Lexie de su sillita.
-Kara: Amor, ¿te importa si entro un momento?
-Lena: Déjame adivinar. Te haces pis.
-Kara: Sí...
-Lena: Claro. Tenemos tiempo de sobra – dije mientras bajaba a Lexie del coche y cerraba.
Nos dirigimos a la puerta y llamamos al timbre. Fue Eliza quien abrió.
-Eliza: ¡Kara! Felicidades, cari...
-Kara: Ahora no, mamá, necesito ir al baño, me hago pis – dijo apartando a Eliza y entrando corriendo en casa.
-Lexie: Quero i con mamá.
-Lena: Mamá viene ahora, ha ido al baño – dije cogiéndola en brazos – Hola Eliza. ¿Aún no ha llegado nadie, verdad?
-Eliza: No. Pasa.
Kara no lo sabía, pero le habíamos preparado una fiesta en casa de nuestras madres. Íbamos a hacerle el sábado en nuestra casa, pero mi madre y Eliza insistieron en que lo hiciéramos en la suya para que Kara y yo no tuviéramos que recoger nada después. Además, Kara ya había salido de cuentas, pero el bebé se estaba retrasando un poco y podía llegar en cualquier momento. Y sabíamos que a Kara no le gustaría la idea de tener que celebrar su cumpleaños en el hospital.
-Kara: Ya podemos irnos... - dijo cuando volvió del baño.
-Lena: Claro.
-Kara: Lexie, pórtate bien con las abuelas, ¿entendido? Ya están mayores para correr detrás de ti, no queremos que les dé un infarto tan pronto.
-Eliza: ¡Oye!
-Lillian: Eso, ¡Oye! Tú tienes más pinta de estar a punto de sufrir un infarto que nosotras.
-Lexie: ¡Abela, pajitos! – gritó, señalando el jardín.
-Eliza: Sí, cariño, vamos a ver los pajaritos antes de que asesine a tu madre.
-Lena: Volveremos pronto. Salimos y nos subimos en el coche. Veinte minutos después, mi teléfono sonó - ¿Puedes cogerlo?
-Kara: Sí. Es tu madre. – dijo descolgando – Lillian, ¿ha pasado algo, Lexie y mi madre están bien? ¿Tú estás bien?
-Lillian: Sí, estamos todas bien, no nos ha dado ningún infarto – bromeó – Pero Lena se ha dejado aquí el bolso.
-Kara: Tu madre dice que te has dejado el bolso en su casa.
-Lena: Mierda. Dile que ya vamos.
-Kara: Ya vamos para allá – dijo mientras yo cambiaba de dirección. Luego Kara colgó – No llegaremos al restaurante.
-Lena: Tenemos tiempo de sobra, tranquila.
Cuando aparqué de nuevo frente a la casa de nuestras madres, bajé del coche y me acerqué al lado del pasajero.
-Kara: ¿Qué?
-Lena: ¿No entras?
-Kara: ¿Para coger tu bolso? Puedo esperarte aquí, va a ser un minuto. ¿O es que tienes miedo de perderte por el camino?
-Lena: No. Pero pensé que a lo mejor querías ir al baño. Otra vez.
-Kara: Ahora que lo dices... Sí, iré contigo.
-Lena: Bien – dije sonriéndola.
Caminamos hacia la puerta y llamamos al timbre. Esperamos hasta que mi madre nos abrió.
-Lillian: Pasad.
-Kara: ¿Sabes Lillian? Creo que Lena será la primera en sufrir ese infarto. Debe estar más senil que vosotras si ya se va olvidando el bolso en cualquier sitio.
-Lena: Mira quién habla. La que el otro día no encontraba las llaves de casa y las había metido en el congelador.
-Kara: ¡Yo no las metí ahí!
-Lena: Claro que no, cielo. Tenían tanto calor que les salieron patitas y se metieron allí ellas solas para estar más frescas.
-Kara: No te burles de mí – dijo haciendo un puchero mientras caminábamos hacia el salón.
-Todas: ¡Sorpresa!
-Kara: ¿Pero qué...?- dijo, sorprendida - ¿Qué hacéis todas aquí?
-Lena: Yo les pedí que vinieran para celebrar hoy tu cumpleaños.
-Kara: Pero... ¿Y vuestros trabajos?
-Alex: Sara y yo pedimos el día libre.
-Andrea: A mí no me viene mal tomarme un día de descanso de la consulta.
-Nia: Viene bien desconectar de vez en cuando. Además, Andrea no puede negarme nada... - dijo riéndose.
-Sam: Yo tengo suerte de estar casada con la hermana de mi jefa y tener ciertos privilegios...
-Cat: Yo podría estar buceando en una playa del caribe, pero Lena me pidió que viniera. Me iré en el primer vuelo de mañana.
-Winn: Yo no pensaba perderme tu cumpleaños por nada del mundo. Y también tuve suerte de que mis jefes me dieron el día libre.
-Maggie: Yo soy la hermana de la jefa, así que, si ella no va a trabajar, yo tampoco. Es lo más justo.
-Kara: Vaya, yo... No esperaba esto – dijo, emocionada.
-Lexie: ¿Mamá tiste? – preguntó, al ver a Kara llorar.
-Kara: No, cariño, mamá está muy contenta.-Me miró y me besó, acercándose a mi oído después- La verdad es que prefiero esto. No me apetecía mucho ir al restaurante, hoy estoy algo incómoda y estoy empezando a tener algunas molestias.
-Lena: ¿Estás bien?
-Kara: Sí.
-Lena: ¿Segura? ¿No estarás de parto?
-Kara: Es posible. Pero tranquila, tenemos tiempo de comer tranquilamente con todas antes de tener que correr al hospital.
-Lena: ¿Segura?
-Kara: Sí. Empecé con contracciones cuando volvíamos a recoger tu bolso, pero aún pasa mucho tiempo entre una y otra, así que... Hay tiempo, tranquila.
-Lena: Está bien, pero ante cualquier cosa...
-Kara: Si tenemos que correr, te avisaré. – dijo besándome de nuevo.
Nos sentamos y pasamos toda la comida hablando de varios temas. Kara de vez en cuando se acariciaba el vientre y me sonreía, en señal de que estaba todo bien. Después del postre, y de que Kara abriera sus regalos, Lexie y Ruby se pusieron a jugar con unas piezas de construcción y Maggie daba de comer a su hijo, Samuel.
-Maggie: Kara... ¿Estás bien? Pareces algo... Incómoda.
-Kara: Sólo estoy cansada.
-Maggie: ¿Segura? Te tocas mucho el vientre.
-Alex: ¿No estarás de parto? No sería imposible, ya va siendo hora de que ese niño salga de ahí dentro.
Miré a Kara y luego al resto.
-Lena: Kara tiene algunas molestias.
-Winn: ¿Molestias? ¿Molestias de... calambres o algo así o molestias de... Este niño quiere salir ya pero me estoy callando para no estropear la comida?
-Kara: Empecé con contracciones un poco antes de la comida. – dijo, y todo el mundo se levantó- ¡Calmaos! Por eso no os dije nada. No pasa nada, hay tiempo de...
-Nia: ¿No deberías estar ya camino del hospital?
-Kara: No. Pueden pasar horas aún hasta que dé a luz. Posiblemente me mandarán a casa hasta que tenga las contracciones más seguidas, así que, para qué dar un viaje en vano hasta el hospital.
-Lena: Pero lo que sí haremos será irnos a casa para que descanses un poco.
Lillian: Podéis quedaros aquí, Lena.
-Lena: Te lo agradezco, mamá, pero conozco a Kara y sé que estará más cómoda tumbada en nuestra cama. Es posible que incluso pueda dormir un poco. Le cuesta dormir en una cama que no sea la nuestra.
-Alex: Eso es verdad, cuando éramos pequeñas y nos quedábamos en casa de alguien, Kara no conseguía pegar ojo porque no estaba en su cama.
-Lillian: Entonces iremos con vosotras para ayudaros a...
-Kara: No. Lillian, lo agradezco, de verdad. Pero si queréis ayudar, podríais quedaros con Lexie por si tengo que ir al hospital más tarde. Alex, ¿Podrías venir para coger una bolsa con ropa para Lexie y traerla?
-Alex: Claro.
-Eliza: ¿No quieres que estemos contigo?
-Kara: No es eso, mamá. Es sólo que... Bueno, esto aún tardará algunas horas y no quiero que estéis en casa o en el hospital esperando durante tanto rato. Cuando tenga que ir al hospital, Lena os avisará para que lo sepáis, pero no quiero que nadie vaya allí. Cuando el niño haya nacido, Lena os volverá a avisar para que vayáis a verlo. Pero hasta entonces, seguiréis con todo lo que tuvierais planeado hoy.
-Eliza: Está bien... - dijo sonriéndola.
-Kara: Lena, amor, ¿me ayudas? – preguntó, alargando su brazo hacia mí.
-Lena: Claro... - dije ayudándola a levantarse. Luego me acerqué a Lexie y me agaché junto a ella- Lexie, cariño, vas a quedarte con las abuelas, ¿vale? Mamá está cansada y tu hermanito no tardará en venir. Podrás conocerle pronto.
-Lexie: Vale...
Tras despedirnos, montamos en el coche y nos fuimos a casa. Una vez allí, guardé la bolsa del bebé en el maletero del coche mientras Kara se ponía algo más cómodo y nos tumbamos en la cama. Abracé a Kara y acaricié su vientre, intentando que se relajase para dormir un poco, ya que temía que esta noche no dormiríamos demasiado. Después de veinte minutos, Kara se quedó dormida y, dos horas después, se despertó con un grito. Eran cerca de las cinco de la tarde.
-Lena: ¿Tan fuertes son ahora?
-Kara: Sí... - dijo, mirando el reloj. La siguiente contracción no tardó mucho en aparecer y Kara apretó mi mano –Vale, creo que deberíamos irnos. Va más rápido de lo que pensaba.
-Lena: Vale, ¿Te vas a cambiar?
-Kara: No, con esto voy bien.
-Lena: De acuerdo, la bolsa ya está en el coche, podemos irnos.
-Kara: Menudo regalo de cumpleaños...
-Lena: Si hubiéramos intentado a propósito que naciera en el cumpleaños de alguna de nosotras, nos habría resultado imposible.- dije.
-Kara: Sabes que dentro de un rato te estaré maldiciendo por esto, ¿verdad?
-Lena: Sí. Y que querrás romperme la mano y arrancarme cierta parte del cuerpo. Pero se te pasará enseguida. En el fondo me adoras.
Nos dirigimos al hospital y enseguida pasaron a Kara a una habitación. Unas horas después, a las nueve y treinta y seis minutos de la tarde, nació nuestro hijo. Esperé en la habitación mientras limpiaban a Kara y al bebé y, cuando los llevaron a ambos, me acerqué a ella.
-Lena: Hola cielo.
-Kara: Lena... - dijo agotada, luchando por mantenerse despierta.
-Lena: ¿Estás bien? – pregunté, y ella asintió – Duerme un poco, lo necesitas. Yo me encargaré de...
-Kara: ¿Has avisado a todo el mundo?
-Lena: Sí, pero les he pedido que no vengan hasta mañana. Ahora necesitas descansar un poco. Al menos hasta que te toque darle de comer.
-Kara: Gracias...
-Lena: Es un niño precioso... - dije, mirando hacia la cunita que habían dejado al lado de la cama. Acaricié el pelo de Kara, intentando que se durmiera, cosa que no tardó en suceder.
5 de Octubre de 2022
-Kara: Mira, hace esa cosa con la ceja que haces tú... No es justo, no puedo decirte que no cuando haces eso. Y tampoco a Lexie. ¿Por qué los dos han tenido que heredar ese gesto tan sexy?
-Lena: ¿Sexy? – pregunté, levantando la ceja.
-Kara: ¡Lena! Por favor, no hagas eso. Harás que te quiera dentro de mí y ahora no podemos. Oh, creo que se ha hecho caca, voy a...
-Lena: No, tú quédate ahí, ya lo cambio yo.
-Kara: Te has pasado toda la noche despierta. Sólo me has despertado para darle de comer.
-Lena: Y pasaré veinte más si hacen falta. Tú descansa. – dije, cogiéndole y poniéndolo en la parte delantera de la cama, empezando a cambiarle. En ese momento, llamaron a la puerta. - ¡Adelante!
La puerta se abrió y mi madre y Eliza entraron con Lexie.
-Lillian: Lo siento, estaba como loca por ver a su hermanito.
-Lena: Dadme un segundo, que termino de cambiarle. – dije, cambiándole lo más rápido que pude.
-Lexie: ¡Mamá! – dijo corriendo a los brazos de Kara.
-Kara: Hola, mi vida...
-Eliza: Cuidado, Lexie.
-Kara: Tranquila, estoy bien.- dijo. Mi madre y Lillian saludaron a Kara y hablaron con ella mientras yo terminaba.
-Lena: Listo. Ven Lexie, acércate – dije mientras dejaba al bebé en su cunita y cogía a Lexie en brazos para que lo viera. – Este es tu hermanito.
-Lexie: Es pequeno.
-Lena: Así eras tú también... ¿Quieres darle un besito?
-Lexie: Sí.
La acerqué para que le diera un beso y luego volví a dejarla en el suelo, acercándome a saludar a mi madre y a Eliza. Una hora después, la habitación estaba llena de gente que habían traído un regalo para el bebé.
-Winn: Mira, tiene la sonrisa de Kara...
-Eliza: Sí, y duerme en la misma postura que lo hacía Kara.
-Nia: ¿Y vais a decirnos de una vez cómo se llama?
-Kara: Claro. – dijo, con el niño en brazos mientras yo me sentaba a su lado y acariciaba la cabecita de nuestro hijo.- Os presento a Liam Brayden Luthor-Danvers.
-Andrea: Bonitos nombres.
-Maggie: Creo que fue Lena quien los escogió esta vez, ¿verdad?
-Kara: Era lo más justo. El próximo lo escogeremos entre las dos.
-Alex: ¡¿Próximo?! ¡¿Acabas de hacer salir a este y ya estás pensando en el siguiente?!
-Lena: Bueno, tenemos claro que queremos tres. Pero no tenemos prisa en ir a por el siguiente. Queremos disfrutar un poco de estos dos y que crezcan.
-Sara: Bueno, nosotras iremos a por el primero pronto. Lo estuvimos hablando anoche y queremos ir a por el primero el próximo año.
-Kara: ¿Y por qué no ahora?
-Alex: Porque queremos ir a pasar el año nuevo en Escocia y si una de las dos está embarazada y con mareos y vómitos no vamos a poder disfrutarlo igual.
-Lena: ¿Y cuál de las dos será la que lo lleve?
Alex y Sara se señalaron la una la otra, haciéndonos reír.
-Kara: Bueno, aún tienen dos meses hasta que empiece el año para decidirlo...
-Eliza: Mírate Kara, ¿quién iba a decir que acabarías teniendo una familia tan maravillosa?
-Kara: Sí, tengo la mejor familia del mundo. Y no sólo me refiero a Lena, Lexie y Liam. Me refiero a ti, a Lillian, a todas vosotras... Y a Winn, claro. – dijo mirándolas.
-Winn: Bueno, al menos ya no seré el único hombre del grupo.
-Beth: ¿Querrás decir el único niño?
-Winn: ¡Oye!
-Kara: No sé cómo he podido tener tanta suerte. Pero si por alguna razón, el tiempo diera marcha atrás cuatro años, volvería a hacerlo todo exactamente igual, no cambiaría nada.
-Lena: ¿Volverías a acostarte con un fantasma de la ópera desconocido? O como dijiste a gritos mientras nacía Lexie, con ese maldito fantasma de la ópera.
-Kara: Por supuesto. Ese fantasma me ha dado lo más bonito del mundo.- dijo besándome. – Y espero que esto dure para siempre, porque ya no sabría qué hacer sin ese maldito fantasma.
FIN
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Bueno, pues aquí acaba esta historia. A falta del epílogo, claro.Espero que os haya gustado.
La verdad es que he tardado en subir este último capítulo porque no encontraba la inspiración. últimamente esta historia me estaba dando muchos dolores de cabeza, porque no sabía qué hacer con ella, así que intenté darle un final antes de meter cosas que no vendrían a cuento. Y eso me ha costado un poco, porque no quería cagarla (No sé si lo conseguí)
Pero, a parte de eso, la otra razón es que estaba trabajando en una historia nuevas (varias, en realidad) y os dejaré el primer capítulo de la misma, hoy. Sólo darme un par de horas para subir la portada, la descripción y el capítulo y podreis disfrutarlo. La historia se llamará "Me salvaste la vida". Así que en un par de horitas, podreis encontrarla en mi perfil.
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